Capítulo 41
Capítulo 41
---:::::::::::::::::::::::::::::::::::---
DEBATE
---:::::::::::::::::::::::::::::::::::---
⊰─⊱Jeon Jungkook ⊰─⊱
●•●•●•● ҉ ●•●•●•●
Mi cuerpo se sentía tan pesado como una ballena azul, mi conciencia se encontraba suspendida entre el sueño y la vigilia, tenía la certeza de que no estaba durmiendo, sin embargo algo me impedía atravesar el umbral de la realidad, algo se interponía a que abriera mis ojos y no terminaba de despertar, no importaba cuanto luchara por hacerlo.
En el fondo de algún lugar se escuchaba una voz quebrantada, llorando y sollozando, al principio, sus palabras eran inentendibles, pero al paso de los segundos cobraban más y más sentido.
—¿Por qué tan pronto? -decía en medio del llanto-. Por favor regrésemelo, ¿No ves que se ha llevado mi vida? Por favor, necesito que esos ojitos me miren otra vez...
Seguí luchando por abrir los ojos y por salir de aquel estado extraño, pero mi cuerpo no respondía, no estaba seguro de lo que sentía, pero tenía la certeza de que el dueño de ese llanto me llamaba, clamaba por mí.
—Señor Kim, cálmese, todo estará bien. Iré a buscar al chamán. Pero haga silencio o despertará a Jungkook.
Tras esas palabras envueltas en un calmado susurro hubo un silencio cortante y absoluto. Escuché pasos apresurados alejándose, alguien que corría fuera del alcance de mis oídos. Traté de agudizar aquel sentido y no pude escuchar más que silenciosos hipidos.
Sentí un alivio inexplicable porque ese llanto había cesado, pero a la vez temía que el silencio me tragara por completo con todo en derredor, así como si fuera un pequeño krill arrastrado por la corriente y succionado por la boca de una ballena. El eco del silencio me llamaba hacia el espacio del sueño, a pesar de no sentir mis extremidades percibía que todo se adormecía y así la realidad se alejaba más y más.
De repente unos pasos lentos y arrastrados reactivaron mi sentido del oído. Cada vez se acercaban más. Les presté cierta atención con curiosidad hasta que se escuchó aquella voz.
—No debería esperar a que se despierte tan pronto. Recuerde que ha pasado por mucho esta noche. Hay que dejarlo descansar.
—¿Qué quiere decir? —Esa era la voz ronca de quien lloraba.
-No ha pasado tanto tiempo. Le dejamos las espinas solo por si acaso fuera necesario, permítame unos minutos, creo que ya es buen momento para retirarlas.
Al tiempo que escuchaba esas palabras se escuchó el soplido leve de algo muy cercano, sentía unos pequeños calambres en ciertas partes de mi cuerpo y al paso de los segundos un hormigueo me bordea por completo, mis extremidades se acalambraron, pero esa afección fue disminuyendo poco a poco.
Cuando la sensación de hormigueo terminó, mis sentidos peleaban y palpaban desesperados en busca de una salida, como una abeja impacientada por salir del interior de una botella, empujaban inútilmente un colcho imaginario imposible de remover con su poca fuerza, mas, al paso de los segundos, ese colcho se fue removiendo por su propia cuenta y todo se fue haciendo más claro, podía percibirlo todo, incluso aquello que era lo más sublime, desde el sonido más alejado de las cigarras hasta la luz que atravesaba mis párpados cerrados.
Pude mover los dedos de los pies y rápidamente probé con los de las manos, de inmediato sentí que un peso hundía la superficie donde me encontraba postrado, una respiración agitada soplaba muy cerca de mí, ya era consciente de todo mi cuerpo y mis ojos se pudieron abrir.
Todo era tan brillante que tuve que cerrarlos devuelta, me llevé las manos al rostro para cubrirme la vista al mismo tiempo que sentí aquella respiración aún más agitada y unos brazos que me tomaron, desacomodándome de mi posición.
Prontamente me vi envuelto entre aquellos brazos y sentí la calidez del cuerpo de su dueño. Y escuché su voz cerca de mi oído tan alta como un efecto de amplificación.
—Gracias a los dioses que estás vivo-decía, mientras sus lágrimas mojaban mi hombro—. Al principio, no lo podía creer, no lo entendía, pero un instante bastó para sentir una sensación de felicidad inundarme por completo.
Sentí mis labios invadidos por los suyos, un calor abrazador me llenó por dentro y en mi estómago revoloteaba algo que desconocía. Extasiado, seguí el ritmo de esos belfos y rápidamente tomé el control cuando los dedos de mis manos alcanzaron a enredarse con los mechones de su cabello, sosteniéndolo por la nunca.
Cerca de nosotros se escucharon un par de carraspeos incómodos.
—Señor Min, ¿sería tan amable de apagar la luz? —La voz del maestro chamán era tan calmada como siempre, pero por alguna razón se escuchaba a un volumen mucho más alto de lo usual -son casi las tres de la mañana. Usted y yo, deberíamos descansar.
Escuché los pasos del anciano y de Min al salir. Se sintió un gran alivio que desapareciera aquella claridad que aturdía mis ojos, ya podía abrirlos sin que la luz me lastimara, pero ya no me interesaba porque toda mi energía se concentraban en mis labios, mismos que estaban ocupados saboreando y disfrutando los de un ansioso Taehyung.
●•●•●•● ҉ ●•●•●•●
Alcancé a escuchar voces afuera de la casa. Reconocí la de mi tío y al instante mi cuerpo se tensó, percibí que fue igual para Taehyung, quien, de la misma manera que yo, se separó del aquel largo beso y salió de la cama apresurado.
Las voces se acercaban y algunos pasos arrastrados se escuchaban con bastante claridad.
—¡Apártese, Youngsoo-ssi, necesito comprobarlo con mis propios ojos.
Youngsoo, el chamán, parecía intentar impedir que el tío Sangjoong llegara hasta nosotros. Pero era inútil, los pasos se acercaban con prisa.
Taehyung se tiró devuelta a la cama con premura.
—¿Y si hacemos como que dormimos? —sugirió mientras se apresuraba a terminar de cubrir las partes visibles de mi pecho desnudo con la sábana-. No creo que se atreva a despertarme.
Yo asentí una vez y acomodé mi cabeza sobre la almohada. Él hizo lo mismo con la diferencia de que se quedó sin arropar, mas eso no importaba, pues él sí llevaba una camisa y un pantalón negros puestos.
La puerta se abrió con brusquedad y no supe si nos dio tiempo a cerrar los ojos antes de que tío Sangjoong lo notara. La luz fue encendida de nueva cuenta y me costó muchísimo contener la reacción hacia el brillo sobre mis párpados, era increíblemente molesto.
Los pasos resonaron hasta parar junto a nuestro lecho.
—¿Esos son rastros de lágrimas? -La voz del tío Sangjoong se escuchaba preocupada, pero era muy molesta debido al alto volumen que empleaba.
Taehyung seguramente había estado llorando por mucho tiempo y las marcas de sus lágrimas en sus mejillas lo delataban.
—Es obvio que estuvo llorando de felicidad, mi estimado Sangjoong. -Una risa acompasada precedió las palabras del Chamán.
"No te rías, viejo, que me vas a hacer reír también". Escuché mascullar a Taehyung.
Estuve a punto de abrir los ojos cuando escuché aquello, Taehyung parecía luchar por no reírse en verdad. Pero si podía hablar ¿por qué no iba a poder reírse? Ya se había expuesto ante ellos, por ende, no tenía porqué contenerse. En mi caso, seguí haciéndome el dormido.
—Las luces en esta casa carecen de la finura y alta calidad que existe en la mansión, son muy brillantes, usted sabe que resulta especialmente incómodo para el señor Kim. Con su escandalosa voz y con la bombilla encendida, logrará que se despierte.
No entendía de qué hablaba el chamán. Puesto que él también hablaba casi tan alto que podría despertar a los espíritus de los muertos que reposaban en el cementerio, además, ya se suponía que Taehyung estaba despierto, ¿o no?
—No sin antes limpiar su rostro -objetó el tío Sangjoong con voz fría-. Min... por favor, una toalla húmeda.
Escuché los pasos apresurados del mencionado, seguramente dirigiéndose al baño.
—Bueno, te espero en el patio para provocar menos ruido, procura no despertarlo, apenas se durmió a eso de la una y cuarto de la mañana. -El chamán caminó hacia la salida al tiempo que Min Yoongi regresó del baño-. No olvides apagar la luz.
Una vez que el otro salió, tío Sangjoong empezó a mascullar palabras que apenas pude comprender.
—¡Hombre insolente! ¿Cómo se atreve a dejar que el señor se duerma en una cama ocupada? -Alcancé a escuchar el sonido de la toalla siendo pasada cuidadosamente sobre el rostro de Taehyung.
A los pocos segundos de terminar el aseo, escuché pasos rodeando la cama y de repente fui tomado por los pies, mi cuerpo se tensó aún más de lo que creí posible. Estaba seguro de que el viejo pretendía sacarme a rastras de la cama, pero Min se lo impidió:
—Señor, le sugiero que no lo haga, podría estropear el ritual, el chamán mencionó que lo mejor es que permanecieran juntos, al menos hasta que la luna creciente se oculte.
Eso fue suficiente para frenarlo y que, a regañadientes, soltara mis pies.
—Youngsoo-ssi tiene mucho qué explicarme.
Después de un suspiro fatídico, que seguramente había sido emitido por el tío Sangjoong, los escuché alejarse y salir luego de apagar la luz.
Taehyung soltó aire de forma sonora ni bien nos volvimos a sumir en la oscuridad y de inmediato llevé una de mis manos hacia sus labios mientras chistaba para que no hiciera ningún otro sonido que nos delatara. Quise regañarle por haber hablado en voz alta hacía un rato, pero él habló primero y decidí callarme.
—No sabía que el señor Min estuviera de nuestra parte -señaló riendo bajito mientras yo seguía chistando para que se callara.
—Agradécelo a Jiminnie -susurré muy cerca de su oreja procurando no hacer ruido y sentí como su cuerpo dejó de convulsionar por la risa.
Nos quedamos mirando muy de cerca y de pronto su expresión divertida cambió con una diferencia de la noche a la mañana, sus cejas casi que se convertían en una sola y sus ojos hinchados se humedecieron. Se me echó encima de forma precipitada, provocando que la cama emitiera ruidos delatores. Yo intenté pedirle que se quedara quieto pero su cuerpo me aprisionaba y sus brazos se abrieron paso con incomodidad para rodearme. Así envuelto entre la sábana y sus escurridizas extremidades, con su rostro hundido en el hueco localizado entre mi clavícula y mi cuello, lo escuché llorar otra vez.
Tenía tanto deseo de consolarlo acariciando y dado pequeños toques en su espalda, pero mis brazos eran aprisionados con cierta fuerza y no quise forzar para liberarlos, solo lo dejé ser al tiempo que también me sentía aliviado de no haber muerto esa noche.
Cerré los ojos dejándome querer al tiempo que también me iba sintiendo abrumado por todo lo que nos esperaba.
—Soy tan feliz contigo... te amo demasiado, ¿sabes? —expresó conmocionado cuado al fin me soltó, separándose solo un poco. Frotaba su húmeda nariz con la mía, mientras su cuerpo pegaba ligeras sacudidas y ya no sabía si lloraba o si reía-. Eres todo lo que necesito en mi vida.
●•●•●•● ҉ ●•●•●•●
El crepitar del fuego y voces lejanas se alcanzaban a escuchar afuera y de inmediato supe que el chamán debió haber encendido la hoguera, le gustaba pasar tiempo al aire libre en el patio delantero antes de dormir. Taehyung y yo nos miramos en silencio y me pareció que se percató de cuánto me estaba picando la curiosidad. Sonrió negando con la cabeza cuando me encogí de hombros en clara señal de que sabía bien que se reía ante mi mala costumbre de escuchar conversaciones ajenas.
Pronto bajé de la cama y me puse una bata que estaba colgando del perchero para seguir aquellos sonidos caminando con mis pies descalzos y con Taehyung pisándome los talones. Pasamos la sala, que por cierto, agradecí que no estaba muy iluminada, y desde ahí empecé a entender lo que decían las voces.
—¿Y donde están los guardias novatos? —preguntaba el tío Sangjoong.
—¿Te refieres a los niños que acompañaban al señor Kim? Están durmiendo y desde ahora te digo que te olvides de ellos. El señor me pidió que los tomara como aprendices, que les enseñara la práctica del chamanismo.
"¿Cuándo dije eso?". Escuché detrás de mí y chisté bajito para que Taehyung guardara silencio.
Me arrimé a la ventana que daba casi frente a donde los dos viejos estaban sentados, se podía ver ambas figuras de uno en uno a través de una pequeña rendija.
«¿De cuáles niños estaban hablando?». Me pregunté, confundido.
"Es una larga historia, bueno no tanto". Escuché decir a Taehyung detrás de mí, dejé de mirar por la rendija de la ventana para voltear a verlo y chistarle con el índice en los labios por segunda vez para que guardara silencio. Pronto volví a prestar atención a los viejos de afuera.
Escuché a Taehyung riendo bajito y sonreí por eso, pero quise permanecer concentrado en escuchar.
—¿A ambos? Bah, no importa, estar destinado a ver tu cara a diario es peor castigo que ser torturado hasta la muerte. Eso no es lo más importante ahora mismo —dijo el tío Sangjoong con voz agria, parecía molesto, pero trataba disimular.
«¿Cómo que ser torturado hasta la muerte?».
"¿Dijo hasta la muerte? ¡Oh, por la deidad de la montaña!".
Voltee una vez más hacia Taehyung para mandarlo a callar, cuando lo vi, supe que estaba tan impactado como yo por lo que escuchamos.
—Como digas, Jeon. Nosotros deberíamos estar descansando en nuestras camas. Al menos yo sí me siento cansado. ¿Por qué no vas al grano?
El tío Sangjoong tomó aire antes de dejar salir sus siguientes palabras.
—Me debes una larga explicación, no puedo pensar en dormir cuando las cosas se están saliendo de mi control.
—¿Qué quieres escuchar primero? ¿Que yo tenía razón y vi algo en Jungkook que ni tú ni el señor Kim pudieron ver?
Tras esa pregunta hubo un largo silencio. Trataba de pegar mi oído a la ventana, necesitaba escuchar lo que hablaban esos dos. Estaban hablando de mí y probablemente de lo que pasó esta noche.
"Tendré mucho cuidado de ti, me empieza a aterrar esta manía tuya de andar escuchando conversaciones ajenas". Dijo Taehyung desde atrás. Yo le hice señas con las manos para que se callara, pero él entendió mal, pues lo tomó como una invitación a escuchar junto a mi. "Tienes razón, yo soy el que debería estar escuchando lo que están discutiendo esos dos".
Me giré para pedirle que buscara su propia ventana y casi caigo de bruces cuando Taehyung me haló de forma repentina para luego ocupar mi lugar observando por la rendija.
Me quedé mirando su espalda y chasqueé la lengua con frustración.«Miren al que me critica por escuchar conversaciones ajenas». Pensé y de inmediato Taehyung se voltió a verme.
—¿Cuando te critiqué? —susurró con un poco de molestia mezclada con gran curiosidad y asombro.
—¡Qué importa! —susurré en respuesta, resentido. De verdad necesitaba escuchar lo que estaban hablando esos dos. Necesitaba saber que iba a pasar con Nayeon y conmigo desde esa noche en lo adelante.
—No, dime cuándo —insistió. Su semblante me pareció bastante serio. ya no sonreía.
—¿Te haces el loco? Fue hace un instante —reproché cruzándome de brazos.
—Jungkook, nunca lo dije... ¿okey? "Tan solo lo pensé". Hice un gesto de sorpresa cuando dijo lo último sin siquiera mover sus labios.
Al principio, me quedé perplejo, mas con el pasar de los segundos se me ocurrió pensar que debía tratarse de una de sus tantas habilidades.
—¡Aaaah! ¿crees que me engañas? Hacer de ventrílocuo debe estar en tu lista de talentos, pero no es momento de mostrarlo, necesito escuchar a esos viejos, es importante para mí.
Parecía atónito, no me respondió de inmediato y me miraba con el entrecejo fruncido, quizá se sintió mal por lo que le dije, no debe ser fácil para un viejo como él ser llamado a la atención por alguien más joven. Sin embargo era necesario que ese momento, entendiera que en verdad me urgía mucho escuchar a los ancianos.
—También lo es para mí, así que compartamos el puesto —musitó al salir del trance, haciéndose a un lado.
Yo chiste para que se callara mientras me movía para ocupar un puesto a su lado. No cabíamos para mirar ambos al mismo tiempo a través de la rendija y nos dedicamos a pegar las orejas en la ventana limitándonos solo a escuchar.
—¡Ja! ¡Eso es absurdo! -decía tío Sangjoong con ironía.
Me preguntaba de qué nos perdimos Taehyung y yo por discutir cosas inútiles.
—¿Cómo explicas el reloj? —inquirió el chamán con toda la calma—. Nayeon no está cerca y ya sonó por quinta y sexta vez. Sabes bien lo que implicaba para el señor que sonara por última vez.
—Eso mismo te pregunto yo... No vas a negarme que ella fue quien lo hizo sonar siempre, él mismo señor Kim lo supo desde el principio. Tal vez solo dependía del deseo del señor Kim para que se quemara la última placa, no obstante, las demás sonaron por ella.
—Eso es lo que tú le hiciste creer al señor Kim y, posiblemente, a ti mismo.
—¿Qué ganas con acusarme?, hechicero mal viviente. Tú teoría es absurda. Nayeon es la última Jeon. Acaso negarás eso también.
—Sin la mínima intención de misoginia o machismo, sino que hablando en el lenguaje del arte espiritual y de la naturaleza misma, ella nunca fue el último descendiente, Jungkook lo es de acuerdo al género mismo que se expresa en la frase.
—¡No!, si de eso se tratara, entonces debería serlo esa criatura que está creciendo en el vientre de Nayeon, del cual desconocemos su género.
—Ahora yo soy quien pregunta, ¿por qué el reloj empezó a soñar antes de la concepción de ese bebé no nato?
—Sé a donde quieres llegar, Yeongsoo-ssi. Por más telarañas que quieras tejer no le darás una forma real a tu estúpida teoría.
—Esa terquedad tuya de no querer aceptar las cosas como son, es la principal razón por la que actué solo. Lamento que no te llevaras la gloria y que, en cambio, tu sobrino, que crees solo un inútil, hiciera lo que nadie pudo por el señor Kim.
—Eso está por verse, ¿qué pudo haber hecho ese bueno para nada que no estuviera hecho ya?
—Desde lo más simple: como hacer sonar el reloj 6 veces, hasta lo más arriesgado: como sacrificar su vida por el señor Kim.
—No me vas a salir con esas idioteses.
—Tu estimado y confiable Min Yoongi fue testigo del momento, puedes preguntarle si no me crees a mí.
—A él lo podrías engañar con tu montaje de dorama, incluso al señor Kim, pero a mí no. ¿Crees que no sé que engañaron al señor Kim para que se desesperara y deseara que la maldición regresara a su cuerpo? Todas tus artimañas son un engaño.
—Ese es el punto, como sea que lo veas, funcionó y... ¿sabes por qué?
—¡Acabas de admitir que armaste una patraña para engañar al señor!
—No he admitido nada y debes entender, por más que te duela, que no hubiera funcionado con Nayeon. Y que quede claro, Jungkook fue quien hizo sonar el reloj cada una de las veces, nunca fue su hermana.
—No voy a dejar que me engañen tus palabras, ya el señor estaba sanando casi por completo antes de que hicieras este espectáculo. No fue por Jungkook, es por Nayeon, el señor lo sabe bien.
—Te equivocas, Jeon. El señor empezó a sanar cuando empezamos a transferir la maldición de los Jeon a su último descendiente, Luna por luna y esta noche de viernes rojo pudo haber sido la última de tu sobrino.
—¿Ah, sí? ¿Transferencia? Y... ¿cómo explicas que siga vivo?, debería estar de gravedad al menos, pero está ahí, durmiendo como un príncipe, estorbando la comodidad del señor. Transferencia mi trasero.
—Te aseguro que no estaría vivo de no ser porque le importa demasiado al señor Kim, tanto como para desear de corazón que la maldición regresara a su cuerpo.
—Deberías dedicarte a escribir doramas o películas, eres mejor en eso que en las artes espirituales. ¿Sabias que los talismanes de los Komainus se borraron por las lluvias? No eres capaz de atender tus deberes por andar buscando una gloria falsa delante del señor Kim.
—Oh, eso no lo sabía. De hecho, ¿Cuándo te informaron ese dato? Me sorprende, pues hace varios días que no llueve.
—¿Ahora te vas a interesar en lo que te corresponde?
—Debiste hablarme de eso primero. Era más importante que discutir inútilmente contigo...
Tras esas últimas palabras del maestro chamán, escuché pasos que se aproximaban hacia la sala desde afuera, pero pronto se detuvieron.
—¡Espera! —exclamó tío Sangjoong—. Necesito que me aclares algo. Según tú, ¿cómo y en qué momento exactamente Jungkook hizo sonar el reloj?
—Número uno: El mes y el año que nació Jungkook.
—Empezaste mal -interrumpió el tío abuelo con voz grave y segura-, recuerda que no sabemos fecha exacta en que sonó la primera vez, ya que el guardia de turno se descuidó de su trabajo y cuando encontró la primera placa quemada, habían podido pasar años, además, ninguno de nosotros entendía o dedujo el porqué aquella primera placa estaba oxidada hasta que sonó por segunda vez y ciertamente ese día, el señor Kim me contó que le gustó mucho ver a la pequeña Nayeon mientras se columpiaba, que por cierto, él no sabía que era mi sobrina, solo se topó con su vista desde una ventana mientras miraba hacia el pequeño parque que nos quedaba al lado.
—Esa versión déjala para contársela a los niños y al pobre señor Kim. Ese mismo día yo también estuve ahí y vi con mi ojos que, mientras el señor miraba por la ventana, el pequeño Jungkook miraba encantado la espalda del señor Kim, pero esto nunca se menciona, porque ni siquiera yo mismo lo recordaba, además fue hace poco tiempo que me percaté de que aquel Niño era Jungkook.
—¿Y qué si estuvieron los dos niños esa mañana en la casa de Gagnam? Lo que cuenta es que el señor solo la vio a ella, es todo lo que importa. Tus patrañas son inútiles.
—Patrañas, sigues diciendo, pero precisamente y aunque deseches la idea, esa fue la ocasión número dos: El día que el pequeño Jungkook reconoció al señor Kim en la casa de Gagnam.
Escuché al tío Jeon chistando con ironía:
—Solo sueltas una sarta de estupideces.
—Número tres: El día que se encontraron en Dinamarca.
—Nayeon encontró al señor Kim y deberíamos estarles agradecidos.
—Nadie podría no estarlo, pero, ese día, también Jungkook estuvo con el señor.
—¡Pero él no hizo nada! Ella lo hizo todo sola, él es un inútil... ella lo encontró primero.
—Entiendo tu perspectiva, pero ya deja de interrumpirme y escucha porque se me hace más tarde para descansar... Número cuatro: cuando Jungkook activó la marca de la maldición por el motivo del testigo de hace doscientos años. Fue esa noche de viernes rojo que, por alguna razón que solo tú sabes, permitiste que se quedara junto al señor Kim. Debes recordar que en algún momento Jungkook lo besó.
Hubo un breve silencio que me generó un frío remolino en el estómago.
»No, no pongas esa cara, tú lo viste y debes recordar que al rato vomitó, se desmayó y tardó tres días en despertar. Pero lo que no sabes es que antes de que el chico colapsara, yo presencié muy de cerca la manera en que los fluidos del señor surtieron un efecto diferente y único en él. Había una luz dorada en sus ojos que me confirmó que Nayeon era la persona equivocada para revertir la maldición.
Tras aquella declaración, se estableció otro silencio, uno bastante inquietante para mí. Mi cabeza daba vueltas pensando si el chamán estaba mintiendo solo para salvarse. Pero también recordé esa noche y lo mal y extraño que me fui sintiendo poco a poco hasta que me desvanecí.
»Número cinco: cuando Jungkook inició el ritual de transferencia con mi ayuda y mi guía. Te doy una pista... el señor Kim dejó de escuchar todos los pensamientos, incluso cuando Nayeon estuvo cerca, no podía oír nada porque ella nunca fue la fuente de esa conexión especial.
»Ese día, cuando iniciamos su primer ritual de Luna roja, yo le sugerí al muchacho que utilizara un talismán neutralizador atado a su cuerpo, por la sencilla razón de que si el señor Kim escuchaba sus pensamientos, descubriría lo que estábamos haciendo para sanarlo, si se enteraba antes de que la transferencia se completara, todo se iba a estropear, ya que, con toda seguridad, pensábamos que el señor se opondría.
"Bueno, eso era muy cierto...". Taehyung empezaba a interrumpir el silencio y lo pinché con un dedo sin mirarlo.
—¡Ouch! "¡Ya entendí!". Se quejó una última vez antes de cerrar la boca.
El tío Sangjoong desvió su visa hacia la ventana por un momento, Taehyung y yo nos quedamos estáticos como piedra. Luego, pudimos respirar con alivio cuando el señor Oh volvió a tener su atención.
—Y la número seis ha sido esta noche, cuando Jungkook sacrificó su vida para que el señor deseara su maldición devuelta. El muchacho estaba dispuesto a morir si el plan no funcionaba. En definitiva, cuando fui al domo y no encontré al señor, di por hecho que la maldición se había transferido por completo y al no poder informar la situación al señor Kim, aumentó la probabilidad al 100% de que el muchacho moriría, solo me apresuré a regresar a casa para realizar el ritual, ya que disminuir su sufrimiento acelerando el proceso, era lo mejor que podía hacer por él, se lo debía por haberle fallado al no poder avisar a tiempo para que el señor Kim viniera.
»Pero, en el destino estaba escrito que para la hora correcta ellos estarían juntos, así como, de la nada, el señor Kim apareció por sí solo y, tal como lo pensé, la desesperación de no poder salvar a Jungkook lo con condujo a desear genuinamente que la maldición regresara a su cuerpo.
—No es que crea en tus patrañas, pero... ¿crees que el señor se mantendrá sano? Esta noche, el mayor síntoma que tuvo fue un fuerte dolor de cabeza, estaba casi sano. Si me entero que la maldición ha regresado, te juro que te mataré con mis propias manos.
—Solo es cuestión de esperar y ver. Pero ya que mencionas eso, no debería haberle dolido nada, me dejas tarea para investigar. Ahora, si me disculpas, tengo que ocuparme de los Komainus y luego descansar, sino, seré yo quien terminará con dolor de cabeza. Otro día, podemos volver a nuestro debate y terminarlo cuando quieras, así me cuentas cómo, según tú, Nayeon hizo sonar el reloj cada una de las veces por ella misma. Estaré encantado de escucharte, pero te daré y tiempo para que encuentres las mejores propuestas.
●•●•●•● ҉ ●•●•●•●
●•●•●•● ҉ ●•●•●•●
Por favor, disculpen la epera...
Espero que todos estos fenomenos naturales, no hayan dejado estragos en sus hogares y comunidad. Les quiero...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro