HaiKuan abrió la tapa de un pesado termo cromado. El ligero aroma a limón acompañado por un toque de hierbas, flotó e impregnó todo el lugar.

—Es un producto naturista, mi amigo trabaja en la farmacia y lo consiguió para mí. Debería saber bien —dijo el médico.

Zhan va a recoger los platos cuando escucha:

—Pruébalo por favor, no esperes hasta que se caliente. -

El pelinegro se echó a reír y bromeó:

—¿Qué tan alto es el salario de un médico ahora como para conseguir algo así? ¿Está relacionado con el estado de ánimo del paciente? -

El castaño no dijo nada. Firmó un informe médico que tenía a la mano, tomó un taburete y se sentó junto a Zhan:

—Vamos a comer juntos entonces. -

Zhan abrió la boca, aunque no pudo salir nada de ella. HaiKuan se mostraba algo angustiado también. Cuando le entregó los palillos al paciente, murmuró dos frases más:

—No tengo familia y quiero que alguien me acompañe a cenar. No esperaba que te avergonzara tanto. -

Se da cuenta de que A-Zhan está moviendo la cabeza:

—Hay médicos que no son tan buenos, así que me siento halagado. —Se rió apresurado. HaiKuan también curvó levemente los labios y de repente quiso tocar las largas pestañas que sobresalían de los párpados de Zhan. su nariz y esas hermosas mejillas que lucían muy suaves.

El doctor, es en realidad una persona muy decidida, supone que es debido a su trabajo. Si quiere algo, hace lo necesario para obtenerlo... Hoy, sin embargo, solo le basta con permanecer en el corazón de Zhan por una noche.

Le cuesta mucho concentrarse en su trabajo porque piensa en él. Tal vez es estúpido por esperar tanto, y mientras piensa en eso revuelve el tazón de su sopa.

—¿No tienes hambre? —preguntó HaiKuan con un tono bajo. Vio que Zhan solo había movido sus palillos una y otra vez y no estaba sosteniendo nada con ellos.
Cree que esos palillos son más afortunados que él.

Zhan negó con la cabeza.

—No, es así en casa también... No logro tener apetito. -

—Estoy buscando a alguien que sea compatible contigo lo antes posible. Ya sabes, hablo de la médula ósea. -

Liu cree que la enfermedad de Zhan puede curarse. Es más, cree que puede sobrevivir porque está hablando precisamente de Xiao Zhan, y la situación es naturalmente más personal.

La quimioterapia del pelinegro no le está ayudando. El tratamiento actual no es una mejora en absoluto, pero se está esforzando y está decidido a que el otro se esfuerce también.

—Gracias. -

Zhan no tiene ningún rastro de alegría en su expresión.

—Tu enfermedad... ¿Él lo sabe? -

HaiKuan continúa luchando con sus emociones e intencional o tal vez involuntariamente, hace preguntas sobre su relación.

Quizá es su imaginación, pero Liu HaiKuan sintió que la cara de Xiao Zhan estaba más pálida que antes. Sus cejas estaban aplastadas por un gran cansancio. Luego habló, y no hubo ni siquiera una leve oleada de dolor en su voz cuando dijo:

—No quiero decirle. -

HaiKuan no preguntó mucho. Él sabe que Zhan debe tener dificultades indescriptibles, y la relación que ellos tienen no da como para indagar todavía tanto.

Pero Liu no tiene sentimientos de culpa por involucrarse. Rara vez quiere a alguien. Tendría vergüenza de sí mismo si no trata de perseguirlo.

—Si te resulta difícil, solo dale pequeños sorbos a la comida de ahora en adelante. Te recogeré mañana para ir a traer la medicina. — HaiKuan no quería dejar que Zhan se sintiera apenado por eso. Se lavó las manos y tomó la ropa del menor— Bueno, vamos. Te llevaré a casa. -

El pelinegro sabe cuántos problemas le está dando al doctor. Básicamente lo molesta todo el tiempo desde que comenzó su tratamiento, y su corazón no está tan tranquilo. HaiKuan es muy atento, amable con todo. Al final, se lamenta de no regresarle nada.