3° CAPÍTULO
Serena que era de un pensamiento muy diferente, solo asintió ante algunas cosas, mientras intentaba seguir el paso rápido de su cuñado.
-- ¡Yo creo que mejor debemos de apurarnos! _ Exclamo Serena, mientras corría hacia Seiya.
Pero Seiya ajeno a todas las sugerencias de Serena, siguió su camino hasta un puesto de flores.
En donde escogió un ramo de estos.
-- ¡Gracias!, .... ¡Su mujer es muy afortunada! _ Dijo la vendedora, mientras recibía el billete.
-- ¡Cuñado!, ¡En verdad debemos darnos prisa! _ Hablo Serena muy angustiada.
-- ¡Hey Bombón, Tranquila!, ¡Tranquila!, .... Se muy bien que Kakyuu estará en la sala de recuperación, después del parto, .... Además, yo debo volver a viajar nuevamente, pero para decirte la verdad y ser sincero, .... Kakyuu es mi muñeca de porcelana _ Hablo Seiya fingiendo sonreír, mientras cogía entre sus brazos el ramo de lirios.
Serena al escucharlo, sonrió derrotada y no siguió insistencia más.
-- ¡Bueno!, ¡Ahora sí, andando! _ Dijo Seiya.
Serena asintió ante la petición y ambos se marcharon hacia el auto de la rubia.
Cuando la maleta estuvo ya dentro de esta y los ocupantes abordo, el auto emprendió su camino hacia el hospital.
Durante el trayecto iban en silencio, cada uno sumido en sus pensamientos.
Serena, pensaba en que nada malo pase durante el parto, y que por nada del mundo Darien se acerque al hospital.
Seiya por su parte, no sabia como iba a ser su vida de ahora en adelante, sabia que tenia que reprimir aquellos sentimientos hacia Serena, pero a pesar de los años, aún no lo lograba.
Cuando llegaron se bajaron del auto, luego de estacionarlo.
-- Serena, por favor ayúdame.
-- ¡Si, dime!
-- No puedo llegar solo con flores, ella se merece otras cosas más, .... Tal vez algunos peluches, dulces _ Pregunto Seiya indeciso, mientras seguia caminando.
-- ¡Cuñado!, .... Lo único que ella quiere es verte inmediatamente, así que quita cualquier otra cosa de su mente, y apresúrate, .... Kakyuu, no merece estar esperándote más tiempo _ Demando de pronto Serena, mientras arrastraba a su cuñado a dentro del hospital.
-- ¡Bombón!, .... ¡Tu hermana y yo no entendemos a la perfección!, Además, yo siempre llego cuando ella lo ha arreglado todo, .... Kakyu, simplemente es increíble, .... ¡Lo entiendes! _ Dijo Seiya, mientras seguía el paso apurado de Serena.
La rubia que escuchaba todo, no dijo nada y siguió con su camino.
De pronto cuando estaban ya en el pasillo del cuarto donde estaba Kakyuu, Serena observo a sus padres.
-- Mami, mira a quien traje hasta aquí _ Hablo muy sonriente Serena, mientras señalaba a Seiya.
Los padres de Serena al ver como su sonriente hija venia en compañía de su yerno sus ojos se comenzaron a aguar más.
E Ikuko que estaba con la cabeza en el regazo de Kenji, se levanto y sujeto con mucha más fuerza la mano de su esposo.
Kenji por su parte, comenzó a sobar el hombro de su esposa en señal de apoyo.
Serena que conforme se acercaba hacia sus progenitores, muy seguida de su cuñado.
Se percató del estado tan lamentable y triste que proyectaban en su mirar.
-- ¿Qué es lo que esta pasando? _ Fue el único pensamiento de Serena y Seiya, al verlo así.
De pronto la madre como adivinando la pregunta mental que se hacia su hija y su yerno, comenzó a sollozar de madre lenta, y luego comenzó a hacerlo más fuerte.
Kenji, que sabia y entendí el dolor por el cual su esposa estaba pasando, intentaba tranquilizarla, pero no podía hacerlo, ya que el también estaba igual o peor que su esposa, emocionalmente.
-- ¡Seiya, llegaste tarde!, .... ¡Llegaste muy pero muy tarde!, .... Kakyuu se ha ido, nuestra pequeña Mariposa del Fuego nos ha dejado, .... ¡Se fue, ella se fue! _ Hablo muy llorosa Ikuko, después de ponerse de pie y caminar hacia su yerno unos cuantos pasos.
-- ¿Qué?, ¿Eso no es verdad? _ Fue nuevamente las preguntas mentales compartidas por Serena y Seiya.
Al escucharla, sus ojos se abrieron de forma súbita, y fue cuando las lágrimas que estaban en los ojos de Serena se comenzaron a deslizar libremente por su mejilla.
Seiya por su parte, solo abrió su boca; pero no derramo ninguna lágrima; en ese momento su cerebro comenzó a pensar en innumerables recuerdos que vivió con su esposa y mejor amiga.
Ya que, aunque nadie sabie de ese gran secreto, Seiya solo veía a Kakyuu como su mejor amiga, y aunque estaba casado con ella por muchos años, el cariño y amor que sentía hacia ella, jamás iban a cambiar a ningún plano amoroso.
Y eso se debía a que Seiya, se había enamorado perdidamente de otra mujer, pero que en ese momento que la conoció la joven era muy menor para él.
Así que engañándose y engañando a la familia de Kakyuu se casó con ella.
Todos los presentes estuvieron así en silencio y en estado de shock, por unos segundos, que para ellos parecían horas.
Pero de pronto, Serena como si un robot se tratara comenzó a caminar hacia donde estaba su madre.
Se posicionó delante de ella, y con la mirada totalmente perdida y sus mejillas bañadas en lágrimas, la rubia tomo el valor necesario para hablar con ella.
-- Mamá, eso no es posible, .... ¡Ella no puede irse y dejarnos solos!, ¡Ella no puede hacerlo!, ¡Ella no puede hacerme eso!, ¡Ella no!, ¡Ella no! _ Se repetía Serena en voz alta, mientras lloraba desconsoladamente.
Ikuko que entendía muy bien el dolor por el cual su hija menor esta pasando, la abrazo fuertemente, para que así la menor de sus hijas pueda desfogar toda su tristeza y dolor, como ella lo hacía también ene se momento.
Estuvieron llorando durante unos segundos, luego se separaron un poco, se observaron madre e hija, con dolor y con las lágrimas bajando por sus mejillas.
Se calmaron unos segundos, pero luego recordaron en donde estaban y porque estaban así, y nuevamente volvieron a abrazarse y llorar amargamente su perdida.
Todo ante la vista de un desconcertado Seiya y un muy lloroso Kenji.
Luego Serena se separó de su madre la observo unos segundos, y como si el abrazo de su madre quemara se separó de ella.
-- ¡No, No!, ¡Hermanita!, ¡Hermanita!_ Dijo Serena de pronto, en un tono elevado, antes de marcharse partir hacia el cuarto de su hermana.
-- Serena, ¡Escúchame!, ¡Serena no entres ahí!, ¡Serena, Conejita! _ Gritaba su madre, al ver como su hija, entraba a la habitación donde estaba la mayor de sus hijas.
Seiya que aun mantenía el ramo de flores en sus flores, había reaccionado al último grito de Serena.
Comenzó a respirar de forma mas apresurada, y su vista entonces se digirió hacia donde estaba su abatido suegro.
Que estaba sentado en una de las sillas de espera con la vista perdida, y sin decir o hacer nada.
-- ¡Mi hermosa Kakyuu se ha ido!, Mi hija ya no está conmigo; .... Pero a su falta nos ha dejado una niña, .... Pero yo me pregunto, ¿Ahora que será de ella sin su madre?, ¿Qué será de todos nosotros sin mi Mariposa de Fuego?, .... ¿Qué será? _ Con la voz dolida, y las manos vacías pero abiertas; Kenji había dejado salir así su dolor.
Seiya que lo había estado observando mientras hablaba, desvió su mirada hacia otro lado, y comenzó a analizar cada una de las palabras que su suegro le había dicho recientemente.
Se quedo estático mirando hacia un lado de las paredes, con el ramo en la mano.
Pero luego aquel ramo poco a poco comenzó a inclinarse hacia un lado, y fue cuando Seiya decidió dejarlo en una de las sillas, y marchar hacia la misma dirección que su cuñada y suegra habían tomado segundos antes.
Al llegar, observo el cuerpo inerte de su esposa, y sobre ella estaba una muy llorosa Serena, que le suplicaba que no la dejara, que no se marchara, que aun la necesitaba.
Y al lado de la rubia, estaba Ikuko pidiéndole a la rubia que dejara marchar a su hermana en paz.
No soportando aquella escena, los ojos de Seiya por fin comenzaron a derramar lágrimas, pero aquel sufrimiento era silencioso.
De pronto entro una enfermera, rompiendo el momento íntimo de la familia.
La joven licenciada, les indicio que era momento de llevar a Kakyuu a la morgue, para que se hagan los trámites correspondientes.
Muy dolidos y aun llorando, Serena, Ikuko y Seiya, partieron del lugar.
Pero antes de marcharse completamente de la habitación, la enfermera les sindico que debían de ir a los cuneros para que así conozcan a la hermosa niña, que Kakyuu había tenido.
Seiya, aun adolorido por la perdida reciente de su mejor amiga, prefirió no ir.
Pero Serena en compañía de su madre, si aceptaron ir a conocer a la pequeña.
Y al momento de llegar y ver a la recién nacida, en el corazón de Serena, se comenzó a formar un gran e infinito amor hacia la menor.
Pidió a la encargada de los recién nacidos, si podía cargar a la pequeña niña de cabellera color rosa oscuro.
La encargada, sabiendo el historial de la recién nacida acepto, y coloco a la menor en los brazos de Serena.
-- ¡Eres hermosa!, ¡Eres muy hermosa! _Dijo Serena, para luego abrazar de forma delicada a la menor.
La niña que hasta ese entonces había estado durmiendo, decidió abrir los ojos y sonreír a la persona que la estaba abrazando.
Serena al verla mejor, sonrió llorosa y beso su frente de forma tierna.
Ya que la niña había demostrado tener el mismo color de ojos que Serena.
Las horas pasaron y Darien se estaba impacientando por tener noticias de su amada, su cuñada y él recién había nacido.
Caminaba de un lado a otro en el barco, sobándose de manera desesperada la cabeza.
Sus compañeros del grupo, le decía que debía de mantener la calma, y que a veces los partos, se demoraban muchas horas.
El morocho, los observaba y sonreía de forma agradecida.
-- ¡Hey!, .... Mejor, vamos por algo, ya que tengo mucha hambre _ Dijo su guitarrista Jedaite.
-- Vayan ustedes, .... Yo tratare de comunicarme con ellas _ Dijo Darien, mientras volvía a macar su móvil.
-- ¡Hey, Brother!, .... ¡Ya te dije, que los nacimientos a veces se demoran hasta 14 horas o más! _ Contesto el chico encargado del sonido, Zoicite.
-- ¿De verdad? _ Pregunto extrañado el pelinegro.
-- Si, .... Mi hermana una vez estuvo 16 horas en labor de parto, y todo para que al final le hagan cesaría, .... En estas situaciones, lo mejor es estar tranquilo y lo más lejos posible _ Hablo Kunzite, su corista.
-- ¿Por qué dices eso?
-- Porque los gritos que dan son lo más traumáticos que podrás escuchar Darien, .... De verdad, que no te estas perdiendo de nada _ Hablo Nephrite, recordando el nacimiento de su hermano menor.
-- ¡Gracias chicos!, ¡No sé qué haría sin ustedes! _ Agradeció Darien, para luego ir con ellos.
Los demás miembros de la banda, al observar que su líder y amigo estaba mejor, sonrieron; ya que su objetivo de distraerlo había funcionado muy bien.
Y así todos juntos, entre bromas y anécdotas con referencia a la maternidad, habían marchado hacia la barra para pedir bocadillos y bebidas.
Las horas siguieron pasando, y los tramites para darle el último adiós a Kakyuu ya se había realizado.
Serena que estaba muy dolida, no quería separarse de su hermana.
Así que, sin la ayuda ni compañía de nadie, dio el último baño a su hermana, la vistió con una hermosa bata blanca y luego cuando la observo por última vez.
Y ahi, sintió nuevamente como su corazón se volvía a romper nuevamente en pedazos.
-- ¡No!, ¡No!, ¡No!, .... ¡Tú me lo prometiste, tú me prometiste nunca dejarme sola!, .... Porque me haces esto, porque te vas de mi lado, .... Acaso no sabes lo mucho que te necesito hermanita, que sin tus palabras y tu guía mi vida no tiene sentido _ Gritaba Serena, mientras abrazaba de forma desesperada a su hermana.
Tan sumida en su dolor estaba Serena, que no se había dado cuenta de la presencia de su madre, que la observaba desde el umbral de la puerta.
Ikuko también estaba muy llorosa y destrozada por la perdida de su hija mayor, pero la pelimorada sabía que no podía derrumbarse en ese momento, ya que no solo su esposo e hija contaban con ella, sino que ahora en ese momento su nieta también dependía de ella.
-- ¡No me dejes!, .... ¡Por favor, abre tus ojos!; .... Abre tus ojos, por favor, .... Te lo suplico Kakyuu, ya termina tu siesta _ Suplicaba Serena, mientras la mantenía abrazada y meciendo el cuerpo inerte de su hermana.
-- ¡Serena, hija!, .... ¡Ya no te hagas daño!, ¡Tu hermana ahora nos cuida desde arriba! _ Decía Ikuko, mientras se acercaba con su nieta.
Serena muy rápidamente negó ante las palabras de su progenitora, mientras abrazaba mas fuerte a su hermana.
-- ¡Conejita!, .... ¡Por favor! _ Suplico su madre, estado a un costado de ella y llamando su atención.
Serena que sabia muy bien que tenia que aceptar la verdad, asintió de forma dolorosa.
Para después, dar un ultimo beso en la frente de su hermana y finalmente acomodarla en la cama.
Aquello había sido la despedida de Serena, para con su confidente y compañera de travesuras.
-- ¡Te quiero mucho, hermanita!, ¡Te quiero mucho mi linda Mariposa de Fuego! _ Dijo Serena, para luego alejarse de la cama.
Ikuko que también quería darle el ultimo adiós a su hija mayor.
Dejo a la pequeña, bebé en brazos de su segunda hija, y se dirigió entonces hacia la cama.
-- ¡Siempre te recordare mi niña!, ¡Y jamás olvides que siempre estarás en mi corazón!, .... ¡Fuiste lo mejor que me pudo haber pasado en la vida!, .... ¡Siempre te amare mi linda Mariposa de Fuego! _ Dijo Ikuko, para luego hacer lo mismo que Serena, despedirse de la pelirroja, con un beso en la frente.
Cuando ya se habían despedido las mujeres, fue el turno de los varones.
El primero en despedirse de Kakyuu, fue su padre Kenji.
Que se acerco todo lloroso y muy desvelado hacia la cama en donde estaba el cuerpo de su hija.
-- ¡Gracias por todo lo que me diste!, ¡Gracias por ser mi hija!, .... ¡Gracias por todo lo que nos dejaste!, .... ¡Pero, sobretodo gracias por todo el amor que me diste!, .... ¡Siempre vivirás en mi corazón hija y por siempre te voy amar! _ Dijo Kenji, con lágrimas en sus ojos; para luego besar su frente y acariciar sus mejillas frías.
Estuvo así unos segundos, memorizándose la imagen de su hija, para luego darle pase a su yerno.
Pero Seiya, en cuanto estuvo frente a frente al cuerpo inerte de su esposa, solo la observo durante unos minutos y sin decir nada se inclino haciéndole una reverencia y luego salió del cuarto en silencio.
Los señores Tsukino's y Serena, al ver como había reaccionado el pelilargo, se sorprendieron, ya que jamás imaginaron que la perdida de Kakyuu, podría afectarlo a tal grado, que no aceptara el que ella ya no este mas entre los vivos.
Pero la realidad era otra muy distinta.
Ya que Seiya, no deseo decirle ninguna palabra de despedida a su esposa, porque esa misma noche.
Horas antes de que llevaran el cuerpo de Kakyuu a la casa de sus suegros.
Seiya, había estado en el cuarto de Kakyuu.
Ya que se refugio ahí, como una medida de disminuir su dolor, por la perdida de su mejor amiga y esposa.
Y sin esperarlo o pensarlo, se había puesto a rebuscar entre las cosas de su esposa.
Un grave error de su parte, ya que dentro de un cajón muy bien escondido en el armario de Kakyuu, Seiya había encontrado varias carpetas de exámenes privados, en donde claramente salía el nombre de su esposa.
Así que movido por la curiosidad, se puso a leer todos y cada uno de los papeles, grande fue su sorpresa al darse cuenta que conforme leía, se iba decepcionando de su esposa.
Ya que claramente los papeles decían que Kakyuu, no podía engendrar vida, y eso se debía a que sus óvulos eran muy débiles y por ellos los embriones no podían sobrevivir hasta las 10 semanas de embarazo.
-- ¿Qué significa esto? _ Se pregunto Seiya, antes de seguir leyendo los demás papeles que decían lo mismo.
Pero, cuando pensaba ya guardar todo eso, un folder con el nombre de Serena, llamo totalmente su atención.
Lo cogió entre sus manos, y estuvo debatiéndose entre abrirlo o no, durante unos largos minutos.
Y al final como siempre suele pasar, le gano más el morbo de la curiosidad y se puso a leer, el informe detallado del folder.
-- ¡No lo puedo creer!, ¡Kakyuu, que cosa nos hiciste! _ Dijo Seiya, después de haber leído todo el informe.
Estuvo durante unos minutos en shock, debido a lo que había descubierto recientemente, pero luego decidió que lo mejor era devolver todo a su lugar.
Y cuando ya estaba todo listo, descubrió que fuera de la caja había un pequeño sobre de color rosa.
Lo reviso y como vio que no había nada escrito encima de este, decidió leerlo.
Su rostro se transformaba conforme leía cada una de sus palabras que estaban escritas en la carta y al finalizar su lectura, Seiya estaba con muchas dudas en su cabeza con respeto a su esposa.
Ya que la carta que había encontrado, la había escrito Kakyuu para Serena.
Muy desconcertado y con una gran revolución de sentimientos, Seiya decidió salir de esa habitación e irse a la calle para despejar así su mente.
Y volviendo nuevamente al presente, Seiya decidió que lo mejor era darse un baño nuevamente.
Ya que el sentir el agua sobre su cuerpo, era una manera natural que encontraba de relajarse.
Así que ignorando todo a su alrededor hizo aquello.
Serena por su parte, decidió ir con la bebé en brazos a su habitación.
Debido a que la recién nacida, estaba un poco hambrienta.
-- ¡Ya!, ¡Ya!, ¡Mi chiquita preciosa!, .... Se que tienes mucha hambre y que también estas con sueño, pero solo espera un momento y tendrás listo tu leche _ Dijo Serena, para preparar en ese momento la mamila.
Y cuando ya estaba casi terminada, su celular comenzó a sonar.
La rubia que sabia muy bien de quien se trataba, prefirió no contestar la llamada por el momento, ya que, si lo hacía, Darien le llenaría con un cuestionario de mil preguntas, y ella aun no estaba preparada para responderlas.
-- ¡Mejor, sigo con lo mío! _ Dijo la rubia, y prosiguió con la preparación de la mamila.
Ya listo, procedió a darle de comer a la bebé.
Y mientras lo hacía, no dejaba de observar los iris celestes, que cada vez la cautivaban más y más.
-- ¡Eres muy hermosa, en verdad que si no hubiera visto el desarrollo del embarazo de Kakyuu!, .... ¡Fácilmente hubiera pensado que eras solo hija de Seiya y no de mi hermana!, .... ¿Qué no me mires así?, Si lo que dije, fue porque no tienes ningún rasgo de ella, .... ¿O será por que aun eres muy pequeña y no se te nota? _ Hablaba Serena, con la Bebé, mientras le daba su mamila.
Cuando ya había acabado la rubia decidió que era hora de sacarles los gases, y luego arrullarla para que pueda dormir, ya que, dentro de unas horas, comenzarían los ritos funerarios para su hermana.
Acomodo suavemente a la bebé en su cama, y observo como la menor cerraba sus ojos muy lentamente.
Sonriendo ante la inocencia de la pequeña, Serena le regaló un beso en su frente y después se fue a cambiarse para poder también descansar.
Y mientras Serena se alistaba, en el marco de la puerta estaba Seiya.
El pelinegro, que había estado parado ahí, desde hace varios minutos atrás, había observado y escuchado todo lo que la rubia había hecho y hablado con su hija.
Contemplo la idea de pasar y ver a su hija, pero luego desistió.
Y así como estuvo en silencio, decidió partir tambien en silencio.
Cuando llego nuevamente a su habitación, se sentó en su cama y con los codos sobre sus rodillas, se llevó ambas manos a la cabeza.
-- ¿Por qué lo hiciste Kakyuu?, ¿Por qué hiciste aquella vejación a ella?, .... ¿Ahora como podre mirarla a la cara?, .... Si esto fue una venganza, de tu parte por enterarte de la verdad, déjame decirte que no mediste las consecuencias de tus actos, no lo hiciste, .... Y por eso, muchos inocentes sufrirán _ Dijo Seiya en apenas un susurro, mientras seguía pensando en los motivos que tuvo Kakyuu, para actuar de aquella manera.
Pasaron un par de horas, y el claro del nuevo día llego.
Kenji y Seiya, como era costumbre cuando se estaba de luto, se vistieron de blanco todo su cuerpo.
Al igual que Serena, Ikuko y la recién nacida, la cual en ese momento era cargada por su abuela.
Cuando ya estuvieron listos, Seiya y Kenji partieron hacia uno de los templos más cercanos, para escuchar los ritos funerarios.
Ellos estaban sentados en la primera fila, en posición de loto del lado derecho.
Kenji con los ojos llorosos y la mirada perdida.
Y Seiya con la mirada agachada y pensando aun, si todo lo que estaba viviendo era real o solo era de un sueño de muy mal gusto.
Delante de ellos, estaba una fotografía ampliada de Kakyuu, en la que se le veía muy sonriente.
Y sobre esta misma fotografía estaba un collar funerario típico de la India.
En el lado izquierdo se encontraban Ikuko aun toda llorosa por la partida de su hija mayor.
Y a su lado estaba Serena, que estaba un poco mejor, pero que aun así seguía muy triste por la partida de Kakyuu.
Ambas al igual que Seiya y Kenji, estaba sentadas en la posición de loto, mientras escuchaban los rezos.
Estaban así todos en silencio, por un par de horas.
Hasta que, dentro del templo con la cabeza cubierta por un gorro blanco, y una camisa de lino blanca y un jean celeste, se hacía presente Darien.
Ya que, al no contestar las llamadas de serena, se aventuró a ir hasta el hospital y preguntar directamente por Kakyuu.
La recepcionista recelosa por la presencia del morocho, le pregunto por el parentesco de él y la pelirroja, a lo Darien simplemente dijo que era el novio de su hermana.
La joven, al ver que Darien era pariente directo de la Kakyuu, le comento la lamentable noticia que había pasado horas antes con su cuñada.
Muy triste y dolido por la muerte de la pelirroja, Darien salió del hospital triste, ya que ahora comprendida mejor, porque su amada Serena, no había contestado sus llamadas ni sus mensajes de textos.
Hola dostys, espero que estén bien y que el fic les esté gustando.
Gracias por su apoyo, tiempo, vibras positivas, comentar y votar.
De verdad que todo eso me alegra mucho, y sin más muchas vibras positivas y abrazos de conejitos.
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