Capítulo 34
Sí, sé que se preguntan ¿por qué Génesis actualizó hoy?
Yo nunca actualizo tan seguido. Y la razón por la que lo estoy haciendo es...
Que ya somos miiiiiillll
Jamás me imaginé que llegaría hasta allí. Sí, sé que no es mucho, hay otros con más de mil, incluso tienen Millones, pero son 1K!! para lo que llevo y hablando del tipo de historia que es (no es de las mejores y su tema no es muy atrapante que digamos) no me lo esperaba, la verdad pensé que llegaría a apenas unos cientos, pero ¡¿mil?! jamás me lo imaginé, así que les doy muchas gracias a esos 1K, y a aquellos me han ayudado y apoyado.
@nani_infinity muchas gracias porque desde un comienzo estuviste allí dándome tu apoyo.
@Isa_3110 a ti muchas gracias por estar siempre a mi lado, y alentándome, te amo (ella es la real Isabella)
@fic-xiu a ti también quería darte las gracias por tus grandes consejos (no creas que me iba a olvidar de ti)
Ahora sí, los dejo con el capítulo, que más para trama, es por agradecimiento :*
.
El temor estaba presente todavía, no podía analizar bien, mi mente estaba completamente en blanco. Ver a Shawn me afectó demasiado, pero ¡oigan! es un chico que en mis sueños fue mi esposo, tuvimos una hija y de paso abusaba de mí; eso último era lo que me tenía alarmada y asustada
¿que tal que de verdad es un violador?
No pienses esas tonterías Génesis. Quizás sea sólo un chico normal que casualmente apareció en tus sueños
¡Pero es que sería mucha casualidad que se vea y se llame igual!
Pero para evitar posibles confusiones y no enredarme más la cabeza con pensamientos locos sin sentido, lo mejor es no volver a esa heladería ni a cruzarme con Shawn.
—entonces... tú me estás diciendo que... ese chico que apareció en tu... lo que quizás se diría sueño. ¿Es el mismo chico de la heladería, el del momento incómodo?—Asentí ante la pregunta de Isabella, que con más calma y la mente algo despejada, se lo pude contar en mi casa. Estamos en mi cuarto comiendo chucherías y viendo el techo como si fuera lo más interesante del mundo.
—tengo miedo—confesé, y era que no lo quería decir en voz alta, porque siento que si lo hago se puede hacer realidad ese miedo, pero ya lo solté.
—¿por qué? el pobre no tiene culpa de lo hizo en el sueño—
—hermana, sabes muy muy bien que el cuarenta por ciento de mis sueños se cumplen, por no decir el cincuenta... y si no se hacen realidad tal cual, siempre hay algo detrás de ellos— suspiré con pesadez—es como un don que Dios me dio, y es que siempre le pido discernimiento para ello—
—analiza esto—se reincorpora, ya que esta medio acostada en el puf de mi cuarto—así como tú dijiste 'hay algo detrás de ellos' ¿que tal que el fin de ese sueño no era aceptarte ni a amarte a ti misma?—fruncí el ceño al no comprender.
—¿cómo así?—
—pues... quizás, no se trate de ti, quizás se trate de que él está pasando por algo similar o alguna situación difícil—
—y Dios hizo que me cruzara con él, porque yo podría ayudarlo—completé por ella. Asintió repetitivamente.
—exacto. Dios es el que lo va a sacar de esa situación en la que se encuentra, pero te puede usar a ti—ahora que lo pienso, tiene mucho sentido.
/
—hermana... hermana, despierta—el susurro de Diana me saca de mi ensoñación. La gente tiene una maña de despertarme cuando estoy en la parte más emocionante del sueño, y era que esta vez me encontraba viajando por todo el mundo con David y justo íbamos a Amsterdam, mi lugar de ensueño.
—¿qué?—gemí en frustración, si algo me molesta es que me despierten.
—mejor levántate si no quieres que te borre todos los libros que tienes en PDF o esconda los que tienes en físico—me levante en un sobresalto, el sueño se había ido.
—a mis bebés no los tocas—advertí, señalándola acusatoriamente con mi índice. Su risita me confundió.
—era una broma, bobita. Si no te amenzaba con tus libros, no te ibas a despertar—solté un bufido.
—¿qué hora es?—
—las tres de la madrugada—dijo como si no importara, pero a mí sí que me importa.
—¡¿las tres de la madrugada?! ¡¿pero es que vos estás loca?! ¡¿cómo rayos se te ocurre despertarme a esta hora?!—sí, mi acento salió a flote en estos momentos. No puedo creer que me haya despertado a esta hora, decidido, no la volveré a invitar a dormir en mi casa más nunca.
—perdóneme, pero es que escuché un ruido muy extraño en la sala, entonces decidí ponerme mis chanclas, me dirigí hasta ahí y encontré algo que a vos te puede interesar—me imitó.
—¿qué me puede interesar?—me tomó de la mano y me saco de mi cama... mi hermosa cama que se empezó a sentir sola sin mí; me llamaba y yo no podía hacer nada más que sentir una soledad inmensa porque no estaba con ella. Isabella me arrastraba ya que yo luchaba con todos mis fuerzas para no dejar en la soledad a mi preciada camita.
—¡ya vamos!—trataba de alejarme de la puerta pero me aferré a la orilla de esta, quedando mis piernas prácticamente en el aire, sostenidas por las manos de Isabella—¡niña esa cama estará ahí todo el tiempo, no le saldrán patitas—seguía luchando para que me soltara de la puerta.
—¡tú no entiendes nada! ¡nada! eso es como una relación en pareja, cuando uno se aleja del otro, ese otro, con esperanzas se quedará ahí esperando a que regrese su amor, pero no llegará así que ese otro va a decidirse por superarlo, hasta que en algún momento se vuelven a encontrar, pero ya no va a ser lo mismo, el amor se habrá extinto. ¡Mi cama y yo no podemos pasar por ello!—me defiendo.
—¡es sólo una cama, mujer!—dándome por vencida, me suelto y caigo al piso. Cualquiera pensaría que aterricé en mi dos pies, sana y salva, pero ¡no! caí de trasero y mi cabeza pegó a la punta de la puerta, y la carcajada de Isabella se hizo eco—eso te pasa por estar aferrada a ese 'amor'—dice entre risas, le lanzo una mirada de pocos amigos.
—isi ti pisi pir istir ifirridi i isi imir—estaba molesta con ella.
—vamos, necesito mostrarte esto—me dirigió hasta la sala y cuando llegamos se agachó en el mueble y sacó una caja.
—¿qué rayos hace una caja debajo del mueble? y ¿quién la puso ahí?—pregunté con incredulidad.
—lo mismo me pregunto yo—me tendió la caja—no la abrí, decidí esperar a que tú la abrieras. La encontré encima de este mueble con una notita que decía 'para Génesis'—la abrí y quedé perpleja con su contenido.
No. Puede. Ser.
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