↝ Capítulo veinticinco.
"..., Y a veces el pecado, es la entrada al paraíso..."
—Juan Miguel Zunzunegui.
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—Yo sabía que amarte era mí condena, sufro por tu amor— murmuró haciendo que el se de la vuelta, chocando miradas —Pero el humano es tan masoquista que vuelve al mismo lugar donde tuvo un momento de felicidad, que luego se convirtió el dolor, amamos tanto el peligro que nos adentramos en el peor de todos, el amor— murmuró y ser acercó aún más —Pero no podemos evitar amarnos, ¿Cierto?
—Sabes que te amo, te amo y por eso no puedo ser egoísta, se que duele, porque también me duele.
Ella negó interumpiemdo —Pues que no duela— el frunció el ceño —Olvida por un momento el dolor de no poder tener lo que amas y disfruta lo que tienes, cuida lo que amas y aprecialo como nunca— murmuró y sin más llevo sus manos hacia la nuca de el, atrayendolo para besarlo.
Besarlo una última vez.
Una última probada de lo que amaba.
Un último beso.
Una ¿Despedida?
Ellos sabían que podría ser la última vez que sientan el calor del otro.
Sabían que sería la última vez donde podrían verse a los ojos, sin sentir dolor.
Tan solo unas horas de placer mutuo harían olvidarse de todo lo malo que los rodeaba.
Una burbuja de problemas tenían a su alrededor.
Y ellos.
La evadiran así de fácil.
Y justo aquello harían, evadir el problema sumándole otro, después de todo, el disfrutar de el momento a veces el la mejor opción.
Así es como una cosa llevo a la otra, ella dejo que Jughead bajara sus manos hacia su cintura, rodeandola para atraerla más hacia el.
Ella enredó sus manos en el largo cabello de el, bajando hacia su cuello, moriendo su labio para poder unirse más a el.
Jughead dejó sus labios a un lado, bajando sus besos hacia la mandíbula de ella y luego su cuello, mordiendo la piel de este, acariciando su cintura con una mano y con la otra, enredandola en su cabello.
Betty suspiraba mientras tiraba levemente su cabeza hacia atrás, haciéndole saber a el, que todo lo que le hacía le gustaba, y en ese momento, solo quería disfrutar, dejando de lado toda la mierda en la que viven.
Sin dejar de besarse caminaron hacia atrás hasta que las piernas de Jughead tocaron la cama de la rubia, el se dejó caer en esta mientras ella se subía a horcajadas sobre su regazo.
Al hacer esto pasó sus manos por el cuello de el, llevando su rostro hacia el de ella, uniendo sus respiraciones para luego hacerlo con su boca, abriendo sus labios y dejando paso a la lengua de el.
Inclinó su cabeza hacia un lado, haciendo más profundo y rebuscado aquel beso, ya no importaba el orgullo o la moral, su relación siempre se baso en sexo, y eso no cambiaría justo ahora.
No al menos por una estúpida sin sentido común, como lo era Clarisse.
Ella movía sus caderas hacia adelante y hacia atrás, causando la exitación en el chico, quien suspiró en medio del beso, sin poder aguantarlo.
Cuando el se dejó caer hacia atrás en la cama, con ella sobre el, aprovechó ese momento y rodó en la cama, dejándola bajo el, tomando el control de la situación.
Fue así como de un momento a otro, Betty había quedado con la parte de arriba del traje de baño, mientras Jughead besaba su cuello, bajando hacia sus pechos y luego, haciendo un camino de besos hacia su vientre, donde desabrochó el short que traía puesto, lanzandolo hacia el suelo.
Betty suspiro cuando la volvió a besar y con una de sus manos la bajaba hacia su cintura, para luego llegar a sus muslos, ganándose así, un jadeo de ella sin poder evitarlo.
Se separó de él y lo miró —Considera esto, la última vez— habló entre suspiros, dado a que el no había dejado de acariciar su piel.
El la miró y sonrió de lado —Como tu digas— la beso una vez y volvió a separarse —Pero ni tu te crees eso— ella apretó sus labios, tenía razón.
Aún así, no le hizo caso a él y volvió a capturar sus labios. Bajo sus manos hacia el torso de el, para retirarle la camiseta.
Sus besos no paraban, era uno tras otro, sin separarse, tal vez era el miedo, el miedo al saber que no sería una noche más.
Sería la última.
Pero a ellos no les importaba en ese momento, para nada, y mucho menos cuando el desató la parte de arriba del traje de baño. Está se lo removió rapidamente sin querer perder un solo segundo.
Y no fue hasta que las cosas entre ellos se hicieron cada vez más rápidas, dejando en solo unos segundos a la rubia desnuda bajo de el, y a este desabrochando su cinturón para luego quitarse el pantalón.
Así estuvieron unos minutos más, besándose, en cada parte de sus cuerpos, disfrutando todo de ellos, hasta el momento donde sus cuerpos se unieron con el otro.
Ella enrolló sus piernas en la cadera de el miéntras alzaba su cintura haciendo más profundas las embestidas.
En un momento, y en un rápido movimiento, ella se dio la vuelta para quedar sobre el, mientras movía sus caderas y besaba el torso desnudo de el.
Veronica abrió su boca —¿Ves Archie?— le cuestionó a este, quién se hundía en el sofá sin querer escuchar nada —Yo te dije que nadie se mete en el camino de la reina— se encogió de hombros.
—Pues que suerte la de la reina— rodó sus ojos sarcástico.
—Superalo, Andrews— le golpeó el hombro y se levantó para ir hacia su habitación
(...)
Betty suspiró y miró al techo, mientras cubría su cuerpo desnudo por las sábanas de la cama.
—Y al final, la historia de repite— negó sin expresión.
El giró su cabeza y la miró —¿Por que lo dices?
Ella lo miró y se dió media vuelta apoyando su cabeza en su mano —¿No te lo han dicho, cierto?— sonrió con ironía.
—¿Quien me tiene que decir que?
—Nuestros padres— se señaló junto con el —FP también fue un Bulldog en sus tiempos, y mamá, era la serpiente rebelde— sonrió y mordió su labio —Repetimos la historia de nuestros padres.
—¿El bulldog y la pandillera?— cuestionó divertido.
—Exacto— chasqueó su lengua e hizo una mueca —Aunque... Si, todo es igual, luego tu padre se vuelve un pandillero y mamá vuelve a ser una norteña, pero había algo que no entendía, algo que no me quedaba claro— entrecerró sus ojos.
—A ver, Nancy Drew, te escucho.
Ella rió y negó —Charles...
—¿Que con tu hermano?— frunció el ceño.
—Y tampoco lo sabes...— murmuró divertida —Digamos que... Mama se olvidó de tu padre por un pequeño secreto, muy pequeño en ese momento— hizo una mueca y lo miró de reojo, dejándose caer en la cama.
Jughead abrió su boca —No...— murmuró.
—Si...— lo imitó ella y rió —Compartimos hermano, Jones— asintió dejándolo confundido.
—Eso si no me lo esperaba de mí padre.
Betty se encogió de hombros —El tampoco lo sabía, de hecho, solo Hal... El cual— hizo una mueca —No lo dijo por alguna extraña razón— torció el gesto sin tomarle importancia.
—¿Sabes dónde está el? ¿Donde está Polly y Hal?
Ella negó —Ni que quisiera saberlo— ambos rieron —Pero no, aunque... Tenemos propiedades en New York, o por lo menos las teníamos hace dos años— suspiró —Tal vez estén ahí, si es que no se fueron de Riverdale, o del país.
—Puede ser...
Y puede ser, que las cosas entre ellos, de ahora en más, no estén tan tensas como lo estaban hacia unas horas atrás.
Tal vez solo necesitaban aclarar lo que sentían, ver lo que en verdad les importaba.
Pero ninguno llegó a la conclusión de que el otro era lo suficientemente importante como para dejar su orgullo de lado y hacer algo para salvar esa extraña relación.
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No we, ame el gif de arriba.
No dejo de verlo, está buenardo JJAJAJAJA.
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