Capítulo 28
Capítulo 28
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EL OTRO
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⊰─⊱Jeon Jungkook ⊰─⊱
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Según el calendario lunar, ya era el cuarto día desde que empezó la semana de luna llena y aún no había encontrado la forma de hayar el escondite llamado Domo. Todos los que podían colaborarme con la información se negaban a hacerlo, incluso me atreví a preguntarle en vano a Min, el cara de gato. Minho y Jackson parecían muy ocupados y felices con la compañía de la exnovia de Kim y no les pregunté a ellos, ni loco iba a acercarmeles cuando esa mujer andaba pegada a ellos todo el día, lo último que deseaba era pasar palabras con ella, que tal si también se me pegaba como garrapata, su presencia me tronchaba el camino, pero al menos sabía que no estaba con Kim. Para colmo de mala suerte, Jimin no aparecía, supuestamente fue puesto en una misión hasta la semana entrante, eso según la explicación del jefe Min, el maldito no me daba los detalles. Jin-ssi era la clave, se dejaba ver de tanto en tanto, yo sospechaba que él continuaba llevándole las comidas al señor de Full Moon, así que desde el día anterior me dispuse a seguirlo a todas partes, pero no logré averiguar nada porque fui atrapado por el tío Canas descuidando mis tareas.
En cuanto me vio, me envió a la sala de entrenamiento y me prometió que si avanzaba en la práctica íbamos a escuchar el lado B de aquel casete en la noche. No hice nada diferente en el gimnasio de entrenamiento, pero era la primera vez que el tío Canas estaba ahí para verme practicar, pareció sorprenderse un poco con mis habilidades y eso se sintió raro, pero bien. Al menos su promesa resultó ser verdad, anoche lo escuchamos la segunda parte de la historia grabada en el casete, pero la mayoría de mis preguntas no recibieron respuestas muy satisfactorias.
Yo me sospechaba que detrás de todo ese interés repentino en mi persona había algún tipo de truco, cierto plan de distracción, tal como aquella convocatoria a la que me estaba dirigiendo la mañana del día siguiente. Durante el desayuno, Jin-ssi me había dicho que el señor Kim le concedió el permiso al Chamán para darme algunas informaciones. Pues entendía que yo me había quedado impresionado con el asunto de los Komainus, si iba a convertirme en guardián no tenía ningún sentido que no supiera a qué debía enfrentarme y quien mejor para explicármelo que el propio Chamán. Dijo que debía ir temprano a la casa del viejo, la cual quedaba cerca de las montañas, Jin-ssi me ofreció un auto, pero yo preferí ir a pie, de hecho, ya me sabía el camino porque lo había visitado muchas veces. La primera vez que fui, en el camino me arrepentí, pues la casa se veía más cerca de lo que realmente estaba. Me tomó unos 25 minutos llegar hasta el lugar. Era agradable caminar por el sendero que conducía hasta la morada, la brisa llevaba el agradable y cítrico olor que se desprendía de aquel bosque de naranjos, sí, era como si todo aquel llano que yacía a la sombra de la montaña hubiese sido sembrado de ese tipo de árbol, en su mayoría, a propósito.
La casa tenía un diseño tradicional, con un patio de tierra amurallado a una altura media hecha de piedras, cascajos y cemento; había algunas gallinas que se paseaban libremente y un tendedero cerca de unos árboles frutales, daba la impresión de ser una casa de familia, no de un hombre viejo que vivía solo. No tuve que tocar la puerta porque la entrada estaba abierta, el interior no lucía muy distinto a la última vez que lo vi, no era tan normal como lucía por fuera. Las paredes estaban llenas de artefactos, ramas y cintos colgando. Las sillas y los muebles estaban atestados de libros y cajas, pero al menos la iluminación era buena, de lo contrario sería un lugar lúgubre, casi tenebroso.
—Si el mismísimo Jeon se dispuso a contarte sobre sus investigaciones, entonces de alguna manera te has ganado su confianza, sin hacer falta que lo diga —el viejo apareció delante de mí, como siempre, vestido de manera tradicional, esta vez lucía muy elegante, llevaba puesto un hanbok con colores sobrios, que hacían contraste con su pantalón ancho y negro, no llevaba sus extravagantes accesorios colgando de su cuello. Se secaba las manos con una pequeña toalla de cocina.
Al igual que Jin-ssi, estaba bien enterado de que pasé un buen rato con el tío Jeon anoche. Qué rápido corrió la noticia.
—Sí, puede que sea algo así —me encogí de hombros restándole importancia—, aunque debo decir que me dejó con más curiosidad que antes. No sé por qué, pero siento la sensación de que tanto él como usted, solo buscan distraerme, pues se enteró de que yo estaba buscando el Domo —me sinceré, necesitaba dejarle claro que sospechaba de su composición con tío Canas. No me quedaría más del tiempo necesario.
Sonrío ante mi honestidad e hizo un ademán señalando uno de los pocos muebles que estaba despejado de sus pertenencias, invitándome a tomar asiento. Ambos nos pusimos cómodos, pero yo llevaba prisa por irme.
—Quizá tienes algo de razón con tu tío-abuelo, pero no es así conmigo, hijo —aclaró sentándose en la silla contigua al mueble que yo ya estaba ocupando.
—Podría ser —asentí sin un milígramo de convencimiento—. ¿Sabe? Por más que se esforzó anoche, sigo pensado en que le caigo muy mal, en cambio, con usted no siento eso. Aun así, no pienso quedarme, ya cumplí con venir a verlo, diga lo que tenga que decir rápido, porque me tengo que ir.
El anciano me miró con un poco de sorpresa y luego se echó a reír como si mis suposiciones o, tal vez, mi prisa le pareciera un chiste.
—Sé que algo malo le está pasando a Kim y yo necesito estar ahí.
Su risa se volvió un poco más estrepitosa, no paró hasta que tuvo un ataque de tos.
—¿Por qué se ríe? ¿Cree que exagero? —él negó con la cabeza, se removió en su sitio recuperando la compostura.
El abuelito chamán me dijo entre risas que, en un principio, le había caído mal al viejo por no haber estudiado y dedicarme a ser un vago, luego de enterarse de que eso no era totalmente cierto, eso no hizo que cambiara, pues también le disgusté por ser insano y libertino, lo que significa: una mala influencia, y porque, sin hacer el mínimo esfuerzo, he conseguido gracia ante los ojos del señor Kim. Con otros ha pasado lo mismo, pero pocos se han quedado para contarlo.
Le pregunté si de aquellos pocos había alguien que yo conociera y me contó que con Kim Seokjin pasaba algo parecido. Yo arqueé una ceja en clara confusión.
—A él ya le conoces, el chef Kim Seokjin—aclaró como si fuera lo más obvio—. Por su orientación sexual, es considerado, al igual que tú, una mala influencia. Jeon odia el hecho de que, a pesar de sus advertencias, el joven se haya vuelto tan cercano a su amo. Si no fuera por la protección de la señora Kim hubiera pasado lo peor para él durante la larga ausencia del señor Kim. El pobre muchacho tuvo que vivir prácticamente debajo de la falda de la m... mujer y no salió hasta el regreso del amo. Jeon Piensa que parte de su deber es procurar que el señor Kim no se llegue a encariñar con nadie, incluso evitar que lo haga con él mismo o con su familia.
—Así que...
—Te concedo la razón. Puede que Jeon solo quisiera distraerte para que olvides tu búsqueda del Domo. Imagino que solo te contó lo que creyó conveniente y te ha dejado muchas dudas.
—Sí, bastantes —estuve de acuerdo.
—Y... ¿Por dónde quieres empezar? —no podía negar que al principio me emocioné al escuchar su pregunta, pero de inmediato empecé a sospechar más.
—Ah, bueno... espere. ¡¿Mi tío le ordenó que me entretuviera, sí o no?!
Él anciano me sonrió mientras negaba con la cabeza. No sé cómo pretendía que le creyera si solo parecía burlarse de mí.
—No debes preocuparte de lo que está haciendo estos días el señor Kim, te aseguro que está bien y estará de regreso como nuevo el próximo martes, cuando haya pasado la última luna llena.
Sus palabras me tranquilizaban. Pero algo seguía revolviéndose dentro de mi pecho. Si aquella noche fatídica, se suponía que debía pasarla en el Domo, es porque allí pasa todas sus dolencias o cuando está enfermo. No sabía si el Chamán me estaba mintiendo, pero quería creerle. Aunque ambos viejos me estuvieran distrayendo, no desaprovecharía la oportunidad para preguntar.
—Bien... supongamos que le creo. ¿Si le pregunto acerca de los cuartos secretos, de los Komainus, del señor Kim: ¿responderá a todo?
—¡Por supuesto! Como dije antes: ¿Por dónde quieres empezar?
Eran muchas preguntas las que tenía. Pero no sabía por dónde empezar. La primera puerta, tío Canas me dijo que el artefacto que ocupa esa habitación es un reloj especial, pero no me explicó qué es lo que lo hace serlo.
—En la primera puerta... hay un reloj.
—Ah es un regalo divino, es muy especial para el señor Kim.
«Sí, ya veo» pensé con desgana, «es todo lo que saben decir sobre el reloj».
El viejo se puso de pie, me pidió disculpas y caminó hasta su extraña y abarrotada cocina. Había una olla hirviendo, la cual fue a inspeccionar. Yo solo podía ver su torso desde mi ángulo. Removió su contenido unos minutos antes de regresar a la sala y volver a ocupar su asiento.
—Estoy preparando una bebida especial, el señor Kim me lo pidió. Puedes probarla tú también cuando esté lista —invitó sonriendo mientras yo le entregaba una mirada fulminante. Ya estaba hartándome. Él no me iba a responder una mierda.
El viejo pareció entender mi frustración y carraspeó antes de proseguir:
—Bien, te contaré la historia del reloj —asentí con el ceño fruncido en sospecha y un poco de mal genio.
—¿Y bien? —exigí tajante con los brazos cruzados a la altura de mi pecho.
—Una vez, hace mucho tiempo, un monje se convirtió en peregrino. Vagó por muchos lugares y recorrió vastos caminos en busca del receptor de un mensaje que le fue encomendado por una deidad que nunca le dio su nombre. Juró que su corazón no desfallecería hasta completar su misión, porque, según aquel ser, de esto dependía el bienestar y seguridad de muchas personas inocentes y necesitadas, refiriéndose claramente a niños enfermos y abandonados. Contó que caminó durante años y hubo muchas veces que el cansancio hizo estragos en su ánimo y debilitado su fuerza de voluntad.
En aquel largo y difícil camino se vio tentado a renunciar cada vez que su fe flaqueaba, pero el propósito valía la pena y no podía permitirse abandonar tal causa después de haber llegado tan lejos, así continuó por varios años más, hasta el día que se encontró con el señor Kim. Desde que miró la extraordinaria rareza de sus ojos, lo supo, él era su tan buscado receptor.
»El monje llevaba el objeto dentro de un saco de tela. Se lo entregó al señor Kim y se disculpó por no recordar las palabras textuales que venían con el regalo. Las había anotado, pero a causa de las lluvias el papel se había estropeado, la tinta se había regado y, por tanto, el mensaje se había perdido.
»Muchos de los sueños del propio señor Kim han sido la clave para hallar algunas congruencias con el extraño mensaje del moje peregrino que dijo de la siguiente manera:
"Ha pasado tanto tiempo, que no puedo recordar el mensaje en su totalidad, de lo que memoricé solo recuerdo algo acerca de que quien hará sonar este objeto será el último descendiente y cuando suene por última vez, llegará la intervención que acabará y pondrá final al cruel suplicio, sea paciente, y mientras tanto manténganse digno y benigno. Este es un obsequio de los Dioses, como agradecimiento, el receptor debe continuar donando gran parte de sus riquezas a los niños necesitados y desprotegidos, si recuerda su pasado, sabrá por qué".
Al menos era algo y, de hecho, fue interesante. Mucho mejor que la pobre explicación del tío Canas. El viejo me pidió permiso para ir al baño, no sin antes pasar por su cocina y echarle otro vistazo a la olla humeante.
Dejé mi sitio para desperezarme, rondé por la estancia observando cuantos objetos raros complementaban la decoración interior, si es que así se le podía llamar. La cocina parecía más un laboratorio que otra cosa. Había algunos libros sobre la mesa rectangular del centro, no pude evitar echarles un vistazo a algunos, pero lo que me llamó la atención fue uno que ponía el siguiente escrito a mano en su tapa: "Encontrar la cura del amo". Lo abrí de inmediato, estaba lleno de notas, cada página hablaba de intentos fallidos. Al igual que mi tío, el Chamán también tenía buenas intenciones para con su amo. Eso me calmó un poco y me dispuse a leer todo cuanto pude mientras él regresaba del baño. En uno de los últimos pasajes leí el nombre de Nayeon, pero no pude saber qué decía porque escuché los pasos del anciano acercándose. Dejé el libro en su lugar y me apresuré a sentarme en el mismo sillón de antes.
Cuando regresó a su asiento, yo había pensado lo próximo con lo que lo abordaría.
—El señor Kim me dijo lo que es. Es un ser inmortal.
—No, hijo, puede que sea inmortal, pero es tan humano como tú y yo.
—Sí, también dijo eso, pero al final no es como usted y yo si no puede morir. ¿No lo cree?
El Chamán se quedó pensativo un momento, mirando hacia la nada.
—Abandonado a la idea de una existencia por obligación, sin derecho a renunciar, teniendo que existir sí o sí —el anciano parecía hablar más consigo mismo que conmigo, pero igual tenía toda mi atención—. Dicen que la mera existencia ya es un regalo de los Dioses, pero en realidad, el simple hecho de existir no es lo mismo que vivir. Para alguien como el señor Kim, debe llegar un momento en que todo se convierte en un sinsentido para el alma y el espíritu, pues su valor le es escatimado con el tiempo.
No podía contradecir aquello, el viejo tenía mucha razón, aparentemente la vida de Kim era casi como la de un prisionero en su propio universo. Como si estuviera destinado a vivir condenado.
—Pero él podría llevar otra clase de vida, es esa enfermedad que lo obliga a vivir de tal manera...
—Aún con todo el oro que él puede crear, como tuviste la oportunidad de ver, como una retribución por su sangre derramada, una recompensa por soportar tanto dolor de forma tan injusta, no puede comprar la vida que merece llevar.
—Desearía tanto poderlo ayudar...
—Todos buscamos desesperadamente la forma. El amo ha cargado con ese gran poder toda su vida, pero también con esa enfermedad que lo atormenta cada viernes de cuarto creciente.
—Cada mes se hace con grandes cantidades de oro. Con eso podrían pagarle a un ejército de laboratoristas para que encuentren una cura.
El anciano me miró enternecido y estiró sus labios con una sonrisa casi piadosa.
—No es mala idea si no fuera una decisión insensata y porque la enfermedad no se puede curar con experimentos químicos, no es orgánica, es espiritual, un maleficio.
Ahí recordé la historia del casete. Verdaderamente, es lo que es.
—Cierto, escuché esa historia que tío Jeon tiene grabada en un casete —el anciano asintió comprendiendo que yo sabía de lo que hablaba.
—La gran parte de toda esa riqueza va destinada de manera anónima a organismos que dan soporte a personas necesitadas, especialmente niños. Todo lo que se hace en Full Moon va en pro de la beneficencia de nuestra nación, y otros países donde abunda la pobreza, sin embargo, se hace con la máxima discreción para que las donaciones no sean rastreadas, ya que así, el otro no puede encontrarnos.
—¿El otro?
—¿El señor Kim no te ha hablado de él? —yo negué con la cabeza y con mis expresiones faciales lo insté a que continuara hablando—. Desde hace mucho tiempo, existe alguien muy poderoso persiguiendo al señor Kim. Podría decirse que esa persona también es inmortal y probablemente sea mucho más antiguo que nuestro amo. Tiene el poder de convertir a los espíritus de los muertos en sombras asesinas.
«Juro que eso sonó fantástico, pero también como película de terror».
—Pero, ¿por qué perseguir a Kim?, si ambos tienen lo mismo —pregunté al salir de mi breve asombro.
—El otro tiene la habilidad de cambiar de apariencia, pero no tiene el poder de crear oro como nuestro amo cuando se derrama su sangre. Así que lo persigue con la intención de arrebatarle o copiarle su habilidad o quien sabe si solo es para mantenerlo encerrado, torturarlo para hacerlo sangrar y hacerse rico y poderoso con todo el oro que crearía.
—Ahora entiendo...
—Discúlpame otra vez —el viejo se había colocado de pie una vez más—, debo ir a mover el sumo. Yo también me puse de pie y le seguí. A él no le molestó y traté de continuar la conversación como si nada.
—Así que eso explica por qué en Full Moon exageran con todo el secretismo.
Si la bebida en realidad estaba siendo preparada a petición de Kim, debía decir que su gusto por ella era de lo peor. Su olor, lejos de parecer apetecible, era rancio, quemado y su apariencia era un poco asquerosa, parecía vómito líquido.
—Exacto, hijo. Debido a la codicia de este sujeto, el señor ha tenido que vivir escondiéndose y mudándose de país en país, de ciudad en ciudad desde que era muy joven —me contaba mientras movía con lentitud el contenido de la olla—. Uno de sus sueños era establecerse en un lugar y poder descansar, pues sus viajes no eran por turismo o por placeres, de igual forma debía yacer escondido. Ser inmortal no es como muchos suelen pensar, él ha pasado por mucho, más de lo que la mente más elevada pudiera imaginar, y para evitar peores pesares, ha vivido sacrificando su libertad toda su vida.
Mientras escuchaba al anciano, yo miraba de soslayo hacia la mesa, aquel empastado que tenía las notas, seguía llamando mi atención. Tragué saliva porque estaba a punto de tomarlo, pero me contuve. No lo hice porque me había dicho a mí mismo que ya no sería tan impulsivo, como decía mi tío. Comprendí que es un defecto y que debía tratar de cambiar eso a medida de lo posible, pues lo reconocía, ser impulsivo es parte de mi naturaleza. La preocupación de ver el nombre de Nayeon en esa nota, me estaba atormentando, pero esperé a que fuera el momento para preguntar.
» Estuvo al fin tranquilo cuando a Jeon se le ocurrió llevar a cabo el plan de su padre: Construir Full Moon. Un lugar donde su amo pudiera establecerse, que a su vez fuera una fortaleza donde estuviera protegido. Con un sistema ridículamente excesivo y arcaico, pero efectivo.
» Mientras tanto, él no solo se ha restringido a sí mismo de los placeres de la libertad y la conexión con el mundo, también ha tenido que ocultar su preferencia sexual, la cual, hace unos años atrás, no sabía que en estos tiempos ya no es algo tan mal visto como antaño, que solo unos pocos grupos son prejuiciosos con el tema. Pensaba que su atracción hacia los hombres era aberrante hasta que llegó Jihyo a su vida y le abrió los ojos al mundo.
Al escuchar ese nombre, apreté los puños con tanta fuerza que mis uñas parecían enterrarse en la carne de mis palmas. El Chamán soltó el cucharón de madera y lo dejó pulcramente encima de una servilleta de tela. Se giró y se dirigió hacia la mesa repleta de libros en desorden. Haló una de sus sillas, se sentó y luego señaló la silla contigua invitándome a hacer lo mismo. Hizo todo sin parar de hablar:
» Aun sabiendo que afuera de Full Moon el tema de las preferencias sexuales ya no eran el tabú que él conocía, que ya a los hombres no les importaba tanto mostrar su lado oculto y pecaminoso, siguió comportándose como si olvidara quien era, para convertirse en lo que los Jeon conocían y tenían establecido, según la interpretación del mensaje del monje peregrino, así como también de las grotescas expectativas y exigencias de los hombres machistas y misóginos que eran en tu familia, bueno tú y tal vez Minho no cuentan. En fin, continuó complaciendo a sus terceros, su fieles amigos y protectores, pues solo quería vivir en paz por sobre todas las demás cosas.
» En otro orden, al emparejarse por primera vez en mucho tiempo, sí se permitía hacer algunos cambios en su rutina, Jihyo lo persuadía para que saliera a dar paseos en cubierto fuera de la residencia, ambos se escapaban cuando Jeon salía de Full Moon. Jeon terminó enterándose y trató de controlar la situación, pero Jihyo era como una serpiente que susurraba al oído del señor Kim y poco antes de que escapara y desapareciera, logró que ambos amigos discutieran sus diferencias respecto al tema de su discordia, el amo le recordaría a su súbdito que podía tomar decisiones y salir no era tan riesgoso si se hacía con la debida cautela. Pero Jeon nunca estuvo de acuerdo, aun así, tuvo que permitir las salidas que continuaron por un tiempo más.
Yo estaba seguro de que quería saber todo de Kim, pero esta parte de su historia me ponía en duda sobre eso. Estaba pareciendo demasiado larga y extenuante, ¿hubiera sido grosero de mi parte si le pedía que cambiara de tema? No soportaba enterarme de lo mucho que aportaba el tal Jihyo a la vida de Kim.
» El señor Kim era claramente feliz con su acompañante alrededor. Todo parecía tolerable hasta que Jeon descubrió el por qué Kim amaba tener a Jihyo a su lado. Ellos se acostaban y Jeon lo sabía, estaba satisfecho porque su amo parecía enamorado, aunque al mismo tiempo odiaba la idea, le complacía verlo feliz, pero lo que no se imaginaba era que su señor no estaba enamorado por lo que era su pareja, sino por lo que le podía dar. El mismo Jeon descubrió con sus propios ojos que durante el acto ellos invertían los papeles, ese era el secreto de los novios, pero cometieron el error de exponerse realizando grabaciones mientras intimaban en el Domo.
«¿Qué? ¿El Domo? ¿Se acostaban mientras estaba enfermo?».
No iba a interrumpir por esa pregunta, mejor me la guardé, pues quería, preferiblemente, cambiar de tema a otro donde no se mencionara al maldito Jihyo ese.
» Un día cualquiera, una de esas grabaciones fue alcanzada por Jeon. Ese día marcó el fin de esa relación. Por todo eso y posiblemente una infinidad de detalles que no sé, hay un antes y un después de Jihyo en la vida del señor Kim.
Reprimí mi deseo de revolear lo ojos más de una vez. Escuchar tanto de ellos provocaba que todo dentro de mí se removiera con furia. Parecía que el viejo intentaba restregarme esa verdad en la cara. ¿No era suficiente con tener a la otra exnovia como visita especial?
» Mientras Jeon estuvo a punto de fallecer debido a que sufrió un comienzo de derrame cerebral y un preinfarto por el impacto que recibió con las imágenes, Minho ayudó a Jihyo a escapar de Full Moon y hasta entonces, quedó prohibido mencionar su nombre.
» Jeon tardó un mes y dos semanas en despertar del coma. Al momento de Jeon encontrarse ya recuperado de su salud, lo que encontró era solo un despojo del señor Kim. No comía, no bebía y dormía solo algunos instantes debido al cansancio, no tardaba en despertar porque le atacaban pesadillas. Entró en un estado de depresión tal que no se levantaba de la cama a menos que fuera para hacer sus necesidades. El joven Seokjin me contaba a diario cada detalle para que yo entendiera la situación y pudiera ayudar con mis habilidades. Créeme, lo intentamos todo, pero nada podía hacerlo volver en sí. De alguna manera la tristeza que dormía en su alma, despertó con la partida de Jihyo. Realmente se había vuelto dependiente de una persona, y sufría, como si le hubieran arrancado lo más valioso y preciado. Buscaron en cada rincón, pero no encontraron nada, ni un rastro, hasta hace un tiempo, todos creíamos que Jihyo había muerto.
«¿Es demasiado malo desear que sí?».
» Más temprano que tarde, se enteraron de que Minho fue quien ayudó a escapar a Jihyo, y el amo, en su estado delirante, lo llamó traidor, pero Jeon no lo tomó como una declaración de la boca para afuera, de esas que solo pudieran salir por el resentimiento de perder a la persona amada, sino que, lo tomó como una condenación, a lo que Jackson se declaró culpable del hecho para salvar a su mejor amigo de lo que caería sobre él, pero su confesión no fue lo suficientemente convincente para librar a Minho de su castigo. Asi que terminó recibiendo lo mismo que su amigo por tratar de engañar a Jeon.
» Mientras todo aquello acontecía, el amo se pensó un monstruo por todo lo que los Jeon se habían convertido, por las tantas personas más tenían que mal pasar por su culpa, se sentía condenado a ser infeliz por siempre, sin derecho a amar. Él solo quería desaparecer, me lo pidió, me rogó que buscara una forma para lograr que muriera. Pero no se puede hacer nada como eso con alguien que está condenado a la juventud eterna, algo por lo que muchos pagarían cualquier precio, y a lo que él, en cientos de ocasiones, ha deseado renunciar, a pesar de conocer que no le será concedido ese derecho. Aparte de ver morir a los que ha querido, también ha sido condenado al suplicio eterno de esta enfermedad dolorosa. Siendo así, ¿quién no buscaría desesperadamente una cura o una forma de morir?
» Por eso, tomó un vuelo hacia Dinamarca. Tuvo una charla con su parca un viernes de luna cuarto creciente, él le dijo que, si tomaba ese vuelo, encontraría la muerte que tanto buscaba en ese lugar. El amo pensó que la Parca hablaba de su enemigo, el otro inmortal, estaba dispuesto a encontrarlo y rendirse ante él, quería terminar con su vida y quizá esa era la única forma. Pero no se esperaba que ocurriera aquel accidente de avión durante el vuelo 444. La parca le tendió una trampa, ya que Kim entra en un mundo espiritual por un breve momento cada vez que su cuerpo muere los viernes de luna cuarto creciente, mientras su corazón deja de latir. La parca solo buscaba que el cuerpo de Kim quedara lo más fragmentado posible para que así tardara en regenerarse y, por ende, tener más oportunidad de llevarse su alma al mundo oscuro. Él buscaba juzgarlo personalmente por haberlo puesto en ridículo al no ser capaz de cumplir su misión de llevarlo frente a la mesa de juicio. La parca del amo ha estado fallando en su misión una y otra vez, desde que todo empezó, tiene el orgullo herido y es por eso que se aprovechó de su estado depresivo y lo engañó.
Ahora tantas cosas cobraban sentido. El accidente de avión, las monedas que cayeron en Dinamarca, eran porque se había derramado su sangre. Cuanto dolor debió haber sufrido.
—¿Qué mal tan grande tiene que haber hecho alguien para merecer un castigo como ese?
—Ninguno. Aún era un humano inocente, un crio que no tuvo la oportunidad de cometer algún pecado cuando fue maldecido. Pero se supone que Jeon te dijo eso. Hijo, ¿puedo saber exactamente qué es lo que te ha contado tu tío-abuelo?
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Acá estuvo su actualización, perdonen por hacerles esperar.
Gracias infinitas por apoyar este FF.
Nomu nomu borahae!!!!
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