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Capítulo 60




Capítulo 60

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EMERGENCIA NACIONAL

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⊰─⊱Jeon Jungkook ⊰─⊱

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Eran las 7:22 p. m y Nayeon aún no recuperaba la conciencia. Su vestido y sus leggins estaban manchados de sangre, sus piernas y pies lucían bastante hinchados. Temía tanto por su salud y por el bienestar de la bebé.

Volví a cubrirla con el edredón sintiéndome más tranquilo al comprobar que no había evidencia de un nuevo sangrado.

Unas manos varoniles y de dedos alargados aparecieron alisando y acomodando mejor el edredón. Busqué al dueño que no resultó ser Soobin, como pensé, sino que se trataba de Mark Tuan.

—Ella es fuerte, incluso más que yo —musitó sin dejar de alisar el edredón.

Me quedé mirando al hombre con una ceja alzada.

» —Quiero decir, en el buen sentido. —se apresuró a aclarar—. Quiero decir, no soy una mujer, para compararme con ella, pero... esto... ya sabes. Tú me entiendes. El caso es que tu hermana es más fuerte que muchos de nosotros aquí.

Hice un asentimiento dándole la razón y me senté abatido en el mueble que yacía frente a la cama. Mark se sentó a mi lado, tan cerca que se podía interpretar como una invasión al espacio personal, pero mi mente estaba llena de tantas preguntas, que no le di importancia.

En ese momento, recordaba lo débil que había sido cuando estuve a punto de perder la cabeza, al dejarme conducir por tanta rabia y desear con ahínco ver a Heena sufriendo por mi mano. Estaba dispuesto a rebanarle una parte del cerebro para eliminar su tatuaje.

Los recuerdos de Nayeon sufriendo por mi imprudencia se mezclaban con un Jung que estuvo a punto de morir, aumentando el abrumador sentimiento de culpa. Ya no sabía en qué me había convertido o si en verdad nunca fui una buena persona. Pensaba que, si yo no hubiese sido de aquella forma, las cosas tal vez hubiesen sido distintas.

Todo hubiera sucedido de otra manera.

Mark buscó mi mirada e hizo unos movimientos sugerentes con las pestañas que me resultaban tan incómodos como su presencia.

Sabía que el amanerado no era una mala persona, que solo quería parecer tierno frente a mí y coquetear a su manera, como solía hacerlo cada vez que tenía la oportunidad. El pobre estaba lejos de comprender qué tipo de percepción generaba en mí su comportamiento.

»—Te ves tan cansado. También deberías descansar —La voz de Mark era grave y dulzona. Estaba siendo cariñoso conmigo. Cómo si nos tuviéramos cierto nivel de confianza.

Eso solo me hizo extrañar a la única persona capaz de hacerme sentir que era bueno y útil.

Cerré los ojos tratando de conectar con Taehyung, mas él estaba tan ausente como lo había estado desde que todos partimos hacia la casa de chamán.

En ese momento, lo extrañaba, extrañaba su profunda voz con una fuerza que me hacía débil. Necesitaba escucharla para reconfortar mi aturdido corazón. Pero entonces recordé que eso era lo único que podía tener de él a partir de ese día. Ya no tendría sus besos, ya no podría rodear su cintura y atraerlo hacia mi cuerpo, acariciar su piel y aspirar el olor a vainilla de sus cabellos, ya no podría volver a hacerlo mío, ya no volvería a ver esa sonrisa suya. Ya nada sería lo mismo.

Estaba más que seguro de que, si toda la situación terminaba, si sobrevivíamos a la calamidad que nos acechaba, él se negaría a seguir junto a mí.

Pensar en perderlo por completo, dolía más todavía.

Y quise llorar, porque el sentimiento que me inundó el pecho en aquel instante, era un dolor tan profundo como el que sentí cuando me enteré de la muerte de papá y mamá. El hueco que se formaba en la boca de mi estómago se sentía exactamente igual, ese sentimiento tan distintivo e irrefutable de pérdida. Esa certeza de que el mundo sigue su curso para los demás mientras que para ti se viene abajo por completo.

Lo conocía, sabía bien que si no encontrábamos la manera de que recuperara su forma humana, él decidiría romper conmigo. Su peor miedo era ser visto como un monstruo, como un ser inhumano y aterrador.

Mi peor miedo era perderlo a él.

Su mayor miedo se hizo realidad y al paso de los segundos, el amanecer se acercaba y, con él, la hora de lo que más temía yo, estaba a punto pasar.

Me preguntaba si valía la pena luchar por la sobrevivencia durante la larga noche que nos esperaba. Temía más enfrentarme a lo que iba a pasar después.

La felicidad dejaría de existir para mí. Para los dos.

¿Era lo que merecíamos? Seguramente sí, debido a mi naturaleza egoísta y malvada, no merecía ser feliz y arrastré a Taehyung hacia el destino que esbocé con mis acciones.

De pronto, la voz gutural y reclamante de Heena me sacó de mi estado de introspección.

—¿Y esto qué significa?

Al abrir los ojos me encontré con la cara de Mark tan cerca de la mía que podíamos intercambiar alientos. No dudé en empujarlo para alejarlo de mí, causando al afeminado una no tan estrepitosa caída sobre la alfombra.

Heena aún no tenía completo su nuevo brazo. Con un gesto de incredulidad y sorpresa, señalaba con su mano buena de Mark hacia mí, repitiendo el gesto con cierta molestia y disgusto.

—¿Ustedes se estaban...?

—¡No! —la corté, a la defensiva—, ¡jamás!—, aseveré recuperando la compostura—, no con él, sin ofender—agregué como una disculpa hacia Mark que aún no se ponía de pie.

Salí de la habitación sintiendo mi cuello, orejas y todo mi rostro arder.

Me apoyé de la puerta al cerrarla detrás de mí, sequé mi rostro con el dorso de mis manos y permanecí quieto, sin voluntad de seguir algún rumbo más allá, no quería toparme con ninguno de los demás en ese momento.

Entonces Heena y Mark no tardaron en iniciar una acalorada discusión del otro lado de la puerta, sin respetar el estado de Nayeon.

—Ni siquiera un hígado con cáncer o, incluso, lamer la carne podrida de las heridas de Jung y Nam ha sido tan repulsivo como esa escena de mal gusto.

—Cierra el hocico, tu aliento de perro apesta a huevo podrido. Yo soy humano y tú eres un monstruo. Por tu culpa no pude cumplir el sueño de besar a ese hombre.

—Yo soy una mujer. Tú eres un hombre igual que él, ubícate. ¿No viste que le das asco?

—No, ubícate tú, ¿No viste que él sí quería? Estuve así de besarlo. ¿Sabes por qué? Porque al menos yo soy humano y no necesito disfrazarme. Tu apariencia real es de una perra peluda y rabiosa de lo más fea. Eso sí que le da asco a cualquiera.

—Cuidado con lo que dices. No soy una perra, soy una mujer.

—Tal vez no seas una perra, pero tampoco eres una mujer. Eres una zorra, literal. ¿No es eso algo peor? Y lo mejor de todo es que Jungkook ya ha visto eso que haces con tu cara. Sabe de sobra lo horrenda que eres.

Heena gruñó y Mark soltó un grito afeminado y asustadizo.

La discusión, en su momento,  incluso hasta me estaba pareciendo hilarante, pero recuperé la sobriedad al escuchar la tercera voz que se les unió:

—Por casualidad están discutiendo por Jungkook mientras que Hobi...

—¡Futura cuñada! —gritaron Heena y Mark al mismo tiempo.

Al comprender que Nayeon había recobrado el sentido, abrí la puerta encontrándome con su pálida figura tratando de salirse de la cama. Corrí hacia ella, pero Heena fue más rápida y llegó primero.

—Hobi... Tengo que verlo por mí misma. Tengo que ver su cuerpo.

Nayeon intentaba hacer a un lado a Heena con las pocas fuerzas que disponía y luego de notar que sus intentos eran vanos se arrastró hacia el lado contrario de la cama, pero yo le impedí el paso en esa ocasión.

—Descansa, mujer. Piensa en tu bebé. —Heena revoleó los ojos al presenciar la débil lucha de Nayeon.

La mujer zorra mantenía la deformidad de su brazo incompleto envuelta con una pieza de ropa manchada de sangre. Su intervención con Nayeon le costó lastimarse más.

Heena le había prestado la fuente de su esfera de vitalidad a Jung para que pudiera recuperar sus tejidos y sanar con rapidez. Hizo lo mismo con la herida de la pierna de Namjoon, pero dejó la cuenta en el cuerpo de Jung y dijo que no la recuperaría hasta que éste estuviera regenerado y saludable.

Mientras tanto, sin la dichosa cuenta, su propio cuerpo no era capaz de acelerar el proceso de regeneración, ni de sanación, al menos no con la misma velocidad.

Me preguntaba si es que Taehyung también tenía una de esas cuentas de vitalidad dentro de él, pues él, al igual que Heena, podía regenerarse, incluso más rápido que la Nueve Colas.

Recordando la vez que él me contó que en menos de dos horas se regeneró por completo después de haber sido destruido casi en su totalidad durante el accidente del vuelo 444.

Por un momento, el estómago de Nayeon llamó nuestra atención con ruidos que solo sabía ocasionar el hambre. Gruesas lágrimas se desprendían de sus ojos, que, a su vez, me miraban con tosquedad, sus labios cenizos y resecos, apretados y formando una línea.

—Quítate de mi camino —solicitó, luchando contra un sollozo mientras trataba de hacer que me moviera con su poca fuerza.

—Jung sigue aquí —le hice saber con voz apacible. Entonces ella se quedó inmóvil—. Sigue con nosotros. Se está recuperando rápido. Va a lograrlo.

—Gracias al sacrificio de quien —masculló Heena, con ironía, mientras se alejaba hacia la puerta acariciando su brazo deformado por encima de la tela que lo cubría.

Nayeon agachó la cabeza y dejando caer su rostro entre las manos, sus hombros se sacudieron con fuerza. Era la primera vez que la veía llorar en silencio.

De pie, junto a la cama, la tomé de la nuca para acercarla a mí. Le di palmaditas en la espalda hasta que sus hombros se aquietaron y sus sollozos silenciosos cesaron.


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Heena y Mark se habían ido de la estancia cuando Soobin entró sosteniendo una bandeja de comida que olía muy apetitosa. Yo suspiré con alivio.

Esos dos habían dejado la puerta de la habitación abierta porque sus mentes estaban centradas en la discusión que continuó hasta que se separaron en el pasillo. Uno se fue a las habitaciones, la otra se fue hacia la sala.

Nayeon miró la bandeja con cierto interés. Quién sabía las horas que llevaba sin comer en todo el día.

De pronto, Namjoon vino cojeando para avisar que algo sucedía afuera. Él lucía preocupado.

—¿Crees que sean rencores? Ya no debemos temer porque nos persigan los hombres de Min —Namjoon-hyung hablaba rápido mientras caminábamos hacia sala, donde se encontraban nuestras armas.

Soobin nos seguía el paso.

—¿Qué sucede? —inquirió Heena en cuanto aparecimos en la sala.

Jung, que estaba tomando su cena en la mesa de la cocina, se puso de pie.

—Vienen hacia acá, aparentemente es un grupo muy pequeño —explicó Namjoon-hyung, mientras él, Soobin y yo tomábamos nuestras armas.

Jung se apresuró a hacer lo mismo, pero fue interceptado por Heena.

—¿Qué? —le preguntó Jung a la Nueve Colas—. Yo también necesito estar armado.

—Lo mismo digo —Heena lo sostenía de los hombros, mientras le entregaba una mirada seria.

Sabía a qué se refería ella, quería su esfera de vitalidad devuelta, pero eso era algo que no podía permitir.

—Deja las cosas como están, Heena, no te conviene que le pase algo a Jung.

Ella sacó sus orejas peludas y volteó a verme con un ceño desafiante.

—Necesito mi esfera devuelta.

Ella tenía al menos una de sus garras mortales y su fuerza y velocidad intactas, la esfera le daba el poder para sanar y regenerarse con rapidez, prácticamente en eso se resumía el mayor poder de ésta, por eso era tan importante para ella.

Heena iba a decir algo más, pero selló sus labios abruptamente. Ladeó la cabeza y sus orejas se movían de forma curiosa.

En ese instante escuché pasos que hacían crujir la nieve.

—Suenan bastante descuidados —resoplé, cerrando los ojos para concentrarme, quería intentar contar cuantos eran.

—También los escuchas, ¿eh? No eres un humano común —Heena me miraba con ojos brillantes y una sonrisa ladina.

—Es cierto. Yo no escucho nada —Jung me miraba con el ceño fruncido y algo de recelo—. ¿Ustedes escuchan algo? —preguntó a los otros.

Namjoon-hyung y Soobin negaron.

—Deben ser rencores. Sus pasos son demasiado descuidados y no parecen llevar prisa —concordó Heena.

El sonido de un plato rompiéndose nos hizo voltear hacia el pasillo.

Nayeon estuvo escuchándonos, quién sabe por cuánto tiempo.

—¿Esas criaturas lograron entrar a Full Moon? —Nayeon lucía nerviosa, le temblaban las manos y sus ojos delataban cuánto le asustaba la idea de los rencores aproximándose.

Su encuentro con aquellas criaturas le dejó una sensación de terror que jamás había experimentado. No podía imaginármela sola, huyendo de ellos y menos podía imaginar qué hubiera sido de ella si no hubiese podido regresar a Full Moon, si hubiese quedado fuera de la protección de la barrera.

—Soobin, cárgala devuelta a la habitación y quédate con ella.

Soobin actuó de inmediato, llevándose uno de mis sables y, al mismo tiempo, Namjoon avisó que pudo escuchar algo también.

Yo también había escuchado lo mismo que él, en el momento que nos distrajo se el sonido del plato al romperse. Eran risas. Entonces, no podían ser rencores. ¿O sí?

—¿Qué está pasando? —inquirió Mark desde el pasillo. Él estaba descansando un una de las habitaciones y salió desorientado por el ruido del plato roto. Pero al ver que Soobin llevaba en brazos a Nayeon decidió seguirlos para evitar a Heena. Lo supe por la forma en que la miró.

Heena y yo nos miramos. Ella hizo señas que se referían a Jung, más bien, a su preciada esfera que estaba dentro de él. Pero yo negué con la cabeza.

Ella insistía en tener su cuenta devuelta, pero si permitía que se la quitara a Jung, él se desplomaría y quedaría indefenso debido a su pérdida de sangre, según lo que la misma Heena nos había explicado antes. Si Jung cedía la esfera, tendríamos a un soldado menos. En cambio, Heena sólo debía cuidarse como una mortal más, justo igual que el resto de nosotros.

Jung nos miraba sin comprender del todo de qué se trataba la situación que lo implicaba. El no sabía de la esfera, pero no había tiempo de explicarle.

Heena apretó los labios con enojo, una luz rojiza destelló en sus ojos con brevedad. Pero no se atrevió a intentar nada.

Afuera se escuchaban voces. Por lo que descartamos a los rencores. Aun así, seguimos alerta con armas en mano.

De pronto una risa llegó con claridad a mis oídos, una que conocía muy bien.

Exhalé mientras sonreía. Bajé la guardia ante la atenta mirada de los demás. Me acerqué a la puerta para salir.

—¿Qué haces?

—¿Estás loco?

Nam-hyung y Jung preguntaron casi al mismo tiempo en cuanto abrí la puerta.

Les sonreí con tranquilidad antes de salir disparado hacia el porche.

—Creo que los conoce —escuché a Heena explicarles a los otros dos.

Yo ya estaba bajando el último escalón del porche. Tratando de divisar, en vano, las figuras que se acercaban por el naranjal a través de la sutil niebla. Temblé de frío porque no llevaba la parte superior del uniforme.

Los otros salieron también y se quejaron abiertamente del frío. Heena estaba como si nada, miraba hacia el frente con los brazos medio cruzados, ya que le faltaba una parte de uno.

—Supongo que también son tus amigos —masculló la Nueve Colas, mirando hacia el naranjal.

Las risas y las voces se escuchaban con más claridad, estaban muy cerca, pero los árboles y la tenue niebla ocultaban sus figuras.

—¿Quiénes son? —inquirió Nam-hyung.

—Son Jackson y mi primo Minho. Hay alguien más que no logro distinguir.

Escuché a Jung suspirar con alivio, antes de mencionar que tampoco lograba ver a nadie.

Las figuras empezaron a destacarse entre los naranjos y la sutil niebla. Ciertamente eran tres, uno era mucho más alto que los demás.

Al poco tiempo pude distinguir al tercero. Se trataba de Yugyeom.

Solté una breve carcajada por lo bajo. Estaba feliz de verlos a los tres.


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Casi una hora más tarde, todos estaban adentro, hablando, cenando y riendo de las locuras y disparates de Jackson. Mientras que yo estaba afuera, fumando y haciendo mi turno de guardia.

Sentado en la parte alta del porche, frente a la mesa del patio, calaba mi cuarto cigarrillo. La bruma había espesado en muy poco tiempo, tanto que no me dejaba ver mucho más allá de unos sesenta metros de distancia.

Debíamos recuperar fuerzas y estar preparados para cuando los Komainus dieran la alarma con sus rugidos. En cualquier momento, las hordas de rencores arremeterían contra el portón de Full Moon y, posiblemente, también contra el de la nave industrial.

Bajo la idea de mi primo Minho, habíamos convencido al viejo Oh, para que tomara un baño, comiera algo decente y descansara un poco, mientras tanto, entre Soobin y yo, limpiamos la suciedad del sótano, sobre todo, nos deshicimos de los restos en descomposición del ave sacrificada y del contenido de los orinales.

Rogaba que el jefe Min y sus hombres también estuvieran esperando el nuevo ataque de los rencores, que hubieran tomado la precaución de reforzar la herrería del portón para que pudiera soportar por mucho tiempo. Porque el señor Oh estaba seguro de que los atacantes estaban esperando a que su némesis de la niebla se debilitara.

No tenía caso dejarlo sucumbir al agotamiento de su cuerpo por la desesperación cuando eso era lo que precisamente el enemigo estaba esperando. Era mejor dejarlos pensar que el viejo chamán estaba derrotado y, luego, cuando estuvieran en medio de su ataque, nuestro chamán volvería a arrebatarles su preciada niebla.

Actuar cuando no se lo esperaran, ese era el plan. El viejo Oh no quería cooperar al principio, pero cuando Namjoon le explicó la lógica con mayor claridad, estuvo de acuerdo con nosotros.

Por eso la niebla se había vuelto tan espesa en menos de una hora, solo esperábamos la alarma, que era el rugido de los Komainus, para que el viejo Oh volviera a entrar en acción y nosotros nos pudiéramos unir al jefe Min, quien estaba enterado del plan por medio de Taehyung.

Taehyung había reaparecido a eso de las 7:57 p. m. Mi alivio fue tal que, en vez de reclamarle por su ausencia, lo que hice fue mofarme de él.

"Jungkookie..."

«Taehyung. Te dormiste, ¿verdad?».

Pero Taehyung, estaba muy serio como para responder a mi broma.

"No lo hice, te lo prometí. He estado ocupado".

Me sorprendí porque en un lapso de unas dos horas y media no lo había vuelto a escuchar. Si estaba ocupado debí enterarme por algún pensamiento suyo. Pero su silencio fue tal como si hubiese desaparecido.

«Entonces, ¿cómo hiciste para estar en silencio por tanto tiempo?, ¿estabas usando un talismán?».

"No necesito usar un talismán para hacer eso, no después de convertirme en esta cosa grande y fea que soy ahora. Puedo bloquearte y al mismo tiempo escucharte. Pero eso no es lo importante ahora, escucha... encontré a Rangi, está a pocos kilómetros de Full Moon".

Me alegré tanto de la noticia que olvidé preguntarle a Taehyung por el truco de quedarse en silencio a voluntad. El hecho de que negara haberse dormido y de asegurar que tampoco usó un talismán, era algo que ameritaba mi atención.

Cuando me dijo que Rangi se encontraba a pocos kilómetros de Full Moon, me llené de alegría y esperanza.  Sin decirle nada a los demás, decidí cambiar de turno con Soobin para salir a vigilar y esperarlo, ya que Taehyung le indicó a Rangi que fuera directo a la casa del Chamán, con nosotros.

El aleteo de unas aves llegó a mis oídos, tiré la colilla del cigarrillo hacia la nieve y me puse de pie, alerta, ya que era raro que los cuervos rondaran por una zona libre de cadáveres. A menos que fueran tras los restos de la gallina que estaba en descomposición y que Soobin había tirado hacia el naranjal para que no nos llegara el hedor.

Al chico no se le ocurrió enterrar los restos de la gallina cuando le pedí que se deshiciera de ella.

Pude divisar a tres aves volando entre la niebla, no eran cuervos, sino que halcones. Rangi, extrañamente acompañado de otros dos halcones que también tenían voces. Voces amistosas.

Sonreí mirando hacia el cielo cubierto por la niebla, saludando con la mano.


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Eran casi las nueve de la noche. Todos estábamos reunidos en la sala, ansiosos por escuchar lo que Rangi nos tenía que decir. Nos encontrábamos en la sala, Jung incluido, quien ya se sentía mucho mejor, incluso ya podía caminar sin la ayuda de la cuenta de Heena. Ella me había convencido de tenerla por un momento, solo hasta que se regenerara su brazo.

Yo sospechaba que su intención era verse bien para Minho-hyung. Desde que llegó, ella no le quitaba el l ojo de encima.

"Hay cinco chamanes trabajando en equipo, entre ellos, un hombre caucásico, un extranjero experto en nigromancia y entre las chamanas restantes, hay una que es excepcionalmente poderosa, por lo cual, me atrevo a pensar que ella es su líder".

Rangi no perdió tiempo para ponernos al día, mientras sus dos amigos —que apenas nos presentó— habían alzado vuelo casi en cuanto llegaron. Rangi los envió a espiar el campamento del enemigo. Lo único que supimos de ellos fueron sus nombres: JD y TOP. Si es que a eso se le podía llamar nombres.

La única que les pudo dirigir la palabra fue Heena, quien les suplicó que averiguaran si su manada seguía con vida.

Por mi parte, inicié mi trabajo de mensajero repetidor para que los demás también se enteraran de los pormenores.

—Parece que trajeron la artillería pesada. Nuestro chamán está en desventaja —Namjoon estaba serio, prestando toda su atención—. Aunque, a parte del señor Oh, también tenemos a Lisa. Aun así, ellos nos superan en números tanto de sus huestes como de sus chamanes.

—Cinco chamanes —suspiró Minho—. Suena como una sociedad macabra. Y ni hablar si lo que dicen de los Hwasaenghaji es cierto.

"La naturaleza los crea y el destino los junta". Pensó Taehyung, quien estaba atento a todo lo que sucedía entre nosotros.

—Hwase qué —Nayeon arrugó todo su rostro. Nos miró a todos y luego miró al chamán en busca de una respuesta, pues todos parecíamos saber lo que ella no.

—Hwasaenghaji —acotó Jung con paciencia.

—Esos —asintió ella— lo que sea, ¿Son peores que la gente zombie que ví?

Jung asintió y Mark pasó una mano por el brazo de Nayeon, para tranquilizarla, a ella no pareció molestarle el gesto, pero sí se veía preocupada.

—Esa chamana... ¿Es más poderosa que Lisa y el señor Oh? —preguntó Soobin, titubeante.

"Me temo que no lo sé, solo puedo asegurar que es tan despiadada como poderosa". Respondió Rangi. Su voz interna sonaba angustiada.

—Vaya que te dejó una gran impresión. Hablas de ella como si ya la conocieras —dije, mirando hacia Rangi.

—¡Oye! ¡¿Cómo puedes ser tan irrespetuoso!? Rangi-ssi es mayor que todos nosotros —se quejó Jung, señalando hacia el halcón.

—¿Estás hablando por Rangi o por ti? —Me puse de pie para encararlo. ¿Por qué le importaba si me tomaba mis confianzas con Rangi? A mi me pareció que solo quería sacar el tema de que no lo respeto a él como mi mayor.

"Esa poderosa chamana es Hang Jisoo, del clan Hang. Es la hermana menor de la tatarabuela de nuestra Lisa". Continuó Rangi, como si nada pasara frente a sus ojos. Se veía triste. Se escuchaba aún más triste.

Me quedé paralizado en mi lugar y repetí las palabras de Rangi, porque me vi obligando a hacerlo.

—¿Qué acabas de decir?

—¡Espera!, hermana de...

Nam-hyung y Jung reaccionaron casi al mismo tiempo.

No me volví a sentar sin antes entregarle una mirada de reproche a Jung.

"En cuanto identifiqué a Jisoo, comprendí de dónde venía tanto poder". Continuó Rangi. "Es mi descendiente, pero siempre fue distinta. Además de ser la más bonita, ella solía ser muy inteligente, desde muy temprana edad poseía un don para ver más allá de lo que se encontraba frente a sus ojos".

» "Ella me hacía sentir orgulloso porque mostraba mucha astucia y una intuición única. Sus habilidades y su hambre por conocimiento superaban al de todas mis descendientes antes de ella. Mas, un mal día, se reveló siendo muy joven".

» "Solía distorsionar las enseñanzas de su madre y, cuando cumplió sus doce años, empezó a crear sus propios experimentos y a tomar notas, muy aparte, en su propio libro".

» "El día que descubrimos la naturaleza oscura de su búsqueda, fue uno que marcó a la familia. Ella se marchó antes de que le tocara confrontar al comité de las líderes chamanas del Clan, las ancianas de la familia Hang".

» "Después de tantos años, nunca pensé que aún estuviera viva. Incluso, cuando la vi esta mañana, me hice la idea de estar presenciando su reencarnación. Para mí era lo más absurdo, porque ella nunca tuvo hijos, de lo contrario, hubiera sentido la conexión al menos una vez, a pesar de cualquier distancia. Aun así, tenía la obligación de comprobarlo y por eso decidí vigilarla por unas horas".

» "La observé durante un buen tiempo. De esa manera, es como logré comprobar que su persona no es una reencarnación, sino que es la misma Hang Jisoo —que vi nacer y crecer— en carne y hueso".

Rangi se escuchaba más y más triste. Mientras nos contaba de la chamana Hang Jisoo. Parecía que cada palabra le causaba dolor.

» "No es una jovencita como la última vez que la vi, es una mujer madura que aparenta de unas cuatro o cinco décadas. Debió haber continuado con sus experimentos a lo largo de su vida y, de seguro, haber descubierto cómo prolongar su juventud, pero no tengo una idea clara de cómo ha podido sobrevivir por tantos años".

—Debiste sentirte desconcertado... —suspiré, empatizando con la tristeza que estaba sintiendo Rangi.

Observé a todos por un breve instante, no había uno que no estuviera sumergido en la historia que Rangi nos contaba, ni uno que no tuviera un gesto entristecido o conmovido por lo que estaba escuchando, excepto Heena, que se la veía tan seria como una estatua.

"Cuando se marchó de casa, apenas tenía catorce años. Por supuesto que la seguí, mi deber siempre ha sido estar con la menor de mis descendientes por el hilo que nos une. Más cuando nació la hija de su hermana mayor, dejé de sentir esa unión con Jisoo y tuve que separarme de ella a sus diez y seis años para ir con la nueva última Hang".

» "Nunca volvimos a saber de ella".

—Debió ser una gran batalla mental. ¿No la buscaste? —esa vez preguntó el viejo Oh, quien no se inmutó cuando le conté brevemente a todos sobre Rangi, antes de sentarnos a escuchar lo que tenía que decir.

"No, no la busqué, más porque mi deber era estar junto a mi clan y ser inseparable de mi nueva protegida. El clan Hang sufrió un gran colapso ese día. Ella fue la que decidió separarse de la familia y no había nada que se pudiera hacer. Es lo mismo que sucedió con Lisa, cuando decidió tomar un rumbo distinto por su cuenta y terminó aquí, en Full Moon. También dejé al Clan para seguirla y, heme aquí".

—Lisa no es igual a esa mujer. A ella no le interesan las cosas de chamanes —intervino Soobin después de aclararse la garganta.

"Lo sé, Lisa es distinta a Jisoo y no tiene interés en el poder del Clan Hang, ni en ningún otro".

» "Hoy temprano, cuando entendí la magnitud del poder de Jisoo y escuché de sus propios labios que, entre las hordas de los rencores, se encuentra todo el Clan Hang, me horroricé y quise correr hacia Lisa para protegerla más que nunca. Ahora, ella es lo único bueno que me queda. Mi única familia, porque Jisoo nos traicionó a muerte".

Ante esa declaración todos empezaron a murmurar, pero pronto el silencio volvió. Los pares de ojos de cada uno atentos sobre mí.

» "Después de escuchar tal horror. Volé desde el campamento enemigo hasta la mansión de Full Moon para ver a Lisa. Estaba muy angustiado porque la busqué por el resto de la mañana, no la podía sentir. En horas de la tarde, al fin logré sentirla y pude verla desde la ventana de una de las habitaciones".

» "Al verla, me sentí impotente, no me creí suficiente para protegerla de todo el horror que pronto va a arropar a Full Moon".

» "Discerní que, dentro del interés principal de la guardia de Full Moon, no estaba pautada la protección de mi querida Lisa, al menos no como una prioridad. Por lo que pensé en que ella es mi prioridad, no la de esos hombres. Si la pierdo a ella, lo pierdo todo".

» "Por un momento, creí que ella había sentido nuestra conexión cuando la vi abrir su ventana y sonreírme hermosamente, volé y me acerqué a ella posándome sobre el alféizar. Ella no tuvo miedo de mí, la escuché hablarme con cariño mientras acariciaba mi plumaje. Pero me percaté de que me había equivocado, ella simplemente me trataba como a la mascota entrenada del joven Jungkook".

» "me equivoqué al pensar que ella había sentido nuestra conexión".

» "Entonces tomé la decisión de pedir ayuda a mis amigos TOP y GD, ya que me deben un gran favor. Sin embargo, no podía marcharme sin antes alertar a Lisa del peligro que se avecinaba, sobre todo, de los Hwasaenghaji".

» "Escribí el mensaje como mejor pude en la corteza de los árboles frente a su ventana y cuando me aseguré de que ella había captado la seriedad del mensaje, emprendí el vuelo fuera de Full Moon. Rogando encontrar a mis amigos a tiempo".

» "Volé hasta la ciudad, cuando llegué a Seúl, la mayoría de las calles estaban desiertas, muchos autos abandonados, filas de ellos. Según los anuncios en las pantallas, había un toque de queda por la alerta de emergencia general, los ciudadanos estaban encerrados y conmocionados en sus hogares. Muchos, llorando a sus muertos, otros, llorando a sus familiares y amigos que se habían convertido en rencores".

—¡Jesucristo! —gimió Nayeon, llevándose las manos a la boca.

"¡Por la deidad de la montaña!". Pensó Taehyung.

Todos nos miramos unos con otros sorprendidos y a la vez paralizados por el horror de la noticia.

—Es la razón por la que mi manada y yo paramos aquí. —Heena no se veía consternada o afectada, pero no nos miraba, sus ojos fijos en su regazo, mientras acariciaba las vendas que cubrían su brazo ya completo—. Era colaborarles o terminar como rencores.

»—Invadir Full Moon y abrir la puerta desde adentro. Era nuestra única misión —continuó explicando ella—. Era algo sencillo, nos prometieron. Ninguna de nosotras tendría que morir.

"El horror que ahora está azotando a Full Moon se estuvo arrastrando previamente por las calles de los pueblos y las ciudades de la nación, llenando a las personas sobrevivientes de terror". Continuó Rangi.

—Algo como eso es lo que pasó hace cincuenta años —intervino el señor Oh—. La diferencia es que aquella vez hablamos de unas cuantas pandillas, cuyos miembros fueron poseídos. Eran unos ciento cincuenta rencores, tal vez menos. En aquellos años, las noticias hablaban sobre enfrentamientos entre pandilleros y la verdad pudo ocultarse con facilidad.

—Pero esto... esto no será una simple noticia sobre pandilleros —acotó Heena.

—Cierto, todo suena como un suceso apocalíptico. —Minho se rascaba la cabeza con la mirada perdida.

Palpé cada bolsillo de mi uniforme hasta encontrar el celular. Encendí la pantalla para revisar la batería. Tenía un setenta y uno por ciento. De inmediato lo pasé a Nayeon y le pedí que llamara a mamá Choi y a Mina. Ella se apartó en la cocina para hacer la llamada.

—¡Aaah! Con que eso era lo último que pediste. —Mark estaba más sorprendido que los demás al ver el dispositivo—. Por eso no habías vuelto a la torre de control.

Rangi seguía con la historia así que ignoré al amanerado y traté de seguir el ritmo del halcón.

"Mis amigos me contaron que se apresuraron a ir a la casa del matriarcado Hang en cuanto se percataron de la magnitud del problema. Pretendían buscar ayuda chamánica para contrarrestar la poderosa influencia que estaba contaminando a toda la nación, pero cuando llegaron, ya era demasiado tarde... todo parecía indicar que, la gran casa de los Hang, había sido una de las primeras en caer bajo el terror".

Al escuchar ese detalle, me pregunté si el tío Sangjoong ya sabía de todo eso, pues él envió un helicóptero por los libros de la casa Hang. Apreté los puños por la rabia. Por supuesto que sus hombres se lo informaron, era imposible que no lo supiera. Él se guardó aquella información. Temía por la vida de mamá choi y de Mina, incluso por la de Momo y su familia.

Miré hacia Kakita, quien me miraba con mucha angustia desde a la cocina mientras trataba de comunicarse a la casa de Busan. Tragué seco y proseguí repitiendo las palabras de Rangi:

» "Antes de marcharse, ellos me dejaron un mensaje, por si aparecía buscando a mis protegidas y, de esa manera, fue como pude localizarlos con prontitud".

» "Los convencí de que me ayudaran a sacar a Lisa de Full Moon. Ellos no dudaron en acompañarme".

»"Y cuando estuvimos llegando a Full Moon, fue que pude escuchar la voz del señor Kim en mi cabeza. Él me hizo cambiar de parecer. Prometió que Min protegería a Lisa, me pidió que confiara en él. Y heme aquí, confiando la seguridad de mi única familia a un desconocido. Solo porque tú confías en él". Rangi me dedicó una mirada solemne y preocupada a la vez. Era raro ver a un ave hacer expresiones.

—Estoy aquí para proteger a la señorita Jeon —continué hablando por Rangi. Pero eso no fue exactamente lo que él dijo.

Nayeon dio un ligero respingo de sorpresa. Con el celular frente a su cara.

—¿Qué? ¿A mí por qué? ¿No lo estás inventando? —me acusó con una mirada suspicaz.

—El señor Kim lo pidió —dije. No mentí, pero no dije la verdad la medias.

Lo que en realidad pensó Rangi fue que Taehyung necesitaba que me mantuviera concentrado, si Nayeon estaba bien, yo no perdería las fuerzas.  ¿Al final no es lo mismo?

"¿Por qué le dijiste eso?". Rangi me reprochó. "No quiero ser el protector de ella, pero lo haré porque es tu deseo. ¿Sabes que, si no te protejo, Kim podría hacer lo mismo con Lisa?".

—Él no es así.

Todos me miraron confusos. Hasta que Nam-hyung intervino.

—Eso último no fue para el público, sino para Rangi.


●•●•●•● ҉ ●•●•●•●

Todos terminaron de cenar. Nos pusimos de acuerdo para descansar. Nam-hyung y Mark se ofrecieron para hacer la siguiente ronda de vigilancia.

Me había dado un baño y pensaba echarme sobre una cama para dormir un poco cuando Nayeon me siguió hasta una de las habitaciones.

Desde que Jung había despertado, ella empezó a actuar indiferente con él, a evitarlo. Y me atreví a preguntarle si había alguna razón para tal cambio.

Ella quiso fingir demencia, entonces me burlé.

Después de eso, ella no me permitía acercarme, parecía huir de mí para evitar alguna conversación entre nosotros.

Pero después de la reunión con Rangi, al parecer, había cambiado de opinión. Porque ahí estaba, pequeña y con su vientre hinchado, contemplándome con unos ojitos llorosos.

—¿Estás sangrando otra vez? —pregunté apresurado, pensando lo peor.

Ella negó tranquila. Pasó por mi lado y se sentó en la cama. Emulé su acción ocupando un espacio a su lado.

—Me costó mucho reunir el valor para venir a verte. Pero ahora no sé por dónde empezar.

Ella no me miraba, habló mientras acariciaba su abultado vientre.

Solté un largo suspiro y sentí un ligero estremecimiento. La hora que ambos estábamos evitando tanto, había llegado.

Era el momento de sincerarnos.

—Nayeon, pase lo que pase y hagas lo que hagas, siempre serás mi hermana. Mi sangre.

—He sido una carga para ti. Y así me lo harás ver hasta el último momento. Ya soy una adulta, no soy tu responsabilidad.

Ella se limpió una lágrima con sus pequeños dedos.

—Sé que eres fuerte e independiente. Pero no puedo evitarlo. Eres todo lo que me queda de nuestros padres. Siempre fuiste todo para mí.

—Tú también has sido mi refugio. A pesar de llevarnos tan pocos años, te has comportado como un padre para mí. Siempre pensé que yo quería un hermano, no a un padre. Porque me fastidiaban tanto tus restricciones que me hacían olvidar todo lo que te esforzabas por mi bienestar.

—Lamento haber sido estricto en muchos aspectos, solo cumplía con mi deber de protegerte.

—Eras muy egoísta. Tú podías hacer cosas que a mí me prohibías. Te acostabas con mujeres a diarrea y siniestra. ¿Crees que no sé que ahuyentabas a mis enamorados?

La miré sorprendido y me quedé sin palabras. No era algo que me esperaba.

—¿C-como lo supiste?

—Mis amigas me lo contaban. Te encargabas de intimidarlos y amenazarlos a todos. Eso me molestaba mucho.

Lo supo todo el tiempo y nunca me lo dijo. ¿Por qué? De seguro Momo abrió la boca y no quería ser expuesta conmigo.

—No parece que te molestara tanto —discrepé encongiendome de hombros. Ella siempre me gritaba todo lo que odiaba de mí—. Nunca me lo reprochaste. No eres de las que se callan cuando algo le molesta.

—Me molestaba el hecho de que no me conocieras. No me interesaba ninguno de mis pretendientes, si no los alejabas tú, lo iba a hacer yo. Ninguno de ellos tenía las cualidades de mí Louis Hanzel.

—¿Y Jung sí las tiene? —inquirí elevando una ceja.

Ella se tensó, sus ojos se desorbitaban y su boca entreabierta me hacía entender que no encontraba palabras para responder a mi pregunta.

—¿Es tan obvio? —Me miró haciendo una mueca culpable —Por supuesto, he sido más que obvia estas últimas horas.

Me debatí entre decirle o no que lo supe tarde, pero un poco antes de que ella misma se delatara.

—Lo ocultaste para que no lo matara a puñetazos o fue por una razón llamada Taehyung.

—Por ambas razones y una tercera, también una cuarta.

La miré confundido.

»—La tercera es nuestro tío Canas. Temía por lo que podía hacerle a Hobi. Y la cuarta es que no quería aceptar mis sentimientos por él. Ya había llegado demasiado lejos con el señor de Full Moon. Estaba demasiado cerca de convertirme en la dueña y señora de todo el grupo Doman y de Full Moon.

Dejé escapar una risita nasal con ironía. Ella siempre tuvo claras sus prioridades. Incluso las ponía por encima de sus propios sentimientos.

—Dilo.

La miré arrugando las cejas.

»—Lo patética que soy. Es lo que estás pensando. Dilo.

—No pienso que seas patética. Más bien, pienso en las cosas que me ocultaste para tu propio beneficio.

—¿Y qué con eso? Tú también me ocultaste cosas.

Era cierto, le oculté mis preferencias por miedo a perder el control sobre ella. Para qué negarlo. Le oculté mis sentimientos hacia Taehyung. Le oculté que hice todo por conquistarlo aun siendo mi futuro cuñado.

—Cierto. Desde que llegamos a Full Moon. Dejé de ser un buen hermano.

—Te convertiste en...

—Un traidor. Lo sé —la interrumpí porque no iba a soportar escuchar la palabra saliendo de sus labios.

Asentí varías veces ante mi declaración con los ojos aguados y la vista nublada por las lágrimas.

—Iba a decir un rival —corrigió ella.

Hubo un largo silencio donde solo se escuchaban los sonidos de sorbos nasales en mi intento por no sollozar.

Nayeon se acercó y me rodeó con sus pequeños brazos.

—Jungkook-oppa. Lamento tanto lo que te he hecho sufrir.

Me tensé al escucharla llorar.

»—Pensé que tú atracción por él era algo pasajero. Que, si marcaba territorio, tú no te acercarías a él y te olvidarías de buscar alguna oportunidad. Tú nunca te enamorabas de nadie, solo de una persona, Jinmin-ssi. Entonces mis planes tomaron más fuerza cuando descubrí que tu único amor trabajaba en Full Moon. Pensé que serías feliz con él si volvían a estar juntos.

Sentí un golpe en el estómago con cada palabra que acababa de escuchar. La sujeté por los hombros para alejarla de mí y poder mirarla a la cara.

—Entonces es verdad. Siempre lo supiste —dije inundado por la decepción.

—Ella me miró con los ojos desorbitados y nerviosa.

Tal como dijo Jin-ssi, ella sabía de mi relación con Jimin. Entonces todo lo que él también dijo acerca de Mina de y de mamá Choi debía ser cierto.

—¿Tú me viste en algún momento con Jimin?

Ella se alejó rehuyendo mi mirada. Tan solo asintió y se puso a llorar de inmediato.

Me puse de pie. Volví a tomarla por los hombros y le pedí que me mirara.

»—¿Planeaste eso con mamá Choi?

—¿Uh? No planeé nada contra Jimin-ssi. Solo quería que ustedes volvieran.

—Y como lo de Jimin no funcionó. Planeaste convertirme en la pareja de Mina. Tú y mamá Choi.

Ella abrió los ojos con espanto.

—!El brujo te lo dijo!

Negué limpiando las lágrimas que humedecían mis mejillas. Tragando con dolor.

—¡¿Qué brujo?!

»—Si te refieres a Taehyung. No, él no fue quien me lo dijo.

Ella retrocedió sobre el colchón mirándome con terror.

—¿Qué te hizo? Eres como él...

—Nadie me ha hecho nada. Alguien las escuchó hablar en tu habitación y luego me lo contó.

—¡Mentira! —discordó ella negando con las cejas hundidas.

—Es la verdad, Nayeon.

Ella seguía negando.

—Si no te hicieron nada... Entonces... ¿por qué eres el único que puede escuchar lo que piensa ese pájaro?

Me quedé paralizado. No sabía qué responder. Ella se deslizó sobre el colchón hasta bajarse. Dando pasos precavidos se acercó a la puerta, no dejaba de entregarme esa mirada desconfiada y asustada.

—Nayeon, soy tu hermano. No soy ningún brujo. Me conoces.

Ella se detuvo. Por precaución, no me moví de mi sitio.

Su labio inferior empezó a temblar con fuerza.

—Es que...

Aquella reacción de mi propia hermana hacia mí, me hizo sentir una pequeña probada de lo que Taehyung había sufrido durante toda su vida.  El sentimiento de rechazo de un ser tan querido, es algo sumamente doloroso.

—Kakita, hemos pasado por mucho. En este lugar suceden cosas que no tienen lógica. Estamos viviendo una pesadilla. Necesitamos confiar en el otro para sobrevivir a todo esto. Por favor, no me veas como a un enemigo. No lo soportaría.

—Sabes que no me gusta que me llames así —se quejó, pero no se veía enojada. Mas bien, triste.

No pude contener los sollozos esa vez. Me dejé caer de rodillas ante la presión del dolor. Cubrí mi rostro con ambas manos y di rienda suelta al llanto con la cabeza gacha.

La puerta se abrió y pensé, derrotado, que Nayeon había salido. No obstante, escuché las voces de Soobin y Jung.

—¡Hyung-nim! —llamó Soobin.

—¿Qué le sucede? —Jung alzó la voz.

Levanté el rostro para encararlos. Jung observaba a Nayeon, preocupado.

Soobin intentaba ayudarme a ponerme de pie y Jung repasaba a Nayeon buscando signos de algún malestar.

Nayeon me miraba de otra manera. Había culpa en sus expresiones. Entonces ella se separó de Jung para ir junto a mí. Se abrazó de mi cintura aplastando la prominencia de su vientre contra mí.

—Perdóname, oppa. Yo no pensé en lo que dije, no sé lo que estoy pensando. Perdóname, Jungkook-oppa.

Tomé su rostro para poder verla. Ella lloraba a lágrima suelta, arrepentida.

—Perdóname tú a mí, por ser el peor hermano.
Ella sacudió la cabeza con fuerza.

—Nunca habrá alguno mejor que tú. Yo soy la peor hermana. Yo soy la peor.

Minho también llegó corriendo a la habitación, mas no llegó a decir nada porque en ese momento se escuchó el primer rugido de la noche más larga.

Los Komainus habían despertado.

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Hola, wattpaders. Hace rato que tenía el capítulo escrito, pero no lo publicaba por las correcciones y los banners (casi se los iba a quedar debiendo).

Apenas llevo unas 200 palabras del capítulo siguiente. Por favor, no me deseen la muerte.

Sigo escribiendo retazos de otros capítulos. No ando resagada, es que tengo todo revuelto en mi cabeza, pero poco a poco lo voy desarrollando.

No hago promociones de la historia, pero ya llegó a los 30K de vistas, gracias a los fieles lectores.

💜 Gracias por acompañarme hasta aquí 💜

Y también gracias a los que recomiendan ABLLL.

Un beso.

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