Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 30



Capítulo 30

———:::::::::::::::::::::::::::::::::::———

LAS ROSAS TAMBIÉN

TIENEN ESPINAS

———:::::::::::::::::::::::::::::::::::———



⊰─⊱Kim Taehyung⊰─⊱

●•●•●•● ҉ ●•●•●•●

Casi anochecía y hacía mucho calor. Los árboles estaban tan quietos como desearía que estuviera mi desesperado corazón, pues el viento yacía tan ausente y distante como lo estaba él, ese pelinegro de ensueño que se roba todos mis suspiros. Allí, en aquella terraza, donde por última vez estuvimos a solas, en un momento mágico y efímero, a diario pasaba gran parte de mis horas, se había convertido en un santuario para mí, desde aquel último beso.

Habían pasado seis lunas enteras desde que le pedí al Chamán aquel favor precipitado. No era ese mi plan, pero la desesperación tomó el control en mis decisiones y mi urgencia por buscar una rápida solución antes de que todo se volviera tan caótico como mis sentimientos.

La noche del día siguiente acontecería la próxima luna roja, solo esperaba a que fuera tan soportable como milagrosamente pasó con la anterior. Las cosas con Nayeon, a pesar de estar tan lejos, están funcionando poco a poco, se están viendo los resultados. Hicimos bien en hacerla feliz en todo lo que estuviera a nuestro alcance. Jeon la llama todos los días y me la pasa al teléfono por algunos minutos para mantenerla motivada.

Todo estaba marchando como a pedir de boca. El reloj sonó una vez más hacía ya dos lunas llenas, justo cuando me di cuenta de que dejé de escuchar los pensamientos de Jin-ssi y de todos, los que como él se rehusaban a usar el talismán. Quise pensar que eso era una señal de que la maldición estaba desapareciendo, si así era, entonces significaba que era bueno y debía sentirme contento, sin embargo, no sé por qué no me hacía sentir lo suficientemente feliz, para nada feliz, o sí, lo sabía.

No sabía si es que no era la reacción que esperaba tener, si solo en el fondo deseaba que una de esas soluciones no tuviera tanto éxito. La poción que el Chamán preparó para Jungkook funcionó mucho mejor de lo que esperaba, más de lo que sinceramente deseaba. Sí, debería sentirme feliz por eso, todo estaba en el lugar correcto, como debió ser desde el principio, mas pretendía no saber por qué me daban deseos de llorar cada vez que le daba vueltas al asunto. Nunca me había pasado por la mente que hacer lo correcto podría resultar abismalmente doloroso.

Casi siempre estuvo desapareciendo de mi vista en cuanto me veía. Andaba por los alrededores, ocupado, recibiendo órdenes de Min, haciendo esto o lo otro bajo sus órdenes y pasando su tiempo libre con su amigo Park, quien, a pesar de caerme bien después de conocerlo mejor, seguía siendo peor que una espina de naranjo incrustada en la columela de mi nariz. Verlo desde lejos se iba convirtiendo en mi nueva obsesión, era, por mucho, un consuelo para mi aflicción. Quería convencerme a mí mismo de que eso debía ser suficiente, pero, diablos, no lo era. Tal como el horizonte frente a mis ojos, dolía verlo tan distante, dolía y mucho. Dios, lo extrañaba tanto que me sentía agonizando. Extrañaba el grosor dulzón y aterciopelado de su voz, esas miradas encantadoras y seductoras que desafiaban mi cordura. Maldición, necesitaba escuchar en sus pensamientos cuanto le gustaba. Incluso mis labios lo extrañaban, mis manos y mi piel lo anhelaban.

Desde que no he podido invadir la mente de nadie, me parecía que todos usaban el talismán neutralizador, incluyendo a Jin-ssi, aunque el extrovertido castaño insistía en desnudarse frente a mí para probarme que no. Jeon dice que eso se debe a la lejanía de Nayeon y yo también empecé a creerlo así. Escuchar los pensamientos ajenos no era lo único que había desaparecido, pues durante la última luna roja no me fue tan horrible como de costumbre, el dolor, milagrosamente fue más llevadero, no recuerdo que hubiera menguado nunca, nunca, pero lo hizo el mes pasado y eso elevaba mis esperanzas de que la noche del día siguiente sería todavía mejor, y quizá en la que le siga, ya no habrá más luna roja, tal vez el reloj suene por sexta y última vez para anunciar que ya fui totalmente curado. Yo esperaba que, al menos en esos momentos, él estuviera ahí, conmigo, pero eso no sucedió, había sido enviado a vigilar la muralla del sur del lado opuesto al Domo. Maldito Min.

A pesar de ser tan soplón y, aparte, tan mandón, Yoongi-ssi había resultado ser una excelente compañía. No lo podía comparar con Jung, jamás. Pero juro que, si no fuera porque su odio hacia Jihyo me hacía más amenos los días, me sentiría totalmente perdido, sumergido en esa tristeza que me acechaba de día y de noche. No era necesario leer sus pensamientos para saber que el jefe de seguridad la odiaba con una fuerza loca e inexplicable, tan solo con algunas de sus furtivas miradas asesinas que solo él le sabía dedicar, me sacaba una sonrisa divertida de vez en cuando.

Y yo que pensaba que Jin-ssi era al único al que le caía mal la singular peliroja. Ella, en cambio, pasaba desapercibida de los sentimientos raros y probablemente injustificados de ambos hombres y yo esperaba que, por la paz de Full Moon y la mía, Jihyo continuara sin enterarse. Si los sentimientos de esos dos quedaban al descubierto, con Min seguramente no habría ningún cambio, sin embargo, con Jin-ssi no podía esperar lo mismo, y no querría ni imaginarme una discusión de esos dos echando veneno por esas bocas, porque tardarían años en terminar el primer round.

Jihyo ha sido mi acompañante en las últimas semanas, Jin-ssi decidió evitarla desapareciendo disimuladamente cada vez que ella hacía acto de presencia. Ella por su parte parecía pensar que él apoyaba una relación íntima entre nosotros. Qué equivocada estaba, pero agradecía a los cielos que así fuera. Hemos pasado bonitos momentos, como amigos. Sorprendentemente no me ha reprochado el hecho de rechazar su propuesta de que volviéramos a estar juntos, expresó que esperaba mucho que lo hiciéramos, sin embargo, también se culpaba por haber roto mi corazón huyendo de aquella manera hace 2 años. Sí, seguramente el boca floja de Jackson le habría dado hasta el más mínimo de los detalles de todo lo que había pasado en Full Moon tras su fuga. Ella decía iba a luchar para recuperar mi amor y que estaba dispuesta a aceptar que Nayeon fuera mi esposa, aunque eso la convirtiera en mi amante. Es astuta, sabía que la señorita Jeon y yo nunca podríamos consumar nuestro matrimonio debido a la toxicidad de mis fluidos. ¿Cómo averiguó que no he querido comprobar si Nayeon es inmune? Seguramente Jackson también se lo dijo.

"—Me necesitas, después de todo, eres de carne, sangre y huesos. Tienes deseos y necesidades biológicas como cualquier ser humano común y tienes derecho a satisfacer tu carne. Puedo darte lo que ella nunca podrá, lo que nadie más va a lograr".

Ella tenía razón, no obstante, una parte de mí deseaba tanto que sus palabras fueran inciertas, que el sueño de que ese niño de ojos oscuros y expresivos pudiera darme algo que ni Jihyo fuera capaz, se hiciera realidad. Sin embargo, solo era eso, un sueño. No me podía permitir ser egoísta a esa escala con él, no cuando su vida pudiera ponerse en riesgo y la hermosa relación que tiene con su hermana, pudiera terminar desperdiciándose y hecha jirones. Por eso, lo mejor era que todo continuara como hasta ahora, aunque su abrupto distanciamiento fuere la causa de que mi corazón se quebrara un poco cada día, pues esa parte no esperaba que fuera tan radical.



●•●•●•● ҉ ●•●•●•●

—Mira lo que conseguí con nuestro amigo Tuan —exclamó Jihyo en un dulce y vigoroso canturreo. Volteé a verla cuando escuché el enunciado. Su mirada risueña e ilusionada no ocultaba la travesura del resto de sus expresiones.


Ella llevaba semanas planeando hacer una visita a la casa de su abuela, no la había podido ver o saber de ella durante los dos últimos años por la razón de que estuvo todo ese tiempo escondiéndose de Jeon, pensaba que, si intentaba acercarse a su familia, sería atrapada por los hombres del astuto viejo. Tenía claro que escaparse de Full Moon significaba ser un fugitivo de por vida.


La única manera de poder salir de Full Moon es si yo mismo la acompañaba, pues estaba estrictamente prohibido debido al sistema implementado por Min y Jeon para mi propia seguridad; y por eso se dispuso a conseguir una falsa licencia de conducir.


—Esa foto es vieja, ahora no llevo el cabello rubio —recalqué con un poco de falso desagrado—. ¿Lee Gaemin? —leí sin ánimos de esconder mi real disgusto por el nombre.


—No es como que hay opciones porque anden muchas fotos tuyas por ahí. Y ya deja de mirar la identificación así —solicitó arrebatándome la tarjeta plastificada—, el nombre se le ocurrió a Mark. Lo del cabello, bueno... eso lo podemos arreglar.

En eso, Min entró explicando que había recibido una llamada de Jeon. Pero, aunque no podía leer ninguno de sus pensamientos por causa del jodido talismán, yo sabía que era lo contrario. Me pasó el dispositivo para que escuchara lo que mi amigo tenía que decir, yo lo tomé entregándole una mirada llena de sospechas.

—¿Bueno?

—¿Piensa salir, señor? —la voz de Jeon no sonaba más odiosa de lo normal. Ya lo sabía. Min le había contado el chisme. Las desventajas de intercambiarlo por Jung.

Tuve que explicarle la verdad. Solo íbamos a visitar la casa de la abuela de Jihyo, sería un viaje de unas cuantas horas por el camino y luego pasaríamos unas cuantas más en salir de la propiedad de la Sra. Park, nada de lo que debiera preocuparse. Terminé prometiéndole que no nos quedaríamos mucho tiempo fuera de Full Moon.

Íbamos a salir esta vez con el "permiso" de Jeon. No era necesario leer sus pensamientos, a diferencia de hace dos años, ahora simplemente fue permisivo. Antes, cualquier excusa por salir de Full Moon la hubiera disfrazado de locura, pero en la situación actual era evidente que tenía una razón: que Jihyo lograra reconquistarme. Él no entendía que ya era tarde para eso, era cierto que ella aún seguía en mi corazón resguardada en su espacio especial, pero no era menos cierto que aquel espacio era comparablemente pequeño al que, sin ningún esfuerzo, ya ocupaba su sobrino; ella jamás sería capaz de llenarlo de la misma forma que lo hace él, por más empeñada en lograrlo que se muestre, no encajaba allí.

Ese lugar, el trono de mi corazón, le quedaba muy grande, porque estaba moldeado para él. Ella no era la reina de mi vida; la quería y la amé, mucho, sí, pero ese tiempo en Dinamarca me sirvió para reflexionar y entender que nunca lo fue. Una reina no trata de salvarse a sí misma, abandonando a su rey. Tampoco lo mira como si fuera un monstruo cuando él más la necesita.



●•●•●•● ҉ ●•●•●•●

El viaje fue largo, muy largo para mí. Yo conducía mi propio auto mientras que Min me seguía en el de él. Jihyo y Jimin-ssi me acompañaban, la primera poniendo conversación en el asiento del copiloto y, el segundo, en total silencio en el asiento de atrás, eso era raro, porque siempre solía tener ataques de risas por la mínima cosa, por alguna razón, nada le parecía gracioso. Yo no prestaba mucha atención a lo que la joven decía, pues me la pasé observando los espejos retrovisores para divisar al cachorro de los Jeon que iba en el asiento de copiloto en el auto de atrás. Él y Min parecían congeniar bien, de hecho, nunca había podido ver al jefe de seguridad pareciendo tan animado. Jungkook tenía ese don de hacerte sentir en confianza y familiar sin hacer mucho esfuerzo.

Hubiese preferido viajar con ellos dos, porque sería mucho pedir ir solo con su compañía todo el camino.

Al cabo de tres horas y veintitantos minutos habíamos arribado en el pequeño pueblo donde creció Jihyo. No tardamos mucho para encontrar nuestro destino. La casa de la abuela era pequeña, pero con un gran patio, era muy bonita. La anciana de cabellos lógicamente teñidos de negro la estaba esperando afuera de la cerca junto a otra señora de cabellera gris y de aspecto mucho mayor. Yo ya conocía a la abuela de Jihyo, una vez nos acompañó en una cena que preparamos para el cumpleaños de su nieta, fue en un restaurante, el favorito de ella. A la otra anciana no la reconocí, al menos no de inmediato, empecé a darle vueltas a mi saturada memoria para asociarla a algún evento, la razón para esforzarme era porque ella no dejaba de mirarme con absoluto asombro, desde el primer momento en que bajé del auto, se llevó su mano a sus labios que yacían abiertos en forma de una gran O.

La anfitriona nos saludó y nos hizo pasar con mucha cordialidad. Atravesamos el gran patio forrado de yerba verde y decorado con flores de todo tipo, pasamos por debajo de la sombra de un inmenso roble blanco antes de llegar al pequeño porche. Un **Quercus mongólica, tenemos muchos de esos en full Moon, verlo me recordó el hermoso atardecer que pasamos juntos mientras buscábamos su colgante. El interior de la casa era un poco estrecho, pero acogedor, lleno de una calidez que evocaba añoranza por mis primeros años de vida y los antiguos días junto a madre.

La señora Park había preparado una rica comida para todos nosotros, ya que Jihyo le avisó de antemano que iríamos un grupo de 5. Jungkook se ofreció a lavar los platos, Jimin se levantó imitándolo y ella aceptó la ayuda gustosa. Al cabo de unos minutos después del almuerzo, los chicos habían terminado con los trastes y decidieron dar una vuelta por los alrededores del vecindario y Jihyo se marchó junto a su abuela a las habitaciones para ayudarla a encontrar un álbum de fotos que ella guardaba como recuerdo e insistía en mostrarnos. Mientras tanto, la otra anciana y Min se quedaron conmigo, aun estábamos sentados en el comedor. Yo me puse de pie y la señora, que no tuve el cuidado de recordar su nombre, nos ofreció salir a sentarnos bajo el gran árbol del patio para tomar un poco de aire porque hacía un poco de calor.

Una vez que nos acomodamos en el banco cubierto de sombra, divisamos que por la entrada, se asomaban dos jovencitas. Llegaron hasta nosotros saludando y preguntando por Jihyo. Se presentaron como primas de la peliroja y ambas se quedaban mirando sin ningún disimulo tanto a mí como a Yoongi-ssi, quien insistió en quedarse de pie a unos pasos de mi persona. Mientras la anciana les explicaba que su prima ayudaba a su abuela a encontrar un viejo álbum de fotografías.

Saludaron e hicieron una reverencia para encaminarse hasta el interior de la casa, mientras se alejaban iban secreteándose cosas, probablemente acerca de nosotros.

—Las niñas son un tanto más jóvenes que Jihyo, son muy risueñas y admiran mucho a su prima —explicó mi acompañante con una sonrisa —decidieron faltar a clases para poder verla hoy. Ji yeong y yo estuvimos de acuerdo en no contarle a sus padres, ellos están en sus respectivos trabajos y las niñas estarían bien con nosotras, solo sería un día.

—¿Ustedes son hermanas? —la señora sonrió más amplio al escuchar mi pregunta. Era obvio que sí, solo intentaba poner conversación.

Ella pestañeaba mucho de vez en cuando, como si quisiera despejar alguna molestia en sus gastados y hundidos ojos. Al cabo de unos segundos volvió a fijar la opaca profundidad de ellos en mí y negó con la cabeza.

—Como si lo fuéramos, ella fue la mejor amiga de mi hija adoptiva que murió de cáncer hace 10 años. Hemos sido amigas desde que nuestra Hana nos dejó. Yo me mudé aquí hace unos 2 años, pero la invitación me había sido extendida hace siete años cuando su nieta consiguió un trabajo en Gagnam con el señor Jeon. En ese tiempo, mi esposo también murió y ella me ofreció vivir juntas hasta que una dejara a la otra para ir a mejor vida, pero vine aceptándola cuando su nieta dejó el trabajo en Full Moon y ya no podía enviarle dinero. Yo cuento con una buena pensión que es más que suficiente para las dos y decidí que vivir juntas era mejor que estar en soledad por separado.

Asentí y sonreí conmovido por su bonita, aunque triste, relación de amistad y hermandad. No pude evitar sentirme un poco abrumado por el recuerdo y la culpa de ser el causante de que su nieta haya dejado su trabajo para echarse a la fuga cual criminal, dedicándose a vivir entre las sombras para poder esconderse de Jeon, como ella misma explicó. Ellas tenían una vieja y bonita amistad que quizá bien podría perdurar para siempre si la muerte no fuera un obstáculo. En ese momento sentí un amago de nostalgia amenazando mi apacible humor. Yo nunca de los nunca sería bendecido con ese regalo, siempre tendré que ver a todos los que ame partir antes de tiempo o de lo contrario, siempre tendré que verlos crecer, madurar, envejecer y ya luego despedirlos a su tiempo, porque la constante parte segura era la despedida.

Al cabo de unos minutos, Park y Jungkook reaparecieron, se veían entusiasmados cuando le pidieron prestadas a Min las llaves de su auto. Dijeron que sería solo una vuelta por los alrededores. Fue sumamente tierno ver al más bajito haciendo aegeo frente al inmutable Jefe de seguridad y me sorprendí cuando Min depositó el llavero sobre la palma extendida de la pequeña mano de Jimin-ssi.

Pasaron unos cuantos minutos más después de eso. Unas de las primas de Jihyo salía con prisa hasta nosotros.

—Por favor no se preocupen, es que nuestra abuela no recuerda donde guardó su álbum, pero estamos ayudando para encontrarlo, ¿okey? —antes de regresar a la casa, la chica dijo todo hablando a un ritmo bastante lento y su mirada paseándose sobre Min. Si las personas pudieran comerse con los ojos, estoy seguro que de él no quedaría nada, ni siquiera los huesos.

Fue divertido ver aparecer un ligero rubor en las blanquecinas mejillas del hombre por segunda vez ese día, pues la primera fue cuando se quitó a Park Jimin y sus aegeos de encima al entregarle sus llaves.

"Es difícil reprimir los pensamientos con tantos recuerdos y añoranzas".

Me volteé pensando que mi acompañante me estaba hablando, sin embargo, me sorprendí al comprender que lo que había escuchado era uno de sus pensamientos.

Me dio mucha intriga el hecho de volver a escuchar pensamientos ajenos, pensaba que esa habilidad se había ido con la señorita Nayeon, no obstante tambié pensé que se le podía achacar a que se había acortado considerablemente la distancia entre mi prometida y yo. Pero, por otra parte, que esa oración fuera tan específicamente clara en la mente de aquella dulce señora, me hizo querer preguntarle quién era. Sin embargo, no dije nada mientras sentía el peso de su mirada sobre mí. ¿Por qué no dejaba de mirarme tan fijamente? No era incómodo, en lo absoluto, pero tampoco era normal.

Mis cabellos, ahora rubios, gracias a Jihyo, revoloteaban libres por el efecto del viento acompasado y juguetón. Ella levantó una de sus arrugadas manos para colocar hacia atrás un mechón de mis hebras que amenazaba con rozar el interior de mi ojo derecho.

"Te ves exactamente igual que la última vez que te vi, Yoon Daesong"

Quería pensar que aquel pensamiento suyo fue solo el producto de mi imaginación. Mi cuerpo sintió un frio que nada tenía que ver con la brisa, pues el día era soleado y el clima era agradablemente cálido.

El toque de su arrugada y tibia mano se deslizó por mi mejilla mientras ella me miraba enternecida.

"Sabía que eras algún tipo de deidad, un ángel que anda llenado de magia a unos pocos suertudos de esta vida, yo... tuve la maravillosa dicha de ser una de esos".

—Hermoso, simplemente, hermoso —su voz ronca tenía un matiz dulce y a la vez tranquilizador.

"¿Hice bien en enviar a Jihyo contigo?, Jeon me dijo que todo marchaba bien. Pero siempre me pregunté por qué, después de unos años, ella renunció a ser tu compañía".

—Gracias, usted también lo es —respondí con una sonrisa tenue mientras ella devolvía su mano, con la que hace unos instantes me acarició, sobre su regazo.

«¿Jeon tiene comunicación con esta mujer?».

—No digas tonterías, estoy tan vieja y fea que ni siquiera yo misma me reconozco —resopló después de ironizar mirando hacia el horizonte.

—No diga eso. La vejez es parte natural del paso por la vida, es una etapa que igual tiene su belleza, aunque lejos de la frescura de la juventud, también tiene sus pros.

No hay ningún pro en ser anciano.

"Si no estuviera tan vieja, me habrías reconocido, Daesong-ssi".

«Nadie me llamaba por ese nombre desde la época en que Jeon era apenas un niño».

La belleza es relativa, los que la saben apreciar, saben que va más allá de lo físico y lo aparente.

"¡Ja! ¡Mira quien lo dice!"

—¿Deberían tus palabras convencerme de que soy hermosa? —se burló gorgojando una risita divertida—. Dejemos de hablar de esta vieja. Hablemos de cosas bonitas e importantes. está tan feliz como la primera vez que Jeon contrató a su nieta para trabajar en su casa. Estamos agradecidas por esa segunda oportunidad que le han dado en Full Moon. ¿Jihyo lo está haciendo bien ahora?

—Espero que diga que sí, señor Lee —se escuchó la voz risueña de la susodicha desde atrás. No me di cuenta cuando ella, su abuela y sus primas se fueron acercando. Ella trayendo lo que debía ser el álbum de fotos abrazado a su pecho.



●•●•●•● ҉ ●•●•●•●

Disfruté mirando las fotos que mostraban cada etapa de Jihyo, desde cuando era una bebé de ojos inmensos y tiernos hasta cuando se hizo adulta y se graduó de la universidad en la facultad de leyes. Allí también aparecían sus padres e imaginé que verlos podría afectarla y ponerla triste, pero su abuela insistía en que continuara viendo, ellos murieron mientras Jihyo trabajaba para mí. Eso me hacía sentir terrible. Recuerdo que no la pude acompañar al velatorio porque era semana de luna llena. Paré en seco mis pensamientos cuando vi una imagen de alguien conocido en una de aquellas fotos, sabía de quien se trataba, la conocía bien, pero, aun así, pregunté quiénes eran los de aquella vieja fotografía, para disimular mi asombro por encontrarla allí.

Era nada más y nada menos que Youn Yuh-jung, la persona que más me entendió, aunque no al nivel intimo que llegué a experimentar con Jihyo, era alguien con quien me sentía realmente cómodo.

"Estoy delante de ti y aun no me reconoces, Daesong-ssi".

«No puede ser».

De la nada, mi mente se convirtió en un caótico torbellino, con innumerables pensamientos arremolinándose a gran velocidad, miré a esa viejecilla a los ojos tratando de buscar a Youn Yuh-jung en ella, y a decir verdad, sí se parecía, bastante. No supe cuál fue el causal que tomó ese río de emociones que me abrumaron. Por un breve instante tuve el instinto de abrazar su delicado y desgastado cuerpo, pero me contuve al mirar a Jihyo. La realidad me golpeaba con tanta potencia que no podía reaccionar.

Eso explicaba muchas cosas, como, por ejemplo, por qué Jihyo supo cómo llegar a mí con tanta facilidad. Eso me hacía dudar de su integridad, de la genuinidad de sus sentimientos, de la naturaleza de sus intenciones. ¿He sido manipulado por una cría? ¿Por eso sabía muchas de las cosas que me gustaban y las que no? ¿por eso fue tan comprensiva desde el principio? ¿Por eso supo cómo complacerme sin ninguna restricción al momento de la intimidad?

Ella no adivinaba mis pensamientos, sabía de aquella información clasificada, desde el inicio. No aprendió a conocerme, ella ya lo hacía antes de llegar a la casa de Gangnan, probablemente tenía conocimiento de mis preferencias y se me hacía inconcebible que ella, deliberadamente, cual fragata, supiera tomar ventaja de aquello.

¿Por qué nunca dijo nada cuando tuvo tantas oportunidades? Era obvio que tenía sus razones para ocultarlo, no era necesario engañarme distorsionando la verdad a su conveniencia, ¿Ella me estuvo utilizando y manipulando como a un tonto? ¿Cómo pude ser tan ciego?

¿Hay algo detrás de su inmunidad hacia mí? Muchas veces llegué a hacerme esa pregunta, pero no en el mismo sentido que en ese momento. ¿Cómo ha hecho para que nunca pudiera ser capaz de leer sus pensamientos a pesar de no llevar ningún talismán? ¿Cómo ha hecho para ser capaz de besarme y tener sexo conmigo sin que su cuerpo tuviera la común reacción a la toxicidad de mis fluidos? Dios, eran tantas preguntas golpeando, arremetiendo como una estampida de embravecidos rinocerontes, imposible de frenar.

Miraba de una mujer hacia la otra, y debido a sus miradas extrañadas me percaté de mi falta de disimulo y decoro, mi respiración se hacía un poco irregular y me sentía mareado, sofocado.

—Necesito un poco de agua.

—¡Entendido! —respondió Min con energía y desapareciendo de inmediato.

—¡Espere, yo le ayudo! —gritó una de las primas de Jihyo, corriendo detrás de Min.

Necesitaba otro tiempo a solas con esa mujer, pero sabía que no iba a ser posible. Quise esforzarme en leer alguno de sus pensamientos, pero fue inútil, nada, no escuchaba ni una sola mierda, otra vez estaba todo en silencio.

—Te sientes bien? —preguntó Jihyo tomando mi mano con preocupación —te vez pálido.

En ese momento sentí deseos de vomitar, el tacto de mi joven exnovia peliroja me repelió por completo al mismo tiempo que sentí tantos celos al ver aparecer en la entrada a Jungkook junto a su amigo Park. Ellos llegaban después de su supuesto paseo, tan sonrientes, tan felices. ¿Habrían vuelto a ser pareja?

—¿Por qué tardaron tanto? —les reproché sin ninguna vergüenza. Ambos corrieron hacia nosotros al escucharme.

—Lo siento señor, nos distanciamos más de lo debido. Pero prometemos que eso no volverá a pasar —se disculpó Park.

—¿Pasa algo? ¿Está bien señor? —Jungkook se acercó demasiado preocupado. Dejando un bote enorme de helado sobre el espacio del banco que sobraba entre la anciana y yo.

—Donde está el señor Min? —Jimin-ssi buscaba al susodicho con la mirada para verlo aparecer trayendo una jarra con agua y siendo acompañado por una chica muy bonita, quien traía dos vasos. De inmediato su mirada se enfurruñó con aparente molestia—. Ahora sí que puedo entenderte mejor, Kookie.

Esto último salió como un susurro amargo de la boca de Park, pero a mí me molestó el hecho del uso del sobrenombre que utilizó para referirse a Jungkook.

«Solo yo puedo llamarlo así».

—Si el paseo fue tan largo, entonces, supongo que gastaron todo el combustible.

Mi mirada se topó sin querer con la de esa otra prima de Jihyo que casi no hablaba, pero que sí sabía comerse a mi Kookie con la mirada. ¿Todas las primas eran iguales?

—Sí así fue, pero lo volvimos a abastecer —afirmó Jungkook dejando de lado su anterior signo de preocupación, al percatarse de que todo estaba bien —T-traje helado para todos —anunció señalando el gran bote a mi lado.

«¡Ja! Por su puesto, que no gastaron una mierda».

Querían engañarme mintiendo acerca de un largo paseo. ¡Ja! Les voy a creer que se la pasaron dando vueltas en auto luego un viaje de más de 3 horas desde Full Moon hasta acá. Posiblemente estuvieron cerca de aquí pasando tiempo a solas. No necesitaba escuchar los pensamientos de ninguno de ellos para saberlo, esa felicidad que traían no me dejaba dudar que mi conclusión era inequívoca.

Nunca me sentí tan frustrado por no poder controlar la habilidad de escuchar los pensamientos, no como en ese momento. Estaba rodeado de mentirosos.


●•●•●•● ҉ ●•●•●•●

●•●•●•● ҉ ●•●•●•●

*Fragata: Es un animal que roba comida que fue atrapada por otro animal. Es un ave cleptoparásito.

**Quercus mongolica:  Quercus, que son los robles blancos de Europa, Asia y América del Norte.  Tienen los estilos cortos; las bellotas maduran en 6 meses y tienen un sabor dulce y ligeramente amargo, el interior de la bellota tiene pelo. Las hojas carecen de una mayoría de cerdas en sus lóbulos, que suelen ser redondeados. Forman parte de la flora de Corea del sur.

●•●•●•● ҉ ●•●•●•●

He tenido unos días libres, pero también tengo un gran compromiso para leer muchas historias en mi editorial. Así que, a pesar de ello, saqué un poco de tiempo para escribir y esto es lo que les traje.

Espero que hayan disfrutado la humilde perspectiva de Taehyung en todo el capítulo.

Gracias por todo su amor. Les quiero.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro