"Un sabio dijo: valora a quién te dedica su tiempo, porque está dando algo que nunca recuperará"

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El día del baile había llegado, por fin.

Para muchos era el gran baile del último año, el último que disfrutarían con todos.

Para otros, era simplemente un baile al cual debían de asistir obligados la mayoría, por sus amigos.

Y luego estaban los que no querían que llegase, esto indicaba que tan solo dos días después volverían a su ciudad. Cada quién por dónde vino.

Betty dentro de todo estaba normal, sabía que eran solo unas horas de turtura en el baile, y dos días que soportar a Clarisse, luego, ya no más.

Ya no más una rubia insoportable.

Ya no más intentos de celos de la chica.

Y sobre todo, ya no más la pareja de Jughead y Clarisse.

Muy en el fondo ella sabía lo que le había afectado aquello, sabía, tanto que decidió alejarse por su propio bien, sabía que si seguía dónde estaba, en un círculo vicioso, no saldría nunca más de el.

Tal vez pasaría como un triángulo amoroso. Con la diferencia de que ella se retiró antes de que aquello se formase.

Terminó de colocarse su labial. Lo guardo y acomodó los bordes de este mismo. Se miró al espejo y sonrió.

Estaba de más decir, que estaba satisfecha con lo que llevaba puesto.

La puerta de la habitación se abre, esta se dio la vuelta y lo miró.

—¿Que pasa? —preguntó ella.

Jughead la miró de arriba a abajo y sonrió de lado.

—Las chicas ya están afuera, dicen que vayas ahora o sino no abra acción —se encogió de hombros—. Eso último no lo entendí, Verónica dijo que no nos importaba ni a mí ni a Archie.

Betty río entre dientes, Verónica y las chicas le habían dicho que si no estaba puntual, no habría un baile todas juntas. Y si, claramente bailarían juntas una canción al menos. ¿Para que existen las amigas sino?

—Aunque te lo dijeran, no lo entenderías — se acercó a él y palmeó su hombro—. Ten una buena noche. —dejó un beso en su mejilla y se fue dejándolo ahí, en la puerta de la habitación que compartían.

—¿Estás lista mí amor? —Kevin llegó a su rescate para cruzar su brazo por los hombros de ella, dejando un beso en su frente anteriormente.

—Lista —miró a las chicas—. Veo que ustedes también.

Todos los presentes rieron. Mientras, Archie se acercó a Jughead.

—Se que no hablamos hace mucho —Jughead lo miró con una ceja alzada—. Pero ya hasta Verónica y Betty se perdonaron, supongo que podemos acabar al menos la preparatoria bien. ¿No es así?

Jughead lo miró de reojo sin apartar la vista de las chicas. —Supongo, si —se encogió de hombros.

—Perfecto —Archie miró a la dirección del pelinegro y negó—. Debes de aprender una cosa —lo miró y suspiró —. No pidas amor dónde no lo sembraste. No puedes desear un árbol sin haber sembrado la semilla. Pasa exactamente lo mismo contigo y Betty —se encogió de hombros —. Piénsalo.

Las chicas se dirigieron hacia en salón donde se realizaría el baile, que iniciaba el fin de su vida como adolescentes.

Ya la mayoría era mayor de edad, 18 años, listos para comenzar la vida adulta, o bueno, eso querían sus padres, librarse de sus hijos luego de tener que soportarlos por casi dos décadas.

—¿Ni siquiera hay una temática? —se quejó la pelirroja al ingresar al baile.

—Amor, ¿Que creías? Es solo un campamento iniciado por los padres de la antigua generación para librarse de sus hijos por tres meses. —se encogió de hombros—. No habrá una temática especial para algo que nadie considera especial.

—Mucho menos los encargados del lugar —agregó Verónica.

—Y después decían que mí mal humor y yo arruinabamos el baile —rió la rubia y se puso delante de las chicas y Kevin—. Iré por un trago, supongo que habrá algo de alcohol aquí —ladeó su cabeza. —Sino, los demando.

Las chicas rieron incluyendo a Kevin. Betty se dió media vuelta para caminar hacia una barra cerca de ella.

—¿Nada de nada? —cuestionó alzando una de sus cejas.

—Ya te dije tres veces, no está permitido servir alcohol en los bailes —negó el chico que atendía la barra.

—Creo que el campamento necesita un dueño menos puritano —murmuró alzando sus cejas. —Bien, solo dame... Lo que sea, ni siquiera quiero estar aquí. —suspiró y se sentó en los banquillos de la barra mientras el chico se iba a preparar lo que sea que le había entendido a la rubia.

Un chico se puso a su lado. La miró de reojo varias veces mientras resonaba sus dedos sobre la barra, esperando que lo atiendan.

—¿Que? —cuestionó ella.

El chico la miró —Oh, nada —negó tomó aire—. Solamente... —hizo una pausa, como si buscara las palabras correctas. —¿Eres la ex del novio de Clarisse, no es así?

Betty alzó ambas cejas mirando la barra. —Si la perra dice eso, hay que aceptarlo. —sonrió para si misma y lo miró—. Si, supongo que lo soy. Soy la ex del novio de tu amiga —gruñó sarcásticamente.

—Como sea, Clar está obsesionada con ser la reina —hizo una seña con su cabeza. La rubia miró hacia esa dirección y vió a la otra rubia hablar con alguien que ni ella ni Clarisse conocían.

Betty alzó vas cejas y las bajo al mismo tiempo —Supongo que como el destino viene ayudándome últimamente, no creo que se cumpla su deseo. —volvió a mirar al chico.

—Si bueno, ella habla de ser reina desde que nos hablaron sobre este campamento.

—Si quiere ser reina que se consiga a un príncipe, no a un rey que ya tiene la corona puesta, junto a su reina —se encogió de hombros tomando el trago que había pedido. Agradeció con una sonrisa y bebió. —Nada mal eh —miró al chico con quién hablaba —Debes pedirlo, no te pierdes de nada —sonrió y aún bebiendo su vaso de levantó yendose de allí.

Se acercó a sus amigos.

—¿Quien era ese? —Fangs la miró con media sonrisa dado a qué Jughead estaba sentado a su lado.

—Siendo sincera —miró a Jughead y aprovecho el momento. —Un sexy chico sin nombre. —se encogió de hombros fingiendo pena.

El pelinegro la miró pero no dijo nada. Solo se calló la boca y miró a su alrededor.

—Oh, casi me olvido —Sweet Pea abrió un bolsillo interior de su traje y saco una licorera. —¿Quien quiere un poco?

Betty se lo arrebató enseguida —Dame eso —sirvió un poco en su trago y miró a los demás viendo que lo pedía.

—Ya que, pásame —le lanzó la licorera a Jughead quien tomó un largo sorbo y se lo paso a Reggie, quien estaba a su lado.

—Lo mejor de los bailes es pasar de contrabando el alcohol, como si fueras mafiosos con la droga —se rió Archie al ver cómo su amigo le pasaba disimuladamente a Verónica.

Esta miró pelirrojo y a todos en general.

—Creanme cuando les digo que no es nada divertido eso— señaló y negó ganandose las risas de todos allí.

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Mí mamá queriendome cambiar de escuela xq dice que no la paso bien ahí xq todos son altos tinchos y milipilis.

¿Cómo le explico a mi mom que soy yo quien no quiere hablar con nadie?

Onda si, son todos re forrados en guita, pero no me vengas a cambiar mí grupo de amigas porque te rajo a tiros :)