Capitulo 3
El omega normalmente lloraba, eso lo sabían todos, pero nunca lo habían visto tan destrozado. No se apartaba de Mikey y eso tenía aún más tensos a todos ahí presentes.
El líder soltaba feromonas agresivas y ocultaba al omega en sus brazos, el único valiente que se atrevió a acercarse fue Draken.
-Que sucede Takemichi?- preguntó directamente al protegido, pero este solo se aferró más al cuerpo del alpha.
-Fue a aclarar las cosas con la omega- contestó con recelo Mikey.
-Y que sucedió? ¿No se supone que la chica ya lo había aceptado?
-Tú dime- su voz sonaba casi un gruñido.
Tomo el rostro de su omega y moviéndolo con un poco de fuerza para que se dejara hacer, mostró el maldito golpe que manchaba la mejilla y parte de su labio.
-Que mierda paso?- preguntó enojado de igual forma que su mejor amigo.
-Ni siquiera me dejaron hablar... Naoto no me dejo entrar, se que mentí... pero yo si la ame- sollozo volviendo a llorar.
-Basta Takemitchy, no hiciste nada mal, fuiste a resolverlo- limpiaba sus lágrimas- no tenía derecho de golpearte.
-Fue mi culpa...
-No!- esta vez noto el enojo del alpha y su temor de enfadarlo más fue más grande que su sollozo- No debió golpearte! ¡Debió notar mi aroma... sabe que tienes un alpha! Eso fue una declaración... no te respeta y tampoco a mí, así que yo...
-No Mikey- Takemichi noto que todo aquello iba por mal camino y trato de detenerlo, dejo salir su aroma sin cuidado y se restregó sobre él- es un niño, yo... ya no me acercaré a ellos.
-Pero...
-Déjalo así.
-Pero prometiste... darme una respuesta, después de que hablaras con ella...- la mirada afligida del alpha le puso tenso, tenía razón, eso quería... pero no quería ver todavía a Hina después de lo que paso.
-Es que... no creo que me quieran escuchar.
-Esta vez te acompañaré...- dijo más calmado y tratando de consolarlo.
-No te enojarás?
-Me voy a contener, lo prometo...
Takemichi estando por segunda vez en ese departamento, toco la puerta con miedo... di antes estaba nervioso, ahora parecía que le daría un ataque de nervios.
Hasta que sintió la mano de Mikey entrelazar sus dedos y su aroma protegerlo. Su mente quedó absorbida por el alpha y parecía haber olvidado su verdadero propósito, hasta que le abrieron la puerta.Esta vez quien salió fue Hinata, el ambiente se volvió tenso y las feromonas empezaron a revolotear, estaban marcando territorio y dando una advertencia.
-Hina... solo quiero hablar- interfirió el omega al sentirse incómodo con el aroma tan amargo que expandía.
-No tenemos nada que hablar, ya quedo más que claro que terminamos- suspiro- y necesito tiempo para aclarar las cosas.
-Pero...
-No quiero hablar ahora contigo...
-Por lo menos se merece una disculpa- intervino el alpha.
-Porque? Él es el que me engaño
-Y tu hermano lo golpeo, Takemitchy vino a pedir disculpas por su error, es justo que ustedes lo hagan también.
-Pero...
-Ahora!- su voz resonó y el mandato les hizo agachar la cabeza en forma de sumisión.
-Porque lo defiendes? Fue mi novio... el problema es nuestro, así que... déjanos en paz.
-Vino él solo y lo dañaron, ahora pidan disculpas!
-No lo haré, me dijo ser un beta... como voy a justificar ahora que todo este tiempo estuve con otro omega! Lo quiero, pero... es asqueroso lo que hizo.
Al omega rubio se le formó un nudo en la garganta, se sintió asqueado consigo mismo y sentía que las palabras de la castaña tenían sentido. Probablemente siendo omegas, le causaba un choque a la chica, después de todo, su especie siempre se ve atraída por gente más dominante...
Él ella enamorarse de un omega debía de tomarlo como un error, una aberración y de nuevo... no es que fuera prohibido, pero no para todos era normal, y claramente para ella era horrible. ¿Qué le quedaba? ¿Para que hizo todo aquello?
Todo el rencor que le tenían en el futuro era lo mismo, no arreglo nada, solo dio más problemas o no, pero ahora era consciente de ello.
-Que hace otra vez ese asqueroso omega aquí?- volvió a escuchar la voz de Naoto y no pudo evitar empezar a llorar.
Lo consideraba un amigo, en el futuro todo dependía de ellos, confiaban el uno en el otro y joder, también lo vio morir, pero ahora solo había odio y desconfianza en su voz, ya no lo soportaba.
-Perdón... perdón...- se le cortaba la voz y le costaba mantenerse de pie.
Solo quería desaparecer.
-Takemichi... - escucho la voz del alpha y solo provoco un quiebre más grande.
¿También le daría asco a Mikey?
-Yo lo siento...- esta vez no era para ellos, era para su alpha.
Sí... su alpha. Maldita sea, aunque la cago ante todo el mundo, no quería ser odiado por Mikey, no quería ser abandonado por él... Joder, no quería ver morir de nuevo al rubio, no quería arruinarlo de nuevo.
-Takemichi!- el gruñido ronco del alpha detuvo todo sollozo, dejándolo inmóvil en su lugar- vamos respira, estoy aquí... vamos... sé un buen omega.
Tardó un poco, pero acato la orden. Un buen omega... resonaba esa frase en su cabeza, todo su cuerpo temblaba ante el deseo de complacer a Mikey.
-Desaparece tu aroma! Estás lastimando a Hina- intervino Naoto.
-No...- gruño Mikey- solo quiero poner a salvo a mi omega, así que olvidemos todo lo que paso hoy... vale? Si no quieres vernos de nuevo... bien, pero tampoco podrás buscarlo después.
-Claro que...
-No! -intervino Hinata- esto no es lo que quería... solo deseaba mi espacio, no quería que sufriera, yo... quiero ser su amiga, pero...
-Dejémoslo así, si Takemichi quiere verlos esta bien... pero mientras...
-Bien- acepto Hina de inmediato- y yo también lo siento...- dijo directamente a Takemichi antes de entrar a casa.
Naoto entro de igual manera y fuera en la obscuridad quedaron los dos chicos. Se escuchaban pequeños sollozos, pero no duraron mucho tiempo.
-Vamos a casa Takemitchy...- le susurro Mikey al oído, mientras lo cargaba con facilidad.
El omega en reacción enredo sus brazos al rededor del cuello de Mikey y sus piernas en su cintura, dejando que su aroma lo tranquilizara.
-Lo siento...
-No hiciste nada malo- Mikey parecía tranquilo y hasta cierto punto feliz.
-No... me dejarás solo verdad?
-Nunca...
Se sintió tan bien escuchar esa palabra, su cuerpo se relajó a tal punto que empezó a ronronear y a restregarse en el alpha, tratando de conseguir su aroma e impregnarse de el.
-Te prometo Mikey que estaré a tu lado... hasta el final.
-No pienses en eso... aún no es tiempo.
-Tengo que prometerlo, lo necesito.
-Bien, entonces prometo lo mismo.
-No... no puedes abandonarme antes de tiempo, lo entiendes?
-Y tu tampoco puedes huir- el alpha rio, talvez estaba tomando esas promesas como parte del delirio del ojiazul, pero la verdad es que era un ruego silencioso
-Bien... es una promesa de por vida...
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