Estaba en medio de una cena romántica con Marie cuando mi celular recibió un mensaje de texto.

—¿Qué pasa, cielo? —Marie estaba comiendo su cena con una aparente calma hasta que mi teléfono celular vibró.

Tuve que mentir al respecto, usar alguna táctica, hice lo mismo que hice con Marcus cuando pasaron las primeras cartas.

—Es un mensaje de mamá, deseándome suerte en la cena y que no llegue tan tarde a casa. Aunque debo pasar a dejarte a la tuya, no es nada —creía que esta sensación de querer morirme cuando sonaba el teléfono o recibía algo en mi casillero había llegado a su fin, pero al fin estaba con mi fan número uno comiendo comida Italiana y platicando sobre lo mucho que nos queríamos.

Decidí no leer el mensaje, borré la notificación y no entré al buzón en un rato.

—Dile a la señorita Theresa Train que su adorable y muy hermoso niño está en buenas manos, que no tardamos en llegar y que gracias por permitirme estar con alguien tan maravilloso como tú, mi amor. Por favor —¡demonios! Esta chica estaba locamente enamorada de mí y creo que me gusta demasiado.

—Seguro, cariño, se lo diré en cuanto la vea, no quiero dejar de mirarte y sería algo grosero enviar textos en lugar de ponerte atención —eso y que, claramente, no quería abrir el mensaje en ese momento, lo haría más tarde a menos que me lleguen otros mensajes, o que se me olvide.

Marie y yo íbamos juntos a todos lados con nuestras manos la una sobre la otra o entrelazadas entre sí. Ya toda la escuela supo nuestra relación y éramos muy envidiados por los pobres solteros que andaban por ahí.

Marie se unió a mi grupo con Lezley, Candy, Ryck y Logan; lo hizo por mí, claramente, porque ella los llamaba los «inadaptados sociales» junto con Katherine Dankworth y Marcus Miller, decía que compartía esa ideología por ellos pero a veces pensaba que ella misma los llamaba así a propósito.

—¿Sabes algo? Candy no se la creía que ustedes dos terminarían juntos, incluso pensó que eras un poco tonta para escribir de esa manera ya que no vas muy bien en la clase de Lengua —soltó Lezley en la hora del almuerzo, de repente, sin aviso y sin la necesidad de decirlo. No fue un insulto con propiedad, fue un insulto disfrazado de una crítica constructiva.

Marie se puso bastante nerviosa y comenzó a titubear, yo también me habría puesto nervioso si hubiera recibido este tipo de insulto.

—Bueno, ya sabes lo que dicen, Lezley, nunca terminas de conocer a alguien y te podrían, bueno, les podrían sorprender los talentos ocultos de la gente puede llegar a poseer —Marie dijo una respuesta bastante acertada, ese sí fue un insulto con propiedad.

—Oye, ¡yo no fui la que dijo eso! Fuiste tú, Lezley —Candy levantó tanto la voz que se escuchó en toda la cafetería.

—Haya sido quien haya sido, eso no importa, lo que importa es que ahora estamos juntos como pareja después de declararme su amor en todas las cartas que recibía —les dije, la abracé y le di un cálido beso que quería decir que no se preocupara por nada.

—Gracias, cariño, ahora veo que no les caigo, o no les caía, tan bien como yo creía. Bueno, da igual, supongo.

Seguimos juntos durante toda la hora del almuerzo que restaba, platicábamos entre nosotros, Marie siempre me abrazaba e incluso una vez llegó a darme de comer en la boca como si fuera un bebé, cosa que no me incomodó a mí, pero pareciera que a los demás sí.

Ese día, un miércoles, llegué a casa, después de dejar a Marie en la suya, entré a mi habitación, subí los peldaños de dos en dos, aseguré la puerta y me recosté sobre mi cama.

No me di cuenta que, accidentalmente, caí por encima de mi teléfono (o quizá me senté en él), pero había entrado en mi buzón de mensajes y había uno en particular que no tenía un remitente o emisor claro, era un número privado que no podía regresarle el mensaje ni llamarlo.

«Hola, Lou, ¿en serio pensaste que Marie era quien te enviaba todas nuestras cartas? ¿De verdad?
Los he visto por la escuela, me queda muy claro que ella te hace feliz, casi tanto como yo podría hacerlo, y dime, ¿ya se aman? ¿O todavía se quieren?
No puedo creer que haya tomado todo el crédito de las cartas, apuesto que sí le preguntas por una carta en específico ella no tendría idea de lo que hablas, ¿sabes por qué? Fácil, ¡ella no las envió! Fui yo.
Pero ya no importa, si eres feliz con ella pues te deseo suerte, les deseo lo mejor a ambos.
Encontré esta canción y creo que me describe en cómo me siento en este momento, en el momento en el que me enteré solo fingí una falsa sonrisa, también estuve en el Club de Drama, así que supe y pude actuar con normalidad y fingir que no me dolió ver cómo la abrazabas y la besabas, claramente pude haber sido yo, pero me tardé bastante.
Te dejo la letra adjunta; un pedazo de la letra, se llama (en inglés) Consecuencias:

Quererte me hacía sentir joven y salvaje y libre.
Amarte era frío y calor y dulce.
Quererte era como el sol, sano y salvo.
Un lugar seguro en el que bajar mis defensas, pero amarte tuvo consecuencias.
Quererte fue estúpido, oscuro y barato.

Amarte todavía me seguirá golpeando.
Quererte era como el sol,
pero luego cayó el diluvio,
y perdí mucho más que mis sentidos,
porque amarte tuvo consecuencias.

Camila Cabello - Consequences

Ya dejaré de molestarte, adiós y gracias.

O. H. R.».

E inmediatamente me llegó otro mensaje del mismo número desconocido ahora con intención de molestar.

«Ay, ¡apenas la acabas de leer! ¡Qué hermoso! Aunque me da risa la cara de bobo que pusiste al leer que Marie no era la persona de las cartas y…».

Me llegó otro mensaje, en el cual había una risa como encabezado; pero lo que escribió después, me heló la sangre por completo.

«¿Fuiste en serio a ver a tu ventana si estaba espiándote? Es lo más gracioso que he visto.».

Sí, efectivamente, había ido a la ventana después de leer el segundo mensaje, era algo raro, ¿cómo sabía que apenas la había leído? Era obvio que me espiaban.

Bajé a la cocina, eché un vistazo a la puerta trasera: nadie, la calle estaba oscura y vacía, revisé la hora: 20:15. Estaba solo en casa y tenía muchísimo miedo, podría ser mi fan pero esto era realmente macabro, ¿eso quería decir que Marie no era la de las cartas y mi mayor fan? ¡Maldición! Al parecer no eran dos personas, ni tres, era una que su nombre era con O y apellidos con H y R, ahora solo tenía que pensar quién…;

Me llegó un nuevo mensaje.

«¿Sigues buscándome?».

Salí de mi casa, di una vuelta alrededor de la misma y seguí sin ver a nadie.

«LOL!».

¿De qué carajos se reía?

«¿Me creerías si te digo que no hubo necesidad de espiarte? Realmente solo pasé por ahí, solo pasé y escuché que en tu casa había un desorden, pasé cerca y te vi leyendo los mensajes; pero es todo, besos.
O.».

¡Maldición!

Obviamente me estaba mintiendo, quería engañarme a mí mismo creyendo que Marie sí me había enviado tantas cartas como fuera posible, amaba a esa chica, pero si no fue ella entonces ¿quién carajos envió las cartas?