Amor animi arbitrio sumitur, non ponitur. (Elegimos amar, pero no podemos elegir dejar de amar) Publio Sirio.

Mientras terminaba de copiar en la pizarra los deberes de la tesis que llevaban con sus alumnos desde hacia casi dos años, William era el elegido mas favorito para ser el siguiente decano de la universidad, siendo el candidato mas joven, con su traje color beige y una corbata de rayas que había elegido la noche anterior Eve como de costumbre, terminaba de llenar la pizarra con aquellos " garabatos" como ella le decía al latín, su mano derecha y su mano izquierda tambaleaba la tiza de un lado a otro.

— Este es el problema de los libros que eligieron, el latín no es una historia antigua que puedan presentar como antigua, para que lo entiendan tienen que sentirlo como moderno, son problemas que continúan presente, ustedes lo quieran o no, no hemos evolucionado aparentemente — Dijo sonriendo y terminando de anotar con bastante trabajo en la pizzara y se aparto. — revise sus trabajos y para ser estudiantes del ultimo año, no están al nivel de un egresado de esta universidad — dijo golpeando los trabajos que estaban en la mesa con el bastón.

Como profesor William era bastante exigente y por eso su curso era el mas codiciado y todos lo querían como profesor. La hora terminó y todos se levantaron de su asiento y se fueron del salón. Mientras él arreglaba sus cosas para irse a su oficina se giró y vio que estaba completamente solo.

— ¿Profesor? Pregunto una rubia alta que se regresó hacia el escritorio, sonriente William se retiró los lentes al ver a la joven acercarse.

— ¿Reviso mi tesis? Pregunto mientras tanteaba sus delgados dedos sobre el escritorio. Carraspeando William busco entre los papeles y sonrió

— Si... creo que necesitara una buena revisión, pero vas por buen camino—. dijo sonriendo con el trabajo en su mano.

— Creo que necesitare la misma ayuda de la otra vez.. mi profesor— dijo la hermosa joven mientras se desabrochaba la camisa. De cabello rubio hasta la cintura y con el cuerpo como una avispa: delgada cintura caderas carnosas, nada que ver con lo que era su esposa... o había sido... Tal vez el impulsó de casarse con la primera mujer que conocía... no había sido buena idea como dijo su hermano, pensó mientras se quitaba la corbata.

(... )

La puerta se abrió y Eve salió corriendo a recibir a William, estaba preocupada pero al verlo frente a ella sus dudas no se disipaban.

— otra vez llegaste tarde, amor... — dijo Eve corriendo hacia él para quitarle el abrigo y con el frio rechazo, la aparto y siguió su camino hacia las escaleras.

— Debemos hablar... Will— lo llamo preocupada — Es ya ... ¿Por qué no estas tomando tu medicina? Preguntó señalando el recipiente de calmantes en su mano.

— Lo siento, no es tu problema.

— Es mi problema... ambos vivimos juntos tu... — y antes que terminara la frase la interrumpió.

— Solo quiero disfrutar del sexo, esa mierda no me hace durar nada... Y

— ¿Durar? ¿Hablas del sexo? Me tocaste por una última vez hace cuatro meses... no me tocabas ni me mirabas desde entonces y toda esa mierda fue porque estabas no soportabas tu erección en la mañana, tienes meses sin quisiera verme, tratándome distante ... Sin decirme..

— No te quiero ver simplemente—. Respondió con frialdad mientras seguía hacia su estudio, alli se sentó y se quitó los zapatos y Eve dejo caer el frasco.

— ¿ no me quieres ver?

— No... simplemente te ves... fea, no eres atractiva, engordaste... Y..

— ¿ engorde? Tu estas mas viejo... tienes 40 años y me vas a quejarte de mi? ¿ que demonios tengo mal?

— No me gustas, estas vieja... tienes los pezones disparejos y tu cabello es horrible cada vez que dormimos esa pelambre se me mete en los ojos me pica, dejas cabello por todo el lugar, no soporto tu olor tienes los dientes torcidos y cuando sonríes se te hacen arrugas, ¿ te has visto? — decía señalando todo los defectos que ella tenía.

— Claro que si me miro todos los días... tu... ¿ tienes otra verdad? Por eso tu cambio. No creas que no me di cuenta que llegas oliendo a perfume...

— Si tengo otra y es mejor... jóven, alta e ingeligente y ella si entiende mis chistes. ¿ Tu crees que quiero pasar todo mi dia contigo a tu lado? La casa es un desastre con ese demonio que se la pasa dando vueltas en toda la casa, destruyendo mi sistema mi orden.. ¡En mi casa! Le grito molesto y Eve lo miró con el rostro lleno de rabia apretando los puños.

— ¿Mi casa? Ese demonio como le dices es tu hijo.. ambos lo hicimos...

— Yo no lo quería... no quiera que otra persona nos perturbara..

— ¿ No lo querías?

— Era demasiado pronto... y lo sabes... tú ... tu cambiaste toda mi vida mi orden...¡Tenía un sistema y llegaste con un bebé que no dejaba de llorar toda la noche por casi un año!

— ¡ Cállate! El mundo no gira ante ti y antes que vayas a decir otra palabra... porque asumiré que lo dices porque no tienes tu maldito medicamento no quiero ... No quiero pensar que no.. que tú... Cambiaste...

— El mundo tampoco gira alrededor de ti.. y si, la otra me hace feliz como tu dejaste de hacerlo hace tanto tiempo, nadie quiere ver tu gordo culo lleno de celulitis, solo estas todo el día comiendo, comes y vomitas sin parar... No creas que por vomitar adelgazaras... tú... arruinaste mi rutina de vida y mi oportunidad con Gigi, tu y ese...

— ¡Cállate y lárgate de mi casa,! odio tu maldita "Sinceridad" No eres un sincero... eres un hijo de puta — le grito furiosa Eve arrojándole el cojín que encontró en la silla del lado.

— ¿ mi casa? Pero si esta casa es mía.. no tuya... aléjate tu,— se quejo molesto.

Eve suspiro molesta y subió las escaleras con las lagrimas en los ojos, por mas que se las limpiara seguían alli, tomando dos maletas del clóset echo todas las cosas que lograban entrar, todas sus pertenencias.

Este era el momento de dejarlo y no volver... por mas que lo amará él tenía que disculparse... las joyas, lo que podía tomar en menos de 10 minutos y así fue a la habitación del niño para hacer lo mismo.

— ¿Estas vestido? Pregunto al ver al niño con su abrigo y él asintió en silencio, nerviosa lo tomó y tomo sus cosas y las colocó en pequeñas maletas con su ayuda.

— ¿No vendra mi perrito? Preguntó y Eve solo le negó con una sonrisa y bajando las escaleras miro por ultima vez a William que estaba sentado en el mueble mirando las pastillas en su mano.

— Estas a tiempo... Will... Puedes disculparte... —dijo casi en una súplica, sin obtener respuesta suspiro y tomó las llave del auto.

— Espera.. ese es mi auto.. – se quejo William molesto.

— ¡Cállate la boca!... es mío- le reclamo mientras salía dejando la puerta abierta, acomodo las cosas en el maletero y al niño en el asiento trasero

— ¿Estas bien... mami? Pregunto mientras sostenía el rostro de su madre y ella sonrió.

— Vamos a dar un paseo.. de vacaciones..

— ¿No vendrá papá? Y ella sonrió y negó con la cabeza.

— Pronto.. pronto vendrá.

Arranco el motor y manejo esperando que william cambiara de idea, mirando por el retrovisor esperando que en algún momento saliera detrás de ella como siempre hacía, recordando como él siempre la seguía y la buscaba, casi que manejando lo mas lento que podía como si fuera una esperanza que se aferraba, al no verlo ni asomarse por la puerta al menos para agitar la mano asi sea enseñándole el dedo, aceleró tratando de no llorar.

(..)

Con el dinero de las joyas podría tener algo para sobrevivir un tiempo, tal vez un alquiler y si no, podía vender el auto que ya no era aquel viejo Volkswagen azul donde tantas veces estuvieron juntos, este con asientos de cuero el cual jamás se habían acostado de seguro el cuerpo de esa joven estudiante si lo había hecho varias veces.

Solo 2 años habían pasado desde que le tocó ser tutor de tesis, en esos dos años que cada mes que pasaba se volvía mas distante.

Las llegadas tardes, el abandonó y sobre todo lo que le dijo: No habían mas palabras que alabaran su "hermoso cabello", ni una que dijera "que hermoso cuerpo", esas palabras que le había dicho en sus votos y desde que se conocieron, habían sido borradas por esas ultimas frases hirientes que la habian llevado a tomar esta decisión de huir desilusionada.

— "Si tan solo hubiera sido diferente" – ella sabía que el cariño no era igual de él hacia ella pero si la hubiera tratado bien, no le hubiera importado la otra mujer, siempre fue muy mente abierta... pero ¿tratarla como una basura? no era justo para ella.

Mientras conducían sin rumbo, Harry se quedo dormido y fue el momento en el cual Eve puro llorar sola en la parte de atrás a un lado de la carretera.

Tomo un lápiz y su diario, el último diario que escribiría para contar su último día con quién había sido su esposo.

" Ya no soy una mujer casada... soy.. " escribía mientras las lagrimas se mezclaban con la tinta haciendo que fuera ilegible la página.

Día 7 de Noviembre..

....

Irse había sido difícil los primeros días, apenas habían una pequeña pieza que para un niño activo que había crecido rodeado de enormes terrones era como si hubiera sido enjaulado, se habian mudado a varios kilómetros lejos del lugar y: Eve Oliveira como había sido su apellido de soltera, se lavo el cabello en el lavaplatos y lo seco con delicadeza para ir a buscar trabajo, con par de tacones un vestido bonito y el niño en una guardería hasta que terminará la entrevista.

Con suerte había vacante de asistente de limpieza en un pequeño hotel familiar... a pesar de haber estudiado hasta 3 año de hostería había maquillado su currículum como graduado, pero esta vez le tocaba trabajar desde abajo, con los exámenes todos listos al día siguiente recibió la gran noticia en su alcoba.

Desplomándose en el suelo de su habitación miro el sobre que había llegado en la mañana, la copia de los exámenes estaba en sus manos, atónita se encogió en sus piernas y vio a Harry entrar con timidez a la habitación.

—¿ estas bien mami? ¿Por qué lloras? ¿Te duele algo? Preguntaba el niño nervioso y ella negó cubriéndose el rostro avergonzada.

— Estoy bien.. solo estoy feliz... demasiado feliz — Mintió para hacer sentir feliz al niño, por instinto Harry fue y abrazó a su madre, susurrándole al oído que todo estaría bien.

Tenía que estar bien...