#05 - Un poco de desnudos.
Nayeon se estiró hasta los cajones, buscando pacientemente lo que Mina haya dejado, pero todo estaba a como siempre lo tenía.
Había un cortaúñas, una pinza para el cabello, su cuaderno de dibujos, unos chicles de yerbabuena, un hilo con aguja, y algunas otras cosas más que simplemente dejaba despreocupadamente allí o que ocupaba cuando estaba en cama y no quería levantarse, como una pequeña botella de agua y un poco de papel higiénico.
Pero no había nada nuevo allí, y se decepcionó un poco pero también se preguntó el por qué Mina le diría algo así.
Creyendo que lo descubriría con el tiempo, tomó la pinza del cabello y su cuaderno. Agarró su cabello para estar más cómoda y recostó su espalda en la cabecera para hojear su cuaderno hasta llegar a la primera hoja en blanco después de tantos dibujos. Tenía una inspiración tremenda ahora mismo, las imágenes en su cabeza no paraban, y todas tenían de protagonista a esa dulce omega de aroma a café, un olor que siempre le ha encantado.
Sentía que era una falta de respeto dibujarla en un contexto sexual, pero la imagen de ella chupandosela la tenía más que clara al haber pasado tan solo unos minutos después de eso, y no pudo evitar empezar a dibujar, solo con algunas diferencias a lo que recordaba de ese momento.
No la dibujó exactamente haciéndole una felación, lo consideraba demasiado vulgar, sino que le cambió esa parte por sus labios entreabiertos rodeados de dos fascinantes lunares y su mandíbula tiernamente definida. Era una vista de su rostro desde una perspectiva alta, con una pupila ligeramente dilatada y ojos seductores, su bonita nariz que presumía de un precioso lunar en un costado, y su cabello ligeramente desordenado que caía por los costados de su cabeza y uno que otro mechón por su frente.
Aunque en el dibujo la vista era maravillosa, Nayeon sentía que eso no le podía hacer justicia a la verdadera imagen de la omega frente a ella.
Viéndolo así, se pasó horas tratando de hacer un dibujo que por lo menos se acercara a la mitad de lo majestuosa que era Mina. No solo fue su rostro, sino su cuerpo en diferentes poses, que aunque trató de no hacerlas en contextos sexuales, algunas inevitablemente se le hacían demasiado sensuales y pasionales a sus ojos, aún si la dibujaba simplemente sonriendo de esa manera tan dulce que tiene tatuada en la memoria.
El que cree que más se acercó a la aura que Mina tenía, era uno donde la dibujaba a cuerpo completo, en la perspectiva del perfil lateral derecho de su ser.
La omega se encontraba sentada, recostando su espalda en la cabecera. Una de sus rodillas, la izquierda, estaba flexionada, donde dejaba recargar su codo estirado, mientras que su pierna derecha estaba estirada sobre el colchón, y su otro brazo estaba caído, solo con su mano sobre el muslo de su pierna estirada, como si estuviera acariciando, tentando a la alfa a que lo tocara. Su abdomen plano estaba hundido al estar un poco encorvada, y sus senos caían de una manera que para Nayeon era totalmente exquisita. Su cuello se estiraba, volteando su cabeza a un lado, mostrando una sonrisa que contrastaba con la sensual posición de su cuerpo, una dulce sonrisa que demostraba suavidad y delicadeza.
La fantasía de toda alfa, una omega que puede ser tanto sensual como dulce, lo que la sociedad llamada como la feminidad en su estado más perfecto.
Nayeon recuerda esa imagen muy bien, la había hecho emocionarse como nunca y tan solo desear mantener a la omega en su cama por el resto de su vida; cuando llevaban dos rondas, Nayeon se fijó que solo esos dos condones que usaron eran los que anteriormente estaban en su cajón, y ya otros los tenía en el baño, así que fue a por ellos, y cuando volvió con esos paquetitos se encontró con esa imagen.
Mina primero estaba con la vista solemne en la cama, esperándola, pero cuando la notó, le había sonreído de esa forma que la cautivó.
En esa misma posición tan bonita, Nayeon le abrió las piernas y la besó, adentrándose en ella con el deseo inundando su cuerpo, tocando sus tetas y glúteos a su gusto, y escuchando los dulces sonidos obscenos que salían de esos hermosos labios casi triangulares.
Ese dibujo es el que más se acerca, siendo que Nayeon casi podía sentir que estaba frente a ella, que si cerraba los ojos tocaría su suave cintura, pero aún así el dibujo no podía demostrar ni la mitad de lo casi imposiblemente irreal que la omega demostraba ser.
Lamió sus labios, soltando un chasquido disgustado al darse cuenta que no sabía de qué manera podría contactarla. Debía verla una vez más, quería retratarla de una mejor manera.
Incluso si tenía que pagarle efectivo, Nayeon haría lo que fuese para conseguir dinero y que la omega estuviera dispuesta a que la dibuje en su estado más natural.
Recordando su falta de dinero, se levantó sintiendo su cuerpo tenso por el esfuerzo que había hecho en cada dibujo, pero se masajeó un poco los hombros para relajarse, logrando tronar algunos huesos de su espalda y cuello al estirarse. Debía seguir buscando un trabajo y ya era muy tarde, tanto que incluso consideró buscar el próximo día e ir al bar para ver si podía encontrarse con la omega, pero debía aprovechar las pocas horas que le faltan al día para oscurecer.
Tenía varias opciones fijadas en sus notas, así que fue a fijarse.
"La granja de los Hirai, a las afueras de la cuidad, son de una familia coreana-japonesa, la dueña es Hirai Momo, una alfa pelinegro de treinta años"
Era toda la información que encontró en sus redes sociales.
Era como su quinta opción, pues las primeras fueron dentro de la cuidad, más cercanas a su vivienda, pero en todas le respondían que no les hacía falta personal, y en la de Hirai era más rural, donde su fuerte estaba más presente, pues Nayeon trabajó en lo rural por un tiempo, y sabía que no era el mismo ambiente que en lo urbano. Posiblemente debería irse temprano de casa a irse en autobús o en taxi, pero estaba segura que podría con eso, y necesitaba urgentemente un trabajo.
"Nunca comprar pollo en la esquina, sabe muy mal"
Cuando leyó eso, maldijo, ya había comprado un pollo allí el día anterior, pero ni modo, eso le tocaría desayunar porque el estómago le rugía y en ese momento se comería el pollo entero si podía.
Cuando cerraría el cuaderno, una letra que no era suya pareció llamar a estriberas su atención, pues también tenía un corazón y Nayeon nunca dibujaba corazones de ese modo. Además, esas letras contenían el nombre de la omega que la tenía loca hasta ahora, y recordando que Mina le dijo que le tenía un regalo en el cajón, vio los números con ojitos brillando.
"Desperté junto a ti y creí que no podías ser más tierna, pero creo que me he equivocado, sé que puedes serlo más. Quisiera repetir lo que hicimos, si tú quieres. Escríbeme ;)
Pdt: Dibujas increíble, me gustó mucho el segundo."
Nayeon se dirigió de inmediato a su segundo dibujo, era de cuando había estado encantada con la escultura "David" y la dibujó. Era el personaje bíblico David, quien venció al gigante Goliat con un honda.
La escultura "David" de Miguel Ángel expresa una combinación de valentía, determinación y juventud. La representación de David antes de enfrentarse a Goliat muestra una tensión contenida y una mirada concentrada, lo que transmite la determinación del personaje bíblico ante un desafío formidable. La postura en la que se encuentra, con el peso del cuerpo desplazado hacia una pierna, transmite una sensación de anticipación y preparación para el combate. Además, la escultura también representa la perfección del cuerpo humano, mostrando la belleza idealizada y la armonía anatómica característica del Renacimiento. En resumen, "David" es una representación magistral de la fortaleza física y moral, capturando un momento crucial en la historia bíblica con una intensidad emocional impresionante.
Y eso a Nayeon le fascinó, por lo que quiso dibujarla, y aunque no estaba al nivel de un talento tan impresionante como del quien la esculpió, claro que no, le gustó bastante cómo quedó el dibujo.
Que a Mina le haya gustado la hizo estar más interesada en la chica, preguntándose si también le gustaba el arte o por lo menos un poco de éste.
Regresó a sus notas, mirando el numero telefónico allí, y aunque por un momento se sintió invadida al ser Mina la primera persona que ve su preciado cuaderno, la hizo estar más relajada que ella le gustó y la halagó con solo eso. Además, que haya añadido su contacto, la hizo enorgullecerse, porque eso significaba que a la omega le gustó también la noche que pasaron, y que una omega demuestre eso siempre podía alimentar su ego.
Así que rápidamente agregó su contacto a su celular y mandó un mensaje, sabiendo que ya pasaron varias horas desde que se fue, y resignada a que ese día ya no saldría a pedir trabajo.
Prefería hablar con esa linda omega, e inició una conversación sin siquiera saludar, pues no sabía cómo saludar sin que sea incómodo.
Nayeon
Me hubieras dicho que dejaste el regalo en mi cuaderno, no es como si a cada hora revisara mis notas, acabo de encontrar tu regalo
5:54 p.m.
Mina
Hola :)
5:58 p.m.
Y lo siento por eso, por tomarlo así, no tenía donde anotarte mi número y no te quería despertar. Te veías muy cómoda
5:59 p.m.
Terminaste despertando, pero bueno, perdón por eso
5:59 p.m.
Nayeon
No tengo problema con eso, está bien
6:00 p.m.
Cuándo podríamos vernos?
6:01 p.m.
Mina
Tan pronto?
6:04 p.m.
Nayeon
Estoy ansiosa por verte
6:04 p.m.
Mina del otro lado dejó su celular un momento para rodar y patalear por su cama, soltando chillidos y ligeras risas victoriosas, hasta sentarse, tomar un fuerte respiro y suspirar relajándose. Pensó que mañana mismo ella estaba libre, pero realmente no quería confesar así como así que no trabajaba ni estudiaba, y probablemente la alfa también tendría un lunes ocupado, así que cambió la fecha a otro día más relajado.
Mina
El próximo fin de semana estaría bien, no creo estar ocupada y tal vez tampoco lo estés
6:07 p.m.
Nayeon se la pensó esta vez. Si lograba conseguir ese trabajo antes del próximo fin de semana, no sabría cuándo serían los días de trabajo, aunque dudaba que sean los fines de semana, así que aceptó. De todos modos, si encontraba un contratiempo, podría avisarle a Mina ahora que tenía su número telefónico.
Nayeon
No lo estoy
6:09 p.m.
Mina
Entonces te esperaría en el mismo bar? O directamente voy a tu apartamento?
6:10 p.m.
Nayeon
Como más gustes, solo quiero verte
6:10 p.m.
Mina volvió a gritar contra su almohada, suspirando como toda una enamorada adolescente. Pensó por un momento si solo iban al apartamento, yendo solamente al acto, pero preferiría estar con un poco de alcohol en su sistema para no avergonzarse tanto, así que el bar donde se encontraron sería una muy buena opción.
Mina
En el bar entonces, quisiera tomar algo contigo antes, si tú gustas una copa de vino, claro
6:12 p.m.
Nayeon
Café y vino, me encanta
6:12 p.m.
Mina gritó, de nuevo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro