Me pasé el resto de la tarde cuidando de mi madre puesto que Hardy se había llevado a los pequeños al parque de atracciones para que desconectaran de la rutina diaria. Mi madre me ayudó a estudiar lo que había dado el día de hoy, me preguntó todo lo que podía haberme preguntado, a ella no se le pasaba ni un solo detalle y además, casi todo lo que ella me preguntaba acababa cayendo en algún examen ya fuera oral o escrito.
Por otra parte me ayudó a concentrarme y volver un poquito a mi rutina diaria, a la normalidad con calma y silencio, en la que solo cabían decisiones referentes a los estudios, era muy reconfortante saber que yo seguía siendo yo y que no me había convertido en una perra descarada que solo busca un buen palo que morder.
Le conté a mi madre lo de la fiesta y lo de Lion, todo... o bueno... casi todo lo que había pasado, omitiendo solo un pequeño detalle, me estaba enamorando de él. Mi progenitora contra todo pronóstico me felicito y me dio el mayor abrazo de nuestras vidas.
- Me alegra que estés comenzando a confiar en un chico, quien sabe a lo mejor mi suplica ha sido escuchada y no te haces lesbiana.- dijo con total seriedad, lo cual me sorprendió.
- MAMA, yo no soy lesbiana, no digas estupideces.
Ella rió y yo la seguí en un festival de carcajadas, adoraba esos momentos con mi madre, esos momentos que tanto me recordaban a mi infancia, que adoraba y que compartíamos antes solo entre ella y yo, ahora son mis hermanos pequeños los que gozan de esas atenciones... lo entendía pero no podía evitar tener un poco de envidia.
Me duché tomándome mi tiempo en desenredar cada mechón de mi melena, era increíble la cantidad de nudos que podía llegar a tener, sobre todo con los rizos. Preparé la ropa para el día siguiente, en el que haríamos apenas dos días como novios, también busqué entre mis vestidos algo que ponerme para la fiesta, aunque no saqué nada en claro, estaba entre uno granate o uno negro algo más formal que era mi favorito con diferencia.
Fui a dormir temprano, aunque pasé casi media hora mirando el teléfono, mensajes y cosas similares, hacia ya unos días que tenía a Joana bloqueada, pero como seguía algo resentida no me molesté en desbloquearla. Cuando quise darme cuenta mis parpados pesaban más de lo que jamás lo habían hecho, mi padrastro había llegado ya hacía un buen rato y los pequeños ya estaban en la cama, durmiendo. Estaba a punto de caer en los dulces brazos de Morfeo cuando el teléfono sonó estruendosamente con mi tono de llamaba, una buena banda de rock de los 80 retumbó cerca de mi oído derecho provocando que me pitara durante un buen rato. Por supuesto cogí el teléfono sabiendo perfectamente quien era el que llamaba.
- Hola.- dije con voz ronca debido al adormilamiento.
- Buenas noches, Yankee, ¿estabas dormida?- dijo Lion al otro lado.
- Que va, solo estaba a punto de rozar el paraíso de los sueños más allá del laberinto del Fauno llegando al reino de Narnia.
- Vamos, que si que estabas durmiendo.
- Sep.- dije medio riéndome.
- Lo siento, solo quería desearte buenas noches y dulces sueños, te los mereces.
- Gracias, igualmente Lion, dulces sueños.
- Podrías llamarme de una forma más cariñosa, ¿no? Ahora somos novios.
- Mmm... ¿Qué te parece si te llamo osito mimosón?- dije riéndome a carcajadas.
- Ja...ja...ja... eso si que no ha tenido gracia.- respondió intentando poner voz de machito indignado.
- Entonces... ¿qué tal si te llamo... Mmm... amor?
- Eso ya me gusta más, un poco cursi, pero cualquier cosa es mejor que osito mimosón.- se ríe.- buenas noches princesa.
- Buenas noches mi rey.- sonreí y me quedé totalmente dormida antes de colgar el teléfono, por suerte tenía una batería externa para el móvil, lo cual sería muy útil al día siguiente.
Por la mañana, al no tener batería en el teléfono no me sonó el despertador por lo que tuve que salir corriendo sin desayunar ni nada por el estilo. Puse a cargar el móvil por el camino aunque corriendo fue todo un reto conectar la batería al Smartphone. Vi la moto de Lion aparcada a unas manzanas de mi casa y me paré justo a tiempo para estar a su lado.
- ¿Qué haces aquí?- le pregunté confundida.
- Bueno está a punto de sonar la campana y aún no habías llegado así que me preocupé y decidí venir a buscarte, quedan tres minutos, junto lo que necesito para llevarte y entrar por la puesta grande sin pasar por un castigo monumental por llegar tarde a la clase de la jefa de estudios.
- Gracias, muchas muchas gracias, eres mi salvación.- le dije mientras me subía a la moto ya sin necesidad de ayuda.
Tal y como prometió estábamos en clase justo a tiempo para escuchar la campana que daba comienzo a las clases. Me besó antes de irse sonriendo.
Apenas había comenzado la clase cuando las tripas comenzaron a sonar dentro de mí, me iba a morir de hambre y con lo delgada que estaba sabía que entre el hambre y el desmayo solo había un pequeño paso. Logré llegar al recreo aún con vida, pero me di cuenta de que con las prisas se me había olvidado el dinero, mientras maldecía todos y cada uno de los segundos de esta mañana Lion apareció con dos bocadillos y una chocolatina.
En su tremenda amabilidad me dio uno de los bocadillos, un zumo y la mitad de la chocolatina, de nuevo me estaba salvando de una pérdida importante de conocimiento. Me pasé todo el día con él, hasta bien entrada la noche, nos quedamos viendo películas en su casa, estudiando química, lo cual descubrí que se le daba estupendamente bien. Yo le ayudé con las ciencias políticas y las artes escénicas, hasta que nos aburrimos e hicimos cosas hermosas y sucias en su habitación, pero que conste que mi virginidad y mi integridad física seguían intactas.
Me llevó a casa, hasta la mismísima puerta y se despidió de mí con un beso justo cuando la puerta de mi casa se abrió para descubrir a un John muy conmocionado por las pintas del chico que estaba besando a su única princesita. John miró a Lion duramente, algo que jamás habría imaginado de mi padrastro, pero Lion, impasible y tranquilo lo miró a los ojos.
- Usted debe ser el padre de Gema, es un placer conocerle caballero, soy Lion, sepa que ella me ha hablado mucho y muy bien de usted, le tiene como un héroe.
John se quedó sin habla y sus ojos se iluminaron cuando Lion le dijo que yo lo tenía como a mi héroe, se notaba que estaba muy orgulloso de mi y aún me sorprendía mucho más que Lion no hubiera mentido o que hubiera sido aceptado por mi padrastro tan rápidamente.
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