↝ Epílogo.
"Todo hombre siempre necesita de una gran mujer, porque incluso en el ajedrez, la reina protege al rey"
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5 años después. New York, EE.UU:
Betty salió de la habitacion alrededor de las doce de la noche. Tenía bastante trabajo por terminar.
En los cinco años que llevaba en New York, había estudiado cuatro años de derecho, especializándose en abogacía además de cursos apartes para perfeccionarse en la profesión. Había tenido la buena suerte de cruzarse con una muy buena chica que trabajaba en una prestigiada firma.
La ayudo a entrar a esta y desde ese momento se hicieron amigas.
Sobre la mesa había varios papeles y archivos sobre su cliente. Tenía varios en ese momento pero ahora, este era el más importante, dado a qué aquella persona era una famosa actriz que salía en todas las prensas.
Hacia cinco años que no veía a nadie de Riverdale. Necesitaba enserio desconectarse de todo. Su salud mental la estaba matando, allí no la pasaba bien, nunca lo hizo solo que lo evadia porque se sentía cómoda en diferentes ocasiones.
A Jughead lo había visto hacia un año, él había ido para su cumpleaños. Su reencuentro fue bastante apasionante. Pero todo acabó cuando ella preguntó por Clarisse y este le dijo que aún seguía con ella y que era complicado. Si bien recordaba el momento en que el la dejó por ella, sabía que cinco años podían ser duros.
No le molesta el hecho de que esté con ella, le molestó el hecho de que nunca se lo dijo, y una vez más se había dejado llevar por el momento.
Pelearon casi toda la noche. Betty había podido tener cuatro años de paz mental y venía el a traerle sufrimiento de nuevo.
Miró el reloj en su pared, eran exactamente las 00:00. Sonrió nostálgica y tomó un lapicero para poder anotar los puntos importantes del caso que estaba analizando en esos momentos.
Pero aquello solo duro cinco minutos exactos porque el llanto de un bebé la saco de su trabajo.
Suspiró y se levantó para caminar hacia su habitación.
Entró y vió a la bebé removerse mientras lloraba. Vio que mientras dormía se le había caido su chupete. Se acercó a ella y lo tomó para ponérselo nuevamente en la boca.
—Shh amor, ya esta— murmuró mientras le acomodaba el pijama a la niña.
Aquella si, era su hija, tenía tres meses. La pequeña tenía sus ojos, eran un verde esmeralda bastante profundos, a pesar de la edad de la niña. Cualquiera que la viera, le tendría envidia por siempre. Mientras que su cabello, se podía notar que su color era un castaño oscuro pero no tanto para opacar aquellos hermosos ojos que ella heredó de su madre.
Su hija abrió sus ojos mirándola. Ella sabía que debía de quedarse con la pequeña hasta que se durmiera porque sino sería llanto toda la noche.
—Bien, me quedo— rió ella mientras se acostaba al lado de su hija y la tomaba en sus brazos para dejarla sobre su pecho.
A la pequeña le encantaba quedarse dormida escuchando el corazón latir de su madre mientras Betty acariciaba su pequeña y delicada espalda.
Amaba a esa niña con su vida, era su pequeña y nada ni nadie se la iba a sacar.
Sin darse cuenta ambas quedaron dormidas profundamente hasta el otro día.
(...)
Cuando su hija la había dejado trabajar y terminar ese caso por el día de hoy, ahora se encontraba recostada en su cama buscando una serie para mirar mientras su hija a un costado tenía su dedo pulgar agarrado a la pequeña mano de ella.
Dejó de buscar cuando su celular sonó. Ésta lo tomó y sonrió viendo que su prima la llamaba.
Atendio bajando un poco el volumen para no despertar a su hija.
Había un pequeño detalle, nadie sabía de ella. Nadie sabía que Betty tenía una hija. Si bien Betty se había vuelto una abogada pedida por muchos famosos y que salía en la prensa por esta misma cuestión, siempre ocultó su vientre abultado con vestimenta suelta porque sabía que comenzarían las preguntas y ella no quería revivirlo.
—No llamamos anoche porque hacía un año lo hicimos 27 veces y nos llamaste al otro día a la mañana— se quejó la pelirroja.
—Hola a ti también Cher— rió Betty. Mientras veía a su prima en la pantalla.
—Pero, ahora que estás despierta— Betty negó apretando sus labios pero fue en vano —¡Feliz cumpleaños!— gritaron todos sus amigos.
—Chicos no griten— se quejó es riéndose.
Pero fue tarde, el llanto de la pequeña por ese grito, se escuchó en toda la habitación.
—Uy, despertamos a la bendición— dijo Fangs pero frunció el ceño al escucharse —Espera... ¿¡Tienes un hijo!?— cuestionó abriendo su boca.
Betty maldijo mentalmente. Miró a su hija moviendo levemente su chupete para que se calmase.
—Shh, shh— murmuró la rubia viendo cómo se calmaba.
—Explicanos esto Elizabeth— habló Toni seriamente.
Esta invento rapidamente una excusa —No es mí hija, es la hija de una compañera de trabajo, tuvo una audiencia en la corte temprano y a veces la cuido— se excusó sintiéndose horrible por mentirles.
Pero esto no era algo que se debiera hablar por videollamada.
—¿Y el padre?— pregunto Sweet Pea confundido.
—Es madre soltera Pea— contesto está.
Los chicos se miraron entre si.
—Bueno, parece que le caes bien— rió Fangs. Betty rió tambien, mirándola por unos segundos.
(...)
Luego de unas tres horas hablando con sus amigos. Se levantó cargando a su hija hasta la sala donde la dejo acostada en el sofá mientras ella se sentaba a un lado.
Alice siempre le dijo a Betty que si llegaba a tener una hija que le pusiera Elizabeth igual, para seguir la línea, así ella lo hizo, pero cuando su compañera de trabajo la conoció la apodo Lizzie, así quedó ese nombre para la pequeña.
Volvió a suspirar cuando el timbre del departamento sonó sin dejarla buscar su serie.
Se levantó mientras ponía a Lizzie entre los almohadones del sofá y se disponía a ir hacia la puerta.
Cuando la abrió quedó sorprendida al ver a esa persona ahí.
Tomó aire para hablar —Jughead— murmuró sintiendo como su corazón se aceleró del miedo.
—Feliz cumpleaños— sonrió el levantando una chaqueta de serpiente.
Betty sonrió y vió cual era esa chaqueta, era la suya, la que alguna vez ocupó como reina.
—Jughead— volvió a hablar —No creo que sea buen momento— negó apoyándose en la puerta sin dejarlo pasar.
Este hizo una nueva —Hace un año la cagué y demasiado, pero ya todo esta bien, termine lo que sea que tenía vony Clarisse y vengo a arreglar las cosas.
Betty volvió a negar —No, enserio, no puedes...— murmuró con una voz suave.
—Betty— suspiró —Esta bien, acepto que nada será como antes, pero me siento pésimo al no poder ayudarte cuando lo necesitabas, no hay día que no me haya lamentado el haberte dejado ir esa noche.
—Lo hubieras pensado antes de arruinarme de esa forma con Clarisse— parecía que su hija quería causar caos porque volvió a llorar haciendo que este frunciera el ceño —Vete Jughead— sin dejarlo decir nada cerró la puerta para darse la vuelta y volver a la sala.
Pero no bastó aquello dado a que por el apuro, no había cerrado toda la puerta, es por eso que Jughead pasó.
Betty miró a su hija y le acarició la pancita.
—A ti te gusta causar caos, ¿No es así Lizzie?— rió Betty. La pequeña movió sus piernas y brazos mientras sonreía apenas.
Betty sonrió enternecida.
—Betty...— está se alarmó y levantó su vista hacia Jughead. Este veía todo sin creerlo.
—¿Que haces? Te dije que te fueras— hablo seria.
—¿Es tu hija?— la rubia apretó sus labios —¿Es tu hija Betty?— volvió a preguntar está vez más exigente.
—Si Jughead, es mí hija— asintió mientras la tomaba en brazos levantándose —¿Puedes irte?
—¿Quien es el padre?— evadió lo que ella había dicho y la miró esperando una respuesta.
—Es mí hija Jughead — dijo sin decirle nada más que eso.
—Repondeme Elizabeth— la bebé se removió, después de todo, tenían el mismo nombre y por los dos meses de nacimiento ella la llamo así.
—No tengo nada que responderte Jughead— señaló la puerta con una mano mientras sostenía a su hija con la otra.
Jughead apretó sus labios fuertemente y tomo aire para mirarla. Ató cabos, la bebé no podía tener más de cuatro o cinco meses, y exactamente hacía un año que no veía a Betty. Todo era más que obvio.
—¿Es mía? ¿Es mí hija?— le cuestionó.
Tenía el derecho a saber quién era el padre de la bebé, aún así si el no lo era.
—Jughead, vete.
—Solo respóndeme, por favor— pidió el suplicante.
Ella bajó su vista y asintió lentamente —Si...— suspiró y lo miró —Si es tu hija.
El abrió su boca, no solo sorprendido, sino que también enojado, y demasiado.
—¿Porque no me lo dijiste?
Esta dejó a Lizzie en el sofá entre los almohadones para mirarlo.
—No tenías el derecho— murmuró sin saber cómo justificar sus actos.
—¿No tenía el derecho?— repitió enojado —Betty, ¡Es mí hija!
Ella negó enojandose y lo señaló —No Jughead, es mí hija. Cuando me enteré de que estaba embarazada fue unos días antes de la boda de tu padre y mama— habló apretando sus labios —Tenía dos meses y se me notaba el vientre. No quería ir pero no podía fallarle a ninguno. Iba a decirtelo ese día, pero te vi, te vi llegar con Clarisse y ni me notaste.
Jughead cerró sus ojos con fuerza.
—Aun así tenías que decirme esto. No puedes ocultarme que fui padre Betty— se auto señaló.
—¿Que querías que te dijera? "Mira Jughead, estoy embarazada de ti pero tienes novia así que mejor olvídalo"— habló sarcástica —No, no iba a dejar que mí hija tuviera a una madrastra estúpida que no piensa en nadie al hacer sus idioteces.
—¿Puedes ser más egoísta? Me ocultaste que tuve una hija, mí hija, mí sangre, todo por... ¿Que? ¿Celos?— le cuestionó con una mueca —¡Yo tenía el maldito derecho a saber que era mí hija! No podías ser así, no tenías que ocultarme esto. Puedo tolerar cualquier otra cosa, pero jamás algo así.
Éste hablaba enojado, no dejaba decirle nada, no le dejaba contar lo más importante.
—Jughead— este seguía enojado y hablando —Jughead— volvió a llamar esta vez más fuerte. Al este no prestarle atención tomo aire —Lizzie Jones— hablo y este se calló. Betty lo miro —No te lo dije porque no quería sufrir, pero si le puse tu apellido... Si lo hice, si eres su padre— lo miró y suspiró para alzar a su hija en brazos y mirarlo —Toma— le hizo una seña para que la tomara.
Este con cuidado la tomo para recostarla contra su pecho.
Betty se dió la vuelta para ir hacia la cocina por un vaso de agua y asimilar todo.
Mientras, Jughead acariciaba la espalda de la bebé, su hija.
—Ay pequeña— murmuró y suspiro —Tranquila, ya estoy aquí, vas a tener a un buen padre, lo prometo— habló y la miró a la cara.
Aquellas facciones en su rostro. Esos profundos ojos esmeralda iguales a su madre y el cabello como el suyo. Ella era la deficion de perfección.
Betty veía con una sonrisa tierna como el amacaba a su hija.
Era su hija. La hija de ambos.
Cuando el la recostó nuevamente alzó su vista y vió como Betty lo veía.
Caminó hacia ella y suspiró sin saber por dónde empezar.
—Siento haberte gritado— se disculpó el —Es solo que... Sabes cuanto quería tener una familia, en el momento, saber que tenía una hija y no haber estado cuando te enteraste o en su nacimiento, en esos nueve meses, me dolía, solamente eso.
Ella bajo su mirada —Yo siento no haberte dicho nada, estaba aterrada, no sabía que hacer. Solamente actúe sin pensar.— el río y ella lo miró confundida —¿Porque ríes?
—¿Tu estás viendo cómo el destino nos volvió a juntar? Yo te lo dije. Te lo prometí. Esto es una señal. O bueno, quiero creerlo así— ella río bajando su cabeza y el también acompaño en la risa.
Pasó su mano sobre el cabello de la rubia y Betty lo miró.
—Te amo, nunca lo deje de hacer, pero tenía miedo de perderte, tenía miedo de todo. Jamás dejé de amarte, es más, cada día me odiaba porque no te decía la verdad y...
Betty no lo dejo seguir, sinó que lo calló con un beso en los labios. Cuánto los había extrañado.
Jughead puso sus manos en la cintura de ella delicadamente. Al separase juntaron sus frentes.
—Todo está bien Jug, estamos bien, nosotros y nuestra hija— murmuró Betty con felicidad.
El sonrió ampliamente con ternura —Suena tan lindo, nuestra hija— repitió abrazándola —Jamas las dejaré, te lo prometo. Por siempre.
—Y para siempre —repitió lo que se habían prometido hace cinco años atrás, el último día de preparatoria.
Y si que Fangs tendría historias para contarle a su sobrina...
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Eh... Bueno... Nosé que decir JJAJAJA.
Este es el final, ¿? AY DIOS NOSE JAJAJAJAJ.
Paso a decir que ahora al corregir el capítulo me dio cosa que Jughead no esté en el embarazo, pero la cosa era eso no... Que el se enoje jksksja.
Ahora tengo ganas de hacer una historia Bughead como familia ayy.
Bueno, empiezo por decir que, estoy escribiendo el epílogo sin haber comenzado el drama del campamento si si.
Todos sabían que al principio tenía una idea para esta novela, y ahora una totalmente diferente. Que terminó así :).
En fin, quería escribir algo real, no solo el cliché Bughead de, Pandillera-Bulldog.
Quería que fuera algo real, algo que si pase en la realidad. Saben que me gusta poner eso.
Cómo en "Atrapados junto a una fraternidad" donde el tema principal era la cuarentena, el covid y los cuidados.
En "Dark Souls" dónde mostraba que Betty, a pasar de todos los años que tenía de vida, demostraba que las mujeres no eran menos que los hombres, y eso lo demostró muchas veces con su padre, madre y hermanastro.
Y ahora en esta, quería que vieran como era estar en una relación no "tóxica" xq tóxica del todo no era, sino que Betty se había encariñado de más (lo normal) y salía lastimada. No siempre el amor lo sana todo, a veces lo empeora, como en su caso. Quería que ella pusiera primero su salud mental y luego el amor y Jughead, eso Ari lo sabía JJAJAJA. En fin, ella se alejó antes de que todo colapasara y estuviera peor de lo que estaba. Se distanció el tiempo suficiente para sanar y eso es lo que quería mostrar.
Tranka, tranka, no pase por eso xq estoy más sola que peaje de ruta en cuarentena :) (Gracias Jey Mammon por tremenda frase que te mandaste JJAJAJAJA).
En conclusión, aléjate cuando veas que las cosas no van por un camino saludable 👍🏻.
Y como todos saben, es mí obligación agradecer todo el apoyo que me dieron, siento que es una forma de pagarles por cada lindo comentario que me hacía morir de la risa y esos votos que hacían la diferencia.
Por eso va el apartado de agradecimientos, sigue deslizando.
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