Cuando Nayeon le hizo una seña que le permitía voltear la página para ver más allá de la página setenta, Mina estaba emocionada de que le haya tenido esa confianza, y su expresión quedó en sorpresa cuando se vio a sí misma en el dibujo setenta, era ella, su rostro.

Cada pequeña facción, cada lunar, granito, cabello, vello facial, pestaña, ceja, cada línea de expresión, cada línea de resequedad que había en sus labios, la pupila dilatada de sus ojos, el iris, sus párpados entrecerrados, cada cosa era detallada de forma que Mina podría confundirla a simple vista con una foto con un filtro.

Lo que le quitaba esa posibilidad era la firma que Nayeon parecía siempre poner en sus dibujos, su nombre en letra cursiva.

Cada pequeño detalle estaba hecho allí en el papel, una expresión sensual de provocación, y luego cayó en cuenta.

Nayeon la había dibujado a memoria.

No recuerda que le hayan tomado una foto, nada de eso, Nayeon apenas y parece tomar su celular. Aunque la primera vez juntas ella no estaba sobria al cien, no recuerda que en algún punto de la noche Nayeon le tomara alguna foto, por lo que la alfa debió dibujarla a como la recordaba, y eso era fascinante, porque Mina podía verse muy bien allí, bastante realista para ser un dibujo de una no profesional.

Con lentitud volteó la hoja, logrando impactarse aún más porque había más de ella en esas páginas.

— Puede que no sea igual a ti, lo dibujé a como te recordaba — la alfa dijo un poco ansiosa, mientras Mina seguía hojeando y evaluando cada dibujo con un brillito especial en los ojos — El primero es cuando me.... hiciste una felación, pero lo cambié de la boca para abajo porque era demasiado — explicó un poco avergonzada, moviendo sus manos — Ese es del descanso que tuvimos de la primera vez — explicó cuando se detuvo en el de su cuerpo visto desde arriba, acostado en el colchón. Mina cambió de páginas otra vez — Ese es mi favorito — la detuvo señalando uno, el que había visto como el más acercado a Mina — Cuando fui al baño por preservativos, y empezaste a sonreír así cuando volví, me encantó y es el más cercano a ti — Mina lo vio en detenimiento, incluso en su cadera estaba aquel lunar que Nayeon dijo que le gustaba, un puntito diminuto.

Yendo más allá, pudo ver a sí misma también, diferentes expresiones y poses en las que Nayeon la había observado la semana pasada, había incluso una de ella en el bar, risueña y torpe, cuando chocó contra la alfa y se le pegó inmediatamente como chicle.

Se restregó los ojos para disipar la humedad lagrimal, realmente le gustaba, nadie había hecho algo así por ella. El tenerla en mente tan detalladamente, aún si era en mayormente desnudos, le traía una sensación de ser especial, se sentía especial. Porque aunque Nayeon había dibujado a personas antes, notó que solo las dibujaba una vez, pero había más de docena de dibujos sobre ella allí, de diferentes maneras y Mina por ese momento se sintió bonita, se sintió apreciada, especialmente por esa alfa que parecía no expresar nada en su rostro pero sus ojos eran tan profundos que expresaban todo lo que su rostro se negaba a mostrar.

— Umm, me estaba preguntando si... tú, bueno, t-tú... — la alfa carraspeó al darse cuenta de su tartamudeo, avergonzada y maldijo el día en que Felix le plantó la inseguridad de dibujar a Mina sin su consentimiento, porque se sentía muy feo esa inquietud — Si tú me dejarías dibujarte — terminó, tomando un fuerte respiro para recuperar el aire perdido.

— No me molesta, ya lo has hecho, de todos modos — Mina divertida señaló al cuaderno, se le notaba emocionada por lo que estaba en el papel, y Nayeon tomó la valentía para explicarle.

— Me... Agh — se quejó, nunca le fue tan difícil pronunciar algo — Me refería a que si tú quisieras posar para dibujarte, al desnudo, aquí — dijo rápido, quedándose callada unos segundos para darle tiempo a Mina para que procese lo que le ha pedido, porque sabía que podía ser mucho para la omega, con quien posiblemente no compartía la misma idea fascinada sobre su intención de retratarla.

— ¿Hoy? — Mina cuestionó completamente aturdida. Penso que harían muchas cosas hoy, pero no que le pediría tal cosa. La simple idea causó que su rostro se enrojeciera de la timidez que la embarcó.

— Puede ser después, tal vez otro día si quieres dormir mejor, pero quisiera que fuera desnuda y aquí — Nayeon también parecía tímida, Mina no podía encontrarse con su mirada y en repetidas ocasiones la alfa estaría jugando con la toalla que rodeaba su cadera, dejando ver sus senos que Mina se tomó el tiempo de ver.

En ese preciso momento donde la alfa volteó a ver hacia su pecho, Mina cayó en cuenta que su toalla ya no estaba sostenida por sus manos, por lo que también estaba en su cadera como Nayeon, y la alfa tampoco era alguien que desaprovechaba la vista, sus ojos se detuvieron allí por un largo rato que Mina permitió.

Cuando pensó que era suficiente mirada hacia solo su torso, Mina se levantó para apartar la toalla de su cuerpo, dejando ver su cuerpo totalmente desnudo para deleite de la castaña, a quien se le detuvo la respiración mientras hipnotizada llevaba una de sus manos a la cadera de la omega, tentando con la punta de sus dedos la piel, y con ello logrando que Mina sintiera un estremecedor escalofrío por ese simple roce de la yema de sus falanges. La alfa pareció notarlo y se acercó un poco, dejando su palma entera en el abdomen de la pelinegro para sentir el calor corporal que empezaba a arderle de forma inexplicable, era ardiente pero le encantaba, y Nayeon estaba discutiendo mentalmente cómo era que expresaría eso en dibujo, porque si le era inexplicable pensarlo, ¿cómo era que lo expresaría en lápiz y papel?

— ¿Cómo me pongo? — Mina preguntó al sentir un calor en su vientre, y antes de querer ceder a su deseo por la alfa, quería cumplirle su pedido.

Nayeon sacudió la cabeza para reaccionar del trance que la tenían las sensaciones de su cuerpo.

— Acuéstate.

A su indicación simple, Mina dudó de cómo pero aún así se acostó en medio de la cama bocarriba, viendo que Nayeon también se levantaba para tocarla suavemente en el abdomen, presionando éste y haciéndola soltar el aire en un suspiro pesado.

— Relájate — susurró, haciendo que Mina sintiera cosquillas y escalofríos porque ese aliento soltado chocó contra uno de sus senos — Solo acuéstate como más cómoda estés, como quieras, pero que puedas mirar hacia acá, donde yo estaré — señaló a su derecha, donde Nayeon ya tenía una silla pegada a la pared por la anticipación.

Solo necesitó acercarla, dejándola más cerca de la cama para sentarse y con su cuaderno en mano ver atentamente cómo Mina se removía buscando una posición cómoda en la cama.

Finalmente la omega se detuvo en un suspiro. Una de sus manos tentaba su abdomen, por debajo de sus senos como si fuera un descanso de su palma, mientras que el otro brazo lo puso para usarlo de almohada de su cabeza, pudiendo voltear fácilmente hacia Nayeon. Se sentía nerviosa, esto era muy diferente a tener relaciones íntimas, esto le parecía aún más demostrativo y siente que se exponía aún más físicamente. Además de que la mirada seria y atenta de la alfa le intimidaba ahora, por lo que su rodilla derecha se flexionó en busca de tapar un poco de su entrepierna, tímida y vulnerable ante lo pequeña que se sentía.

Nayeon notó esa pierna alzarse, impidiendo que su vista diera con la zona que ella, su miembro y su boca ya conocían muy bien, solo dejando ver un poco de su vello púbico superior, porque al parecer Mina se sintió avergonzada de que plasmará eso también.

No dijo nada, prefirió no hacerlo porque ya era muy afortunada con que la omega no decidiera tapar sus bonitos senos con uno de sus brazos, los que ahora dejaban ver sus pezones y las ligeras estrías de alrededor, las cuales posiblemente quedaron del estiramiento abrupto de sus pechos en su pubertad. Viendola, Nayeon lamió sus labios y fascinada no quería despegar su vista de ella, pero Mina un poco nerviosa del silencio la volteo a ver para sonreírle y hablarle.

— ¿Está bien así? — Nayeon solo asintió repetidas veces para empezar a buscar una hoja perfecta y pensar con qué parte de aquel hermoso cuerpo debía empezar — ¿Tardará mucho? — cuestionó al pensar en el tiempo que Nayeon dedicó a aquellos dibujos que ella protagonizaba.

— Bastante, pero intentaré que no sea demasiado, ¿sí? — Mina asintió, sonriendole para transmitirle que podía tardarse lo que quiera — Hablame de lo que quieras, de lo que gustes — la alfa dijo al notar su sonrisa, porque era justamente lo que quería.

— No sabría bien sobre qué hablarte — Mina hablaba mucho, pero esta es una de las veces que se queda sin palabras.

Se tomó su tiempo para pensar, sintiéndose incómoda por estar tan expuesta, y consideró decirle a Nayeon que pararan porque estaba empezando a sentirse insegura.

Cuando volteó a verla nuevamente para expresarle sus inquietudes, cayó en cuenta que estaban en casi las mismas.

Puede ser que la alfa no estuviera posando para que alguien la dibujara, pero sí se encontraba desnuda en una silla sin siquiera considerar cubrirse su entrepierna. Mina podía mirar claramente su miembro desde donde estaba, y aunque posiblemente Nayeon lo notó, pareció no importarle su estado expuesto, simplemente siguió intercalando su mirada mientras su lápiz se movía haciendo trazos en el papel. Mina con eso se sintió más cómoda, pues si Nayeon no parecía ver nada incómodo ni raro en que ninguna de las dos llevase ropa, entonces ella tampoco tenía por qué sentirse mal.

Se relajó, sonriendo suavemente ante su pensamiento, mientras ahora sí encontraba la confianza suficiente para hablarle a Nayeon.

— ¿Tienes amigos?

— No exactamente.

— ¿A qué te refieres con eso? — Mina ya se ha dado cuenta que tiene que especificar más sus preguntas si quiere saber más sobre la vida de Nayeon.

— Felix, el bartender es algo más cercano a un amigo, y he hablado un poco con personas del trabajo, como con la señora Hirai, y a veces Sana irá a molestarme si no está ocupada en... su relación.

— ¿Por eso los dibujaste?

Mina había visto sus dibujos sí, donde ella era protagonista, pero entre algunos había uno del bartender en su delantal y con una gran sonrisa alegre, también estaba otro de Sana sonriendo de esa manera coqueta y segura, y también otro de Momo montada en un caballo con una expresión satisfecha. Todos seguramente eran escenarios que Nayeon presenció y se le quedaron, pero Mina no tenía certeza si había otra razón para haber pasado esas imágenes mentales a imágenes en papel.

— Algunas veces dibujo a personas que pasan por mi vida — la alfa dijo en un tono nostálgico — Hay gente aquí... — señaló a su cuaderno — Que ya no conozco y no conocí del todo pero que me fueron amigables en su momento o me ayudaron, ya sea con que perdí mi billetera y me la regresaron, o me dieron un descuento, o simplemente me preguntaron un '¿Cómo estás?'. La cotidianidad amable es la más natural, la que te sale del pecho sin más intención que ayudar y reír, esa me gusta mucho — pareció muy feliz por eso, mientras seguía en su dibujo — Felix es cercano como un amigo, le he contado algunas cosas y siempre me escucha y habla. La señora Hirai es muy buena conmigo, es amable y me dio un aumento por aceptar mantener en secreto su relación con Sana — agregó con un tono de voz satisfecho, haciendo a Mina reír porque sabía que Momo era una lesbiana muy closetera — Y Sana... Sana me entretiene con sus discusiones y cuestionamientos sin sentido, da risa a veces.

— Como si fuera un payaso.

— Exactamente como uno — de inmediato estuvo de acuerdo — Por ella sabes mucho de mí, ¿no? De tantas preguntas muchas veces le contesto — puede que a veces cuando estaba aburrida le responde a Sana, y eso la tiene conciente de que aquella alfa sabe bastante, y siendo amiga de Mina, seguramente se lo contaría, como pasó con su matrimonio todavía no deshecho.

— Me dijo que te estabas divorciando, que no te gusta que te molesten al trabajar, que eras tierna, algo que yo también pienso — le sonrió dulcemente, haciendo que Nayeon sonriera levemente — Y me ha contado cómo hasta el caballo más reservado parece ser amigable contigo.

— Me gustan los caballos — Nayeon confesó, y es muy buena con ellos.

— Son bonitos. ¿Para qué sirven los caballos en las granjas?

— Varias cosas.

— ¿Cómo cuáles?

— Algunas personas disfrutan de montar a caballo como forma de ejercicio, recreación o competición en deportes ecuestres. Como la señora Hirai, que lo hace por ejercicio y recreación. Ayudan en tareas agrícolas como arar campos o transportar carga, hasta pueden ser utilizados para cuidar del ganado. En granjas grandes, como la de la señora Hirai, suelen utilizarse también para actividades de equinoterapia o programas educativos para enseñar a las personas sobre el cuidado de los animales. Además, los caballos pueden formar parte de la vida cotidiana en la granja, brindando compañía y entretenimiento a los residentes.

— ¿Todo eso haces en tu trabajo? — Mina ladeó un poco la cabeza en curiosidad.

— Solo llevo una semana, no me ha tocado mucho — la alfa negó — Pero si la señora Hirai permite que esas cosas se hagan, estaré allí — algo ligeramente los hombros por unos segundos, y cuando Mina la miró muy concentrada en su trabajo de dibujar, prefirió solo sonreírle y quedarse quieta para facilitarle el esfuerzo.

No sabía cuánto ocurrió después de eso, solo sabe que el sueño le ganó y aún con el frío haciendo de las suyas en su piel descubierta, ella cerró los ojos sin poder evitar caer profundamente dormida.

A mitad de su sueño, se despertó desorientada por movimientos bruscos en el colchón y sus ojos adormilados observaron a Nayeon tapandola con una gran cobija cálida y acostándose a su lado, por lo que instintivamente se removió para acomodarse encima de su pecho y aferrarse a un abrazo del torso ajeno. En último instante sintió unas manos heladas dándole escalofríos por su cintura y espalda, eran ásperas, pero a Mina le gustaron, y así pudo caer dormida de nuevo solo pensando en que su lugar favorito era allí.