↝ Capítulo treinta y dos.
"Me gusta la exclusividad, si lo que yo puedo tener de ti, lo puede tener cualquiera, no me interesa"
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Faltaban unas pocas horas para que el baile terminara. Mientras tanto, los chicos se había reunido en un lugar aparte.
Tan solo querían disfrutar lo último juntos.
—Oh, gracias, gracias —sonreía Kevin exageradamente, mientras movía su mano y trataba de sostener la tiara de Betty en su cabeza—. Esta verga se cae —se quejó frunciendo el ceño.
—Es una tiara, Kev. Claramente no te va a quedar —negó Verónica riéndose cuando parece que el chico se había dado cuenta.
—Tienes razón —dejo la tiara en el regazo de Betty y le arrebató la corona a a Jughead de sus manos—. Dame eso —sonrió—, gracias lindo.
Jughead mordió su labio soltando una carcajada. Se veía a kilómetros que a Kevin le había afectado la licorera de Sweet Pea.
—Mientras Kevin nació para ser el rey. Yo nací para ser la reina —extendió su mano hacia su prima, quien le colocó la tiara sobre la cabeza sonriendo—, ¿Ven? Esto me queda espectacular —se auto señaló sonriendo, como si fueran a sacarle una fotografía.
—Lo sabemos Cher. Naciste para portar una corona —asintió Reggie con una mueca en su rostro.
—¿Se dan cuenta que es lo último antes de irnos a la universidad? —habló Archie hacia todos.
—¿Quien eres? ¿El protagonista de una película adolescente? —el pelirrojo rió ante la pregunta de Betty—. A mí no me miren, no veo la hora de largarme de ese maldito pueblo. No creo que me vuelvan a ver —sonrió de lado, sarcásticamente.
—A quien engañas primita, tu no puedes vivir sin tu dosis diaria de algo que se llama "serpientes sureñas" —alzó sus manos. Como si el título estuviera en el aire.
—Y hay algo que se llama, vivir la vida. Algo que haré.
—Si, claro.
—¿Que harán al terminar la preparatoria? —Jughead miró a todos en general.
—Estoy entre estudiar o revivir la fábrica de Maple Blossom —Cheryl ladeó su cabeza—. Limpiando el nombre de mí familia y haciendo las cosas mejor, claramente.
—Supongo que iré a la universidad y luego volveré a Riverdale —Toni sonrió de lado—, no creo que sobreviva cuatro años fuera.
—Es obvio que nos juntaremos para las fiestas. El que no lo haga, iré, y lo traeré de los pelos —aseguró Fangs señalando a todos. Uno por uno.
—¿Tu que harás Fangs? —preguntó la rubia hacia el.
—No tengo ni puta idea —asintió varias veces—, ¿Un futuro? Nosé si que es.
Los chicos rieron ante las ocurrencias de su amigo. Después de todo, tal vez sea la última vez que lo escuchen en años.
(...)
Betty respiró hondo con sus ojos cerrados. Veía el mar de frente a ella. Las olas romperse cerca de la orilla y la brisa fresca pegar en su rostro, haciendo que sus cabellos se alborotaran.
Nunca viene mal disfrutar una última vez de lo que te hace feliz.
—¿Un último respiro antes de volver? —Jughead se posó a su lado mirando el atardecer que se posaba delante de ellos—, linda hora que elegiste.
—Es algo lindo ver el atardecer desde aquí. Todo se ve...
—Tan fácil —murmuró el y la miró sonriendo—. A la vida te la pintan fácil, pero lo que no te dicen es que la pintura llevo de mucho esfuerzo.
—¿Te levantaste con ánimos hoy? —bromeó la rubia, negando para si misma.
—Hoy me libro de todos. Dime, ¿No estarías igual? —le sonrió riéndose. Cruzó sus brazos escuchándola hablar.
—Corrección —señaló ella poniéndose delante de el—, hoy te libras de Clarisse.
—Que conste que tu lo dijiste, no yo —los dos soltaron una risa. Jughead se la quedó mirando, quería grabar su risa para escucharla cada día. Sabiendo que claramente las cosas no serían fáciles cuando vuelvan.
—¿Por qué me miras así Jones? —alzó una ceja curiosamente.
—Hace mucho no te reías de esa forma.
—¿De qué forma? —frunció el ceño.
—Tan sincera... Tan, viva —sonrió de lado al ver que la sonrisa de ella se extendía en su rostro.
—Digamos que no tenía buenas razones para sonreír sinceramente.
El pelinegro suspiró y mordió su labio inferior.
—Lo siento —murmuró—, enserio lo hago Betts.
—¿Por qué? No hay motivos para sentir nada —negó con una sonrisa.
—Si los hay. Sabía que usando a Clarisse para alejarte no lograría nada. Es más, empeoraría las cosas.
—Y bien que lo hiciste —murmuró ella mirando el suelo.
—Sabíamos que esto no era más que una distracción de toda la mierda que vivíamos. Tu te fuiste de de tu casa a los dieciséis, mientras yo tengo a mí hermana, que vive entre las drogas. Teníamos nuestros problemas y nos usábamos mutuamente para olvidar... Sin saber que empeorabamos todo lo que sentíamos por el otro.
—Jug... Yo ya te dije lo que tenía para decir —mordió su labio y negó—, es solo que... Solo tengo para decirte una cosa —Jughead alzó una ceja para encucharla—, pase lo que pase, debes saber que siempre pensaré primero en mí que en otra persona —cerró sus ojos—, puede que suene egoísta pero así es. Aprendí que viendo por los demás es como sigo sufriendo la misma mierda siempre. Aprendí a ver por mí primero, antes de a otros que cuando los necesito no están —sonrió débilmente hacia el chico.
El asintió y puso su pulgar en el mentón de ella, para hacer que lo mirase.
—Lo entiendo, no tienes que explicarme nada. Mientras estés feliz, yo también lo estoy.
—Gracias Jug... —hizo una pausa—, lo digo enserio.
—Yo igual linda, yo igual —suspiró y juntó sus frentes—. ¿Una última probada al mar? —le sonrió pícaramente mientras está asentía tomando la mano de el, para enlazar sus dedos.
—Supongo que tenemos más cosas en común de lo que uno cree.
—No te mientas rubia —rió el acercándose a la orilla del agua—, tenemos todo en común con el otro.
—Ahora tu mientes. A ti no te gusta New York, mientras yo quiero vivir allí —lo señaló e hizo una mueca al sentir el agua llegarle a la cintura.
—Es que tengo un trauma con ese lugar —hizo una mueca con sus labios y se acercó a ella—. Aunque... Siempre pueden haber excepciones —la tomó de la cintura y sonrió.
—Ah no, ahora púdrete, tu te quedas en ese pueblito y yo me voy a la gran ciudad, baby —dió unos pasos hacia atrás, liberándose de su agarre.
Jughead abrió su boca indignado, pero sonrió cuando la rubia se metió bajo el agua para refrescar su rostro. La miró con una sonrisa cuando salió a la superficie, acomodando su cabello, el cual brillaba con el atardecer detrás de ella.
—No me cansaré de decir que eres perfecta —relamió sus labios—, demasiado —y sin más, volvió a besarla.
Definitivamente se habían vuelto adictos a los labios del otro. Tanto que no podrían pasar un día sin volver a saborearlos.
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¿Me perdonan por no actualizar en días? ¿No? Fuck.
Okay okay, lo siento lo siento, pero me entusiasme mirando La saga Winx sorry JAJJAJAJA.
Prometo actualizar al menos un día más está semana :)
Actualización de hoy: ayer les dije que iba a subir pero a mí wifi se le cantó andar para el orto 👍🏻.
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