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#10 - Como a la alfa le gusta.


El sonido obsceno del chupar se hizo más frecuente.

Cuando la alfa demostró que estaba por llegar al orgasmo, Mina se emocionó y succionó ansiosamente, buscando del placer de Nayeon, quien no pudo evitar mover su cadera al ritmo de la omega para gruñir extasiada de la velocidad que tomó.

Mina recibió el orgasmo sin intención de sacarse el miembro de la boca, con la diferencia de que se atrevió a tragar una vez para probar si no era tan molesto, y cuando se dio cuenta que era pasable se animó a tragar lo que pudo, dándose la libertad de dar una chupada nuevamente mientras el miembro se relajaba en su cavidad bucal, viendo desde esa altura a la alfa que parecía recuperar la respiración y secarse el sudor. Cuando se separó, miró expectante cómo la alfa parecía abrir lentamente los ojos y parecía relajada de todo.

Viendo que ahora podía abrazarla sin que la alfa tuviera una molesta erección, se acercó para subirse en sus piernas y abrazarla por el cuello, sintiendo que los brazos ajenos rodeaban su espalda con calidez, salvandola del frío que puede haber en la habitación.

— Entonces... estás casada — comenzó a hablar, queriendo saber más sobre la alfa.

— Mhm — Nayeon asintió.

— ¿Pero cómo, si solo tenemos la misma edad?

— ¿Tienes veinte? — ahí Nayeon abrió los ojos, separándose para hablar de frente, sabiendo por los mensajes que compartieron que era algo que a Mina le gustaba hacer; hablar después de mantener relaciones.

— Síp, y medio.

— Mmmh — Nayeon volvió a asentir, pensando un momento antes de hablar — Me casaron a los dieciséis.

— ¿Casaron?

— Mis padres, dijeron que era edad suficiente para ser proveedora de una familia, y me casaron.

— ¿Tienes hijos? — Mina frunció el ceño, ya que cuatro años con esposa era tiempo suficiente para tener hijos, más cuando la sociedad los exigía tan solo meses después del matrimonio.

— No.

— En cuatro años, ¿no tuviste hijos?

— Pasé sexualmente con mi esposa un año después y siempre usé protección, y cuando quiso hijos me negué, cuando fui mayor de edad me hice la vasectomía para que dejara de molestar con hijos — eso sorprendió mucho a Mina — Y hace ya tiempo estoy en proceso de divorcio porque no llegamos a un acuerdo bien.

— ¿Tienes hecha la vasectomía? — su voz sonaba igual de sorprendida a como se veía su expresión. Nayeon solo murmuró afirmativamente — ¿Entonces por qué te urgen los preservativos? — le recordó su primera noche, donde la detuvo para recordar el condón.

— Más allá de las enfermedades, la higiene.

— ¿Cómo?

— El líquido ensucia, es pegajoso y prefiero que se quede en el preservativo para no hacer un desastre — Nayeon era alguien bastante limpia, y eso también lo mostraba con su apartamento, que limpiaba a diario aún si ensuciaba muy poco — Además, no a muchas omegas les gusta tenerlo dentro, y el vello puede ser molesto — señaló.

Mina asintió comprendiendo muy poco, porque ella nunca lo ha hecho sin preservativo, Sana siempre le exige prometer que nunca tendrá relaciones sexuales sin protección, y aunque obviamente Mina no cumplirá la promesa, porque tendrá hijos en algún futuro lejano, la ha cumplido hasta ahora porque se le hace importante. Pero si ya le hizo una felación sin protección, Nayeon también le hizo una, y no habría riesgo de embarazo, Mina quería probar qué tan bueno sería sin el látex, o qué tan diferente se sentiría, como dice Nayeon, sobre el líquido de orgasmo y el vello púbico.

— Quiero intentarlo — dijo de repente, haciendo a Nayeon murmurar en cuestionamiento, viéndola con confusión — Sin preservativo, quiero probar — repitió y se movió un poco, logrando que la alfa sintiera el roce de su trasero contra sus muslos, muy cerca de su entrepierna.

— ¿Ya? — Mina asintió, por lo que Nayeon pensó un momento, como si se estuviera preguntando algo por su expresión, aunque luego asintió de acuerdo — Bueno.

— Pero como te guste, no importa si no es suave.

Mina lo había pensado hace días. Si Nayeon cedió ante su pedido de ser suave, ella también podría ceder ante cómo le gustara a la alfa.

— Me gusta suave — Nayeon tocó sus caderas, acariciando hasta sus glúteos donde apretó, sacándole un bajito gemido a la omega.

— Pero no creo que sea tu favorito.

Nayeon no le diría que desde que lo probó suave se transformó en su favorito.

Pero como decía, quería probar más cosas con Mina, y si ahora sería follar bruscamente, entonces lo haría muy bien.

Viéndolo así, Nayeon tomó completamente las riendas, tomando de la cintura a la omega para empujarla hacia atrás hacia el medio del colchón, posicionándose en medio de sus piernas para mostrarle cómo era que lo hacía antes de conocerla, y eso era con pura y llana desesperación.

Dejando la paciencia de lado, dejó que el anhelo salvaje que tenía en su interior la guiara, por lo que sus besos antes más castos y lentos se volvieron más húmedos y desordenados, mordisqueando sin cuidado la piel enrojecida mientras escuchaba los gemidos entrecortadas que Mina soltaba por lo abrumada que se sentía de todo el cambio repentino en el cuerpo ajeno y en el ambiente.

Sus piernas fueron llevadas rápidamente a rodear la espalda baja de la alfa, logrando sentir el cuerpo aprisionado contra el suyo.

Sentía bruma, algo de bochorno por lo obsceno que era el cómo se restregaba contra ella y cómo su pene empezó a deslizarse sin entrar por toda su intimidad, logrando llenarla de anticipación pero también hacerla sentir demasiado vulgar por el sonido de chasquido y leve chapoteo que hacían sus sexos juntos. Se tomó un momento para sentir el toque ahora sin el látex, logrando sentir el poco líquido pre seminal que se mezclaba con su lubricación, y como Nayeon dijo, el vello le molestó un poco pero nada insoportable, era como ligera cosquilla y comezón que solo sentiría si se concentraba en sentirla, pero si se concentraba en las fingidas estocadas y en lo caliente que se sentía su vientre, esas molestias le pasaban desapercibidas o poco sentidas.

Y en un momento inesperado, Nayeon se acomodó rápidamente y se adentró de forma brusca, sin decirle, sin aviso, sin nada, simplemente lo hizo.

Mina exaltada soltó un grito sorprendido y ligeramente doloroso, atascando las uñas en la espalda de Nayeon mientras se retorcía con la espalda arqueada, sintiendo que Nayeon empezaba estocadas bestiales contra sus caderas y gruñía en su cuello, donde fue a sus senos para esta vez morderlos sin mucha delicadeza, logrando que Mina sintiera que invadían por completo su espacio, y estuvo tentada a decirle que se detuviera, que no podía con tanto, pero mejor la dejó, dispuesta a ir hasta el clímax para probar enteramente el acto tan tosco y movido. Las sensaciones de su sexo incrementaron de forma abrumadora, era demasiado, no podía procesar un golpe cuando llegaba otro, y eso se mostraba en sus senos que no alcanzaban a dar un bote cuando otro los interrumpía.

Aunque a Nayeon pareció gustarle mucho esto último.

El sonido de chapoteo se incrementó notablemente, la humedad excesiva haciendo de lo suyo mientras Nayeon tomaba la parte trasera de sus rodillas y se erguía en las suyas, moviéndose duramente contra la omega que no sabía cómo era que su interior estaba soportando el miembro que expandía abruptamente sus paredes vaginales y la hacía apretar el abdomen por la tensión de su cuerpo.

— Relaja las caderas — Nayeon le murmuró y aunque Mina quiso obedecerle, estaba demasiado abrumada y abochornada como para procesar sus palabras del todo — Omega, relájate un poco, solo un poco — Mina la miró, expectante a cómo la llamó, ahora que Nayeon suavizó sus estocadas para que pudiera ser más conciente — Si sigues reacia será como obligarte, no me gusta. Podemos parar, pero si quieres seguir, relaja el cuerpo un poco — y ahí Mina asintió, tomando un fuerte respiro para dejar caer su cuerpo al colchón, removiendose hasta que se sintió ligeramente adormilada acostada, y la relajación de su cuerpo incrementó un poco más, dejándola suspirar mientras Nayeon se movía.

Esta vez Nayeon empezó bastante lento, yendo poco a poco con la velocidad para no forzarla a una velocidad y dureza tan salvaje de manera abrupta, sino que se acostumbre poco a poco hasta lograr el nivel de hace un rato.

La falta del preservativo se sentía diferente, eso Nayeon lo sabía, pues el vello púbico propio podía sentir que causaba molestias en la omega y en sí misma porque hace mucho que no lo rasuraba, y el sentir su humedad tan directamente contra su pene se sentía muy obsceno y pegajoso, pero no era tanta la diferencia después de eso. Después de todo, siempre compraba de condones caros, unos donde la sensibilidad sea la misma, porque la de los baratos sí era bastante diferente el sentir y había más riesgo de que no funcionen y termine manchando con quien se acostaba, por lo que comprar de los caros y de marca era un gasto más pero hacía de sus experiencias sexuales unas más increíbles y seguras.

Ahora sin usarlo, cuando nunca había hecho el acto sin él, se sentía extraño, pero siendo con Mina, quien era una fantasía bastante idealizada de su mente, le seguía siendo un acto sumamente satisfactorio.

Cuando aceleró sus movimientos, jadeando mientras escuchaba los gemidos de Mina aumentar ahora sin la tensión incómoda que había poseído antes, Nayeon alzó las piernas de la omega, colocandolas sobre sus hombros para que sus muslos chocarán contra su abdomen y la posición le facilitara una profundidad más amplia, logrando que Mina soltara chillidos e hiciera una mueca, pero que empezara a gemir más alto cuando embistió sin descanso.

Su abdomen se hundió, arqueando su cuerpo para estar cómoda en la posición en la que la alfa la puso, mientras una de sus manos se iba hacia su propio seno para apretarlo y la otra hacia el muslo de Nayeon para que con eso entendiera que empezaba a sentir ese nudo conocido en su pelvis.

Cuando Mina empezó a gritar su nombre, Y Nayeon orgullosa aceleró sus movimientos todo lo que podía. Sus pieles empezaban a chocar más y junto a la humedad empezaron creando un "clap, clap, clap" constante, ocasionando un sonrojo avergonzado en las mejillas de ambas, donde Mina volteó el rostro y se escondió en el cuello de la alfa, buscando escondite a la par que no podía soportar la brusquedad que atacaban sus paredes internas. La estimulación y la velocidad de ésta la hicieron soltar el nudo de su abdomen mientras Nayeon siguió con sus estocadas unos segundos más antes de que diera una última brusca.

Soltó un largo gemido, dando leves movimientos mientras el liquido seminal se hacía paso en el interior de la omega, quien soltó un bajito sonido de satisfacción.

Se sentía cálido, era caliente y sentía como si diera ligeras vueltas por su conducto. Era una sensación de llenarse y de invadido, como si se pegara a su interior. El llenarse era porque incluso un poco escurría fuera de su entrada, como si no cupiera en su interior, como si no hubiera suficiente espacio para él allí, lo podía sentir bajar por sus glúteos hasta manchar la cama. Y el invadido era por cómo parecía llegar a los lugares internos que Mina no sabía que podía llegar, haciéndola sentir invadida por ese líquido pegajoso que empezaba a incomodar en su sexo.

Nayeon se separó jadeando, sintiendo lo que no le gustaba, el semen siendo un desastre tanto en su entrepierna como en la de la omega, pero buscó el papel higiénico de su cajón para poder limpiarla.

Antes no parecía tener que hacerlo, ya que ha notado que, aunque muchas omegas sí lo hacían, Mina no eyacula demasiado al tener un orgasmo, y por el condón su semen no fue una molestia, pero ahora debía limpiar el desastre que causó el pedido de la omega sobre hacerlo sin el latex.

Aunque Nayeon era una obsesionada de la limpieza, aún así lo haría de nuevo si Mina se lo pedía.

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