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Capítulo 44



Capítulo 44

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EMBARAZADA O NO

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⊰─⊱ Kim Taehyung ⊰─⊱

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La nieve crujía bajo mis botas, a pesar de la baja temperatura y la fría brisa, sentía las gotas de sudor naciendo diminutas sobre mi frente, no me sentía del mejor humor, pero tenía que moverme de prisa, necesitaba apurar el paso para alcanzar a la señorita incomprendida.

Momentos después de que Jungkook y yo fuimos sorprendidos por su hermana frente a la madriguera del conejo, me dispuse a perseguirla. Seguí su voz interna, sus pensamientos eran el mejor rastro, me guiaban a ella.

Mentalmente me preguntaba: ¿cómo es que alguien que acaba de pasar por tal situación, podía regresar como si nada a una fiessta. ¿Cómo podía planear el darse el permiso de llorar una vez que llegara al salón de festejos para arruinar la fiesta? ¿No es más lógico aislarte de la gente y del bullicio cuando te sientes triste? Luego de pensarlo, solo supuse que su propósito o era vengarse, o simplemente era buscar un modo de encubrir su situación previa—la verdad de su embarazo—, pero lo cierto es que estaba muy abierto a cualquier giro inesperado con la forma de actuar de esa muchachita. Después descubrí para qué se dirigía hacia el salón de festejos, no solo planeba llorar allí, planeaba formar un escándalo, haría que todos se enteraran de mi relación con Jungkook.

Al entrar al salón, ya no podía distinguir sus pensamientos entre la música y el bullicio del grupo de gente. Cuando barrí casi todo el lugar con mis ojos incómodos por la iluminación, la vi secreteando quien sabe qué cosas al oído de Jung y luego dirigirse hacia la puerta donde yo me quedé, a propósito, interrumpiéndole el paso.

Me brindó una mirada irreverente antes de exigirme que la dejara pasar. No me moví en lo absoluto y, cuando ella tenía la intención de replicar —estaba decidida a empezar con el drama que planeaba hacer frente a todos— hablé primero.

—Embarazada o no, tenemos que hablar a solas —dije agarrando una de sus muñecas con exigencia. Estirando un poco su brazo para sacarla de allí.

Ella volteó a ver hacia donde estaba Jihyo, quien no se encontraba muy lejos de la entrada y, a su vez, nos estaba prestando demasiada atención, Justo le devolvió la mirada a Nayeon con una sonrisa casi mefistofélica que la más joven no pudo resistir por mucho tiempo.

Regresó su atención a mi persona y tragó seco antes de dar unos pasos hacia mí, aún su mirada era de enojo, pero no le hacían honor a sus pensamientos. No obstante, su cuerpo actuaba distinto. Aprovechó que aflojé mi mano alrededor de su muñeca para zafarse con facilidad. Entonces rodeó mi cuello con uno de sus brazos y asintió sin sonreír.

"Como deseo hacerte pagar por hacerme quedar mal frente esa zorra". Pensó con irritación. Podía jurar que no extrañaba escuchar los pensamientos de esa niña malcriada. Eran como una enorme espina de pescado atorada en la garganta. Su vocecita chillona era más que estrepisona y llenaba de ecos insoportables mi cabeza.

—¿Vamos a tu habitación o a la mía? —preguntó elevando la voz un poco más de lo necesario. Su sonrisa más fingida. Sus ojos café y bien maquillados bailando entre mi persona y el lugar desde donde nos observa la pelirroja. Le importaba más de la cuenta que Jihyo no sacara conclusiones de aquella situación.

Ella solo buscaba pretender delante de Jihyo que todo estaba bien entre nosotros, aunque su deseo era explotarme toda su rabia en la cara no importando el lugar. Igual quería sincerarme con ella respecto a su hermano y, ya que era testigo de lo nuestro, aprovechar para recordarle cuál era su lugar. Tenía que sacarla de allí antes de que Jungkook intentara hablar con ella primero, así que, era ese instante o ninguno. El ala prhibida era la más alejada, su habitación estaba más cerca que la mía...

—A la tuya, por supuesto, es el camino más corto.

Se adelantó precediendo el camino y fui en silencio detrás de ella todo el recorrido, tratando de interpretar sus pensamientos que ya iban más allá de una mente intrépida y jovial, ya no eran los de una chiquilla con un solo y simple propósito más lleno de fantasía que de ambiciones de poder, ya no.

A diferencia de Jungkook, quien seguía preocupándose por su hermana, ella lo veía, en muchos de los momentos, no solo como a un familiar, sino también como a un rival. Un enemigo en cierta forma. Aunque extrañamente también aparecían rastros de su raro amor por su hermano. No lograba entender sus sentimientos hacia él. Un tal Hobi se repetía constantemente en su cabeza como un gran ícono de alta relevancia, parecía que esta persona la había convencido de ser el único al que le importaba su bienestar. Todas mis sospechas apuntaban hacia Jung, pero luego de escucharla pensando en ese tal Hobi, se me descolocaron las ideas que me había creado sobre mi guardia de seguridad favorito.



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—¿Cómo pudiste mencionar el contrato frente a él? —fue lo primero que gritó la chiquilla una vez que escuchó la puerta cerrarse detrás de mí. Cerré los ojos unmomento porque su habitación estaba fuertemente iluminada.

Estaba muy alterada y caminaba en círculos alrededor de la estancia, sobajeando con ansiedad su hinchado vientre. Su rostro se había tornado enrojecido, actuaba furiosa y sus pensamientos eran un torbellino que lo azotaba todo, se me hacía casi imposible entenderlos.

—Explícate mejor —exigí lo más calmado posible.

Caminó hacia mí apuntándome con un pequeño dedo acusador. No parecía tenerme miedo.

—Se supone que nadie debía saber de nuestro acuerdo, eso incluía principalmente a mi hermano. ¿Cómo pudiste avergonzarme así en frente de él? —masculló las palabras siseándolas con histeria.

Se quitó los guantes como si de un arrebato se tratase, llevó una de sus manos hacia la cabeza arrancándose el gorro de lana que la cubría de la nieve y sacudió su cabellera castaña con pura rabia. Hizo todo lanzando gritos por lo bajo, como si se estuviera mordiendo la lengua. Parecía a punto de tener un fuerte ataque de histeria, pero no era real, a mí no me engañaban sus melodramas sobreactuados. Embarazada o no, a mí no me iba a manipular como a su hermano, no señor. Sabía que todo era una actuación para no salir del papel de víctima en el que pretendía encasillarse.

—También se suponían muchas cosas, entre ellas... que nadie debía enterarse de mi relación con tu hermano, especialmente tú. Además, ¿cómo te atreves a reclamarle delante de mí? ¿Cómo es que puedes ser tan sínica y tan cruel con la persona que te lo ha dado todo por ti?, al que, incluso, no le importa dar hasta su vida —me atreví a reprocharle, aunque ella no tenía idea de que lo último que dije era puramente literal. Jungkook daba la vida por ella y lo demostró aquel último viernes rojo. Gracias al chamán me enteré que tomó el riesgo de morir esa noche no solo por mí, sino también para sacarla a ella del peligro que implicaba, la quería proteger de los planes de su tío abuelo.

Y mencionando al diablo, me vino algún recuerdo de éste queriendo proteger a esa chiquilla desagradecida. Mi viejo amigo Jeon quería hacer lo que estuviera a su alcance para que todo saliera bien con el menor daño posible hacia su sobrina, por eso decidimos mantenerla feliz, mientras observábamos lo que sucedía con el reloj al estar ella al rededor. Recordé aquellas palabras que él me dijo cuando intentó convencerme de usar a Jihyo para que no volviera a tocar a su sobrina y así evitar ponerla en peligro, aunque también traer a Jihyo era una excusa para impedir que cayera en tentaciones con Jungkook:

"Puedes hacer todo con Jihyo, ella sabrá complacer esa necesidad involuntaria, como antes. Eso es algo artificial y pasajero, no significará nada cuando terminemos con la maldición. Usted volverá a ser un hombre normal y no tendrá arrepentimientos".

"No es demasiado tarde para que haga algo de lo que se pueda arrepentir. Sé cómo le mira mi sobrino, sé cómo usted lo mira a él. Él es un tonto e ignorante, pero usted no lo es. ¿Cuánto tiempo cree que Nayeon seguirá pasando por desapercibida sus intercambios de miradas? ¿No piensa en cómo se sentirá ella? Le romperán el corazón, lo saben".

"Debemos mantenerla feliz para que todo continúe funcionando, por favor, colabore para que todo nuestro esfuerzo no se desmorone por algo que se esfumará en cualquier momento, algo tan efímero que no vale la pena. Algo de lo que se podría sentir arrepentido por los siglos de los siglos".

Salí de mi lapso de recuerdos cuando vi a la chiquilla deteniendo sus pequeños paseos por la habitación de forma repentina. Una rabia real estaba a punto de sobrepasarla al verme encogiéndome de hombros y soltar ese contraataque como si fuera una obviedad, desviando la conversación a mi favor y tomándola por sorpresa.

Se me acercó embravecida, volvió a apuntarme con su pequeño dedo, en el que resaltaba una uña lacada de rosa pálido.

—Eso es algo entre mi hermano y yo, además, tanto me ha dado como me ha quitado, él me arrebató su atención y no le importó que tú fueras la el príncipe que siempre soñe encontrar. Mira nada más cómo lo sorprendí contigo. ¿Para eso me cuidó y me lo dio todo? ¿Para tener derecho de acostarse con mi futuro esposo y padre de mi hija y pretender que debo quedarme quieta porque sería desagradecida?

"Eres mi Luis Hanzel, él lo sabe. ¿No está tratando de arrebatarme el gran sueño de mi vida?". Pensó con dolor e impotencia.

Aveces me confundían sus pensamientos, porque en ocaciones no parecían ser dañinos, pero ya la situación se había tornado oscura y ella parecía dividida entre una dirección y la otra, su mente se partía en tiras que apuntaban a destinos opuestos. Dejarme ir par ir con ese tal Hobi, encubrir su falta y no abandonar su plan inicial, el cual había llevado tan lejos por alcanzar su viejo sueño que aún persistía, lograr su nuevo gran sueño: ser la dueña de Full Moon. Todos menos el primero estaban entrelazados, pero ella no sabía cual deseaba más. 

"Yo no tengo la culpa de que ustedes sean unos idiotas que hacen de las suyas al aire libre. No pudieron ni ser discretos, tenían que hacer que todo Full Moon se burlara de mí a mis espaldas. Todos deben estar tomándome por imbecil y seguro que la zorra de Jihyo debe sentirse feliz porque ya lo sabía, con razón estaba tan quieta, solo estaba esperando con paciencia para reirse de mi derrota".

No podía creerlo, Nayeon ni siquiera estaba dolida de vernos juntos. Como si ya lo supiera de antes, no pareció sorprendida por ello, sino más bien, le atormentaba que al exponernos así nos viera alguien más y no por pensar en nosotros, sino por ella misma, lo único que le importaba era su reputación, no ser el hazme reir de Full Moon. Pero ella debía saber que sí éramos cuidados, lo éramos, incluso Jeon había dejado de sospechar de nosotros con la ayuda de nuestros cómplices. No andamos por ahí dándonos muestras de afecto frente a nadie, como se lo estaba pensando.

—Lo que viste —empecé a explicar buscando que se tranquilizara y llegaramos a algún acuerdo—, no significa que...

—¡No...! Lo que vi simplemente significa lo que significa —interrumpió a propósito—. Y ¿sabes qué?, Ustedes son tal para cual...

«Gracias». Me burlé internamente. Casi a punto de sonreír. Ya quisiera que mi corazón fuera tan bonito como el de Jungkook, pero no lo era, tenía mucho por lo que pagar y tal vez sí, tal vez no, tenía todo el tiempo del mundo para hacerlo. Si ver los ojos rojos de aquel espectro de lobo negro no me mataba, tenía el resto del tiempo para pagar cada víctima que permití que se infectara con el veneno de mis fluidos. Cada vida que se perdió antes del tiempo, todo lo que ha tenido que pasar la familia Jeon, solo por mi culpa.

»Sabrán los dioses cuánto tiempo he sido el hazme reír de todo Full Moon por culpa tuya y de mi propio hermano.

"Eso, Nayeon, ya lo tienes. No serás la mala de esta película. Ellos serán los malos y tú la víctima. Si esto significa que todo debe terminar, entonces, todo terminará bien para ti". Pensó con la suficiente claridad como para que la pudiera entender.

¿Qué pretendía? ¿Por eso iba a formar un escándalo en la planta baja?

La miré en silencio por un momento, mientras una de las comisuras de mis labios se elevaba formando una tenue sonrisa irónica, casi cínica y maliciosa. Caminé despacio hasta llegar a una de las butacas que yacían al lado de la mesa de té. Tomé asiento y crucé mis piernas para que la pequeña Nayeon entendiera que, a diferencia de las veces anteriores, aquella vez sí planeaba tener una larga conversación con ella.

Hacía mucho tiempo que no tenía la oportunidad de leer los pensamientos de esa chiquilla y ese día, desde antes de entrar a su habitación noté que hubo un gran cambio en ellos, sus intereses estaban apuntando hacia a una dirección distinta de la que ya conocía, y esa era la primera vez que sus pensamientos estaban alineándose con las palabras que decía.

Era curioso que no me tuviera miedo, su irreverencia me hacía dudar de si era tan valiente como su hermano o si realmente estuvo usando, sin saber para qué servía en verdad, aquel pañuelo que Jin-ssi le sacó antes de que nos sorprendiera a Kookie y mí besándonos afuera.

—Hasta que por fin te sinceras un poco —solté tranquilo, mirando hacia mis dedos que tamborileaban sobre la superficie de la mesita de té.

—¿De qué hablas? —inquirió confundida, arrugando el entrecejo.

—Sabes perfectamente de qué hablo. Así que, si piensas terminar nuestro falso compromiso dejándonos como los malos de "la película", está bien, adelante, te lo permitiré, pero le diré toda la verdad a Jungkook para que no cargue con culpas inexistentes, al menos no en su conciencia.

Pensé que darle exactamente lo que buscaba y pedir algo más o menos justo para Jungkook era la forma más rápida de terminar con toda nuestra comedia. Pero parece que, al no medir mi falta de tacto, la allané con la guardia baja.

—¿Qué? ¿Q-quién...? ¿C-cómo...? —Sus pensamientos no lograban convertirse en palabras.

"¿Qué demonios quisiste decir?, No puede ser... ¿Será que ya lo sabe todo? Entonces, ¿Quién se lo dijo? Maldición, ¿cómo lo sabe? No. No, solo está suponiendo cosas, eso debe ser. Solo está suponiendo".

—Es la primera vez que no pareces encontrar palabras. —Me crucé de brazos y sonreí burlón—. Dónde habrá quedado tanta elocuencia.

—N-no entiendo de qué me hablas —Ella pestañeaba seguido recordándome el tic nervioso de Jin-ah. Por un momento, pareció estupefacta. Rara vez sus pensamientos sincronizaron con sus palabras y gestos, y esa ya era la segunda ocación en una misma hora.

—Sé todas tus intenciones, aunque no lo creas, siempre estoy un paso delante de ti —exageré para impresionar un poco.

Al escucharme diciendo eso, se sobresaltó como si la hubieran pellizcado, mas, se recompuso de forma instantánea.

Le entregué una mirada segura elevando mis cejas y las comisuras de mis labios para generar un poquito de diversión, y disminuir un tanto la tensión.

Soltó una risa estridente, nada convincente, ante mis gestos. Hizo un ademán de incredulidad, a lo que decidí descruzarme de brazos y piernas, posar mis manos a cada lado de los reposabrazos de la butaca, echar mi espalda hacia atrás y entonces proseguí:

»Te percataste de que yo le gusté a tu hermano desde el principio, antes de que todo empezara. Sí, Nayeon, sabías perfectamente que, al igual que tú, él también sintió cierta atracción hacia mí.

»Y en ese entonces pensaste: "Antes de que nazca algún sentimiento, debo ser rápida y actuar. El que llega primero al río, se bebe el agua limpia".

»No conocías lo sentimental que podía ser tu hermano. Solía salir con chicas diferentes porque no pasaba más de una noche con ellas, sabías que él y Jimin eran amigos con derecho, pero era un secreto entre ellos. Aun así no podías arriesgarte a que justo en aquel momento, a Jungkook le dieran ganas de salir del closet, porque la forma en la que él me miraba era totalmente nueva, distinta a cómo miraba a cualquiera que había logrado salir con él. Lo sentiste como una amenaza. Hiciste lo posible para que no se interpusiera entre tú y tus sueños. Pensante que yo era perfecto y que era tu destino.

No iba a decirle que aquellos pensamientos me parecieron un poco tiernos y conmovedores al principio, pues, desde que ella me hizo salir de mi choza en Dinamarca, también pensaba que ella tal vez era mi destino y mientras más escuchaba sus pensamientos más quería creer que así era, sobre todo cuando supe que ella era la niña de los columpios que había hecho sonar el reloj hacía tantos años atrás. Esto hizo que me sintiera más convencido. No le presté atención a lo que estaba bien o mal. Y nunca, nunca imaginé que la pureza y la dulzura de los pensamientos de su hermano me calarían en lo más profundo del alma, que, con el pasar de las horas, poco a poco me empezara a enamorar de su ingenuidad, de esa la calidez en su interior, de sus hermosos sentimientos hacia su hermana y su divina curiosidad hacia mí.

"¿Cómo pudo saber eso? Imposible". Pensó atónita.

Abrió los ojos como platos y me entregó una mirada de impacto, sorpresa y desconcierto. Esta vez sí hubo mucho miedo en sus ojos. Estaba aterrada. Aun así, proseguí:

»También sé lo que pensaba tu hermano mientras tú pensabas de esa manera: "Está claro que es el tipo ideal de Kakita, no me interpondría en su felicidad, además, ni siquiera soñando, ninguno de nosotros lograría alcanzar lo inalcanzable". Cosas como esa, Kakita.

—¿Kakita? —murmuró ella por lo bajo.

"¿Oppa le dijo mi apodo? ¿Pero qué idiota se creería que oppa renunciaría a lo que desea sin que siquiera se lo pidan? Kim no sabe decirme más que puras mentiras. Por supuesto que mi hermano pensó en quitarme todo, nunca quiso que yo fuera superior a él. Si no, ¿por qué los encontré como si fueran dos enamorados donde podrían ser vistos por cualquiera? Solo busca arruinar todo lo que he logrado". Ironizó con rencor, internamente.

Era obvio que su pequeña cabecita tergiversaba los actos de Jungkook juzgándolos por sus propias acciones. Pensaba que Jungkook me abrazó y luego me besó en aquel lugar a propósito, buscando una oportunidad de que nos vieran y ponerla en ridículo. Chistó varias veces, fingiendo contener la risa, pero con eso no evitaba que percibiera cuán nerviosa se encontraba.

—¿E-eso te dijo? Entonces es más patético de lo que pensaba.

Caminó despacio hasta la cama y se sentó con sumo cuidado, no sé si por los nervios o si era solo por cuidar al feto en su vientre.

—No me lo dijo. Sé que así pensaba, ahora su cabeza está hecha un lío por nuestra culpa. Pero es bueno saber que crees que ser un buen hermano es igual a ser patético, es bueno saber de tus propios labios lo desagradecida que eres, pequeña. Jungkook debería saberlo también.

—¿Un buen hermano? Reconozco que tal vez, antes de conocerte, lo era, porque... bueno, lo era. Pero dejó de serlo, sabes que un buen hermano no se acuesta con el futuro esposo de su hermana y menos si éste es el padre de su hija. Lo sabes, ¿verdad? Lo que creo es que no me quiere ver mejor que él. Siempre lo he sido, pero no creo que soporte que ya no dependa de él.

"No necesito casarme con un hombre que no me ama. Aún puedo contar con mi hija para tenerte entre mis manos, puedo dominar Full Moon como la madre de la heredera, claro que sí". Pensó dándose una especie de ánimo que contrariaban sus sentimientos por ese tal Hobi.

—Sería cierto, si fuera el caso, pero no lo es cuando esa hermana solo ha firmado un contrato por conveniencia, arrastrada por una ambición vana y vacía; lo sería si ella no les mintiera a todos, mientras se revuelca con el guardia de seguridad de su futuro esposo, si, incluso, no utilizara de la forma más descarada y absurda a la criatura que lleva en su vientre cambiándole a un padre real por uno falso.

Al escuchar aquella afirmación se paró de súbito de la cama y me entregó una mirada de pánico. Se puso muy pálida, pero no dijo nada. Su mente estaba en blanco.

»Me pregunto si solo has ido a la cama con Jung Hoseok o si has embaucado a otros miembros del equipo de seguridad, o quizá a algún compañero de la universidad; porque, de ese modo, se me hace difícil pensar que Jung sea el padre de la bebé que esperas, mientras estuve más que consciente, desde el principio, que nunca en mi vida te he puesto un dedo encima. Solo dejé pasar tu enorme mentira porque tu hermano así lo me lo pidió, no quería verte mal.

Su respiración se empezaba a hacer pesada y su pecho empezó a agitarse con un fuerte sube y baja. Esta vez no parecía uno de sus actos fingidos y me preocupé.

Me puse de pie con rapidez para alcanzar el jarrón con agua que reposaba sobre una repisa y vertí un poco en uno de los vasos, caminé hacia ella y se lo ofrecí. Lo aceptó y tomó un poco y luego de inhalar algo de aire, tomó otro poco más. Me preocupé de verdad porque su rostro se puso demasiado pálido y su mente aún estaba en blanco.

—Tranquilízate, respira, vamos, inhala... exhala... tranquila.

Ella hacía todo lo que le indicaba y después de unos minutos su respiración había mejorado.

—Tú... t-tu... —balbuceó sin poder organizar sus ideas. Todo lo que entendía es que se sentía derrotada y prefería morirse antes que ser avergonzada frente a los demás.

—Lo sé todo desde hace tiempo. Pero, al decírtelo, lo que menos necesito es preocuparte. Todo estará bien. Esta conversación podrá quedarse dentro de estas cuatro paredes a menos que, por esta vez, decidas no negarte a hacer lo correcto.

Asintió sin mirarme, más por miedo que por convencimiento y así no quería que sucedieran las cosas con ella, pero no me dejaba alternativa, yo era el único que podía acabar con aquella situación.

"No soy una cualquiera, solo he estado con un solo hombre y... fue por amor. No puedo permitir que crean eso de mí yo solo me he dejado tocar por Hoseok". Pensó llena de angustia mientras su semblante recobraba color poco a poco.

—Ah, entonces el padre de la niña sí es Jung. —Le sonreí tratando de que no se asustara por dejar demasiado en evidencia mi rareza.

Abrió los ojos como platos y se alejó de mí con espanto y temor.

—Dejé entre dicho que sé lo que piensas, pero veo que no lo has comprendido del todo. Nayeon, puedo escuchar las palabras que bien se formulan en tu mente. Así que sincérate conmigo, todo lo que pido es que esto termine con cero daños colaterales.

El vaso se deslisó derramando agua, cayó sobre la cama y luego al piso desde su mano temblorosa, haciendo un ruido que la hizo respingar. Miraba un punto fijo en la pared con los ojos casi saliéndose de a poco.

Y allí iba de nuevo esa reacción que tanto odiaba con mi alma.

Ella quedó atónita pensando en una manera de escapar de mí y correr hacia su hermano en busca de protección. Obvió por completo mis intenciones, solo se enfocó en pensar que yo era una especie de monstruo, de duende o de mago; un hechicero, tal vez. Corrió hacia la puerta sujetando su vientre y cuando la estaba abriendo solo pensaba en buscar a Jungkook. Entonces elevé la voz:

—No puedes ir con él. Lo conozco, vendrá conmigo y entonces le diré la verdad. Cuando se entere que Jung es el padre de la criatura, no dejará las cosas así.

Ella se detuvo en seco dejando su mano quieta y envolviendo el pomo de la puerta.

»Hasta ahora tu tonto hermano se hizo la idea de que tu embarazo es por inseminación o algo parecido. Él sabe perfectamente que yo nunca te he tocado. ¿Quieres que se entere de que Jung sí se atrevió a hacerlo? No creo que a tu caballero le siente bien otra paliza. Por eso no pensaste en ir con él.

Inhaló mucho aire y suspiró, después de unos segundos volvió a cerrar la puerta con cuidado y aparente calma. Dejó caer sus hombros y empezó a caminar despacio y con desgana hasta volver a tomar asiento sobre la cama, evitando la parte que estaba mojada. De pronto empezó a llorar, primero silenciosamente mirando hacia su regazo casi cubierto por su vientre hinchado, después, soltando llantos como una Magdalena. Y en verdad me dio lástima, me sentí demasiado cruel por hacerla llorar. Cuando Jungkook se enterara, me lo iba a recriminar, pero sabía que luego entendería que no podía dejarla hacer el gran drama que estaba planeando.

"Sabía que había algo raro en él. Demasiado hermoso, demasiado joven, demasiado permisivo, educado y asquerosamente rico para ser normal. Mina siempre tuvo razón, alguien así de perfecto no podía existir. La perfección no existe". Pensó con un dejo de tristeza amarga.

—¿Qué es lo que sugieres? —articuló con algo de sumisión y rendición.

—Igual que tú, deseo que terminemos nuestro compromiso, pero de la mejor manera posible, a diferencia de ti. Odio los dramas, sin embargo, estoy dispuesto a terminarlo a tu manera, como dije antes, no me opondría, pero debes saber que tendrás que lidiar con todas las consecuencias.

"Maldito. ¿Qué clase de demonio eres?". Pensó con impotencia, desviándose del tema. Su temor menguaba poco a poco a causa de una rabia e impotencia mezcladas que surgían desde los cimientos de su mente, empezaba a sentir curiosidad por mí.

»No soy bueno, señorita Nayeon, talvez estoy un poco maldito, pero tampoco es que sea un demonio. —Hice una pausa cuando la vi llevarse una mano hacia sus labios mientras me miraba con terror.

»Por el bien de todos y sobre todo de tu salud, te advierto que no empieces a sentir ninguna curiosidad por mí. No soy ni menos ni más de lo que vez.

Tomó mis palabras como una amenaza, pero no me pudo importar menos.

"No dejaré que lastimes a mi bebé". Pensó asustada bloqueando su vientre con sus delgados brazos.

»No te estoy amenazando, no tengo intención de dañar a nadie y menos a una criatura inocente. Estoy seguro que, si te lastimo, perderé a Jungkook, porque eres la persona que más ama.

—¡No lo defiendas! Cuando una persona ama de verdad no traiciona —terminó murmurando inconforme.

Me dio mucha rabia lo poco considerada que era con Jungkook. Él no se merecía que ella pensara de esa forma sobre su persona, por más veracidad que hubiera en sus palabras.

—¿No será que tú eres quien dejó de amar a su hermano? ¿Es por eso que le guardas tantos secretos? Sé que lo amabas y es por eso que querías impresionarlo y hacerlo sentir orgulloso de ti, de tus logros. Así era antes, pero pronto tus intereses han ido cambiando... Quisiste lograr ese cometido de ser la señora de Full Moon para callarle la boca a él, a Mina y a todo el que creíste que se reía de tus sueños bañados de sangre azul y de realeza. Y chantajeaste, manipulaste, mentiste, engañaste; lo hiciste todo para conseguirlo, sin pensar a quien lastimabas en el proceso. ¿No eres tú la que traiciona solo para lograr tus propósitos? Empujaste a Jungkook para tomar un lugar en el tren que solo pasa una vez, y no te importó si salía lastimado, sin oportunidad. ¿Crees que es justo lo que le hiciste?

Se llevó ambas manos a cada lado de su cabeza para cubrir sus oídos y negaba frenéticamente provocando que su larga cabellera cubriera parte de su rostro.

—¡Ya cállate, brujo! —Bramó sintiéndose atribulada e invadida—. ¡Sal de mi cabeza!

Comprendí sus sentimientos de ese instante, yo la estaba haciendo sentir ultrajada al invadir la privacidad de sus pensamientos. Sonreí y tragué con algo de pena por su insulto, pero no me molesté en parar. No iba a parar hasta que ella entendiera.

—Vivir tu propio cuento de hadas y mostrar tu gran logro a todos, a cualquier costo —agregué tragando amargo—. Así pensabas al principio, pero últimamente algo te hace sentir confundida, ahora que sabes lo que es estar enamorada, a veces, no parece que te importe tanto impresionar a nadie con la idea de ser la cenicienta o lo que sea que pretendías. Ahora estás dividida entre el amor de Hobi y tu viejo sueño por el que has hecho y perdido tantas cosas.

Volvió a pestañear, sus gestos se asemejaban a los de Jin-ssi, recordándome que estaba hablando con la prima de mi mejor amigo, además de la hermana del hombre que amo.

—¿Yo?, ¿enamorada? No... —sus labios sonrieron con incredulidad, pero sus ojos mostraban que estaba asustada y sorprendida.

—¿Vas a negar que querías aprovechar tu confirmación de mi relación con tu hermano para terminar nuestro compromiso con un escándalo? ¿Hace un rato, no buscabas hacerte la víctima frente a todos denunciando nuestra traición? Claro, así quedarías siendo la madre de la heredera de Full Moon y luego podrías estar libremente con...

—¡Pero sí soy una víctima, sí lo soy! —gritó a punto de romper en llantos otra vez, interrumpiendo mis palabras.

—Está bien, digamos que lo eres. Si haces pública mi relación con tu hermano, también haremos público tus revolcones con Jung. Todos sabrán que él es el padre de tu hija. A ti no te pasará nada, no lo permitiría, en cambio a tu caballero sí, no podría defenderlo después de lo que ha hecho, permitiría que pagase las consecuencias de sus actos. Lo que le haría Jungkook no sería tan grave, no se compararía con lo que le haría tu tío abuelo, solo imagínatelo.

Ella estaba paralizada y temblando de pies a cabeza, no era actuación esta vez. No dijo nada, pero sí lo pensó:

"No, no, no, ¡Eso no!".

Al verla asustada —realmente había alterado sus nervios—, pensé que había sido suficiente para hacerla entrar en razón. Me puse de pie con mucha calma y me aproximé a la salida.

Cuando abrí la puerta, dándole la espalda, dije:

—Tus alternativas están sobre la mesa. No forzaré tus decisiones ni las de tu hermano. Pero es menester que entiendas que la situación y el futuro de todos queda en tus manos desde ahora.

Dichas estas últimas palabras cerré la puerta al salir y me dirigí hacia el salón de festejos. Al bajar las escaleras, encontré a Jin-ssi buscándome. Quería avisarme que Jungkook estaba preparando su equipaje para irse de Full Moon.

Entonces di media vuelta y tomé la dirección del corredor que llevaba a su habitación para hablar con él.


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Dejé aquel olor a humo de cigarrilo atrás. Aún tenía todas las sensaciones cosquilleando todo mi cuerpo cuando salí de la habitación de Jungkookie, sin haberlo convencido de quedarse, seguía pensado más en irse aún después de que hicimos el amor. Yo estuve de acuerdo, pues, así como no pudimos resistirnos esa mañana, pasaría lo mismo muy seguido, y es que la atracción que sentíamos el uno por el otro no hacía más que crecer con el tiempo. No podíamos darle una excusa a su hermana para que le regresaran las ganas de realizar un drama.

Después de haber hablado con ella la dejé considerando sus opciones, y no podía imaginar qué era lo que terminaría decidiendo, esa chiquilla no era el tipo de persona que toma decisiones comunes. Por eso lo mejor era cubrirnos con la visita de Jungkook a su "disque novia" para que Jeon no se enterara y se acabara la poca paz en Full Moon, definitivamente, preferiría un enfrentamiento con los Hwansaenghaji —lo cual es algo escalofriante y terrorífico, pero solo duraría una noche como máximo—, que uno familiar que dure toda una vida. Todo fuera mejor si no fuéramos tan testarudos y encasillados en nuestras propias formas de pensar.

Prefería cualquier peligro antes que perder noches de otoño estrelladas e inolvidables en el domo y mañanas de invierno acurrucado bajo el edredón de su cama junto al calor de su cuerpo, aspirando un aromatizante extraño que consistía en humo de cigarrillo, igual que el sabor natural de su saliva mezclado con tabaco y nicotina en su boca.


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Siempre agradecida por su apoyo, incluso con aquellos que nunca puedo nombrar porque no sabría su nombre de usuario. 

Sí, a ustedes, lectores fantasmas, muchas gracias por su silencioso apoyo, que aunque no dejen una estrellita o comenten alguna palabra, me apoyan con las vistas. 

Tal vez un día quisieran animarse a decirme que son tímidos dejándome este par: 💜💚, con un par de esos seré iluminada, porque ustedes y yo sabemos lo que eso significa.

!Gracias mil, les quiero!

¡I purple you!

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