Capítulo 3
—¡hey Gene!—el chico apuesto sin nombre me saluda.
—hola...—me quedé tratando de decir su nombre
—David—¡Dios! ¡Hasta su nombre me encanta!
—perdón David, es que soy mala con los nombres al principio—le di una sonrisa honesta
—tranquila, lo entiendo—
—¡David!—la voz de una chica llegó a mis oídos
—¡Carol!—le dijo con una sonrisa enorme, eso me dio una sensación de celos.
Okey Gene, ya estás siendo exagerada, llevas dos días conociéndolo y ya tienes celos.
Así que me calmé.
—¡te tengo una sorpresa!—le dice escondiendo algo—¿quieres chocolate, durazno o caramelo?—ella ni siquiera me ha notado.
—¡berro! Génesis ¿qué dices tú?—ahí es cuando me ve y pude observar que está igual o más celosa que yo.
—¿ah? Emmm bueno... si yo fuera tú, dijera que todo—dije echándome a reír, ya que lo dije en broma.
—buena decisión—abro los ojos en modo de sorpresa—haré lo que tú dices—awww mi corazón empezó a palpitar súper rápido.
—okey ten—la chica le dio todo- ahora adiós me tengo que ir, chao David, me gustó volver a verte- si vete, fue lo que pensé.
David se me quedó viendo un largo rato sin decir nada, hasta que rompió el silencio.
—¿quieres el chocolate?—¿qué? ¿Él me estaba dando el chocolate que esa chica le había regalado? Me sonrojé de inmediato.
—tranquilo no es necesario—le miento porque sí lo quiero.
—¡claro que si! Yo quiero dártelo, se nota que te gusta mucho el chocolate y no quiero perder la oportunidad de darte uno—me sonrojé aún más.
—okey—así que lo tomé, y típico de mi, lambucia como siempre me lo comí de una vez, claro le ofrecí—¿quieres?—un brillo diferente apareció en sus ojos.
—no gracias, es tuyo ahora, yo me comeré los duraznos y así me mantengo fitness—dijo sobándose el estómago, me eché a reír.
—no estás tan gordo—le dije con una sonrisa, y además es verdad, tiene unos brazos con unos músculos apropiadamente hermosos que se le ciñen de manera espectacular con esa camisa blanca manga larga que tiene puesta, es fornido, ni flaco ni gordo, está absolutamente hermoso— estás muy bien—
Se echó a reír muy fuerte—okey como digas—
—David ¿qué edad tienes?—me lancé a preguntarle ya que la curiosidad me mataba.
—veintiuno—¿qué? ¡No los aparenta! ¡¿Por qué tiene que lucir mayor?!
—¿qué? ¡No pareces de esa edad!—
—¿de qué edad parezco entonces?—me mira con un rostro de ternura.
Ash ¿por qué tiene que ser tan bello?
—como de veinticinco, perdón, pero los aparentas—
—tranquila siempre me lo dicen—me guiña un ojo.
Dios mío, me guiñó el ojo aaaah
—okey David, nos vemos luego—le dije porque me tenía que ir, a pesar de que no quería. Al parecer no era la única que se sentía así, ya que una expresión de tristeza recorrió su rostro, su hermoso rotro....
Génesis cálmate
—dale, seguiremos hablando, no te alejarás de mí tan fácilmente—una sonrisa aparece en su rostro, y se la devuelvo.
—tú tampoco de mí—y así me voy alejando poco a poco de la iglesia, cuando ya estoy cerca del carro de mi papá, ocurre lo inesperado; choco con ese chico que aceleraba mi corazón como nunca.
Steve...
—¡perdón! No te había visto—¡ya va! Mi corazón ya no late tan rápido, está en su latido normal y constante.
—tranquila Gene—ya no me estremezco al escucharlo decir mi nombre, ¡¿qué me ha hecho David?!
—¡adiós!—
—¡adiós!—
¡Dios! David apenas apareció dos días y ya estoy confundida, no se puede decir que me gusta David, pero sí que me atrae, ¡me atrae demasiado! Y no sé cuando pasó que dejé de sentir algo por Steve, pero si sé que hoy me di cuenta, ¡gracias a Dios!
No me gustaba andar babeándome por un chico que ya tiene novia.
/
—entonces ¿cuál es su nombre?—Nani pregunta al contarle lo de anoche.
—aaaah ¡hasta su nombre es demasiado hermoso!—hago una pausa recordando la noche anterior cuando me lo dijo—su hermoso nombre es David—
—ay niña, ¡estás perdida!—Nani dice y las dos nos reímos.
—y eso no fue todo—suelto un largo suspiro—me encontré con Steve, entonces pensé que mi corazón iba a salir disparado como siempre de lo fuerte que late, pero no ocurrió, estaba en su latido normal pum, pum, pum, y no pumpumpumpum, eso me hizo sentir libre, porque estar enamorada de alguien que no siente lo mismo es difícil.
—¡así es amiga! Me alegro por ti, ahora acomódate que creo que hay profesor nuevo, y me dijeron que está ¡hermoso!—la miro con un gesto de '¿enserio tú?'. Mi amiga no es de andar loca por chicos, es muy cerrada con sus sentimientos.
—bueno, no creo que sea tan bello como dicen, lo menos que viene a este liceo son chicos bellos, menos profeso—no terminó la oración porque acababa de entrar el "profesor nuevo" y mi boca no cae al piso porque está pegada a mi cabeza.
David
—buenos días chicos y chic—se detiene en seco al verme sentada adelante, sus ojos recaen sobre mí, sus ojos color ámbar fijos en mis ojos color café. Me levanto y doy los buenos días apenada y sonrojada, para el colmo, el chico que me atrae ahora es mi profesor.
¿profesor de qué?
¿Será duradero o temporal?
Ahora otra excusa para estar lejos de él.
—muy bien chicos pueden sentarse, me presento, mi nombre es David Torres, se sorprenderán de mi edad, no se asusten tengo veintiún años y soy su profesor de PGCRP—Participación en grupos de creación, recreación y producción—en el área tecnológica, yo les voy a enseñar todo lo digital, tranquilos no voy a durar mucho aquí, esto va a ser como un curso, estaré sólo por dos semanas, les haré una evaluación práctica al final—mientras dice todo eso, no para de mirarme y yo tampoco a él.
Una compañera levanta su mano.
—si, ¿dígame?—
—¿por qué es usted tan lindo?—
Mis mejillas se tornan rojas, gracias a una pizca de celos, y al parecer él se da cuenta ya que me sonríe y susurra—tranquila— haciendo que me sonroje ahora por él.
—esa es una pregunta que se la tendrás que hacer a Dios. Ahora prosigamos, llevaré a un grupo de diez personas a la zona de computación, entonces allá voy a pasar a uno por uno para hacer la explicación, el resto del grupo se queda esperando, una vez que bajen al terminar, aquí van a hacerme un ensayo de lo que entendieron ¿okey?—
—okey—todos repiten al mismo tiempo.
—muy bien, del uno al diez se queda aquí, desde el veinte al treinta sube por favor—casualmente yo era el veintiséis, cuando dijo del veinte al treinta, él me estaba observando.
¿será que sabía cuál número era yo?
Pasaron casi todos mis compañeros, ya era mi turno.
Entonces entro, hay tanta tensión aquí, pero no me quiero ir, él me va a dar clase aquí a solas, así que no quiero irme.
—entonces ¿estudias aquí?—David me pregunta.
—sí, y tú ahora das clases aquí—
—sí, admito que cuando te vi me puse incómodo, es la primera vez que le doy clase a una chica que ya conocía, y mucho menos una que...—
—que, ¿qué?—lo miro con cara de pícara e inclino mi cabeza en modo de pregunta, pero él sólo niega con la cabeza, así que lo dejo pasar.
Él empieza a explicarme, ¡Dios! Explica tan bien, aunque no pueda concentrarme tanto porque cada vez que se agacha para mover el mousse y se pone frente a mí para enseñarme algo, sus músculos se ciñen y me distraen.
—¿entendiste todo?—él me saca del trance en el que me encontraba.
—claro que sí, profesor—el arruga su rostro, y veo que no le gusta que le diga así.
—no me tienes que decir profesor, no me gusta, menos que tú me lo digas, sólo llámame por mi nombre ¿si?—
—claro, David—suelto una risita y él se ríe conmigo.
—¿sabes? Eres aún más linda con uniforme— escaneé con la mirada mi cuerpo, nunca he tenido un cuerpo perfecto, soy panzona, cachetona, pero algo sí tengo que a todo el mundo le encanta y a mi también: mis piernas, tengo unas piernas gruesas, todo el mundo me hace cumplido sobre ellas, también mis labios y mi cabello, pero en este uniforme no me siento conforme para nada, sé que sólo lo dice para hacerme sentir bien.
—¡claro que no! Me veo más gorda de lo normal, mi cabello está hecho un desastre, mis ojeras están en modo activado al extremo y mis brazos, mis brazos se ven mas aguados de lo normal— él me examina de pies a cabeza.
—¿cómo puedes decir eso? Eres demasiado hermosa para ser cierto, no eres gorda, estás rellenita y eso te hace súper tierna, tus ojeras, bueno tus ojeras son un reflejo de ti, no tienes que taparlas ni avergonzarte de ellas, es mejor una chica con ojeras que con un montón de maquillaje encima, no tienes idea de lo bella que estás ahora—se pone las manos en la boca, cómo si todo lo que dijo fue por impulso y se dejó llevar, eso me hace sonrojar, porque él cree que soy bella.
—gracias, ahora creo que te desviaste del tema, tienes que dar clases profesor David—él entrecierra sus ojos.
—¿profesor?—
—perdón, perdón, David, ahora si me lo permites voy a bajar a hacer ese ensayo que pediste— entonces voy a la manilla de la puerta, pero él me toma del brazo y me detiene.
—no lo hagas, hice perder tu tiempo para hacerlo, así que no lo hagas—es muy tierno pero no puedo aceptar eso, siempre he sido una chica justa y sería muy injusto que todos lo hagan y no yo.
—David, por favor, todos tienen que hacerlo, se vería muy feo que todos lo hagan menos yo—
—tienes razón, ninguno lo va a hacer, pero para la próxima clase tienen que traerlo hecho—
—okey—me hecho a reír—ya se te pegó el síndrome del profesor—David me observa con confusión.
—síndrome del profesor? ¿Qué quieres decir con eso?—
—nadie lo va a hacer ahorita pero para la próxima clase tienen que traérmelo—imito una voz.
—sólo estoy siendo justo, como dices—
—touché—sonrío y me voy.
Ya dentro del salón informo a todos que no tienen que hacer el ensayo, entonces Nani me ve con cara de '¿qué pasó?' y cómo si supiera leer mi mente hace una expresión de 'oooh ya entendí'
—¿qué pasó ahí dentro, se puede saber? no puedo creer que sea nuestro profesor—
—nada interesante, luego te cuento, porque hay muchos oídos pendiente por ahí—le guiño el ojo a mi amiga—y sí, no puedo creer que David sea nuestro profesor ahora, es... increíblemente aterrador—
—¿aterrador? ¿Por qué?—
—¿no te das cuenta? Es mi profesor, hay un motivo más para no poder tener nada con él, si es que hay una oportunidad de estar con él—
—¡berro! Pero tranquila es sólo por dos semanas, es un curso gratis—
—sí, lo sé, pero imagínate si llega a pasar algo entre nosotros, supongamos porque no lo creo, van a empezar a hablar de mí "esa niña se cuadró al profesor ese que tuvimos"—
—¿por qué siempre con el miedo al qué dirán? es tu vida no la de ellos, además tú lo conociste antes, es de tu iglesia, tienes todo el derecho del mundo para estar con él—
—ajá y ¿la aprobación de Dios? ¿Y si no es él?, Nani él me está atrayendo más de lo normal, tengo miedo de resultar herida como siempre—
—no sucederá, confío en él, ¿no ves cómo te mira?—
—¿cómo?—le pregunto con curiosidad.
—te mira con ojos de amor, se sonrojó cuando te vio, te vio muy distinto a Andreina-Adreína era la que le preguntó por qué era tan lindo—está más que claro que le gusta, o que le atraes, una de dos—
—como digas, señorita sabelotodo—
—siempre, señorita quedada—
—¡ey! No soy quedada, sólo distraída—
—¡ja! Como sea, ahora cuéntame todo lo que pasó ahí dentro—
—te dije que luego, aquí hay mucho oídos chismosos—Nani hizo puchero.
—¡aburrida!—
—quisieras tú que yo sea aburrida—las dos nos reímos, cuando vuelve a entrar David, sus ojos se cruzan con los míos.
—muy bien alumnos, espero que les haya gustado su clase de hoy, ya saben, para la próxima clase que es el viernes, tráiganme el ensayo de lo que vieron en el día de hoy, voy a retirarme, buenos días, que la pasen bien—sus ojos vuelven a cruzarse con los míos y parece que el tiempo se detiene, hasta que una voz chillona rompe el silencio, es Andreina.
—profesor—veo como David arruga su cara a la sola mención de la palabra—con Génesis se tardó más, es obvio que no entendía la clase, debería hacerle el ensayo ahorita para ponerla a prueba—eso me molestó, me molestó y mucho, David me vuelve a ver y quita su mirada para enfrentar a Andreina.
—quien entendió y quien no, eso sólo lo sé yo, no le voy a poner a hacer el ensayo hoy porque tú lo digas, tienes suerte que no te lo mande a hacer por faltarle el respeto y dignarte a hacer tal proposición, no lo hago porque no es justo, ahora si me disculpas, me tengo que retirar—sus ojos se pasean por todo el salón-buenos días muchachos espero que tengan una linda mañana—así como así, se retiró.
—okey ¿qué acaba de pasar?—Nani pregunta.
—no tengo ni la menor idea, ¿me acaba de defender?—
—¡Dios! ¡Gene le gustas!—
—¿qué? No, no, no, no, sólo hizo lo que le pareció correcto, no creo que lo haya hecho porque le gusto, o ¿si?—
—¡Gene! Le gustas a David, es obvio, te defendió, quitó el ensayo por ti, se sonrojó cuando te vio, ¡es más que obvio!—
—nah, no lo creo—
—terca como siempre—
—no encuentro tu moral—
—bueno, pero al menos yo sí me doy cuenta de las indirectas de un chico y las acepto—
—¡ash como sea!—
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¡hola! Espero que les esté gustando la historia.
Discúlpenme por algunos errores en el cap anterior :-)
Éste cap se lo quiero dedicar a NataschaPiango te quiero mucho.
Bye :-)
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