Apenas había logrado descansar algo cuando la alarma empezó a sonar, avisando que el ejército había entrado a esta zona del planeta. Esto sólo lo hacían cuando se llevaban a los niños para entrenarlos.

Me vestí lo más rápido que pude, sabía que mi madre ya los había ocultado, al igual que lo harian las otras familias. Pero eso solo ocasionaría más problemas. 

La unica ventaja que teníamos, era que nosotros ya nos habíamos habituado a la oscuridad, lo que podría proporcionarnos un escape seguro. Pero cuando llamas anaranjadas y rojas empezaron a verse por mi ventana supuse lo peor.

Al asomarme mi mayor temor se hizo presente no sólo había venido el ejercito, si no también el clan del fuego.

El clan de fuego era uno de los más peligros y dificiles de controlar. Su líder era Linux, y de él se decía que quema a cualquiera que lo desobedecia hasta convertirlo en ceniza.

Pero también el ejército venía acompañado de una chica de unos veinte años, cabello rojo con puntas de color negro.

Mientras el ejército y el clan del fuego se encargaban de extraer de las casas a los niños, la chica, la cual nunca había visto nunca, seguía caminando, como buscando algo o alguien.

Sin pensarlo más bajé lo más rápido que pude, al llegar a la cocina mi madre se encontraba tratando de callar a mi padre el cual estaba gritando más de lo normal, cuando mi madre me vio dejo a mi padre y con pasos algo temerosos se acercó a mi, puso su mano en mi hombro y dijo:

- Es mejor que te vayas, no debes de estar estar aquí - Mientras lo decía me empujaba poco a poco hasta sacarme por la puerta trasera,  cuando estuve a fuera continuo diciendo - no regreses, cuida a tus hermanos ya sabes donde estan. - para después de cerrar la puerta tras de ella.

Intenté abrir la puerta por varios minutos pero inútil le había puesto el seguro, así que me deslice por las sobras que quedaban hacía el frente de la casa, sabía que era muy riesgoso,  pero más extraño era como habían actuado mi mama.

Al llegar a la esquina  de la casa, no pude continuar ya que aquella chica se encontraba en la entrada, al ver que nadie le habría se trassformo, era una pantera pero no cualquiera era Akiara,  su pelaje era rojo y sus ojos negros. Ella nunca salía de las recidencias al menos que fuera algo importante.