¿Me permiten contarles algo sobre mi?

Aldemar Enmanuel.

Mi madre me bautizo con un nombre inusualmente largo, siendo yo un bebé pequeño y frágil. Nací dos meses antes de tiempo y mi salud no fue la mejor, al menos eso era lo que recordaba mi tia Mercedes de aquellos días. Era cada vez menos frecuente al pasar los años que los recuerdos de aquellos años regresaran a su memoria detalladamente.

Me llamo Aldemar Enmanuel, tengo diecisiete años, vivo con mis tíos y mi primo Miguel desde que tengo tres. Amo a mis tíos como amaría a mis progenitores y mi relación con sus hijos Carlos y Miguel es una de hermandad.

Realmente no conozco más familia que la actual, de Alejandra y José Luis, mis padres biológicos, no tengo recuerdos propios.

Alejandra, era la hermana menor de mi tío Hernán y murió cuando yo apenas contaba tres años. Sobre una de las mesitas esquineras de mi habitación tengo una vieja foto suya. Mi madre, era una chica bonita de ojos y cabellos castaños.

Murió joven, apenas tenia veintiún años recién cumplidos.

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Soy VIH positivo desde antes de nacer. Me infecte a través de una transmisión materno infantil en la gestación.

Según cuenta Mercedes, mi madre nunca superó su diagnóstico, hecho un año después de mi nacimiento.

Alejandra nunca quiso cuidar su salud y vivió deprimida y en negación. Tampoco quiso seguir régimen terapéutico para la condición.

Y  en sus últimos años llevaba una vida desordenada, trasnochándose y bebiendo alcohol casi a diario. Algo que me afecto mucho al comienzo de la pubertad fue, darme cuenta de que ni siquiera yo, su único hijo pudo ser aliciente suficiente para cuidarse, para avivar sus deseos de vivir.

Sin embargo conforme fui ganando madurez comprendí que no podía juzgarla, yo menos que nadie. Yo que conozco en carne propia lo duro que es vivir con la condición, sentir temor de enfermarte y morir de algo tan simple como un resfriado, entre otras cosas.

Hubo una época en que constantemente pensaba en cuan diferente pudo ser mi vida si mamá hubiese superado su enfermedad mental y, quizás todavía estuviese conmigo. Contrario a eso, su joven vida llena de descuidos terminó en una cama de hospital, con su sistema inmunitario destruido de forma irreversible, débil y casi en los huesos una tarde de otoño.

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El romance entre mis padres no duro mucho, fue un flechazo a primera vista cuando mamá contaba dieciséis años y mi padre José Luis Menéndez tenía casi dieciocho.

No fueron pocas las ocasiones en que tía Mercedes evoco memorias que contaban la corta historia de amor entre la pareja. A veces, a escondida de su marido y casi siempre porque yo disfrutaba oírla hablar de mis padres aún cuando fuese un relato de triste final.

Era más que evidente que a mi tío no le agradaba oír hablar de José Luis, aquel chamaco por el que su única hermana perdió la cabeza y según lo veía él, la vida. Y para ser justos, aquello no estaba lejos de la realidad.

Hernán solía decir que no fue una sola vez que advirtió a Alejandra sobre José, fueron muchas las veces que le dijo que no le convenía.

Algunas personas en el barrio no hablaban bien del jovencito recién llegado de Estados Unidos junto a su madre y, no pocos le aseguraron a Hernán que José Luis usaba drogas.

Alejandra no oyó y mucho menos puso en práctica consejos de nadie. La joven correspondió a los avances del encantador y guapo José Luis, iniciando un impetuoso romance. Algún tiempo después, José embarazo a Alejandra forzando a las familias organizar una apresurada boda.

De aquel evento, conservo la única foto que tengo de mi padre, un chico alto, de cabellos oscuros y ojos grandes azul grisáceo tan parecido a mí.

El joven matrimonio vivía con la madre de José en un pequeño apartamento no lejos del negocio, donde trabajaba mi tío del cual más adelante sería dueño.

Según Mercedes, José Luis amaba a mamá y esperaba con anhelo mi llegada. Al principio del matrimonio, se notaba el entusiasmo y la ilusión del muchacho por trabajar para mantener su familia. Sin embargo uno de los problemas de José eran las malas amistades a las que siempre le dio prioridad y a quienes seguía. Esas mismas amistades con quienes compartía drogas y alcohol.

Fue después de un incidente del que Mercedes no recuerda detalles que, mi padre decidió volver a Nueva York prometiéndole a su esposa enviarle el pasaje de avión para que se reuniera con él en cuanto yo naciera.

Alejandra, esperaba con ilusión el nacimiento de su primer hijo y el reencuentro con su esposo, más aquello último jamás ocurrió. José Luis murió dos semanas después de mi nacimiento a causa de una sobredosis de drogas.

Mercedes dice que la muerte de José Luis, fue el primer escalón en el descenso de mi madre hacia la depresión. Alejandra pareció no poder con el peso de su dolor olvidándose de todo a su alrededor.

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Mi nacimiento prematuro afectado de bajo peso y pobre desarrollo pulmonar, fue achacado al sufrimiento de mamá tras lo que le sucedió a mi padre. No fue hasta después de enfermar en varias ocasiones de neumonía durante mis primeros doce meses de vida que, los médicos preocupados ordenaron pruebas virales directas.

En una ocasión, oí a Hernán hablar con profunda tristeza recordando una mañana en específico en la aséptica oficina del hospital donde yo me encontraba recluido. Frente a ellos, un médico se encargó de informar a su hermana los resultados de las pruebas que me realizaron y mi nuevo diagnóstico, VIH positivo.

El doctor agrego que, era importante realizar pruebas a mi madre dado que en mi caso era más que probable que mi transmisión fuera una materno infantil durante la gestación.

Esa tarde, después de realizarse las pruebas y a la espera de resultados mi madre perdió la poca cordura que recupero en meses anteriores, sufriendo su primer episodio de desbalance mental,  fue tan fuerte que los médicos no dudaron en internarla en una clínica psiquiátrica.

Tres días después, el diagnóstico positivo de mi madre fue recibido terminando de hundir a mi familia en la desesperanza.

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*VIH el virus de la inmunodeficiencia humana daña el Sistema inmunitario al destruir un tipo de glóbulo blanco que ayuda al cuerpo a combatir infecciones.

SIDA es la etapa final de la infección de VIH. Ocurre cuando el Sistema inmunitario del cuerpo esta muy dañado por el virus. No todas las personas con VIH desarrollan SIDA.

*Transmisión materno infantil del VIH es la propagación del virus de una madre a su hijo durante el embarazo, el parto o la lactancia.