Mi nombre es Regina tengo doce años, vivo con mis padres, mis dos hermanos mayores y mi hermano pequeño David.

Mi madre esta en la cocina preparando panqueques para Georgiana, Fabio y yo... David aún no puede comer panqueques mama dice que aun es muy pequeño.

En una ocasión yo metí cereales con malvaviscos en su boca, son deliciosos pero David es un mal agradecido y grosero trato de escupirlos y yo los metí a la fuerza hasta que se puso de un bonito color rojo. Mami llego y tomo a David para sacar los cereales, me regaño y me ordenó que me fuera a mi habitación me enojo mucho, por eso David es un mal agradecido por que mama no lo enseña.
Mas tarde volví a la habitación de David, el estaba en su cuna dormido así que me acerque y por una de las rendijas saque su manita... Amanda me susurro muy despacito en mi oído...

El dolor hará que aprenda y sea tan bueno como tú...

Tome uno de sus dedos y lo puse en mi boca, apreté con todas mis fuerzas y arranque su pequeña uña, David comenzó a llorar y yo me fui a mi habitación, lo único bueno de David es que nunca le contaba nada a mama.

-Regina, ¿quieres miel en tus panqueques?

-Si mami.- Mami es muy bonita, tiene un largo cabello marrón y ojos grises.

-Georgiana, prepara los panqueques de tu hermana.

-Esta bien.- Georgiana también es bonita pero no tanto como mama, aveces es muy tonta, ya nunca me deja entrar a su habitación como antes y ya no juega conmigo ahora solo esta con sus estúpidas amigas.

He pasado todo el día en mi habitación jugando con Amanda, Fabio esta en la suya tocando la batería, a mi no me gusta ese sonido y a Amanda tampoco por eso es que odia a Fabio.

Ha llegado la hora de dormir y mama me ha arropado y dado un beso en la frente, he jugado todo el día y estoy cansada.

Amanda me levanta haciendo ruiditos que me molestan, son las 2:00 de la madrugada y tengo mucho sueño pero se que si no me levanto y hago lo que me pide no la haré callar... Me levanto y me pongo mis pantuflas de conejito, son mis favoritas. Voy de puntitas hasta la habitación de Fabio como me ha dicho Amanda y tomo sin hacer ruido su bate de béisbol e hice lo que Amanda me pidió lo tome muy bien y con todas mis fuerzas golpee la cabeza de Fabio... Amanda dijo que así el no haría más ruido y todos seriamos mas felices... Lo golpee muchas veces y gotitas rojas saltaban a mi cara, había ensuciado su cama pero mama se enfadaría con el y no conmigo, lo cubrí con su sabana para que no tuviera frío. Me acosté en mi cama pero Amanda seguía sin parar de hablar.

-Tienes que ayudarme ¿no quieres que seamos felices? Necesitas enseñar a todos.- me dijo muy despacito en mi oído

Volví a salir de mi habitación pero esta vez me dirigí a la cocina, Amanda me dijo que tomara uno de los cuchillos con los que mama preparaba las verduras que tanto odio.

subí las escaleras, este juego era muy divertido, era como jugar al escondite nadie me tenia que atrapar, fui a la habitación de mami, papa tenia que trabajar así que hoy no dormiría con ella.

Abrí con mucho cuidado la puerta y camine al lado de la cama, ella dormía y se veía muy bonita, pero Amanda me dijo que si hacia esto ya no volvería probar sus horribles verduras... y la verdad es que yo las odiaba y también la odiaba a ella cuando me obligaba a comerlas. Amanda me dijo que pusiera el cuchillo con todas mis fuerzas en medio de su frente y que así ella no se molestaría nunca mas, pero mami abrió sus lindos ojitos.

-¿Regina? ¿que sucede? ¿tuviste una pesadilla? ven puedes dormir conmigo.- me tire a sus espaldas y ella nos cubrió con las sabanas, eran muy suave-citas pero Amanda no quería que durmiera aun.

-Te amo mami.

-Y yo a ti Regina...- tome el cuchillo y lo puse en su cabeza con muchas fuerzas, mami ni siquiera hizo una rabieta, Amanda tenia razón así mami no me regañaría mas.

-Descansa mami- baje de la cama y le di un beso en la frente, un poco de sangre entro en mi boca, pero sabia muy bien, solo por ser la sangre de mami.

Amanda dijo que ahora fuera al cuarto de mi hermana ya que ella también se había portado muy mal conmigo y la tenia que educar para que fuera feliz como yo.

Tome un martillo de la caja de herramientas de papa, como Amanda me dijo y fui a la habitación de Georgiana... es de color amarilla, antes era rosa pero me dijo que eran tonterías de niña, tiro todas sus muñecas, pero yo en secreto les hice un funeral para que fueran felices, ya estaba muy cansada y tenia sueño, mañana papa me llevaría al colegio y mama me levantaría para prepararme el desayuno pero Amanda no me dejaba dormir hasta que acabara la tarea que ella me puso, trate de explicarle que no quería mas tareas que ya me dejaban mucha en el colegio pero no me hizo caso y me lo seguía pidiendo... Amanda me dijo que abriera la cabeza de Georgiana y comiera lo que había dentro, así entendería lo que ella piensa y seria como ella, yo quería ser grande igual a Georgiana para poder volver a jugar con ella como hace con sus amigas, también quiero fumar unos de esos cigarrillos que aveces fuma en secreto en el jardín trasero cuando mama y papa nos dejan solos a mis hermanos y a mi.

golpee su cabeza quince veces como Amanda me dijo hasta que se abrió como unos de esos huevos de chocolate que comemos en pascua, pero este no estaba relleno de bizcocho y dulces, mas bien era como mermelada, metí mi mano, tome esa cosa viscosa y la metí en mi boca, sabia feo pero Amanda insistía en que lo hiciera así que lo hice, llene mi boca de lo que tenia dentro de su cabeza y lo trague todo hasta que estuve satisfecha, me dolió un poco el estomago pero solo fue un ratito.

ahora Amanda quería que fuera por David, decía que el era el peor de todos, que era muy tonto, descortés y grosero, ademas por culpa de el mama ya no me quería tanto, ya no me llevaba cada sábado al parque de diversiones como solía hacer antes de David.

corrí al cuarto de David, no pasaría nada si el me escuchaba por que no podía hablar y no le contaría nada a mama; tome un banquillo, subí en el y saque a David de su cuna, baje a la cocina y abrí el horno como Amanda me dijo, metí a David dentro yo se que así aprendería y seria feliz al igual que mama, aveces la escuchaba llorar en su habitación y le decía a papa que David no la dejaba dormir, eso a mi me molestaba mucho.

encendí el horno... ahora a manda se acerco y me susurro muy bajito.

-Es tu turno de ser feliz Regina...

Yo le hice caso a Amanda, ella siempre me enseña cosas buenas, ella es mi mejor amiga, aun que todos decían que no existía, yo la escucho, yo la entiendo y gracias a ella yo no estoy sola ni ella tampoco, quiere que vaya con ella, pero yo le dije que no quería dejar a mama, Fabio, georgiana o incluso David... yo le conté a papa lo que Amanda me pedía y el me dijo, que tenia que hacerle caso a Amanda si de verdad era mi amiga, que el estaría bien, que el tendría a mi otra mami o al menos así dice que la llame, hasta que Amanda me ordenara ser feliz.

subí a la azotea y volé, volé hacia la luz como Amanda me pidió, con mi mami, Fabio, David y Georgiana... ahora era mi turno de ser feliz como Amanda me dijo...