↝ Capítulo tres.
"Somos el silencio de lo que no se puede ser y sin embargo existe"
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Cada uno volvió por su camino como si nada hubiese pasado, el segundo recreo había empezando y Betty se dirigió hasta la mesa de sus amigos.
—Hasta que apareces— se burló su prima —Estar muerta te cambió— agregó mientras abrazaba a su prima por los hombros —Hace dos años, eras una dulce inocente de 16 años que se quería casar y vivir el felices para siempre— soltó haciendo un ademán como si el título estuviera en el aire —Ahora Te revuelcas con un norteño que tengo la sospecha que es más menos norteño que tú muerte— dijo cambiando su tono.
Todos rieron inclusive Betty.
—Ya ni hay felices para siempre, lo creía viendo a mis padres juntos toda la vida, bueno... ahora, no se que pensar ya— confesó mirando a la pelirroja.
—Cuéntanos ¿Cuantos orgasmos tuviste en dos horas? Dime que valió la pena saltarse tu primera clase— hablo Fangs, el siempre es directo.
—¡Por dios Fangs!— se quejó Toni golpeándolo con su codo —Hablando enserio, cuantos?— miro a su amiga quien rodó los ojos.
—Ninguno— admitió y todos abrieron sus ojos —No hicimos nada, solo armó una escenita de celos diciendo que Archie quiere revolcarse conmigo, cosa que creo porque el quería estar conmigo hace dos años— los chicos volvieron a abrir sus ojos.
—Okay, el te gusta, y el gusta de ti— admitió Fangs.
—Claro que no, no estamos juntos— soltó negando.
—Como que todos saben sobre su relación menos ustedes— soltó Sweet Pea haciendo una mueca —Admítelo o haré que ambos lo admitan, así tenga que presionarlos e interrumpirlos cuando van en su tercer orgasmo querida.
Estos insistían en que ellos deberían estar juntos, de hecho Sweet pea era el más insistente porque gracias a él ellos se conocieron aquella vez en el bar, donde la rubia pasaba su tercer noche viviendo como toda una sureña. Aunque, todos quieren verlos como la pareja que en verdad son.
—Te vas a cansar Pea— dijo la rubia.
—Entonces si no tuvieron sexo, lo harán más tarde— asumió la pelirrosa —Pero recuerda que al terminar la escuela tenemos la cita para la perforación amiga-— agregó recordándole.
—Lo se Toni, no lo olvido— asintió suspirando pero riéndose.
—Oh, ¿Que se harán?— preguntó la pelirroja emocionada.
—Yo tres aritos en la oreja y un tatuaje-— dijo Betty.
—Yo el piercing en el ombligo y la nariz-— dijo esta vez, Toni.
—Las acompañó— aseguró Cheryl.
Por otro lado Jughead se veía obligado a sentarse con los del norte. Aunque el único que le cae bien era Kevin, antes también era Archie, hasta que hace unas dos horas atrás cambió de opinión.
—¿Donde estuviste Jug?— preguntó Verónica.
—Ocupado— dijo serio mientras Kevin lo miraba sospechando.
—¿Porque Betty se ve tan bien con esa chaqueta?— murmuro Archie pero con la intención que todos en la mesa lo escuchen.
—Y sin ella también— murmuro para sí mismo Jughead, pero no sirvió de mucho porque Kevin lo escuchó y se volteó con los ojos abiertos abriendo levemente su boca.
—Archie... mejor cállate si no quieres salir herido— este lo decía porque el sería capaz de golpearlo.
—¿Por ti?— preguntó Verónica alzando una ceja.
—Por ellos— miro a las serpientes, en parte era verdad, el podía dar la orden pero también podía hacerlo por si mismo -Se ve que es querida por todos, a simple vista, parece la reina- y esa era otra razón por la que todos querían que estén juntos, no puedes ser reina sin estar con el rey, y a Betty todos la querían como su reina.
—Pero no hay Reina, hay rey, y ni siquiera sabemos quien es— hablo Archie mirando a su amigo con los brazos cruzados.
—No lo se, solo digo... se la ve muy buena para poder ser reina— esto ya era personal, bastante.
Al terminar las clases Cheryl, Toni y Betty se encontraban en el local donde le harían las perforaciones y el tatuaje.
—¿Que tatuaje te harás?— le pregunto Cheryl a Betty.
—Una Estrella negra, para mi significó que me libre de mis padres, eso era un infierno y siempre decía que las estrellas brillan porque eres feliz, para mi, jamás brillaron, y por eso me la voy a tatuar— le explico.
—Lindo significado.
Betty para los aritos de la oreja eligió uno en el lóbulo de esta, era una flecha que atravesaba ambas partes, el otro era como un simple recorrido en la otra oreja, donde iba desde el principio del lóbulo y terminaba Justo arriba del que ya tenía, era una especie de cadena y el tercero se lo hizo arriba del que ya tenía en la oreja derecha.
Luego Toni se lo hizo también, el que todos le llaman "la vaca" el que va en la nariz. Y luego el del ombligo.
Después de que Betty se hiciera el tatuaje en la parte de atrás del cuello y el hombre, ya amigo de ambas por ir varias veces, le colocó un protector para que ni se infecte y se corra nada por ahora.
Las chicas volvieron y dejaron a Cheryl en su casa para cada una tomar su camino hacia sus trailers.
Betty entro al suyo dejando su chaqueta colgada en el perchero de la entrada.
—¿Porque demoras tanto nena?— preguntó una vez sentada en el sofá.
Betty se dio vuelta dando un salto por el susto.
Esta río viéndolo —Eres desesperado— negó acercándose a él.
—¿Que te hiciste?— preguntó el corriendo un mechón de pelo tras su oreja y ver la reciente perforación.
—Unos aritos ¿Te gusta?— preguntó apegándose mas a él sobre su regazo.
—Me encanta— aseguró para tomarle la mejilla y besarla, ese fue otro beso tierno que pronto si, se volvió más rebuscado.
Jughead acariciaba la cintura de la rubia con delicadeza y ella enredaba sus dedos en el cabello de él, sin dejar de besarse.
Esta desesperada bajo sus manos acariciando el torso completo de él, sabía que eso lo volvía loco, bajo la atenta mirada de él, tomó la punta de la remera para retírala y este sonrió coqueto.
—Y yo soy el desesperado— murmuro mientras se levantaba con ella enredando sus piernas en la cintura de él, mientras caminaban hacia la habitación de Betty.
Betty pensó que el la dejaría en la cama como siempre pero esta vez la bajo dejándola parada frente a él, la dio media vuelta para besarle el cuello, hasta correr su cabello suelto y ver el tatuaje fresco y recién hecho.
—¿Nuevo tatuaje también?— susurro en su oído sintiendo cómo está se estremecía. El corrió su cabello del todo para verlo y sonreír —Una Estrella negra— habló el sabiendo que significaba —No entiendo el porqué no tiene brillo, tu eres la persona más fuerte que conocí, deberías darte el crédito- río besando su cuello.
La rubia tiró su cabeza hacia atrás dejándola en su hombro al sentir como este acariciaba todo su cuerpo con las manos.
Al llegar hacia la remera la retiro dejándola en sostén. Ahora si, la cargo mientras la dejaba no tal sutilmente en la cama, y a ella no le importaba, sabía que el era así, y que así le gustaba.
Este se saco los zapatos para colocarse sobre la rubia entre sus piernas mientras seguía besándola y sosteniéndose por los codos para no apoyar todo su peso en ella.
Sus brazos estaban tensos por la fuerza que estaba haciendo, Betty sonrió tomando ventaja de eso y comenzó a pasar sus manos sobre estos, acariciándolo.
—No hagas eso— gruño el en un susurro.
—Entonces deja de hacerme esperar— soltó ella desabrochando su Jean y dejando que el lo retirase, para que haga lo mismo con el suyo.
—Pequeña impaciente— negó este besando su abdomen.
La rubia gruñó al ver que el solo buscaba de todas formas desesperarla, y así lo logró, esta tomó su cuello para besarlo bruscamente dándole a entender lo que quería.
—Te entiendo nena, tranquila— río esté viendo al cara seria de la chica.
Este dando la iniciativa desabrochó su sostén con una mano mientras que con la otra bajaba sus caricias por todo el cuerpo.
Este beso cada tatuaje que la rubia tenia, siempre lo hacía, ella tenía varios, uno en su hombro, el cual era un pequeño corazón, otro en su abdomen a la derecha, ese es el de las serpientes, después uno en su cuello, pero ese no se notaba porque estaba caía en su hombro.
Siempre hizo eso, desde la primera vez, pero de ahí fue aumentando los lugares mediante ella se volvía a hacer, y esa era otra razón por la cual ella se tatuaba.
Este bajo sus besos hasta llegar a las bragas de esta, las retiro dejándolas perdidas en la habitación, como todo lo demás.
—Hazlo de una vez...— se quejó la rubia pero sonó más como un deseo.
—Lo que tú digas— asintió pero tomó desprevenida a la rubia la cual arqueó su espalda al sentir un dedo de él dentro suyo.
Este sonreía viéndola que disfrutaba, como cada cosa que el hacia, así sea lo más mínimo.
—Jug...— gimió apretando las sábanas. Era raro, ella solo lo llamaba así cuando tenían sexo o muy pocas veces en otras ocasiones.
—¿Lo disfrutas princesa?— murmuró cerca de su oído entrando con dos dedos. Esta asintió sin poder soltar palabras —Quiero palabras mi vida— soltó este con su voz ronca.
—S...si...— murmuró cómo pudo ya que sentía como si su voz no pudiera controlarla y de ella solo salieran suspiros o jadeos.
—Así es mi amor— sonrió cuando al rubia se había corrido —Ahora, disfrutemos del buen sexo— asintió volviendo a devorar sus labios.
—Hazlo sin límites— murmuró llena de lujuria en sus ojos.
—Claro nena, siempre— beso sus labios con desesperación, estos parecían una droga para el.
Este se despojó de su bóxer para colocarse un condón y entrar en ella sin aviso, como siempre le gustó a ambos.
—¡Ah...!— soltó un gemido ahogado.
Este la embestía mientras ambos gemían el nombre del otro, sintiendo el placer máximo en cada uno.
Ambos llegaron al orgasmo y Jughead salió de dentro de Betty para recostarse a su lado, ella como siempre lo hacían, se recostaba en su pecho y el la abrazaba por la cintura.
Era raro, lo sé, ellos no eran pareja, hacían todas las cosas que una pareja normalmente haría pero ellos no quieren ser una, o no quieren aceptar serlo.
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Empece a escribir esta historia hace unos meses, y me da ✨ cringe ✨ cuando leo todo jajaja.
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