Maratón 5/10

Cuando Xiao Zhan bajó del auto se estremeció tan intensamente, que HaiKuan le tocó las manos para intentar entibiárselas un poco.

—Pondré el humidificador y luego te daré una botella de agua caliente. -

La acción de HaiKuan parece muy natural, al sostener los dedos de Zhan para después meterlos bajo el bolsillo de su ropa.

Zhan se aproxima todavía más y pregunta:

—¿Va a seguir haciendo frío en los próximos días? Escuché en el radio del auto que seguirá lloviendo. -

HaiKuan utilizó la mano que tenía disponible para sacar sus llaves del pantalón y abrir la puerta. La temperatura de adentro era peor que la de afuera:

—El invierno siempre ha sido así... Pero no debe tener miedo. -

Zhan se lamió los labios y no le respondió, se cambió los zapatos y fue directo al dormitorio para encender las luces. Cuando el doctor regresó a la habitación después de un tiempo, Xiao Zhan ya se había bañado y tenía el cuerpo ligeramente envuelto con una bata de cuello en V, de terciopelo color coral. Estaba tendido sobre las almohadas, bostezando.

—¿Vas a dormir ya? —Liu apoyó el dorso de su mano en la frente del pelinegro. Le alegraba percibir que su temperatura era normal así que añadió—: No comiste nada en todo el día, ¿Quieres intentar probar un poco de pan? -

El menor negó con la cabeza:

—No es necesario.

HaiKuan se sentó a un lado de la cama. Después de frotarse las palmas, las colocó sobre la del pequeño Zhan. Se sentían secas, pero eran hermosas.

—Dime si te sientes incómodo en algún lado. ¿Tienes algún tipo de malestar estomacal? -

HaiKuan le frota un poco más las articulaciones de la muñeca antes de deslizar los dedos unos centímetros por arriba de su ombligo. Le acaricia en círculos... Y entonces percibe que el pulso de Zhan aumenta considerablemente.

—¿Qué pasa? —HaiKuan vio que algo estaba mal. Siempre había algo de preocupación en su corazón cuando se trataba de Zhan—. Debes decirme si te duele. Recuérdalo.

Los labios de Zhan temblaron y sus ojos parecían estar esquivando los suyos.

—Tú... ¿No quieres acostarte temprano también? -

HaiKuan no podía sentirse más preocupado. ¡Zhan básicamente le estaba dando todas las razones para estarlo! Extendió la mano y apagó la lámpara de noche. Se recostó a un lado de Zhan y pegó los labios sobre su frente para decir:

—Duerme, todo estará bien porque estoy aquí contigo. -

En la oscuridad, el doctor estaba completamente tranquilo. Escuchaba su respiración regular y sentía su calor bajo las yemas. Llevaban días así, recostados uno junto al otro en una cama pequeña... Era raro que existiera una inquietante atmósfera de tensión y de torpeza. Como la de ahora.

Al principio, HaiKuan pensó que el ambiente era un extraño invento creado por las necesidades de su cerebro. Pero Zhan le rodeó con sus brazos por la espalda... Las cuerdas en la mente del doctor se rompieron. Su instinto se encendió, su sistema podía percibir que aquel contacto era una invitación llena de significados sugestivos. Además, Liu HaiKuan ya estaba lo suficientemente sensible.

El abrazo de Xiao Zhan es muy ligero, parece estar un poco confundido en cuanto a lo que tiene que hacer, y trae para HaiKuan unos suaves y dolorosos roces al interior de sus piernas utilizando las suyas... Zhan no era una persona completamente desinhibida, pero para su fortuna estaban en la oscuridad —No tendría el coraje para acercarse si no fuera así— HaiKuan no es un hombre que pueda controlarse. Cuando tuvo la oportunidad de tener sexo con bellas mujeres en el pasado, lo aprovechó totalmente sin ningún tipo de queja. Sin embargo, ahora está rígido a más no poder. No lo esperaba, ni siquiera se lo imaginó. ¿Cómo podría tan siquiera estar dispuesto?

—¿Todavía tienes frío? —Liu sujetó la mano de Zhan que estaba bajando por su cintura. Lo alejó, se incorporó un poco sobre el colchón y dijo—: Entonces voy a aumentar la temperatura del aire. -

Zhan rápidamente retiró su mano y se agachó completamente en la oscuridad. Hay un poco de hielo en su voz cuando susurra:

—No... ¿No quieres? -

HaiKuan se sorprendió. Estiró el brazo para encender las lámparas que estaban en el escritorio y cuando se dio la vuelta, observó a Zhan sentado abrazando sus rodillas contra su pecho.

—¿No dijiste que te gustaba? -

Xiao Zhan sintió por un momento que estaba siendo insultado.

—Me gustas. -

—Sé que no soy suficiente para hacerte sentir bien... Pero puedo intentarlo. Ni siquiera me viste, no puedes negarte sin verme antes. — Zhan dijo lo último con un fuerte temblor que fue la premisa para un incontenible llanto—: ¿Me veo tan mal? -

HaiKuan no dijo ni una palabra, sus emociones estaban a punto de salirse de control. No estaba pensando bien, no entendía qué hacer.

—Realmente no me veo bien ahora, lo sé... Pero nunca voy a verme mejor. —La voz de Zhan parece angustiada y suena muy cruel—. Yo no quería darte asco... -

Los dedos de HaiKuan están temblando. Todo él se siente absolutamente mareado, como si le faltara oxígeno. Pero se levantó, buscó una manta y la puso encima de Xiao Zhan.

—No pienses demasiado, no llores... Primero debes dormir. -

HaiKuan se quedó a su lado el tiempo suficiente como para hacerlo dormir. Lo tiene abrazado, y mira cuidadosamente el pequeño halo de las estrellas y de la luna en el hueco de la cortina... Está inquieto, pero no quiere dejarle. ¡Es tan estúpido! Siente que le ha fallado nuevamente a esa persona. Incluso si no fue intencional, incluso si intentaba cuidarle... Sabe que Xiao Zhan va a volverse ahora más renuente.

Pero no quiere convertirse en otro Wang Yibo.