Te amaba y te amaré siempre.
13 años después.
La vida no había sido fácil estos últimos para William a pesar de ser el decano más joven pero su puesto peligraba por un error mas en su lista de problemas: alcohólico, sarcástico y rebelde.
A pesar de tener dinero para retirarse en paz y vivir como un aristócrata, no tenía lujos. Todas las tardes se sumergía en el alcohol y miraba las carreras de caballo, un deporte que ni entendía pero su rutina era ver esos partidos con un vaso de cerveza... tardaba para embriagarse pero esto hacia que el efecto del licor con los medicamentos que tomaba solo para sentirse... para sentir al menos algo en el bar cercano a la universidad.
Su vida había pasado de ser perfecta, con una hermosa esposa y un hijo perfecto a la del solitario divorciado que había arriesgado todo...por absolutamente nada, esos 13 años su ex esposa se había ido de su casa por su cuenta... en ese momento no lo había entendido, pero al subir a su habitación y encontrarse con pocas cosas desparramadas en el suelo, Williams pensó en lo que Gigi le rogaba todos los días que hiciera, en la mañana siguiente corrió a ver a la hermosa alumna del cual tenía meses saliendo y ella misma se había acercado a él sin interés, todo iba de maravilla: sexo en donde pudieran hacerlo, no se quejaba de nada, le parecía sexy estar con un hombre mayor... incluso charlas después del sexo en latín, "Luna de miel" como se burlo su hermano al verlo entrar a la iglesia con la sexy estudiante... Hasta que la tesis que él termino realizándole a La inteligente chica al ser aprobada y a su vez sus primeros trabajos del doctorado en los textos de Dante, fue desechado al igual que él había hecho con Eve, luego que ella diera tanto por su felicidad.
Tal vez fue castigo divino o el mismo karma, cosa que no entendía; ya que al haber dejado de tomar sus pastillas, después de haber sido dejado por Gigi, tuvo una fuerte convulsión, ¿Qué diablos le importaba a Eve si no duraba lo suficiente o si muchas veces le costaba mantenerse? Ella lo amaba y lo quería mucho mas que solo el sexo, pero quería presumir frente a la sexy Gigi, y esto le valió una desmejora quedando inutilizado mucho mas del la mano izquierda.. Y lo peor de todo ese satírico destino: es que era zurdo.
Su madre había muerto hacía unos años molesta con su hijo consentido y había dejado de hablar con Cindy... ya que no perdonaba como había tratado a Eve, aunque él tampoco lo se lo perdonaba... sin tener valor de volver a verla a ella o a su hijo Harry que ahora tendría unos 20 años a 21. Eve había sido el amor de su vida y no sabia como pedirle disculpas o como arreglar todo, se había dado cuenta tarde... Ya cuando su compañía era una botella de licor.
Seguía viviendo en monotonía, ir solo del bar a su oficina en la universidad , ya que ir a aquella casa donde tantos recuerdos tenía de ella, la habitación vacía con pocos vestidos de ella que conservaban su aroma... Y su ultimo frasco a medio terminar de Colonia de niños y de allí era de donde esa fragancia de Lavanda provenía.
Querer volver el tiempo para reprocharse a si mismo tales palabras tan horribles que le había dicho, no sabía porque lo había dicho.
Sus palabras de odio en ese momento sus cabellos rizados pero eso fue lo que lo habían enamorados cuando se inclino para ofrecerle ayuda, en el momento que fueron en su apestoso caballo, rodeándole con sus brazos su pequeña cintura... el olor a lavanda... y las cosquillas que siempre tenía cuando ella se apoyaba en su hombro dejando caer su cabello en su brazo después de hacer el amor.
Esa cadera que muchas veces lo hizo perderse con locura, y Aquellos pezones de los cuales fueron su entrenamiento antes de dormir. Él mismo había descuidado esa hermosa relación, él mismo había sumergido a aquella chica alegre a la miseria con aquella expresión cansada que nunca lograba sacar de su mente ni por más drogas que tomará.
Le daba vergüenza volver a verla, quería dejar las pastillas para volverse impulsivo e ir a buscarla, pero siempre le detenía el miedo, con lo bella y adorable que era ella seguro tenia ya una familia formada con un hombre mejor, era lo que ella siempre mereció, se lamentaba mientras jugaba con su vaso, escuchó su nombre en la barra.
— ¿ El profesor William S. Fox? En la universidad me dijeron que podía encontrarlo aquí. — pregunto una voz juvenil y femenina, pero el despreció era notable por mas que intentaba sonar amable. El mesero lo señalo y William se dio vuelta ya que los había escuchado por lo callado que estaba un bar a las 4 de la tarde un lunes, los cabellos castaños estaban pintados de canas y el cuerpo atlético que él Tenía solo quedaba en su altura, ya que ese ataque había atrofiado mas su pierna y su brazo, y al no tener a nadie otra vez a su lado, el deseo de estar bien para lucirse en el sexo o poder ser "normal" había quedado en el olvido.
— Soy yo.. ¿Qué desea? Pregunto mirando a la jovencita frente a él, usando dos clips en los cabellos de su frente y sus rizos largos de color negro con varios cabellos rebeldes en su frente la forma que la jovencita lo miraba de arriba abajo hacía que se sintiera familiar esa mirada de despreció y soltó una mueca de burla irónica..
— Yo.. me llamo Megan... soy... no importa- se interrumpió nerviosa pero seguía siendo grosera en su tono de voz-, solamente quería hablar con usted Profesor— dijo extendiendo la mano de forma adulta, William extendió la mano y miro a la joven con zapatillas deportivas negras, jean gastados con una chemise rosada frente a él, no era la típica mujer que iba a buscarlo, desde el escándalo con Gigi, mas de una intento seducirlo por ver que era un idiota que se dejo llevar una minifalda, debajo de su brazo tenia una caja de madera y la forma que lo sostenía parecía que bastante valioso.
— Doctor Fox.. pero puedes llamarme William. —- agregó confundido observando los gestos de la niña.
— No me interesa doctor Fox. Yo vengo de parte de Eve.. Eve Oliveira.
— ¿Oliveira?
— ¿Acaso olvidaste el apellido de tu ex esposa?— pregunto sarcástica, luego de un silencio entre los dos por la sorpresa que había recibido la niña continuó— soy su hija. Dijo con frialdad, cómo si quisiera ¿ molestarlo?
— ¿ hija?
— Si hija..¿O solo hablas Latin? — preguntó sarcástica — ten mi madre hubiera querido que tuvieras esto,— dijo dándole la caja y William la miro extrañado... ya entendía la similitud, era su hija.. pero mirándola fijamente parecía ser una chica de 12 o 13 años, ¿pero porque me traía esto? Se preguntaba William.
— No perdió el tiempo Eve... me alegra.— Se sonrió levantando el vaso a medio beber.
— No lo entiendo. — musito levantando un lado de su labio superior.
— Lo digo por ti, veo que se volvió a casar, me alegro... se lo merece —
— ¿ casar? Mi madre jamás se volvió a casar.— le interrumpió ofendida.
— Entiendo ¿ y como esta ella? — preguntó William sonriendo extrañado, entonces ella vivía en concubinato... "me alegraba por ella, al menos uno de los dos tenía que ser feliz" sonreía al ver a esa hermosa pequeña frente a ella.
— No te hagas el que te interesa saber de ella, si no la buscaste en todo estas años.— contestó sarcástica — Quédate con la maldita caja de una vez y ya, continúa con tu vida de mierda... alcohólico.. dijo murmurando arrojándole ¿Qué clase de modales le había enseñado Eve? La niña dejo la caja en la mesa y girando para irse del lugar.
— Espera niña... ¿Megan...- la llamo recordando ese nombre de Eve, siempre quiso tener una niña y llamarla Megan... y está se giro y lo miró con odio casi que asesinándolo con la mirada.
— Si me interesa... dime donde están viviendo tú...y .. tu madre... Eve.
— ¿ siquiera te acuerdas que tienes un hijo? ¿Nos abandonaste y quieres que te diga de mi madre? Te traje esto por que en esos malditos diarios ella no dejaba de hablar de ti. Ni cuando se murió dejo de pensar en ti en un momento y tú.. tuu... — acentuaba con lágrimas en sus ojos— tu maldito infeliz solo estas aquí bebiendo una tarde mirando unos malditos caballos—. Grito enojada mientras las lágrimas de impotencia se vertían por sus mejillas y los pocos presentes se giraron a ver la escena, incluso el cantinero había despertado por los gritos agudos.
— Mmmu..muu... Eve.. ¿Murió? — preguntó con los ojos abiertos y una expresión sombría.
— Si.. esta muerta y en parte por tu culpa y espero que te quede en la mente... papi...— le señalo con la boca mientras se iba, William procesando todo sin comprenderlo salió corriendo detrás de la niña y se regreso a buscar la caja, ya cuando la vio era tarde.
— ¡Espera...! le gritó y la vio tomar un taxi e irse en el. ¿ Eve.. esta muerta? Se pregunto y miró la caja en sus manos.
Abriéndola miró los cuadernos que habían en esta que eran parte de algunos de sus diarios. Ella tenía la costumbre de escribir su vida en pequeños cuadernos cuadriculados, no era todos los días si no cuando se recordaba que debía escribir, además habían pocas cosas en caja, sus fotos de jóvenes, y una que le llamaba demasiado la atención, aquella foto reunidos en un prado lleno de flores amarillas, él ocultando la cara detrás de su espalda y ella sonriendo emocionada, recordó como la hermosa chica lo beso en ese lugar cercano a su casa y a su vez abajo encontró la foto de su boda ambos jóvenes y sonrientes, Eve con sus rizos planchado y solo dejó un rizo en su frente, y en el fondo encontró su hermosa alianza.
Aquel anillo que él había ocultado en el fondo de su gaveta por el recuerdo pesado de la forma que la había corrido de su casa, aun lo tenía consigo, pensaba que Eve lo había botado ese día pero no, se sentó y leyó confuso los álbumes rápidamente donde ella solo relataba el dolor que sentía de vivir sin él y de como se entero que estaba una vez embarazada y de su rostro lleno de vergüenza, odió por si mismo...
Tan solo ella era Tenía cuatro meses cuando se fue de casa y todo producto de la ultima vez que él la había utilizado para satisfacerse, de una simple penetración para no ensuciar sus manos...Y por no sentirse aburrido ese día, todo lo qué había hecho durante esos 7 años estaban relatados en esos gruesos cuadernos, además de los 13 años que vivieron separados.
— Megan... es mi hija.. — se dijo mirando el diario, sintiéndose dolido por toda la información que tan solo había recibido en 30 minutos, decidió ir a buscar las llaves de su auto de la oficina y encenderlo aún algo mareado por haber tomado licor, había una persona que podía haber ayudado a la pequeña ya que ella misma no iba a saber en que bar se encontraba y esa persona tenía mucho que rendirle.
....
— Ed... ¿Dónde esta la niña? Pregunto William furioso tocando la puerta con insistencia,su hermano lo miró incómodo y vio el estado de ebriedad y sentía el olor a licor provenir de él y posiblemente al borde de un ataque.
— ¿ tomaste tus pastillas y tomaste otra vez? Vaya, un próximo funeral... Genial ¿Qué esperas volver a matar a tu madre?— Pregunto irónico mientras encendía un cigarrillo.
— No me tomes por un idiota, ¿ dime donde esta la niña? Donde esta Megan? Gritó histérico y Ed suspiró y puso los ojos en blanco.
— Cálmate, tú no puedes entrar a una casa a gritar.. tienes suerte que mi esposa este de viaje para ver semejante espectáculo que estas montando, al menos preguntarme como estoy , her-ma-ni-to — se burló y le echó el humo encima.
— Deja tus ironías y respóndeme lo que te pedí. — exigió y William suspiró y miro a la niña que los observaba al pie de las escaleras.
— Megan... Tú...— ¿Cómo decía que ese hombre maldito era su padre de forma amable? Pensó Edward —, el hombre que puso su esperma esta aquí — dijo de mala gana apartándose y la adolescente bajo molesta pisando con fuerza.
— Gracias Ed , siempre sutil.— Respondió William sarcástico. — eres mi hija ¿ verdad? ¿ Por qué no me dijeron nada?.
— Nos echaste de tu vida por irte con una puta rubia, ¿ crees que mi madre no supo que la cambiaste rápidamente por una veinteañera? Si ni querías a tu propio hijo menos me ibas a querer a mi.. — gritó furiosa y Ed trago en seco por escuchar el semejante lenguaje de la niña vestida de rosado y pantuflas de osito.
— Pero viniste a casa de mi hermano.. él ni quería a Eve, siempre decía que no se casara conmigo. Ni me dijo nada ¿ él si sabía todo?. Y lo miró incomodó y él se hundió entre hombros.
— Si.. yo siempre lo supe, pero era la privacidad de Eve y su decisión... incluso en cama conectada a una maquina , no quiso que no te dijéramos nada.. no iba a obligarte a hacer algo que no quisieras, como tener la responsabilidad de ser un padre De dos niños y tu comportándote cómo otro adolescente.
— Pero yo siempre los quise a ella y a Harry.. él era mi hijo.— y la niña lo miró furioso.
— No maldito viejo... él escucho todo lo que dijiste, él rechazó.. Harry te odia y odia que tu hayas sido el motivo por el cual mamá enfermo... verla alli en cama por culpa de la depresión y la falta de comer para trabajar para criarnos.. sola... ¿ sabes cuanto se rompió el lomo para regalarme una muñeca? No tienes idea... — le reclamó y Ed asintió la cabeza apoyando a la muchacha, él lo había visto y sabía lo terca que había sido por no querer ayuda de la familia de William sin siquiera él ir a buscarla, no quería ninguna ayuda que fueran como migajas para compensar la basura que él la había convertido.
— Pero tu si sabías que yo la podía ayudar y buscarla.— Le reclamo a Ed y este se burló en su cara.
— No hermano, ella siempre fue clara, no quiso nada de dinero de ti.. jamás Y lo sabes William, la primera vez que te trajo aquí le ofrecí dinero por su ayuda y lo apartó, nunca fue una mujer que quisiera ganar dinero fácil o mejor dicho... tu dinero, tu no la hubieras obligado a irse si hubieras sido amable e incluso ella se hubiera hecho la vista gorda por la rubia interesada, ella no quería mi ayuda monetaria por intentar enmendar tu error, ella solo quería que tu fueras por ella.. y te espero durante éstos trece años y jamás quiso obligarte a nada...
— ¿OBLIGARME? ME HABLAN COMO SI SOY UN NIÑO.— le gritó ofendido y Ed giró los ojos y se apoyó de la pared y antes que le respondiera la niña llena de odio y rencor le interrumpió.
— ¡Lo eres actuaste como uno!. Mi madre te esperó y espero que siquiera preguntaras por ella a alguien... solo quería sentir que la buscaste. Pero la ignoraste, nos ignorantes a todos.. a Harry... a mi..
— ¿A ti? Si de ti ni siquiera sabía hasta hace un momento.— le reclamó riéndose y la niña se empezó a reír llena de odio.
— Existía el teléfono... ¿Sabes? .. ella pudo vender ese maldito anillo y no lo hizo... solo por esperarte... ¡te espero 13 malditos años! —decía con los ojos inyectados de odio maldiciendo su existencia por tan solo ser hija de semejante idiota que la miraba como si viera una solución matemática sin resolver.
— Megan ... el lenguaje,— le susurró Edward y ella giro los ojos molesta, William lo miró celoso su hermano trataba a su hija con tanta confianza que le enfermaba ¿Porqué su hermano si pudo y él no?
— ¿ Desde cuando ustedes se hablan? ¿ tu.. y Eve..?— preguntó lleno de celos.
— No hermanito, me la encontré por casualidad, cuando salí a buscarla... estaba tan cerca como si esperaba por ti, al encontrarla estaba tan delgada y con la niña en sus brazos y un niño corriendo alrededor de ella, se había deprimido tanto que no comía... fue extraño pero sentí tantas ganas de golpearte enseguida, pero ella me dijo que esperaba a que te dieras cuenta... al igual que fuiste a joderle la vida cuando trabajaba en el hotel, Yo espere todo este tiempo y siempre le pedí que te dijera... pero fue tan obstinada..— gruñía y miró a la niña limpiarse los ojos y fue hacía ella para abrazarla.
— ¿Cuándo... ella..
— Murió hace 2 meses.. me vine escondida de Harry así que mañana me regresó, si duro más el regaño será mas grande — contestó cortante y William se sintió preso de la melancolía.
— ¿Harry?
— Si tu hijo... ¿o no lo recuerdas acaso? Como a tu esposa..— murmuró de mala gana Megan mientras Edward le daba palmadas para calmarla.
— Lo siento yo....— dijo William buscando en su pastillero mas calmantes. Se sentía mareado ante tanta situación y se sentó en el sillón.
— Harry debe de tener como unos ¿ 20 años cierto? ¿ A que universidad va?
— 21... ni sabes la edad de tu hijo "se nota que lo quieres... — respondió la adolescente—¿Universidad? Apenas si pagamos la Hipoteca de la casa— . Se burló la adolescente.
— ¿Yo? Pueden venir conmigo a vivir — propuso Will y la muchacha empezó a burlarse en su cara y William sintió el deseó de golpear a tal grosera niña tan hostil.
— Ni loca. Además no hablo con borrachos, tío me voy a dormir, mañana iré al terminal...— dijo sonriendo.. – buenas noches, ¿mi beso? — se señalo, Ed beso la frente de la muchacha y se despidió, ignorando completamente a William y subió.
— Buenas noches—. Le dijo mirando a la chica subir las escaleras dedicándole su última mirada hostil. — ¿Me odia verdad? — le preguntó a Ed, con su mirada lo decía todo.
— No te voy a mentir... pero los dos te odian y yo igual hermanito, te dije que arruinarías a esa chica... pero no me hiciste caso... Hubieras al menos ido a buscarla y no buscar refugio en las piernas de una veinteañera. —
— Yo... — dijo nervioso y se sentó mirando a su hermano. Él tenía razón. La había dañado y ahora estaba muerta, con dos hijos que la odiaban y sus hermanos por lo visto también.
Tambaleándose se fue de la casa hacía su auto y miro la caja llena de pequeñas cosas, su álbum de bodas, la foto de los niños, con las lagrimas en los ojos pasaba cada fotografía observando de los 13 años que se perdió, el cambió de la hermosa mujer y la evolución de sus hijos, y notó como se marchitaba en cada foto la hermosa chica que había conocido en medio de la carretera con aquellos rizos salvajes y mirada soñadora.
Sus ojos negros se habían apagado e incluso su sonrisa era triste, de ojos cansados y delgada abrazando a los niños rozagantes y alegres. Había dejado a un lado toda su vida para criarlos, sola sin ayuda por el orgullo y esperando a que en algún momento regresara el único hombre al cual amó de verdad y nunca lo hizo.
Ni siquiera después de muerta pudo visitarla cuando exhalo su último aliento.
— Lo siento Eve... lo siento por romperte...— se quejaba llorando manchado las notas de la mujer donde relataba lo que ocurría en su vida, problemas de dinero, acoso por varios hombres en su trabajo... era una simple camarera que vendió el auto y las joyas para darle una pequeña casa a sus niños, —¡Evee! Grito aventando las cosas a un lado y empezó a golpear molestó el volante, saliendo del automóvil tambaleándose de un lado a otro ya que no tenía su bastón miro su frasco de pastillas.
Solo tenía las necesarias por semana, pero el Valpron con la dosis extra de esas 14 pastillas que no tomaba y combinado calmantes serían la solución.
— ¿Qué haces? Preguntó Megan mirándolo con desdés y él se giró mirando a la niña en pijama detrás de él.
— ¿ que haces afuera?
— Es una casa extraña, no puedo dormir sin mi almohada y quise escuchar los grillos y las cigarras, en casa estos sonidos un lujo— respondió colocándose las manos en el bolsillo — ¿ Y tu que haces con tantas pastillas en mano?.
— Yo ... — se explicó lleno de nerviosismo ¿ como le decía lo que iba a hacer? Pensó ocultándolas detrás.
— No me digas que eres tan egoísta que te piensas quitar la vida frente a una niña?..
— Yo... No estas... frente...
— Estaba en la habitación ¿ una linda imagen despertar ver al bastardo que ayudo a concebirte muerto allí? Y Deja de balbucear, en verdad eres un cobarde.... Das asco — dijo tomando el pastillero. —¿ Crees que suicidándote vas a eliminar la culpa? — y antes que respndiera — No lo creo... morir de cáncer de estomago y 13 años de abandonó no van a revivirla por " suicidarte de forma dramática al estilo de Romeo y julieta — dijo en tono de burla mientras pasaba el recipiente de un lado a otro.
— Eres demasiado cruel para ser una niña.—
— No soy una niña... soy una adolescente... y es mejor que vivas, para que al menos sufras un poco más... ¿Vas a escaparte muriendo? — dijo con aquellos ojos que con a luz de la luna se veían mas oscuros que en la mañana.
— ¿Tienes que ser tan cruel? Soy tu padre... no un desconocido.
— Disculpa pero Si eres un desconocido, y no venga con la escusa de que estoy "enfermito" porque así enfermito le fuiste infiel a mami... ¿no tengo ningún hermanito bastardo al igual que Harry y yo que deba conocer? Pregunto sarcástica.
— Ya, Megan ... es suficiente... deja de actuar así, como una bruja ¿ crees que no me duele esto? Yo... no imagine que debía buscarla, pensé que ella regresaría y...
— ¿ Regresar a pedir disculpas de algo que tu debiste hacer? Leí su diario "papito"... prácticamente yo fui producto de una violación y así tu quieres... ¿ Que te traté como mi padre? Lo...
— Megan.. no sigas cosas que no son, yo no abuse de tu madre... — le interrumpió
— Si lo hiciste... y no lo niegues por que lo que hiciste estuvo mal, la trataste como un muñeco, no te importó Harry ni lo que escuchó esa noche... eso lo traumo y lo persiguió siempre y ¿yo? Yo simplemente soy una niña loca que no tiene rumbo... tu no eres mi padre ni tienes el derecho jamás de querer decirme hija, mas derecho tiene mi tío o mi hermano... Tu simplemente usaste a mi madre para satisfacer tus deseos machistas.
— Megan... — le rogó con las lágrimas en los ojos — Al menos déjame intentarlo... Eve, tu madre hubiera querido que asi sea..
— Ni menciones a mi madre con tu sucia boca..— le amenazó llorando, con esa última frase Megan se había desmoronado tratando de parecer ruda, esperando que cada palabra que decía lastimaran al hombre que los habian abandonados... pero cada vez lo decía en voz alta, quien se lastimaba era ella misma.
— Lo siento Megan — se acercó para sostenerla en sus brazos, la muchacha empezó a golpearlo con sus puños molesto, apenas era una niña que le llegaba a la mitad de su pecho, un poco mas baja que Eve, aquellos rizos salvajes la hacían recordar el cabello de Eve, ella era la viva imagen de su madre y al parecer tenia su mismo carácter y además un poco del manejo hiriente al igual que su hermano Edward, sintiendo con nostalgia el mismo olor a lavanda de ella, abrazándola y dándole palmadas en su espalda para calmarla así como era la primera vez que abrazaba a la niña, sintió su corazón un dolor fuerte por la melancolía, recordando como había sido el ultimo abrazó de Eve, el día anterior antes de irse, cuando dormidos ella lo rodeó con sus brazos y descanso en su pecho, la ultima vez que había abrazado a su hijo pequeña esa misma mañana que se despidió para llevarlo al jardín de niños y lo peor era la imagen que tenía de la ultima vez que la había visto con vida.
— Yo... la extraño... extraño... extraño a mi mamá... ella no debió irse... yo era la que no debió nacer... si no ella estuviera viva.— lloriqueando se apoyó en su pecho y clavó sus uñas en su camisa, él la abrazo con fuerzas para tratar de que se calmará.
— No estarás sola, se que no puedo exigirte que seré una figura paterna, pero al menos permíteme aprender a serlo y cuidarte...a los dos, a Harry... y a ti... Yo siempre lo quise, extrañaba sus gritos en casa, incluso doc murió, su perro... murió de nostalgia y también como una parte de mi murió al darme cuenta que no estaban... por favor..— rogo entre lágrimas y la niña levanto la mirada del pecho de su padre y vio el hombre llorar frente a ella, quería odiarlo con todas sus fuerzas... pero no podía, no quería quedarse sola... se encogió abrazándolo con fuerza y él la sostuvo sin ánimos de querer dejarla ir.
— No te hare promesas Megan, ni a ti ni a tu hermano... pero yo quiero al menos déjame intentarlo... Ser un apoyo, se lo que es crecer sin un padre y no me imaginé nada de esto... Dame una oportunidad y si no funciona, ustedes mismos se van... — Megan solo quería llorar, tantos años de un rencor que su madre decía que no tuvieran, todos cometíamos errores y ninguno era capaz de llegar a la perfección... Su madre antes de morir le rogó que no odiara a su padre... mientras lloraba sentía un alivió en corazón por cada vez que lloraba, Había venido para insultarlo pero cada vez que lo hacía su pecho mas le dolía.
— ¿Qué dices Megan?...
— Mi mamá te amaba, te amaba con tanta fuerza que por mas que me llamó Megan como tu querías... Y... Beatriz... como...
— ¿La enamorada de Dante no? Y ella asintió sonriendo con tristeza.
No había perdonado aun a ese hombre, el perdón no era algo que se daba de un momento a otro, el mismo debía conseguirlo y sobre todo ganárselo...
—¿Megan...? ¿Y tú? — preguntó el joven con el ceño fruncido, de hermosos ojos verdes y de 1.90, era sin duda la fotocopia de su padre sin los tics en su rostro y sin cojera. Pero los rizos castaños al igual que su madre caían sobre su frente, la muchacha se aportó y corrió a abrazarlo.
— Hermano... — dijo abrazándolo y el la sostuvo casi protegiéndola de aquél hombre, mirándolo con odio ya que habian pasado varios años en el que rondaba alrededor de él, odiándolo con fuerza y mucho mas ahora.
— Ustedes... tienen mucho que arreglar— dijo Edward desde la puerta de su casa.
Era cierto pensó William, tenían mucho que arreglar y no sería en una noche. Pero al menos sentía que la jovencita se había suavizado, pero ahora le tocaba quién mas daño había sufrido: su hijo.
Sabía que no lo disculparía, no ahora... pero al menos podía ver a aquél niño frente a él convertido en todo un hombre, un hombre que era obvio que era mucho mejor que él mismo.
Fin...
Nota si no fue un final que no esperaban, en la vida Real una disculpa no sirve enseguida, y menos cuando la arruinan tanto.
Lo siento, pero la vida real nunca es feliz.
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