Capítulo 27
Tomé mis cosas y me levanté del piso, no quería llegar a casa y que mamá, papá; o ambos, me vieran llorar.
Comencé a caminar, mientras lloraba, las lágrimas recorrían mis mejillas y las veía caer al suelo lluvioso, varias veces vi el auto de Lemus, pasaban cerca de mí y me insultaban o gritaban cosas como que dejara de ser marica y me convirtiera en un hombre hecho y derecho. Yo traté de ignorarlos, juro que lo intenté, pero era imposible ignorar a alguien que te acecha todo el tiempo. Como una presa a su víctima, he sido la presa y ahora me tocaba ser la víctima.
Me sentía mal, muy mal, quería desaparecer, tomé mi celular para así ver mis mensajes de texto, algo que estuve evitando por mucho tiempo, vi que tenía un mensaje de la persona que yo creí que era Christopher, fue justamente el día que me fui a beber con Richard Vallaj, exactamente a la hora en la que estaba con él.
«¿Qué es lo que te hace tan hermoso?
Tú no sabes lo hermoso que eres,
para mí.
No intentes ser perfecto,
ya que nadie es perfecto;
pero tú lo eres,
para mí.
Beautiful - Carly Rae Jepsen & Justin Bieber.
H.».
Justo esa era la canción en la que había pensado ese día que estuve con Richard, en algún momento del día esa canción me recordó a él.
Escuché el claxon de un automóvil, nada más o nada menos que Richard Vallaj y, su inseparable novia, Jessie Jones. Ellos se acercaron a mí, se detuvieron y salieron del auto a darme un cálido abrazo.
-Vi el live stream en Instagram de Lemus, vaya, qué idiota me siento. Lamento mucho haberte metido en esto, Lou, perdóname, en serio -Jessie me dio un abrazo y yo estaba al borde de volver a las lágrimas.
-Christopher es un asno, debí haberte advertido. Lo siento mucho, Lou, ven, te ofrezco un abrazo -Richard también me abrazó cariñosamente, yo sentí su abrazo tan sincero que ahora me solté a llorar y a quejarme por lo que había pasado.
-Ya, Louis, ya no llores -Richard me sostuvo entre sus brazos mientras Jessie me consolaba.
-Mejor te suelto, Jessie se pondrá celosa de mí -dije entre susurros y con la voz cortada, alejándome de Richard, quien no supo qué hacer o qué decir ante lo que dije acerca de soltarlo-. Ven, Jessie, dame un fuerte abrazo.
-Claro que sí, Louis, pero no me pongo celosa -me abrazó-. Puedes estar con mi novio un rato, si quieres.
-En estos momentos es cuando de verdad necesito el alcohol en mi sangre; emborracharme y jugar contigo Never Have I Ever, Richard Vallaj -recordé que le debía un reto a Vallaj.
-Vamos a mi casa: Lou, Jessie, let's get in the car.
Nos subimos al auto de Richard, yo iba atrás de Jessie Jones y ésta iba de copiloto, el trayecto a casa de Richard fue bastante callado, no hablamos mucho, fue por mi culpa, lo sabía, yo iba tan incómodo. Tuvimos que detenernos un par de ocasiones para que yo pudiera comprar algo en alguna tienda de autoservicio, para complacerme y distraerme de todo lo malo que me pasaba.
Llegamos a casa de Richard, ¡Dios! Esta sí que era una gran casa, ¡muy enorme y hermosa!
-Debes tener gente que te hace todo aquí, Richard; es una mansión enorme y muy lujosa-hice un comentario al respecto de su preciosa casa-. Refiriéndome al aseo, claro.
-Sí; Hanny viene los lunes, miércoles y viernes, y Jamie viene los martes, jueves y sábados.
-¿Jamie y Hanny? -Jessie Jones parecía confundida-. ¿Qué pasó con Gustavo y Alex?
-¿Adivina con quién están? -¿y si estaban muertos y ahora se encontraban con la muerte?
-¿Muertos? -Jessie tapó su boca al decir lo que ella y yo pensábamos, compartimos unas miradas que decían casi lo mismo y el otro podía saber lo que estábamos pensando.
-¡No es cierto, Jessie! -casi grité esto último.
-Pensaste lo mismo, Louis!
-Sí, así fue; es solo que tú fuiste la encargada de decirlo -me defendí con un punto de vista válido.
-¡Jessie, por Dios! ¡No! Se fueron con Marcus Miller -Richard hizo mucho énfasis en fueron.
-Traducción: Marcus Miller les pagó para que se fueran con él y así llamar tu atención.
-¿Tú crees, Jessie? -yo también pensaba lo mismo que Jessie Jones, en definitiva algo iba mal.
-¡NO! -Richard gritó esto último.
-Entonces ¿qué, Richard? -Jessie y yo casi gritamos la pregunta, Richard solo puso los ojos en blanco.
-Marcus los contrató para estar con él y que ellos le puedan decir más información acerca de mí.
-¡Por Dios, ese hijo de perra está loco! ¿Por qué lo haría? -pregunté.
-Para usarla en mi contra y chantajearme, yo digo.
-Pensamos igual, pensamos igual -Jessie lo repitió-. Ven, cariño; dame un abrazo. Pero no pueden decirle nada porque sería un delito: difamación.
-¿Qué tal unos drinks, Louis? ¿O crees que es muy temprano para empezar a beber? -Richard me miró mientras abrazaba a Jessie y le daba un beso francés, en los labios.
-Gin & Tonic, si tienes -¿por qué cuando se trataba de Richard yo era el más borracho?
-¿Por qué cuando sales conmigo, o estás conmigo, terminas bebiendo?
-Justo me preguntaba lo mismo, en mi cabeza, Richard; creo que de verdad tengo poderes psíquicos, lo digo por lo que pasó hace unos instantes con Jessie y ahora contigo -reí un poco por lo bajo-. Además de que para eso vine, o al menos eso fue lo que propuse.
-¿Quieren ir a la sala de juegos, a las canchas, a la mini pista de hielo, al cine en casa, al bar...? -no sabíamos qué hacer con tantos lugares para hacer actividades.
-Si vamos a beber, vamos al bar, yo digo; creo que es lo más conveniente -Jessie encogió los hombros un poco.
-Podemos beber en cualquier parte y haciendo lo que sea -Richard arrugó la nariz al decir esto.
-¿Vamos a jugar a algo, cuando menos? ¿O cuál es el plan? -me senté en el sofá de Richard.
-Si quieres. Dijiste que querías jugar Never Have I Ever, so, juguemos o cambiemos el juego a otro. ¿Tú qué quieres jugar, mi amor? -¿Jessie también iba a jugar con nosotros? Ok. Eso estaba bien y tenía bastante sentido.
-¿Qué tal si jugamos hide and seek o tienes miedo de perder contra una mujer? Juguemos de verdad, estoy empezando a sospechar que siempre me dejas ganar cuando nos escondemos -Jessie lo desafió. Richard la miró con cara de reproche para luego soltarse una enorme carcajada.
-No sé de qué hablas, Jessica, sabes que siempre ganas en hide and seek, mi amor; y es una victoria justa -Richard la miró con cara de ternura; pero, sobre todo, ¡la miraba enamorado! Guau, yo quería que alguien me mirara así. Yo arrugué los labios y fingí una gran sonrisa; muy sincera, me consideraba un buen actor.
-No estés triste, Lou -sí, tal vez no era tan buen actor, después de todo lo que yo creía-. Ya encontrarás a alguien que te haga feliz. Sé que nos equivocamos respecto a Lemus, pero es que se veía que era gay, su forma de ser y que Abraham es de sus mejores amigos... Yo solo lo creí, bueno: nosotros, mejor dicho -Jessie señaló a Richard, quien estaba a un lado de ella con su brazo en su hombro-. Y Lezley también lo creyó, así que deberías molestarte con ella también.
-Ella tiene razón, Lou, lo siento mucho, fue un pequeño error. De verdad, no sabes cuánto me apena no haberte dicho que Christopher es uno de mis mejores amigos junto con Kevin, Sean y Graham; pensé que había salido del clóset como lo hizo Graham y que él de verdad estaba enamorado de ti -Richard cambió su mirada y ahora era una mirada bastante triste e irradiaba sinceridad.
-¡No importa ya! Quiero un maldito trago, por favor -quería dejar de hablar de ello; pasado pisado, era una frase que siempre decía-. ¡Pasado pisado, chicos, just forget about that!
-Bien -hablaron al mismo tiempo Jessie y Richard.
-Estoy seguro de que ninguno de ustedes, chicos, tiene algún cigarrillo, ¿cierto? ¿O me equivoco? -miré de reojo a Jessie, quien me fulminó con la mirada, olvidé que había dicho que Richard no sabía que ella fumaba.
-No fumo -guau, ¡qué hermoso era tener a alguien con quien decir las cosas al mismo tiempo como Jessie Jones y Richard Vallaj, justo como ahora!
-Iré a comprar un paquete de cigarrillos, permítanme; debe haber una tienda de autoservicio cerca. ¿Hay alguna tienda de autoservicio cerca, Richard? -Richard puso los ojos en blanco ante mi comentario de salir a comprar un paquete de cigarrillos.
-Tal vez yo no fume, pero mi padre y mi madre, sí, espérame; fuman demasiado, no se darán cuenta de que les falta un paquete -Richard salió de su propio bar en casa y se dirigió a no sé dónde por el paquete de cigarrillos, yo me quedé a solas tomé un vaso con Gin & Tonic y Jessie se tomaba un vaso de Vodka en las rocas.
Y así continuamos bebiendo, un trago tras otro, yo me modere un poco con el alcohol porque no quería que Jessie hiciera alguna tontería.
-¡Cuidado, Jessie! Si sigues bebiendo así: terminarás borracha, diciendo cosas que no quiero saber o humillándote a ti misma tú sola -Jessie solo puso los ojos en blanco y volvió a beber.
-Y bien, ¿cómo estás, Louis? ¿Todo en orden? -Jessie ya estaba un poco ebria por el tono de voz con el que lo decía.
-¿Dónde carajos está Richard? Ya tardó bastante -me levanté antes de que Jessie se recargara en mi hombro,
Jessie había bebido un trago tras otro, mezcló bastantes bebidas; eso era algo que no se debía hacer.
-¿A quién le importa Richard? Yo estoy feliz, tomando de su vino; muy caro y muy delicioso.
Sabía que estaba mal que le pidiera a Jessie Jones que me contara los secretos del joven multimillonario Richard Vallaj.
-Tal vez a ti no te importe Richard, pero a mí sí me importa, así que quédate aquí, tranquila y deja de beber, por favor. I'll be back! -salí del mini bar en busca de Richard; escuché a Jessie decir que seguro yo estaba enamorado de Richard Vallaj, ¿yo? ¿Enamorado de ese cretino egoísta y soberbio? No way! Seguí y seguí caminando; intenté localizarlo por medio del olor a cigarrillo, pero fue inútil ya que no se podía fumar en su casa. Richard contaba con alarma para incendios, ¿entonces dónde iba a fumar yo? ¿Dónde fumaban sus papás?
Seguí deambulando por la casa de Richard mientras escuchaba el desorden que hacía Jessie Jones en el mini bar, a pesar de ser una casa sumamente grande, se escuchaba todo lo que hacía Jessie por toda la casa.
Incluso escuché una botella de alcohol golpear contra el piso y a Jessie pidiendo perdón al suelo por haberlo golpeado con la botella de alcohol, sí que estaba muy borracha, pobre chica. Y, para colmo, estaba sin su novio.
Subí las escaleras del ala este de la casa, que, mejor dicho, era más bien una mansión muy grande, así que demoraría mucho encontrar a Richard.
-¡RICHARD! ¡RICHARD! ¿Estás cerca? Por favor, respóndeme, necesito saber si estás cerca, tal vez ya sea hora de irme. No sé si tus padres estén a punto de llegar y los míos no saben que estoy aquí, así que sal, Richard. Sal de donde quiera que estés; mañana es el show de talentos y tengo que ir porque no me lo puedo perder -hablé por lo bajo, aunque me pregunté por qué había hecho eso, los vecinos no nos podían escuchar para empezar porque no tenía, su casa estaba muy aparte del resto de Itaville; en la colina del pueblo, él vivía con muchos privilegios que cualquiera hubiera deseado haber tenido; su casa tenía una hermosa vista a la ciudad y al caminar me encontré con la terraza donde estaba la piscina-. Ok, si ya exploré casi toda tu casa, sin descanso, creo que puedo entrar a la piscina a darme un chapuzón, creo -dije, sin un emisor en particular. Lo decía, más bien, para mí mismo.
Deslicé la puerta para entrar a la piscina, el agua estaba bastante helada, más porque fue una tarde lluviosa, aunque yo tenía, en ese momento, mucho calor por el hecho de haber practicado con furia para mi práctica de esgrima.
Me senté al borde de la piscina, metí un pie, ya no tenía mi camisa puesta y andaba en ropa interior, ya que tampoco llevaba traje de baño; no pensé terminar en la casa de Richard Vallaj, tampoco pensé que estaría bebiendo alcohol, otra vez, con él.
Yo estaba a punto de meterme a la piscina hasta que escuché un llanto del otro lado del patio. Me acerqué más para saber si se trataba de un fantasma. Al llegar a donde escuchaba el llanto, pude notar que no, no era un fantasma, era el mismísimo joven multimillonario Richard Vallaj.
-¿Te encuentras bien, Richard? -me acerqué a él, Richard estaba cantando una canción de Camila Cabello; estaba cantando Real Friends.
-No tengo amigos de verdad, es todo TODO lo que pido..., no lo entiendes ni creo que lo hagas, Louis -Richard continuaba llorando con más fuerza; apestaba a alcohol, eran alrededor de las nueve de la noche, nunca me di cuenta de en qué momento pasó el tiempo tan rápido.
-No necesitas amigos; tienes a Jessie Jones, ven, levántate. Te meteré devuelta a tu casa.
-No quiero, Jessie, déjame en paz. Por favor -sí, estaba bastante ebrio, porque estaba empezando a creer que yo era Jessie; forcejeó bastante hasta que se tiró en el piso y comenzó a vomitar. ¡Dios, qué asco! Llamé a Jessie Jones: le pedí que llevara un trapeador y una botella de agua (limpié yo; no iba a dejar que Jessie lo hiciera). Jessie tardó un rato en llegar, yo creía que estaba muy ebria, pero no era así. Ya estaba muy normal y bastante sobria a mi parecer.
-¡Ey, mi amor! Tranquilo, Richard, relájate, vas a estar bien, por favor, todo está bien ahora -Jessie era buena para consolarlo.
-¡No está aquí y lo extraño!
-¿Quién no... -Jessie me aventó una mirada de pocos amigos.
-¡Shhh! -me calló-, ya pasó más de un año, Richard -¿más de un año? WTF! ¿A qué carajo se refería?
-Pero Zayn era muy importante en One Direction... -Jessie y Richard soltaron una muy fuerte carcajada, yo no entendía nada.
-Oigan, ¿qué está pasando aquí? ¿Jessie? ¿Richard? -puse los ojos en blanco, estaba muy preocupado como para que Richard hiciera una de sus bromas.
-Bienvenido, desde ahora: Lezley, Candy, Ryck, Logan y tú pueden venir a mi casa, cuando quieran. Fue una prueba y la pasaron, todos ustedes. A pesar de que solo necesitamos a un señuelo y ese señuelo fuiste tú, Gérald.
-Pero se vio tan real.
-Fui a la mejor escuela de actuación y no fue en Itaville -de nuevo, soberbio.
-Vomitaste en el piso y lo tengo que limpiar yo.
-¿Qué tal, eh? Se llama «entrar en el personaje» y tú mismo me lo dijiste el día que salimos a beber.
-Jessie, ¿tú sabías que todo esto era obra de Richard? -estaba bastante confundido.
-¡Claro que lo sabía! -había vuelto su voz de ebria.
-¡Pero estás ebria! Richard: tu novia está ebria.
-Sí, es típico de ambos ponernos así, de vez en cuando -los miré sorprendido y enojado por lo que me acababan de hacer; una broma de pésimo gusto-. No nos mires así, Louis, no lo hacemos diario.
-Bien, no lo hacen diario pero sí lo hacen. Mejor ayudemos a Jessie, ella sí está muy... -volteé a ver a Jessie Jones para darme cuenta que ya no estaba ahí, se veía sobria cuando entró al cuarto de la piscina, pero después volvió el alcohol en sus venas y se puso bastante ebria, lo cual me preocupaba bastante- ¿A dónde diablos se fue?
Richard solo encogió los hombros.
-No lo sé, pero mi casa es enorme y ella la conoce bien. No le puede pasar nada malo, Lou.
-¡Está ebria!
-¿Y eso es malo, porque...?
Miré a Richard con cara que decía: «¿en serio? ¿Dejarás a TU NOVIA SOLA Y EBRIA?»
-Creo que lo sabes, Richard.
-Sí, tienes razón, acompáñame a buscarla.
Salimos de la terraza y entramos a su casa a buscarla, no tenía llamadas perdidas de alguno de mis padres, así que tuve que quedarme porque era un poco peligroso que yo anduviera deambulando por ahí solito y tan de noche. Vi la hora, eran las diez y media, teníamos el show de talentos al día siguiente y la semana que sigue era el baile de graduación.
-¡Jessie!, ¡mi amor!, ¿dónde estás, Jessie?
-Es inútil, tu casa es enorme.
-No se puede perder, ¿ok? Además de que ahorita no están mis padres; pero cuando lleguen y no la encuentren, pueden reportarla por desaparición.
-No seas ridículo, Vallaj, es tu casa y no salió de aquí.
Bajamos las escaleras y al llegar a la sala de estar vimos que la puerta estaba entre abierta, estaba todo el desorden que hizo Jessie: la botella en el piso, estaba su blusa manchada de mucho alcohol y su mochila con sus cosas escolares.
-¿Qué mier... -Richard se desmoronó y se tiró en el piso a llorar y a gritar su nombre.
-¡Dios mío! Jessie no está, la puerta está abierta.
-¡Dios! ¿Quieres decir algo que no sea evidente, por el amor de Dios? -Richard me gritó como si hubiera sido mi culpa que Jessie se hubiera marchado.
-Lo sien...
-¡Cierra la boca, ya! ¡Mi novia no está y puedo meterme en grandes, y muy graves, problemas por esto! -le pregunté a Richard si solo le interesaba no meterse en problemas graves y muy grandes-. No seas ridículo, obviamente me interesa Jessica porque es mi novia desde hace muchos años.
-Yo lo sé, no tienes por qué gritarme, ¿ok? Tampoco soy un idiota -ya me estaba empezando a cansar de todo eso-. ¿Por qué no le llamamos?
-No se me ocurrió eso, nunca, llámala.
-Es tu novia, genio. Llámala tú, por el amor de Dios -fui al bar a me servirme una copa de vino.
-Ok, ¿y mi teléfono? -Goddamn!
-No sé pero ¡está bien, yo le llamo, tranquilo! -tomé mi teléfono y comencé a teclear el número de Jessie.
La llamé dos veces, tres veces, nada; seguí intentando hasta que, por fin, respondió al teléfono.
-Hola, Lou, ¿qué pasó? -Jessie seguía con una voz de ebria.
-Respondió -alejé el teléfono para que Jessie no escuchara lo que le decía a Richard, después me volví a acercar al teléfono-. Jessie, es lo que yo me pregunto, y Richard también, ¿dónde carajos estás?
En ese momento se abrió la puerta de la casa de Richard. Estos chicos estaban tan llenos de sorpresas.
-Aquí -dijo una suave voz, la voz de Jessie.
-¡Mi amor! -Richard se levantó a abrazarla y a llenarla de besos por toda la casa-. Estábamos tan preocupados por ti, creímos que algo malo te había pasado.
-No, cariño, estoy bien, ¿de acuerdo? Pueden estar tranquilos, chicos, no pasa nada -seguía con su voz de ebria y llevaba algo en las manos.
-¿A dónde fuiste? -pregunté bastante confundido.
-A comprar esto a la licorería, ¿qué tal, eh? -llevaba consigo una botella de Moët & Chandon, un champagne muy costoso y de alto prestigio; yo tuve la oportunidad de probarlo en una cena con los jefes de mis padres, era sumamente delicioso-. Richard no tenía, así que fui a la licorería a comprarlo.
-No contestabas el teléfono.
-Lo sé, y lo siento, no escuché cuando sonó, excepto cuando llegué; pensé que ya no estabas, Louis -Jessie pasó a servirse una copa de Moët & Chandon.
-Por lo menos estás bien, Jessie, Dios, estábamos en serio preocupados, no nos dimos cuenta cuando te fuiste y pensábamos que estabas en la casa de Richard -Richard solo se dedicó a observar y a escucharnos cómo discutíamos, bueno: mejor dicho, cómo hablábamos.
-Les pediría que me lleven, pero ambos están muy ebrios, así que o me quedo o me voy ahorita mismo, mañana es el show de talentos, no puedo llegar a la escuela con resaca y no puedo quedarme a dormir en casa toda la mañana porque no, no sería justo -expliqué mi compleja situación.
-¿Participas con Lezley, Candy y los otros dos chicos?
-No. No estoy con ellos y a pesar de no estar con ellos, tengo una responsabilidad y necesito ser responsable.
-A la mierda, te llevo, súbanse al auto, los dos, ¡ahora! -altanero, pedante, egoísta y soberbio-. ¿Qué esperan, Louis y Jessica? ¿No se van a mover? -Richard gritó al ver que no nos movíamos.
-¡De ninguna manera vas a conducir así, Richard! -Jessie le alzó la voz, ¿acaso era testigo de una pelea entre el chico más rico, guapo y popular de la escuela preparatoria Apple White con la capitana del equipo de Admiradoras, Jessica Jones?
-Ten aquí -me ofreció las llaves de su auto-. Me lo devuelves mañana.
-Pero ¿cómo te vas a ir tú, Richard? ¿Te irás caminando? -Richard puso los ojos en blanco ante mi pregunta.
-Tengo más de uno, pequeño Gerald, despreocúpate por ello y ahora ve a casa; no pasa nada -Richard me sacudió el cabello.
-Puede ser un poco bipolar y algo grosero, ¿no? -miré a Jessie.
-Olvidó con quién está, porque está algo ebrio, es todo lo que diré. Ahora ve a casa, Louis, tenemos que limpiar este desorden.
-¿Tenemos?
-¡Sí, Richard! Tenemos -sí, Jessie tenía, en definitiva, el control en la relación.
-Bueno, yo los dejo, me tengo que ir y ustedes tienen que limpiar esto, chicos; suerte -me deshice de ellos-. Adiós, Richard. Adiós, Jessie.
-¡Adiós, Louis! -salí de la casa de Richard y olvidé cerrar la puerta.
Cuando regresé y los vi limpiando todo el desastre, se me ocurrió despedirme bien de ellos.
-Olvidé cerrar la puerta, chicos, pero ahora sí me voy -volví a comenzar a despedirme-. Yo los quiero, les mando un beso, mwah! Byeeee.
Los dos hicieron cara sorprendida de que regresara a decirles que los quería y que les mandaba un beso, solo se despidieron de mí y me lanzaron otro beso de regreso. Jamás había dicho eso, en toda mi vida. Pero sí lo copié a una creadora de contenido en YouTube, llamada Yoseline Hoffman, la cual era mexicana.
Cuando llegué a casa, abrí, con mucho cuidado, la puerta de la misma; lentamente para que no crujiera y si crujía, hiciera lo menos posible de ruido. La abrí por completo con mucho cuidado y silencio como fuera posible. Me metí y cerré la puerta muy despacio. Cuando terminé, me quité los zapatos, fui a mi habitación subiendo las escaleras de par en par y muy lentamente para que estas no crujieran. Llegué a mi habitación e hice el mismo procedimiento que con la puerta de entrada, cuando cerré la puerta, me sentí más aliviado de estar en mi habitación. Todos (hablo de mamá y papá) estaban dormidos, y yo lo necesitaba también, estaba muy nervioso porque ya iba a ser el show de talentos al día siguiente y necesitaba dormir.
Aunque el show de talentos comenzaba hasta las nueve de la mañana, necesitaba llegar antes para poder comer unas pastillas de miel (leí que te ayudaban con la voz, en algún sitio, podrían ser de ayuda).
Me dormí, soñaba que estaba a la mitad del show de talentos, pero desafinaba en el coro antes de finalizar la canción, intentaba seguir, pero mi voz ya estaba bastante desafinada porque la estaba forzando demasiado a llegar a la nota alta de Lana del Rey.
Me desperté de mi horrible sueño justo antes de que sonara el reloj de mi alarma, colocado en mi mesa de noche, para despertarme. Me levanté empapado en sudor, me quedé sentado en la cama un momento, me puse a ver el uniforme de la escuela el cual estaba colgado en mi clóset.
-¡Qué gracioso! -dije para mí mismo mientras sonreía para mis adentros, no podía moverme-. Si voy hacia allá, y saco mi uniforme, estaré saliendo del clóset.
Me reí tan fuerte como pude, lentamente me levanté de mi cama, tomé mi uniforme, me fui al baño y tomé una ducha.
Al momento de ponerme el shampoo en mi cabello, comencé a cantar, podía oler el precioso aroma de frutas silvestres con coco y un par de flores, sabía qué tenía que hacer: iba a cantar en la ducha.
Comencé a cantar la canción preparada para el show de talentos de este día:
Realmente no tardé mucho en ducharme, estaba tan nervioso que a la vez estaba muy ansioso y ya quería llegar. Sentía mariposas en el estómago, así como las sentí con Abraham, Marie y cuando estuve a punto de besar a Christopher el día anterior al show de talentos. Las volví a sentir, pero eran una extraña combinación entre miedo, nervios y emoción. Me peiné, me puse mi uniforme, guardé mi atuendo, me puse perfume y bajé las escaleras.
-¡Adiós, mamá y papá! -entré al auto de Richard Vallaj, encendí la radio, de nuevo sonaba la misma canción: Once Upon a Dream, de la señorita Lana del Rey.
Fui directo a casa de Lezley, Candy, Ryck y Logan; como ya era costumbre, para poder llegar a Apple White juntos. Pero ellos no sabían que llevaba el auto del jovencito multimillonario (y hermoso, tal vez no mencioné que Richard era hermoso) Richard Vallaj.
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