WooMi había despertado con un fuerte dolor de cabeza, llevó su mano a su frente, sintió algo raro entre sus dedos, tenía algo parecido a un corte en su frente pero pasaba desapercibido por su cabello, era pequeño, abrió los ojos encontrándose en su habitación, su teléfono estaba en la mesa de noche. EunWoo apareció con una ropa diferente.

—Vístete con eso, nos iremos en unos segundos.

— ¿Qué?

—Tu amante cree que vas camino a Seúl con SongHa porque decidiste dejarme para tu bienestar—sonrió burlonamente. Tomó el teléfono de WooMi donde se podía ver que eran las cinco de la mañana—Vístete.

La castaña adolorida y aturdida obedeció, al incorporarse de pie se tambaleó un poco, se cambió de ropa con movimientos lentos, sentía que si lo hacía con prisa terminaría desmayándose de nuevo. Unos toques en la puerta alertaron a ambos, EunWoo tomó su pistola colocándola debajo de su camisa detrás de su espalda.

—Ya sabes lo que debes hacer—advirtió saliendo de la habitación. WooMi acomodó su blusa asomándose en el marco de la puerta, su corazón se aceleró al ver que era su madre la que aparecía—Buenos días, suegra—sonrió actuando de maravilla.

—Buenos días—entró sin pedir permiso. Sus ojos fueron a WooMi, la castaña no sabía como actuar pues su madre no era tonta— ¿Van a salir a esta hora?—preguntó extrañada.

—Es que WooMi no se ha sentido muy bien—explicó luciendo muy preocupado de repente—Pasó la noche vomitando.

La señora Jung no notaba ningún golpe en su hija, pero si la notaba tensa. El ambiente estaba tenso de por sí.

— ¿Es cierto?—preguntó a su hija. EunWoo con la mirada le advirtió llevando su mano a su espalda haciéndole recordar del arma que tenía debajo de su camisa.

—Sí, estuve vomitando anoche—asintió con una frágil sonrisa—Le dije a EunWoo que esperara a que amaneciera pero incluso ahora me siento un poco mareada, ¿SongHa está dormida?

—Sí, las chicas siguen dormidas.

—Será mejor irnos ahora, me preocupa verte así—volvió a actuar— ¿Estás lista, amor?

—Sí, lo estoy—asintió—Vuelvo luego, mamá.

La señora Jung la miró pasar a su lado con la cabeza baja, la pareja salió de la casa y ella los vio bajar las escaleras. EunWoo tomaba su muñeca guiándola, una vez tomaron el taxi, entró a la casa de nuevo, en la sala de estar escondido entre algunas fotos cerca del televisor había colocado una cámara diminuta días atrás cuando supo que EunWoo había sido infiel y la había golpeado anteriormente.

●|●|●

JungKook terminaba de vestirse con cierta prisa, WooMi le avisaría cuando ya estuviera en Seúl, no podía creer que finalmente hubiera abandonado a ese idiota, según los mensajes, EunWoo había aceptado darle el divorcio y ella le había dicho que ya no podía seguir bajo su mismo techo, fue la misma señora Jung que le aconsejó irse a Seúl para buscarlo. En la casa JiHyo y JaeYoon seguían durmiendo, JungKook subió a su auto en el garaje introduciendo las llaves.

Buscó la dirección en su teléfono guiándose de ella, llegó sin problema al estacionamiento de una cafetería que todavía no abría al ser muy temprano, eran las cinco y media de la mañana para ser exactos. Respiró profundo enviándole un mensaje.

JungKook:
Acabo de llegar a la cafetería, te esperaré dentro cuando hayan abierto.

Apenas lo envió la puerta del conductor se abrió, habían cinco tipos todos encapuchados, no podía ver sus rostros, uno de ellos lo bajó apuntándole con un arma en la cabeza, JungKook levantó sus manos mostrando que no tenía intenciones de luchar, distinguió una camioneta negra que no estaba allí cuando llegó.

Un golpe en su abdomen le quitó el aliento, al caer al suelo tuvo la desventaja y los golpes no le dieron tiempo de intentar defenderse siquiera.

●|●|●

WooMi no sabía como sentirse, estaba adolorida, nerviosa y asustada, el taxi los llevó a Seúl dejándolos en una zona de mala fama. WooMi bajó del taxi con EunWoo tomándola del brazo, la chica miró alrededor encontrándose en un barrio pobre donde las casas estaban con graffitis por fuera o deterioradas, EunWoo tocó el portón gris de una casa, alguien abrió permitiéndoles entrar. Allí en la sala de dicha casa que parecía estar en construcción olvidó su dolor de cabeza.

— ¿JungKook?—susurró con dolor al ver al chico de rodillas con sus manos atadas en su espalda, estaba golpeado, con cortes tanto en su rostro como en su cuerpo y brazos, uno de sus ojos no podía abrirse del todo, lo más doloroso fue ver que en la ceja donde solía tener el piercing sólo tenía dos puntos sangrientos.

WooMi contó alrededor de diez hombres en aquella sala armados y más que EunWoo.

— ¡Finalmente te conozco, Jeon JungKook!—sonrió EunWoo. Hizo que WooMi se sentara en una silla para que viera el espectáculo—Ya debes conocerme, claro que sí, pero igual me presentaré—sonrió encantadoramente—Soy Cha EunWoo, el esposo de Jung WooMi.

La castaña no sabía como respirar. No sabía siquiera como salvarlo.

—No seas penoso, me parecías un chico rudo por tu apariencia aunque tu expediente dice lo contrario—se burló—Eres sólo un simple administrador que se metió con la esposa de un policía sin pensar en las consecuencias—chasqueó la lengua fingiendo decepción—Eres algo idiota, ¿No?

Al no responder, EunWoo con un gesto hacia uno de sus matones hizo que golpeara al pelinegro que escupió sangre.

— ¡EunWoo, basta!—WooMi no soportaba verlo así. Estaba horrorizada—Él no tiene la culpa, detén esto, por favor.

— ¿No tiene la culpa?—bufó—Tiene la culpa de haberse acostado contigo y haberte follado, ¿Qué dijiste una vez? Te hizo sentir mujer—se acercó a ella. JungKook lo vio tomarla del cabello levantándola del sofá.

—No la toques—dijo entre dientes sintiendo el sabor de su sangre en su boca. EunWoo volteó a verlo con una sonrisa satisfactoria y maliciosa.

— Ya me estaba preocupando por tu silencio—soltó a WooMi—Levántenlo.

Dos de sus matones colocaron de pie a JungKook. Era unos centímetros más bajo que EunWoo pero escasos centímetros. Ambos se sostuvieron la mirada.

— ¿Qué dijiste, Jeon?

—No la toques—repitió— ¿Enserio tenías que hacer todo este espectáculo tan aburrido?—ahora era él quien se burlaba—Ahora veo quien llevaba los pantalones en ese matrimonio—sonrió ladinamente—No veo que WooMi haya hecho todo esto cuando supo que la engañaste también, admitamoslo, EunWoo. Tu orgullo está herido porque tu esposa te hizo lo mismo, a eso se le llama karma.

—Que palabras tan profundas, ¿Algo más?

—Púdrete—le escupió algo de sangre en el rostro recibiendo como respuesta un golpe en uno de sus cortes en el torso. Jadeó en busca de aire y de dolor.

—Ahora veo porque JiHyo se fijó en ti, ambos son patéticos y mentirosos, me sorprendió que ella siguiera intentando protegerte considerando las cosas que decía de ti—retrocedió mirándolo intentando recuperar el aire.

—Al menos...al menos yo si me enamoré profundamente—tosió un poco haciendo una mueca de dolor. Sus brazos eran tomados por dos de esos matones encapuchados—Me enamoré de WooMi, la amo y sería capaz de morir por ella—admitió viendo los ojos del policía—Lo nuestro fue más que simple sexo pero tú...—se echó a reír—JiHyo no te ama y tú no eres capaz de amar a nadie porque te convertiste en un monstruo, los monstruos también tienen sus debilidades. Te quedarás solo, cuando estés en una cárcel pagando lo que has hecho yo estaré con tu esposa haciendo todo lo que no hiciste con ella—WooMi prefería que no hablara—La perdiste por tu propia culpa, ahora carga con eso en tu consciencia si es que tienes una.

El enojo de EunWoo sabía que tenía razón ese chico, pero su locura no le permitiría verlo, su sed de venganza no lo vería. Hizo un gesto con la cabeza deteniendo a WooMi cuando comenzaron a golpearlo más de lo que ya estaba.

— ¡No! ¡No! Por favor, EunWoo, detenlos—suplicó en vano. JungKook escuchó su voz recibiendo patadas, cortes y puñetazos—¡Por favor! Te lo suplico, haré lo que quieras, déjalo en paz—WooMi sollozo.

—Detenganse—ordenó. JungKook estaba tendido en el suelo con sus manos en su espalda todavía al estar atadas, tosió sangre escupiéndola—Compláceme delante de tu amante si tanto quieres salvarlo.

— ¿Qué?—la castaña retrocedió negando con su cabeza—No, no me hagas eso.

EunWoo sacó su pistola, uno de los matones le entregó algo, colocó el silenciador al arma y la bala salió directo a su pecho, WooMi escuchó un quejido de JungKook, el disparo nunca sonó. El pelinegro tocó su pecho notando la aparición de la sangre en segundos.

EunWoo le había disparado.

— ¡No!—WooMi intentó acercarse siendo detenida por su esposo. Éste la empujó al suelo, ella intentó levantarse sin éxito, EunWoo se colocó sobre su cuerpo susurrándole al oído.

—Te daré el divorcio cuando dejemos en claro a tu amante que no es el único en hacerte gemir.

— ¡No! ¡Suéltame!

JungKook tosió más sangre que antes, su pecho estaba doliendo, más doloroso fue ver a WooMi forcejear con EunWoo, el pelinegro fue testigo de cómo cubría su boca con su mano impidiéndole gritar, se encargó de bajar su pantalón lo suficiente para penetrarla sin ningún cuidado. WooMi sollozó sintiendo dolor, intentó gritar sin tener éxito.

JungKook no quería ver aquello pero al voltear el rostro era obligado a mirar, si se movía la bala en el pecho parecía introducirse más. Algunas lágrimas cayeron de sus ojos, escuchó los asquerosos sonidos de EunWoo sintiendo su impotencia crecer, la adrenalina era lo que lo mantenía consciente.

WooMi jadeó de dolor cuando su boca fue liberada y su esposo acabó en ella. No era capaz de mirar a JungKook a los ojos, sentía vergüenza además de culpa, su cuerpo comenzó a temblar por el llanto silencioso de ella.

EunWoo no necesitaba decir más, lo último que JungKook vio fue al chico apuntarle con el arma y otra bala salió.