↝ Capítulo veinte.
"Si usted no sabe domar demonios, no se enamore de una mujer con infiernos"
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El gran día había llegado, los estudiantes de Riverdale High habían bajado del barco que los llevaba hacia la pequeña isla donde se encontraba aquel campamento.
Estos miraban todo a su alrededor.
—Me da igual porque hallan clausurado Southside, esto es aún mejor— soltó Sweet Pea causando la risa de sus amigos.
—No subestimemos al libro por su portada— negó Betty viendo a su amigo para luego mirar el lugar —Parece todo muy tranquilo, cuando demasiadas cosas han pasado en estos campamentos— se encogió de hombros.
Estos caminaron hacia unas personas que los esperaban delante del muelle.
—Bienvenidos— habló una mujer con entusiasmo.
Estos sonrieron mirándose entre si, no sabían que hacer en ese momento.
—Oh claro, vengan por aquí— señaló está caminando hacia atrás seguido de los estudiantes —Bueno, creo que más o menos saben de qué se trata todo esto, así que vallamos a la parte que más les interesa a todos creo— abrió sus manos —Las cabañas— asintió viendo cómo estos también lo hacían.
Le cedió la palabra a su compañero.
—Veo que hay dos grupos— señaló —Pandillas y estudiantes.
Estos hicieron una mueca —Somos los mismos— murmuró Fangs mirando al hombre.
Este asintio —Entonces no habrá problemas en mezclarlos— estos se encogieron de hombros, después de todo, solo era dormir y ya —Esto funciona más o menos así, habrá una elección dónde se verá quienes van juntos y como se llevan mejor, a la hora de la cena o antes, sabrán con quién les toca.
Un chico alzó su mano y hablo —¿Puede tocarnos con otra escuela?— la verdad era que había de distintas clases sociales, y no querían compartir cabaña con dos personas engreidas y con mucho, mucho, dinero.
—Eso se tendrá que ver, pero no creo que suceda— contestó el hombre.
Los alumnos suspiraron con un poco de alivio.
Escucharon unos pasos detrás suyo, miraron hacia atrás y la mayoría abrió su boca.
—Y esto era lo que me temía— murmuró la rubia hacia su pandilla.
—Alumnos de clase alta criticando a las pandillas— suspiró Toni —El que llegue a coquetear con esas zorras, les cortó los huevos— amenazó señalando a los chicos.
Jughead negó riendose y miró a las chicas que caminaban con sus caros lentes de sol, contorneando su cintura, como si estuvieran en un desfile de moda visto por millones de personas.
—Pense que esto solo sucedía en las películas— le murmuró a la rubia quien rió con el.
—Mejor cállate que sino te lanzan un tacón— estos dos volvieron a reír llevandose algunas miradas de los que pasaban por en medio de ellos, desfilando básicamente.
—Siento que habrá muchos problemas con ellos— Fangs hizo una mueca mirando a todos ellos.
—Muy seguro.
—Bienvenidos— habló la misma mujer hacia los alumnos recién llegados —Ahora que estamos todos, ¿Porque no se presentan entre ustedes?— todos se miraron entre si.
—¿Nosotros presentarnos con esos?— una chica de los recién llegada habló con un tono bastante agudo.
—Ay por favor— murmuró Verónica —Esto es una tortura.
La chica se dió la vuelta para mirarla —Mira linda, no opines sin saber, gracias— alargó la última palabra.
—Lo mismo diría de ti— murmuró la rubia alzando sus cejas.
Pero parece que varios la escucharon porque la chica ahora miró a Betty quien se cruzó de brazos mirándola de arriba a abajo.
—¿Tu nombre— la examinó con la mirada —Pandillera?
—¿Tu nombre— imito su acción —Hija de papi?— sonrió causando la risa de sus amigos.
—Agh, yo le dije a mí padre que esto iba a ser una mierda— se quejó la chica castaña rodando sus ojos.
—Y se queja de que el apodo le queda mal— murmuró la pelirosa.
—Callate, ¿no ves que la insultas?— soltó Betty sarcástica. Toni y ella rieron por lo bajo.
(...)
Jughead y Betty caminaban por el lugar, habían estado recorriendo el campamento, era enorme había que decir.
—Definitivamente me voy a perder aquí— asintió el mirando hacia los lados.
—Cierto— lo miró —Esto es gigante— suspiro.
Toni llegó hacia ellos asustandolos detrás.
—Estúpida— se quejó la rubia riéndose y se dio la vuelta para verla —¿Que pasa?
—Adivina quien comparte cabaña con el pelirrojo y Verónica— sonrió ella y estos se miraron entre si.
—¿Tu?— preguntó Jughead.
—¡No!— negó y mostró una planilla que tenía —Ustedes.
Betty abrió sus ojos —Mentira— tomo la hoja y suspiro —Mierda.
Jughead agarró la hoja y leyó —Oh mira, y tú con Cheryl— molestó a la pelirosa.
Toni transformó su rostro —¿Que?— medio gritó arrebatandole la hoja —Oh que bueno— festejó —Pensé que con mí maldita suerte me iba a tocar con Sweet Pea— los chicos rieron mirándola.
Betty le golpeó el hombro a Jughead —¿Ves? Ahí tienes tu diversión— rodó sus ojos.
—No hablaba del tipo de diversión dónde tengo que compartir cabaña con dos personas que nos odian— la miró abriendo sus brazos.
Betty se encogió de hombros —Vos querías diversión, ahora tendrás diversión— negó riendose.
—Si lanzas a Verónica a la fogata, avisa antes, así grabamos todo— señaló Toni antes de darse la vuelta para irse corriendo alcanzando a Cheryl que salía del comedor.
Los dos se miraron y suspiraron.
—Cagamos— dijeron a la vez y rieron.
Estos llegaron hacia su cabaña donde vieron a Verónica y Archie de brazos cruzados, como si los esperaran.
—¿No esperaban?— cuestionó la rubia llevándose una mano al pecho —Ay, que lindo de su parte— sonrió y rodó sus ojos para abrir la puerta.
—Las habitaciones son compartidas— habló Archie suspirarndo.
—Oh genial— sonrió Betty y miró a Jughead —No me dejes— abrió sus ojos y este rió —Gracias— sonrió y se giró para ver a Verónica y Archie —A ustedes les queda esa habitación— señaló la última del pasillo.
—Púdranse— soltó Verónica enojada para irse por el pasillo.
—Lo mismo digo V— sonrió Betty y camino hacia su habitación la cual sería de Jughead igual.
Abrió la puerta e hizo una mueca, era grande, demasiado.
Jughead se puso detrás de ella viendo también, la habitación.
—Dos camas— ladeó su cabeza —Bueno, algo es algo.
Había dos camas matrimoniales, una al lado de la otra, separadas por una mesita de noche en el medio, luego estaba el baño a un lado de la habitación y por último un clóset bastante grande, donde entrarían todo lo de ambos.
—Esta buena— ella ingresó a esta —Creo— ladeó su cabeza.
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Esto se va a poner muy bueno, solo me animo a decir eso.
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