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Capítulo 32: Reflexión

JungKook había despertado primero sintiendo un leve dolor de cabeza, también sintiendo su cuerpo pesado, se sentía cansado todavía, WooMi abrazaba la almohada a su lado, su cabello castaño lucía más claro de lo normal por los rayos del sol que alcanzaban su melena por las sábanas, ella seguía profundamente dormida, una de sus piernas estaba expuesta pero las sábanas cubrían la desnudez de ambos, su espalda estaba descubierta, el pelinegro volteó apartando los mechones del rostro de ella o de su espalda, WooMi en respuesta respiró profundo estando entre sus sueños.

JungKook pudo recordar lo de anoche en el club.

WooMi terminaba su quinto coctél con las mejillas rojas, JungKook sabía que estaba ebria, sus ojos eran brillantes, además de eso la chica se encontraba más relajada.

— ¡¿Quieres que volvamos?!

— ¡No!—llevó el palillo con el trozo de sandía a su boca—¡Vinimos a disfrutar! ¡Estoy disfrutando!—lo miró—Estoy disfrutando con el hombre que amo— ¿Disfrutas conmigo, JungKookie?

El chico sonrió divertido mirándola. Depositó un corto beso en sus labios acariciando su mejilla, se acercó a su oreja susurrándole.

—Disfruto siempre que estoy contigo.

WooMi sonrió tontamente susurrándole en el oído también.

—Quédate conmigo siempre, ¿Puedes?

JungKook notó que sus ojos contenían las lágrimas, odiaba verla llorar por ese idiota, odiaba que fuera esposa de Cha EunWoo, jamás imaginó que una aventura podía terminar convirtiéndose en algo tan profundo como lo suyo. ¿Qué le había hecho Jung WooMi para tenerlo a sus pies?

—Voy a quedarme contigo esta vez—susurró viéndola dormir, acarició uno de sus mechones castaños corrigiéndose—Me quedaré siempre, WooMi.

Y sabía que debía solucionar lo de su divorcio, sabía que debía divorciarse de JiHyo incluso si WooMi y él no siguieran juntos, su tranquilidad no tenía precio, tranquilidad que dejó de existir viviendo con la mujer que lo engañaba, pero también que él engañaba. Aquello había dejado de ser un matrimonio estable para su hijo, JaeYoon merecía crecer en un ambiente sano, el que JiHyo y JungKook mantenían había dejado de ser sano hace mucho.

Una música lenta había comenzado a sonar invitando a las parejas a enfocarse en ellos y atreverse a bailar juntos. WooMi tenía su cabeza apoyada en el hombro del chico, JungKook bailaba con ella abrazando su cuerpo teniendo su barbilla apoyada en el hombro de ella. Ambos tenían sus ojos cerrados.

—Tengo miedo—la escuchó decir con un suspiro—La última vez que hicimos este escape acabó mal.

—Por mi culpa.

—No lo fue.

—Lo fue—la estrechó entre sus brazos—Prefiero no recordarlo.

— Sería lindo hacer esto todo el tiempo—se separó sólo un poco viendo sus ojos—Tú...eres de esos hombres que valen la pena luchar por ellos.

—Creo que has bebido mucho.

—Estoy siendo romántica.

—La sobria WooMi no diría eso.

— Entonces deja que la ebria WooMi te diga esto—colocó sus manos en sus hombros—Tengo miedo de sentirme capaz de poder luchar por ti y por lo que tenemos, no eres mi amante, no lo veo así, así como tampoco veo a EunWoo como mi esposo incluso si un tonto papel lo dice—JungKook apartó una lágrima silenciosa—No quiero separarme de ti de nuevo y tenías razón, queremos lo mejor para nuestros hijos pero primero debemos buscar lo mejor para nosotros—tragó con dificultad—Te amo y no necesito un papel que confirme eso porque sé que tú lo sabes mejor que nadie, te amo Jeon JungKook.

Una pequeña sonrisa se dibujó en los labios del pelinegro.

—Quiero preguntarte algo—ella asintió—¿Por qué me parece que es costumbre verte llorar cuando hablas de tus sentimientos?

WooMi tocó sus mejillas notando que era cierto. JungKook besó sus labios de manera dulce diciendo todo lo que las palabras no podían decir.

WooMi respiró profundo antes de abrir sus ojos encontrando al chico despierto, JungKook siguió jugando con su cabello, algunos recuerdos borrosos aparecieron en su cabeza, sabía que estaba desnuda debajo de las sábanas pero no recordaba cuantos coctéles había bebido.

—Me emborrachaste.

— ¿Disculpa?—JungKook se hizo el ofendido—¿A quién le pareció exquisito esos coctéles y pidió más?

La castaña volteó el rostro hacia la ventana, mala idea, pues los rayos del sol tocaban su rostro, JungKook repartió besos por su espalda provocando una linda sonrisa en ella, abrazó su cuerpo inclinándose un poco en ella viendo aquellos ojos color miel por el sol, incluso a la luz de éste Jung WooMi era más hermosa.

— ¿Quieres seguir durmiendo?

Ella asintió cerrando sus ojos. Él se recostó en su espalda sin soltarla, ambos morían por despertar así cada día junto al otro.

●|●|●

La señora Jung se había preparado una taza de café, era costumbre para ella beberlo cada día, sirviéndose en la taza distinguió a JiHyo acercarse con rostro somnoliento. Había permitido que se quedara en su casa y durmiera en la otra habitación con JaeYoon.

— ¿Usted siempre se levanta temprano?

—No es temprano—miró su teléfono—Son las nueve de la mañana, a esta hora he adelantado mucho allá abajo. ¿Quieres café?

—Un poco.

JiHyo se había enterado que EunWoo había llamado a casa porque la misma señora Jung le advirtió.

— ¿Cuánto tiempo cree que EunWoo que estarás fuera de Seúl?

—No le dije el tiempo—se cruzó de brazos—Pero si tardo mucho sospechará, no es idiota.

— ¿No tienes miedo?—le entregó una taza con el líquido negro. JiHyo la aceptó dándole un sorbo.

— Tengo miedo por JungKook. Aunque nuestra relación no sea lo de antes y ambos nos hayamos engañado, sigue siendo el padre de mi hijo—se encogió de hombros—¿Señora Jung?

—Dime.

— Usted conoce lo que ocurrió con los cuatro—dejó la taza junto a la estufa mirándola— ¿Me consideraría una villana de todo esto?

—Ya sé lo que pasa—sonrió—Has estado pensativa, ¿No es así?—chasqueó la lengua—Vamos a la sala.

La pelirroja la siguió tomando asiento en el sofá junto a ella.

—Mi madre sabe sobre la infidelidad de JungKook pero desconoce de la mía, ella anhela el divorcio tanto como JungKook—tomó una bocanada de aire—Le dije a mi hijo hace tres años que su padre deseaba el divorcio, estaba enojada incluso cuando yo hacía lo mismo que él...—JiHyo sintió un nudo en su garganta—Y ahora me doy cuenta que debí aceptar el divorcio desde un inicio. Me repetí lo que dijo sobre el sexo y el amor.

— ¿Y crees que estuve equivocada?

—No, comprobé que es muy cierto—sonrió con tristeza—He actuado mal, he hecho las cosas mal, está bien divorciarse, está bien acabar algo que no es sano para nosotros...

—Señorita JiHyo—interrumpió—Estás dando el primer paso que es aceptar que te equivocaste, el ser humano comete errores cada día pero pocos admiten equivocarse.

—Destruí mi matrimonio, ¿Cierto?

—Por lo que me has contado ese matrimonio ya estaba destruído desde el inicio.

—Nos casamos muy jóvenes y fuimos padres muy pronto.

—JaeYoon no tiene la culpa de nada, él no pidió venir a este mundo, ¿Te arrepientes de haberlo tenido?

—No. Para nada y JungKook es igual, nunca ha tratado mal a su hijo.

—Haberle dicho sobre el divorcio está mal, podemos sentir las ganas de cortarle el cuello a nuestra pareja pero jamás podemos hablarle mal a nuestros hijos sobre sus padres—indicó—Ten eso en cuenta. Jamás coloques en contra a JaeYoon.

La pelirroja la escuchaba con atención.

— ¿Nunca cometió ese error cuando el hombre que amaba la dejó?

—No, WooMi creció y se dio cuenta por sí misma de la clase de persona que era su padre.

— ¿Cómo?

— Comenzó a notar que nunca estaba y que nunca estuvo en nuestras vidas, los niños lo notan, son muy inteligentes—indicó—Ten cuidado con EunWoo.

—Lo tendré y...gracias por escucharme a pesar de venir con...superioridad...

—Siempre que quieras puedo bajarte de las nubes—le guiñó el ojo.

— Una última pregunta, ¿Por qué su hija tiene su apellido y no el de su padre? ¿Tampoco estuvo en el nacimiento de ella?

—Ya teníamos constantes problemas, sabía que iba a dejarme en cualquier momento y también sabía podía salir adelante con mi hija, no necesitaba su apellido, necesitaba el de su madre—sonrió con cierto orgullo—Eso tenlo en cuenta, puedes salir adelante por ti misma y no por un hombre.

—Para mi madre es muy importante tener una pareja, es agradable escuchar algo diferente—asintió—Gracias, ahjumma.

—No hay de qué, muchacha.

Estas escenas de JiHyo aunque no lo crean me parecen muy importantes.

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