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₀₆. sangrando confianza

CAPÍTULO SEIS

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MORANA ERA EL CRIMSON MIRAGE. Una conclusión bastante simple a la que llegar, ya que ella siempre estaba allí cuando aparecía la armada de naves fantasma. Ya que ella siempre fue el común denominador. Honestamente, Nikolai estaba enojado consigo mismo por no haber conectado los dos puntos simples, era obvio, pero en su defensa, la mayor parte del tiempo cuando miraba a Morana no estaba particularmente en el estado mental más lógico.

Nikolai llamó a la puerta de su camarote y entró cuando su débil pasa sonó a través de la puerta. Morana estaba sentada en su cama, vestida con una de sus camisas y un par de pantalones suyos, la ropa que él le había dado para que durmiera, mientras miraba el libro en su regazo, sus rizos oscuros caían sobre un hombro. El corazón de Nikolai latió más rápido pero lo ignoró.

—¿Necesitas algo? —preguntó Morana, sin levantar la vista del libro.

—Mi cama —respondió Nikolai mientras caminaba hacia el lavabo. —Estoy exhausto.

Después de cazar el Sea Whip y ver a Alina traer el sol directamente a su barco, a Nikolai le vendría bien una buena noche de sueño, especialmente cuando tenía que regresar a Ravka, y no estaba ansioso por esa parte.

—¿Qué, se supone que debo compartir la cama contigo? —preguntó ella burlona y Nikolai soltó una carcajada mientras le daba la espalda y se quitaba la chaqueta dejándola caer sobre una silla.

—Puedes dormir en el suelo, Mora —dijo Nikolai encogiéndose de hombros, quitándose la camisa antes de alcanzar la toalla al lado del lavabo y comenzar a lavarse, miró por encima del hombro para ver a Morana boquiabierto. —Cariño, ¿disfrutas de la vista?

Ella lo miró con tanta fuerza que Nikolai temió que el suelo de su barco se abriera y él se ahogara en el agua. Cerró su libro violentamente. —Un caballero se ofrecería a dormir en el suelo.

Nikolai sonrió, dejando la toalla mientras se giraba hacia ella, cruzando los brazos frente a su pecho desnudo, encantado de ver su mirada viajar hacia el movimiento. —No soy un caballero, Mora. Ya deberías saber eso.

—Pensé que no eras más que un hombre con modales —respondió ella con una sonrisa sarcástica.

—Te ofrecí el suelo.

Morana entrecerró los ojos hacia él. —No voy a dormir en el suelo.

—Duerme en la cama entonces.

—Lo haré —ella sonrió dulcemente. —Si yo fuera tú, dormiría con un ojo abierto, a veces mato gente mientras duermo.

—Pensé que solo atacabas al amanecer.

Las cejas de Morana se elevaron un poco y Nikolai sonrió. —¿Qué?

—Debo decir que no sé por qué no conecté los puntos antes —le dijo Nikolai. La mandíbula de Morana se apretó. —Debe ser mi licencia. Escuché que los mitos de los piratas son asuntos más bien privados.

Morana puso los ojos en blanco, echando su cabello hacia atrás, mientras se apoyaba en la cabecera de la cama. —No necesitas ser tan dramático, Corsario, lo descubriste. Soy Crimson Mirage.

Nikolai hizo un puchero. —Arruinaste mi monólogo.

Ella se metió debajo de las sábanas y se encogió de hombros. —Zal, tu pequeño miembro de la tripulación pirata trastornado me reconoció. Era solo cuestión de tiempo antes de que dijera algo que no debería.

Ladeando la cabeza, Nikolai asintió mientras caminaba hacia la cama y se deslizaba debajo de las sábanas a su lado, sentándose contra la cabecera como ella. —También dijo que eras una bruja del mar.

Morana resopló ante eso. —Los piratas son tan crédulos. No soy una bruja del mar. Nací en Kerch.

Las cejas de Nikolai se dispararon ante la pequeña información que se deslizó por sus labios y cuando se volvió para mirarla, Morana parecía tan sorprendida por lo que dijo como él. Volvió la cabeza hacia un lado y sus ojos se encontraron. Nikolai tomó este momento compartido como una señal para seguir presionando los botones para descubrirla.

—Si no eres una bruja del mar... Entonces, ¿cómo lo haces? ¿Conjurar toda una armada de barcos fantasma?

Morana se mordió el labio y se alejó de él, mirando hacia el techo mientras negaba con la cabeza. —Adivínalo —dijo encogiéndose de hombros.

—Vamos, Mora, después de todos estos años, ¿no confías en mí? —lo intentó, aunque sabía la respuesta.

Ella no se volvió hacia él mientras hablaba. —Quiero hacerlo.

Su corazón dio un vuelco y la boca de Nikolai se tiró en una suave sonrisa mientras sus ojos lo miraban y lentamente giraba su cabeza hacia él. —¿Qué tal si jugamos un juego? ¿Un secreto por un secreto?

Los ojos de Morana se entrecerraron. —¿Cómo sabes que no mentiré? ¿Cómo sé que no mentirás?

—Es un juego de confianza, cariño, no lo hacemos. Solo necesitamos confiar el uno en el otro.

Moran frunció los labios mientras pensaba en ello y luego sus ojos brillaron y lo miró con una sonrisa. —Está bien, entonces, si te digo cómo soy Crimson Mirage, debes decirme tu nombre.

—¿Mi nombre?

—Estoy bastante cansada de inventar cosas nuevas para llamarte. —Ella se encogió de hombros.

Si ella era de Kerch y había vivido años en el mar era probable, ni siquiera reconocería su nombre; por supuesto, solo podía darle su nombre de pila. En contra de su buen juicio, Nikolai asintió. —Está bien.

Los labios de Morana se dibujaron en una sonrisa, levantó las manos, echó un vistazo a la habitación, su mirada cayó sobre las velas encendidas, la luna afuera, y levantó una de sus palmas. Nikolai miró confundido mientras ella giraba su otra mano y se quedó boquiabierto cuando una pequeña figura de él, ataviado con su abrigo y con su cabello rubio, apareció en la palma de su mano, mirando a su alrededor confundido.

Los ojos de Nikolai se abrieron para ver una sonrisa crecer en su rostro y cuando miró hacia atrás a su mano, el pequeño fue golpeado con una flecha en el corazón y cayó dramáticamente. Nikolai frunció el ceño.

—¡Me mataste!

—Es una ilusión.

Morana puso los ojos en blanco y el pequeño desapareció. Luego volvió a levantar las manos y de repente las mariposas volaban a su alrededor. Nikolai alcanzó uno y su mano lo atravesó. Luego se habían ido, y cuando miró a Morana, ella ya lo estaba mirando a él, y su rostro se veía pálido.

—Puedo manipular la luz y las sombras. Crear ilusiones. Sin embargo, nopuedo convocar.

—¿Eres Grisha? —Nikolai preguntó asombrado y confundido al ver su rostro tan pálido. Se acercó a ella con una mano y le acarició el pómulo, la respiración de Morana se aceleró y pareció que ambos se dieron cuenta de repente de lo cerca que estaban en la cama. Retiró la mano. —Te ves pálida. ¿Las Grisha no brillan por usar pequeña ciencia?

Morana se encogió de hombros y, por primera vez, Nikolai vio algo en sus ojos, desesperación. —Supongo que soy diferente —entonces ella le sonrió, y pareció forzado. —Tu turno.

—Nikolai —dijo antes de que pudiera echarse atrás, arrepentirse. —Mi nombre es Nikolai.

Los labios de Morana se torcieron en una sonrisa. —Nikolai —murmuró como si saboreara la forma en que su nombre sonaba en su lengua y era música para sus oídos. —Ese es un nombre elegante.

—¿Mejor que Sturmhond? —preguntó con una sonrisa. Ella asintió. —Sin embargo, no vayas a gritarlo, Sturmhond es mucho más temible.

— Tendremos que confiar en que ninguno de los dos va a contar nuestros secretos.

Nikolai asintió mientras se acercaba para quitarle un mechón de cabello de la cara, sonrió. —Me gusta esto de la confianza.

—Simplemente te gusta escucharme decir tu nombre, Nikolai —bromeó Morana, Nikolai se encogió de hombros descaradamente.

Estaba a punto de decir algo más cuando Morana jadeó, su mano agarró su brazo, las uñas se clavaron en la piel, y sus ojos... eran negros, ya no podía ver el blanco, era como si hubiera parpadeado y sus ojos estaban manchados por las sombras.

—¿Mora?

Nikolai se acercó para agarrarla cuando los ojos de Morana se cerraron con fuerza y ​​su rostro se arrugó. Abrió la boca como si quisiera ir a gritar de dolor pero nada salió de sus labios. Nikolai se sentó en la cama, agarrando su rostro entre sus manos mientras las lágrimas comenzaban a brotar de sus ojos.

Y sus ojos se abrieron con horror al ver que las lágrimas eran del color de la sangre.

Entonces Morana se quedó inmóvil en sus brazos. Se desvaneció. Sangre manchando sus mejillas, y cuando sintió algo cálido en su mano, Nikolai maldijo al ver la sangre goteando por sus oídos.

—¡Tamar! ¡Tolya! —gritó hacia la puerta de la habitación, mientras andaba a tientas sin saber qué hacer.

La acostó de nuevo en la cama, quitándole el pelo de la cara mientras ella permanecía inmóvil. Nikolai alcanzó su cuello, tratando de encontrar un latido, y suspiró ante el pulso apenas perceptible.

La puerta de su camarote se abrió de golpe y Tamar corrió al lado de Morana, seguida de cerca por Tolya.

—¿Qué pasó? —preguntó Tolya mientras las manos de Tamar se cernían sobre el cuerpo de Morana. La respiración de Nikolai era temblorosa cuando miró a su amigo y tartamudeó sobre su palabra. Porque ¿qué había pasado?

—Estuvo bien un minuto y luego... Sus ojos se pusieron negros y no podía respirar... Empezó a llorar sangre y eso fue justo antes de que... —Nikolai se apagó mientras miraba a Morana, que yacía allí, con su rostro pálido, sus labios entreabiertos, la sangre manchando sus mejillas.

—No puedo encontrar nada malo físicamente en ella —murmuró Tamar.

—Algo debe estar mal —dijo Nikolai mientras usaba la toalla que Tolya le pasó para tratar de lavar un poco de la sangre en la cara de Morana.

Tamar vaciló, mirando a su hermano. Tolya le dirigió una mirada mordaz y ella suspiró. —La otra noche, cuando tuvo la pesadilla... No fue una pesadilla.

La mandíbula de Nikolai se apretó. —¿Qué fue entonces?

—No lo sabemos. La última vez que vimos a Mora sucedió lo mismo solo que ella estaba despierta. Empezó a gritar de dolor y luego...

—Entonces simplemente se detuvo —terminó Tolya. —Nos dijo que nos quedáramos callados. Nada de qué preocuparnos. Pero Zal reconoció sus gritos. Ha sido algo común durante algunas semanas... creemos.

—¿Y no pensaron que yo debería saberlo?" —preguntó Nikolai con los dientes apretados.

—Ella no quería que lo supieras", respondió Tamar.

Nikolai ignoró la punzada en su corazón. —¿Está... muriendo?

Tamar no le respondió. Tolya desvió la mirada. Nikolai olvidó cómo respirar.

—Ella no puede... ¿Cómo podemos arreglar esto?

—No sabemos lo que está pasando —dijo Tamar en voz baja mientras se levantaba. —Morana no le dice nada a nadie, y... Todo lo que podemos hacer es confiar en que ella nos lo dirá.

Con eso, ambos hermanos salieron de la camarote, cerrando la puerta detrás de ellos después de decirle a Nikolai que dormiría y se despertaría. Quería creer que eso era cierto, pero verla no ayudó.

Suavemente limpió su rostro y cuello de sangre, y pasó sus dedos por su cabello mientras la miraba con respiración temblorosa.

Él no la dejaría morir. No si él pudiera detenerlo. Puede que no haya confiado en Morana, pero ella era su amiga, su... Ella era Morana, el Crimson Mirage y estaría condenado antes de que ella muriera en sus brazos mientras dudaba sobre qué hacer

Apenas estaban comenzando a tratar de meterse en las aguas del otro, encontrando la confianza de que no se ahogarían el uno al otro. Necesitaba que ella supiera que con él no necesitaba esconderse. Que ella podría decirle lo que estaba mal y confiar en que él todavía estaría allí.

Muéstrame tus espinas, Mora, pensó Nikolai mientras trataba de no pensar en la posibilidad de que ella no despertara, te mostraré las manos listas para sangrar.

Nikolai no supo cuánto tiempo pasó mientras observaba su cuerpo inmóvil esperando que se moviera para darle una señal de que estaba bien, para darle el consuelo de saber que se despertaría para que él pudiera descansar.

Entonces sus ojos se abrieron y volvieron a la normalidad, aún oscuros pero solo su iris. Un gemido salió de sus labios mientras cerraba los ojos con fuerza otra vez.

—¿Mora?

Morana no respondió, en cambio, se giró hacia él, enterrando su cabeza contra su pecho mientras se estremecía. Y por primera vez, desde que la había conocido, Nikolai podía sentir todas las paredes que ella levantaba contra el mundo desmoronándose a su alrededor. Envolvió sus brazos alrededor de ella, acercándola más mientras ella temblaba en sus brazos. Podía sentir sus lágrimas contra la piel de su pecho pero no le importaba en lo más mínimo.

—Duele, Nikolai —susurró y Nikolai solo la abrazó más cerca.

Era un juego de confianza. Y ella le estaba confiando su dolor. Confiaba en él lo suficiente como para ser vulnerable con él, incluso si en la mañana todos los muros volvían a levantarse, incluso si en la mañana ignoraba la noche como solía ignorar sus momentos de "debilidad".

Sin embargo, Nikolai nunca pensaría que ella era débil. Morana era la persona más dura que había conocido. No todas las niñas pueden sobrevivir años en el mar viviendo entre piratas, creando un mito que hizo que los marineros se estremecieran en sus botas. Ella no era débil. Ella era el océano, una fuerza a tener en cuenta.

—Puedes descansar, Mora —susurró Nikolai mientras pasaba los dedos por su cabello, escuchando cómo sus respiraciones superficiales se volvían más uniformes. —Te prometo que estaré aquí.

Y aparentemente, eso era todo lo que necesitaba. Una vez más, ella cayó inerte en sus brazos, pero esta vez no había sangre, respiraba uniformemente y, cuando Nikolai la miró a la cara, sus labios se levantaron muy levemente, parecía relajada.

Entonces, fue cuando Nikolai se dio cuenta de que eso era todo lo que Morana quería, todo lo que necesitaba incluso si no lo pedía ella misma. Necesitaba que alguien estuviera allí para ella. Para mantener sus piezas juntas, evitando que se rompiera, antes de que pudiera volver a colocarlas en su lugar.

No sabía qué le había pasado en el pasado, qué la había llevado a pensar que nadie querría que se sintiera segura y amada, pero a Nikolai le gustaría remediarlo. Si ella lo dejara. Si ella confiara en él. Y él le devolvería su confianza, le mostraría sus debilidades. Demuéstrale que tal vez él también la necesitaba.

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Hola genteee, ya se como hacer para que los gif se muevan *llora de felicidad* y bueno nada. Espero que les guste el capitulooo <3

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