♫♫♫ ~ Debo haber perdido la cabeza, no estoy seguro

Si puedo aguantar todo este tiempo sin ti,

al final eres todo lo que tenía

Realmente había perdido la cabeza...~♫♫♫

El tiempo pasó rápidamente, y en un abrir y cerrar de ojos, estaban ya a mitad de enero.

Xiao Zhan está un poco mejor, sale a caminar, pero no va demasiado lejos. En el pasado, cuando tenía mala salud, se envolvía en una gruesa manta de cachemir y leía largamente, sentado en la silla que tenía forma de nido. Ahora, A-Zhan entiende que no debe mirar la televisión porque es fácil marearse y luego siente la cabeza adolorida. No se encuentra cómodo leyendo por su cuenta y, a menudo, duerme a mitad de la tarde.

Lo que más teme HaiKuan ahora, es ver a su Zhan dormir.

Cada vez que lo encuentra tendido en el colchón, un sudor frío le recorre por completo el cuerpo... Tiene miedo de que algún día esta persona duerma tan tranquilamente que ya no esté dispuesto a despertar.

Zhan descubrió un día que el doctor tenía un alma puramente artística. El hombre a menudo escribe y pinta en un lugar cercano a él, con un enfoque encantador y acuarelas brillantes. En este día, Liu finalmente levantó la cabeza de su oleo tras darle unos últimos toques, se relajó bajo el cálido sol de la tarde y preguntó:

—Tu cumpleaños será pronto, ¿verdad? -

Zhan se inclinó un poco hacia adelante. A excepción de las personas en el trabajo de Wang Yibo, nadie más tenía idea sobre eso:

—¿Cómo lo sabes? -

HaiKuan sonrió y dijo:

—En el pasado respondiste un formulario médico. Tenías que llenar una casilla con la fecha de tu nacimiento... Y yo la memoricé. -

Xiao Zhan no se siente particularmente incómodo por eso y está dispuesto a hablar con el médico por más tiempo del que lo ha hecho en otros días:

—Bien. Ahora dime, ¿qué estás pintando? -

—No te lo voy a decir. -

Zhan tenía mucha curiosidad:

—Entonces, ¿me llamaste y también a los perros nada más para que no te sintieras solo? -

—Así es... —El corazón de HaiKuan está más cálido que el Lago cuando Xiao Zhan está junto a él... Pero obviamente, esa no fue la razón principal—. Cuando estás mejor, los perros también se sienten más animados y corren un montón. -

El sistema inmune de Zhan ya es muy débil. Aunque los animales están entusiasmados y le llevan constantemente ramas a los pies, HaiKuan no está tranquilo. Sin embargo, ¿cuál es la otra opción? ¿Dejarlo encerrado? El castaño niega con la cabeza para quitar esas ideas destructivas de su mente y, después de pensar por un momento, se apresuró y dijo:

—¿Te gustaría que comprara juguetes para los perros y para los gatitos también? -

Zhan sonrió con alegría:

—¡Sí! Quiero que les traigas unos de esos muñecos hechos con calcetines. Trae muchos, porque no quiero que se peleen por ellos después. -

HaiKuan se inclinó hacia Zhan y le elevó la barbilla con los dedos.

—Lo haré si me das un beso. -

El pelinegro se quedó en blanco por un momento, pero logró contestar:

—No me molestaría hacerlo. -

Esa pequeña oración cortó el autocontrol de Liu HaiKuan justo a la mitad, no lo pensó de nuevo y se inclinó rápidamente para besar la mejilla de Xiao Zhan.

Los ojos del pelinegro se cerraron... Y suspiró.

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Gracias a la eficacia de HaiKuan, las cosas hechas con calcetines llegaron pronto.

Después de eso, la relación entre los dos parece estarse desenvolviendo mucho mejor que antes. HaiKuan ya no tiene vergüenza en mostrar de una manera más descarada sus sentimientos. Al principio, se sentó con un libro al lado de Zhan y leyó un par de capítulos en voz alta. Cuando el pequeño Zhan no pudo seguir prestándole atención y cerró los ojos, HaiKuan sacó entonces sus poemas. Poemas de amor extranjeros, persistentes y cálidos. Los leyó desde el principio, sin hacer pausas. Los leyó en inglés americano y en inglés británico también. Finalmente, se los susurró en francés junto al oído.

Xiao Zhan no tiene un corazón duro. Además, cuando es más necesario estar acompañado, no puede resistirse al profundo calor que le ofrece el doctor.

Wang Yibo y Liu HaiKuan, no son lo mismo. A Yibo le interesaba amar al joven de diecisiete años de edad que conoció en la escuela secundaria. HaiKuan ama al hombre que tiene una enfermedad terminal.

Pero ambos casos, son un asco.

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El clima en Beijing es muy malo. Hay pocos días soleados y muchas semanas destinadas al viento y a la nieve. Este es el invierno más frío y más largo que Wang Yibo haya visto, y trae consigo el recuerdo de una pálida desesperación. Acostado en la cama por la noche, solo queda una persona en su mente...

Recientemente, su adicción al cigarrillo ha sido mucho mayor. Ya sea en casa o en la empresa, el cenicero sobre la mesa tiene siempre una capa muy gruesa de colillas. Más tarde, Yibo también bebe y se emborracha a propósito en su casa. Si pudiera estar ebrio todo el tiempo, pasaría las noches sin preocupación. Sin temor a despertar en medio de la madrugada, y su soledad seguramente disminuiría, tiene pesadillas recurrentes. El sueño del primer día será siempre el mismo que el del segundo día. Sueña a menudo con Zhan, solo en su casa. Tiene un pijama blanco y camina una y otra vez en la gran sala. Nunca mira en su dirección, sus pasos son lentos y las puertas de los dormitorios se abren una por una cada vez que va avanzando. Ese día, sin embargo, el sueño de Wang Yibo tenía una voz, y Xiao Zhan se quedaba todo el tiempo tras una puerta. Finalmente, cayó exhausto en el suelo, con lágrimas sobre sus mejillas que formaban un charco. Con la voz rota le dice:

—Yibo baobei... No puedo encontrarte. Regresa... -

El llanto se hizo más y más profundo. Más tarde, Yibo notó que las lágrimas en el suelo se convirtieron con lentitud en sangre y, finalmente, el Xiao del sueño levantó la vista con su cara pálida y su boca escurriendo de sangre también...

—Yibo baobei... -

Yibo se despertó, y ya no se atrevió dormir.

—Me equivoqué... —El corazón de Wang Yibo se desgarró de dolor. Se sostuvo el pecho y sin darse cuenta, sujetó también su estómago—. Me equivoqué... Zhan, mi pequeño Zhan... Yo nunca volveré a... Estoy equivocado... ¡Estoy equivocado, Zhan...! -

Al principio, Wang Yibo pensó que su angustia era la causante del inmenso dolor que le irradiaba hasta el abdomen, pero más tarde colapsó en la empresa y fue trasladado al hospital para ser examinado.

El corazón de Yibo realmente tiene un problema. Uno médico. El dolor es abrazador y los labios se tornan entonces azules...

Quiere, enserio, quiere ver a Zhan...                                 

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Holaaa Holaaaaa 👋🏻
Les dejo este capítulo, disculpen la demora, la salud no está muy buena que digamos 🥲, así que haré lo posible para darles una maratón.

Así que dejen en los comentarios su elección:
✨5
✨7
✨10

Nos vemos!!

L@s quierooo 🥰

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