Capítulo 15: Exterior
JungKook terminaba de subir las maletas a la parte trasera del auto, jamás en su vida había deseado tanto unas vacaciones, el sol estaba radiante en el sol haciendo algo de calor, era raro no verlo formal. Tenía unos jeans con una camisa blanca que dejaba expuesto parte de su brazo tatuado, en sus ojos tenía unas gafas negras para el sol, JaeYoon se despedía de JiHyo en la puerta abrazándola y recibiendo un beso de su parte. El pelinegro pasó su mano por su cabello, era más largo desde la última vez que vio a WooMi, fácilmente podía recogerlo en una coleta, éste todavía no tocaba sus hombros.
—No te alejes mucho de tu padre, ¿De acuerdo?—JiHyo lo ayudó a subir al auto, le colocó el cinturón de seguridad besando su cabeza— ¿Llevas tu tablet?
—Sí, está en mi mochila—señaló.
— ¿Guardaste sus cosas?—preguntó a su esposo.
JungKook había subido frente al volante colocándose su cinturón, ni siquiera le respondió, sólo asintió con la cabeza. Para él era un alivio que la mujer de cabello rojizo decidiera quedarse en casa.
Ella tenía sus motivos.
—Adiós, mami.
—Adiós, cielo.
JiHyo cerró la puerta retrocediendo, vio aquel auto oscuro alejarse, una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios. Con la casa sola esos tres meses sería como estar en el paraíso día y noche, necesitaba desestresarse con EunWoo.
●|●|●
—Cuida a mamá, ¿De acuerdo? Se una buena niña—EunWoo abrazó a SongHa besando su mejilla.
WooMi respiraba profundo manteniendo sus brazos cruzados, por un lado se sentía con un peso menos al saber que estaría sola con la niña por dos meses. Pero por el otro...le hervía la sangre que el muy miserable estaría con JiHyo, no necesitaba que se lo confirmaran.
EunWoo se incorporó abrazando a su esposa, WooMi no se movió.
—Al menos actúa frente a la niña—susurró en su oreja. Depositó un corto beso a sus labios sonriendo—Las extrañaré.
—Y nosotras a ti—mintió.
El chico subió al taxi, WooMi cargó a SongHa quien se despidió moviendo su mano. El auto aceleró y por unos meses al menos sería libre.
— ¿Extrañarás a appa?—preguntó a su madre.
—No, porque te tengo a ti—le hizo cosquillas escuchando su risa.
●|●|●
—Olvidaba como se sentía—WooMi estaba arrodillada frente al retrete. Había devuelto el desayuno sintiendo esos mareos y náuseas, su madre sostenía su cabello estando en desacuerdo.
—¿Puedes levantarte?
—No siento mis piernas siquiera.
—¡Momo!—llamó en voz alta. De la nada WooMi recostó su cabeza de las piernas de su madre—Aigoo, ¿WooMi?—la chica se había desmayado—¡Momo!—volvió a gritar. La pelinegra apareció con el delantal algo sucio ya que estaba haciendo sus cosas en la cocina—Ayúdame a llevarla afuera.
Entre ambas cargaron a la castaña inconsciente recostándola en el suelo del restaurante, WooMi estaba tan pálida como una hoja de papel, SongHa que estaba jugando al ver a su madre así comenzó a llorar, su pequeña cabecita le decía que su madre estaba muerta.
—Shh, tranquila, mami está bien—su abuela la cargó acariciando su espalda—Momo, consigue algo de alcohol y algodón, el botiquín está en la cocina.
—Omma, ¿Murió?—SongHa hablaba con algo de hipo.
—No, claro que no, cielo, sólo está dormida y vamos a despertarla, no llores—besó su frente. SongHa sin soltar su peluche rosado apoyó su cabeza en el hombro de su abuela.
La mujer estaba a punto de explotar con tantas emociones encontradas.
●|●|●
—Appa.
— ¿Mmm?—JungKook conducía con una mano en el volante y la otra apoyada en la ventana. El aire acondicionado estaba al tope manteniendo el auto fresco, era verano y la mayoría estaba de vacaciones, especialmente los niños.
— ¿Omma y tú están molestos?
—No, ¿Por qué?
—Pareciera que sí—JungKook lo miró por segundos en el retrovisor—Los padres de mis amigos suelen abrazarse y ser cariñosos entre ellos pero omma y tú no lo son, no recuerdo la última vez que los vi hacer eso.
—Algunas cosas cambian con el tiempo—sonrió un poco.
JaeYoon asintió un tanto pensativo.
— ¿Todavía quieres divorciarte de ella?
La sonrisa se esfumó.
— Tu madre te dijo que me preguntaras esas cosas, ¿Verdad?—reprochó con sus gafas puestas—Hagamos algo, después de este viaje te preocuparás menos por nosotros y más en tus estudios, ¿De acuerdo?
— ¿En mis estudios?
—A tu edad lo único que debe importarte es ser bueno en la escuela, el resto no importa.
El niño de siete años frunció el ceño.
—Son mis padres, debo preocuparme por ustedes.
—JaeYoon, si tu madre y yo estamos molestos no es por ti, nunca pienses eso, te queremos y te amamos más de lo que puedes imaginar—indicó—Así que desde ahora nada de hablar sobre los problemas.
—Pero...
—Pero nada—encendió la radio dejándola en una estación de música. Un mensaje llegó a su teléfono, cuando no estuvo en movimiento pudo revisarlo.
JiHyo:
Buena suerte en el viaje, amor.
●|●|●
— ¡Quiero Doritos!—JaeYoon tomó una bolsa grande. Estaba en la gasolinera con su padre comprando algunos bocadillos para el camino—Y chocolate.
—Esto es todo el licor que pude conseguir—WooMi apareció en la habitación con algunas latas de cerveza y algunos bocadillos— ¿Sabías que si mezclas el chocolate con los Doritos creas la mejor combinación?—JungKook sonrió como tonto viéndola divertido—¿Por qué me ves así?
—Porque mi camisa te queda muy bien y porque luces muy adorable.
Una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios acompañada de la nostalgia. ¿Qué estaría haciendo Jung WooMi en ese momento?
— ¿Appa?—JaeYoon llamó su atención— ¿Estás bien?
—Sí, creo que no falta nada más.
Se dirigieron a la caja para pagar, JungKook notó como el hombre que registraba las compras miraba sus tatuajes juzgando con la mirada, el pelinegro rodó los ojos colocándose sus gafas de nuevo estando serio. Detestaba la ignorancia de esas personas.
— ¿El niño viene con usted?
— No, lo traigo secuestrado—colocó su tarjeta en el mostrador para pagar— ¿Qué? ¿Cree que soy un tipo peligroso por mis tatuajes?—levantó una de sus cejas. El hombre de caja estaba inmóvil, JungKook agachó la cabeza un poco dejando ver apenas sus ojos—Será mejor que se cobre de la tarteja o no querrá saber lo que pasará.
El empleado se apresuró a cobrar todo. JungKook salió de la tienda con Jae tomando su mano, el niño estaba riendo un poco por la actitud de su padre.
—Appa, creo que asustaste a ese señor.
—Creo que sintió envidia de mis tatuajes—ayudó al niño a subir dejándole la bolsa de las compras. JaeYoon se colocó su cinturón mientras él subía al volante de nuevo.
—Me gustan tus tatuajes pero quisiera hacerme un piercing como el tuyo.
—Cuando seas mayor de edad harás lo que te haga sentir mejor siempre y cuando no perjudique a nadie—se quitó las gafas colocándolas en el cuello de su camisa.
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