Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 22


No importa tu reacción, sólo deseo verte


Beth



Estuve días sin poder quitarme a Aldemar de la cabeza. No era usual levantarme de mal humor, por lo mismo pensé que era un efecto secundario de la frustración que sentía al no saber nada sobre Aldemar. A la misma vez, no dejaba de sentirme idiota por sentir tanto por alguien que sentía nada por mi.

Ese día en particular estaba agobiada, no podía sacarme a Aldemar de los pensamientos y, anudado a su recuerdo sentía una especie de angustia que no sabía cómo explicar o el porqué.

Cansada de navegar por la internet, curioseé por la principal plataforma social el nombre de Aldemar       —y no por primera vez—, y como en otras ocasiones, no obtuve nada que me sirviera para atisbar un poco en la vida de aquel muchacho que tanto me gustaba.

Incrédula, apenas me creía posible que hoy día hubiese personas jóvenes que prescindieran de utilizar redes sociales.

Aquel era otro indicio de lo extraño que resultaba ser Aldemar. Aun así, nada de aquellas peculiaridades me disuadían. Para mi, todo aquello lo único que lograba era interesarme más en él.

Micaela intuyó mi incomodidad y sugirió que, un paseo con Diego me haría bien, pero yo no tenía ánimos para un día más en compañía de Palacios y sus intensas miradas.

Desde la última vez en el yate había evitado su compañía, ya no me sentía cómoda a su lado desde su confesión. De alguna manera pensaba que, aceptar sus invitaciones podría malinterpretarse y verse como un incentivo para acercarse más.

El mes de Enero comenzó con ímpetu, las personas no dejaban de mencionar sus resoluciones de Año Nuevo, como sucedía cada enero.

Para la festividad de los Santos Reyes Magos, visité la casa de Yesenia y a la primera oportunidad que tuve le pregunté a mi amiga sobre Aldemar.

Confieso que intenté evitar, sin éxito, el interés que me llevaba a interrogar a Yesenia sobre su peculiar compañero de estudios. Aproveché que hablábamos de su próxima graduación de cuarto año.

—¿Y qué es de la vida de Aldemar? —Yesenia me miró unos segundos como si no supiera a quién me refería.

—¡Ah, Aldemar! —exclamó—. No sé qué decirte, no lo veo hace semanas. Las veces que he ido a comprar al colmado de sus tíos tampoco está allí, que es extraño —añadió. La miré con el ceño fruncido.

—¿Segura que no lo viste en el colmado? —pregunté extrañada. Según el propio Aldemar, era común verlo en el negocio de sus tíos. Sentí una sensación de frialdad recorriéndome la espalda.

—No. La última vez que lo vi fue el último día de clases antes del receso navideño. He ido algunas veces al negocio, pero nunca lo vi allí.

Quizás Yesenia no había visto a Aldemar porque simplemente no le interesaba y, al ser él tan callado pasaba desapercibido.

—Amiga, Aldemar es casi tan sigiloso como un fantasma, pero desde que tú insistes en fijarte en él, a veces estoy al pendiente, solo a veces —añadió haciendo hincapié en las últimas palabras.

—Me preguntó qué será de su vida y porque no está ayudando a sus tíos en la tienda —dije pensativa.

—Aldemar es muy raro, quizás mañana lo vea en la escuela — agregó Yesenia con tono de indiferencia.

Esa noche en la intimidad de mi habitación, no dejé de darle vueltas al misterio que planteaba en mí no saber nada sobre mi ingrato amor platónico.

Deseos no me faltaban de presentarme por el negocio de sus tíos, de seguro allí lo vería, detrás del mostrador con sus hermosos ojazos de huidiza mirada. Sin embargo, instantes después dudaba de aquella idea. No debía presentarme allá,así como así. Todos sabían que no era de aquel barrio y, seria obvio que solo estaba allí para verlo a él.

No, eso sería doblegarme. Aldemar tenía mi número de teléfono y nunca me llamó, entonces ¿ a qué iba yo a buscarlo? ¿Qué pensaría él de mí?

Yo no era su amiga, no tenía derecho a buscarlo, a inmiscuirme en su vida cuando él deseaba permanecer lejos.


***************


Pasaron varias semanas antes de que volviera a pensar seriamente en pasar por el negocio de los tíos de Aldemar

Hablando una tarde por teléfono con Yesenia, me aventuré a volver a preguntar por él.

—No lo he vuelto a ver —fue su corta respuesta y me llenó de frustración cuando me di cuenta de que no abundaría en el asunto.

   —¿No ha vuelto por la escuela? —pregunté.

—No. Quizás se dio de baja, no me extrañaría. Y ahora que lo pienso, tampoco he visto por el barrio a su primo Miguel —mencionó con tono de desgano.

  —¿Has pasado por el negocio? —oí el suspiro de mi amiga a través de la línea telefónica.

     —No Elizabeth, no he tenido la oportunidad de pasar por allí —comentó con rapidez.  

   —Da igual no sé porque pregunto —dije sintiéndome ante mi amiga como una persona intensa y ridícula.

   —Lo mismo digo —aceptó ella y de inmediato llevo la conversación por otros derroteros.

En esos momentos estuve de acuerdo, no necesitaba perder mi tiempo pensando en él. Sin embargo, dos días después cambié de opinión nuevamente y decidí pasar por el negocio de los tíos de Aldemar.

Y por llegar hasta allí estaba dispuesta a romper algunas reglas.


**********************


Una mañana fingí un fuerte cólico estomacal y mi maestra de historia me envió a la enfermería del colegio.

La enfermera algo distraída me auscultó rápidamente mientras yo pedía irme a casa.

—No es nada que un poco de descanso y unas toallas tibias no puedan mejorar —mencioné mostrando un gesto incómodo pero sin exagerar. Logré convencer a la enfermera de que, llamaría a casa para que vinieran por mí y que esperaría en una de las banquetas fuera del consultorio y así evitar el frío de la oficina. Frío que empeoraba mi dolor supuestamente.

Una vez fuera del consultorio, dejé pasar varios minutos antes de escabullirme fuera de los predios del colegio. Si la enfermera se acordaba de mí e iba a buscarme, pensaría que mi familia había pasado a recogerme.

Los deseos de saber sobre Aldemar me movían y no pensaba en los contratiempos que podría encontrar en el camino. Mucho menos tome en cuenta lo preocupada que estaría mi familia si se daban cuenta de mi novel aventura fuera del colegio.

Con la idea de regresar antes de las tres de la tarde al colegio, agilicé mis pasos.

Mientras caminaba, sentía el peso de la mochila en mi espalda y en uno de los bolsillos de mi falda escolar varios dólares en menudo para pagar el pasaje del transporte público que me llevaría al barrio donde vivía Yesenia y Aldemar.

Necesitaba ver nuevamente a Aldemar, aunque fuera lo más ridículo que hiciera en mi vida.

Caminé bastante alejándome del centro de estudios, antes de aventurarme a detenerme a esperar el transporte. No niego que me sentía emocionada, hasta excitada por ser la primera vez que salía por cuenta propia.

No me di por vencida y pedí direcciones cuantas veces lo necesité, basándome en el nombre de la calle donde vivía Yesenia. No podría quejarme, no fueron pocas las personas que amablemente me ofrecieron indicaciones para llegar al barrio obrero.

Después de transportarme en dos autobuses y más de una hora después de salir del colegio, llegué a mi destino. Cuando bajé del último transporte, el entorno me resulto familiar.

Mi corazón dio un vuelco, emocionado. Me encontraba más cerca de Aldemar y aunque, las dudas sobre su reacción al verme así de pronto quisieron nublar mi alegría, las aparté a una esquina de mi mente.

Ya estaba allí, que él reaccionara como quisiera.

Más que decidida, apure el paso y me mantuve caminando por la desigual acera pegada a los comercios, a la sombra de las cortinas y huyéndole a los intensos rayos del sol de mediodía caribeño.

Cuando llegué a "Los Girasoles" me sentía sudada y agotada, mis pantorrillas dolían, pero no me importó. Sin embargo, fue ver el macizo candado de hierro cerrado sobre una gruesa cadena, asegurando las dobles puertas de cristal del negocio lo que amenazo con aflojarme las rodillas.

Sin aliento ahueque mis manos, las pegué al vidrio y miré al interior del negocio, se veía desolado.

"No, no puede ser, se fueron. Aldemar se fue" —pensé y sentí como si se abriese un hueco en mi estómago.

Editada 08/18/2023

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro