04. Amó la curva de tu sonrisa
Est oculo gratum speculari semper amatum, Contemplar al amado es siempre un placer para la vista.
No era mucho, pero tampoco era lo poco que tenía siempre: si, era justo lo necesario, en un pequeño pueblo pesquero alejado del bullicio de la ciudad, alli podía comenzar de nuevo en aquella habitación 3x3 metros² que para ella era el palacio de Buckingham ya que era su espacio propio, aún sin trabajo pero con los sueños de ser llamada en algún lugar de la zona para trabajar, así sea destripando pescados para enlatar las oportunidades no las dejaría pasar....
Pero con un sabor agridulce en su estomago por el recuerdo de aquel hombre: William.. ese día supo que ese beso no estuvo bien... para él y mucho mas para ella, pero no lo volvería a ver así que no había vuelta atrás, tomó sus llaves y salió del pequeño estudió admirando el centro de la ciudad pesquera, las gaviotas, las calles empedradas... Todo era hermoso.
(...)
— ¿ señor, no esta solicitando ayudante? Preguntó al dueño del pequeño café del pueblo.
— Hija, apenas hay algo para mi, yo ni sueldo le pago a mi hijo que es el que trabaja en la cocina, en este lugar los puestos de trabajo son bastante escasos... hay crisis en el país, pequeña — le relató y sonrió mientras servía el café a la chica en la mesa, sorprendida Eve se sintió devuelta a la realidad, no era lo que había leído en aquel folleto de oportunidades de vida en su hogar, y lo peor de todo que ya había pagado dos meses de alquiler en el apartamento por adelantó, dudosa de su mejor decisión con una mueca que asemejaba una sonrisa; escuchaba los lamentos del hombre.
— Pero... hay una opción... aunque no creo que tu seas muy..
— Dígame... yo trabajo de lo que sea, necesito comer y ya pague varios meses de alquilar...
— Esta el bar del frente... pero no es un sitió muy bonito, siempre la jefa se queja de que le falta personal nuevo.. pero...
— Es un bar no importa si es bonito.. yo trabaje incluso limpiando excremento de caballos en un hotel.
— No es que sea bonito... pero como te lo digo.. decía el hombre tratando de explicarse.
— Es un prostíbulo. Agrego el hijo desde la cocina que escuchaba la conversación, Eve trago en seco y miró al señor ¿ Un prostíbulo?, la verdad si le tocaba trabajar tendría que ser de lo que fuera y durante esos meses hasta que se le venciera el contrato de arriendo debería quitarse los tabues y trabajar así sea de bailarina... Y ni bailar sensual sabía.
Nerviosa salió de la cafetería y siguió las indicaciones, ya en el lugar entro al bar que el señor había dicho "el gato negro" que era cercano a la salida pasando por un Motel que parecía no funcionar, observando con desagrado el lugar, apenas era de día y noto tres muchachas en la entrada limpiando y todas se veían igual de amargadas.
– Buenos... días..— dijo mirando a las chicas y éstas devolvieron sus miradas a sus actividades, nerviosa trago en seco y suspiró....
"Aquí vamos de nuevo Eve, a pedir empleo.."
.....
"Querido diario...
Debo decir que el trabajo no fue lo que esperaba...
PD. Si fue corto lo que escribí pero tengo que salir al trabajo ¿Qué estará haciendo en este momento William? Me pregunto si ya habrá comido y... No Eve.. no desvíes el tema de este día sorry diario."
Eve pensaba que terminaría su vida acostándose por unos cuantos centavos pero no, la dueña del lugar también era dueña del horrendo motel del lado y con su experiencia laboral... Y un poco de maquillaje en su currículum (Donde ese año que había estudiado se había aumentado en 5 años) , termino trabajando en el turno nocturno de ese lugar; recibiendo viajeros, trabajadores de turno con una que otra chica, amantes escondidos... El dueño de la cafetería donde iba a veces a comer del brazo muchacho que por su edad podía ser su hijo. No se aburría y aunque el sitio no era el mejor ni el mas higiénico, estar al lado de la playa valía la pena al terminar la jornada laboral y correr a la suave arena.
— ¡Amo el olor a playa!— dijo riéndose mientras giraba en el mismo sitio sintiendo la brisa marina fresca, con un jean doblado lo mas que podía encima de su pantorrilla para sentir el agua cálida entre sus dedos y la sensación de estar descalza corriendo y saltando por el lugar.
A sus 26 años se sentía por fin libre, sin estar oculta en una habitación que no le pertenencia, sin tanto acoso en el trabajo debido a que nadie la veía detrás del vidrio ahumado, era lo que decía timón y pumba estaba en su momento "hakuna matata" pero se engañaba de cierta forma ya que esos días no dejaba de pensar en el hombre que había dejado atrás y aun seguía preocupada por él...
hasta ese momento.
Mientras giraba en la orilla se detuvó mareada entre risas y miró hacia la carretera un pequeño automóvil que le trajo ese sentimiento de melancolía, eran apenas los 2000 y ver un Volkswagen azul del 58 no era algo muy "común" ¿ O si lo era? Pero del pequeño carro salió alguien que la sorprendió más que la primera noche que vio el atardecer en la playa.
— ¿Qué haces aquí? Pregunto mirando a William bajando la colina tropezándose.
— Yo .. vine por ti. — Dijo nervioso y se acercó hasta quedar frente a mi.
— ¿Por mi? ¿Cómo que por mi?
— Si, vine por ti.. yo te quiero... y no quiero dejarte... dejar aquí.. mi mamá — lloro nervioso — Ella dijo que no debía ir tras esa puta pero yo le conteste que no era una puta... que era mi amiga.. y aquí estoy, vine por ti —relató nervioso de forma mecánica y ella sonrió sonrojada por lo tierno que él había sido.
— Pero tu trabajo, hoy es lunes...
— Renuncie.. soy ahora un desempleado mas en las cifras estadísticas del país.
— ¿Cómo que renunciante? tu amabas tu trabajo— le dijo preocupado y miró al hombre nervioso.
— Si.. pero te quiero a ti.. bueno no renuncie, les mande a todos un trabajo muy largo y se que no lo resolverán en unos días... o semanas es sobre Aristóteles y Sócrates — respondió riéndose nervioso al final.— yo... olvidaste algo cuando te fuiste — dijo sin mirarla con la vista a un lado, Eve arrugo el rostro confundida.
— ¿Qué?.
Acercándose la tomo del rostro y la beso con torpeza, mientras sus manos cubrían gran parte de su rostro.
— Esto, mi respuesta.. tu me robaste un beso y según la ley debo robarte uno para que estemos a mano...— dijo nervioso y ella sonrió sorprendida por la sensación que le daba ese beso y Sintiendo que su corazón latía de nuevo por ver a William otra vez frente a ella.
— Will... tu... sabes que los adultos...
— Yo... yo... quiero ser tu...
— Will, con una mujer como yo no puedes llegar así y desestabilizarla mentalmente y... no estoy preparada... Yo se que me equivoque en la parada, pero sabía que no te iba a volver a ver— dijo confundida.
— No entiendo... —
— Yo no se lo que tu sientes o como lo sientes... ¿ Tomaste tu medicina hoy ? Le pregunto al verlo mas nervioso.
— Si... si la tome, solo estoy nervioso por tu culpa Eve, no se que produces en mi... pero desde que te fuiste... volví a sentirme solo, sii... solo sin ti... tan solo... Háblame no me mires así con los ojos así —. Rogó nervioso tomándola de la mano...
— Will, esto es... muy raro.. yo... decía intercalando las líneas, nervioso sostuvo su mentón y beso con delicadeza su frente...
Fue un momento mágico, dejándose llevar Eve rodeo el cuello de William lo beso con delicadeza y poco a poco sintió el deseo de besarlo mas e introducir su lengua, atónito por las emociones que sentía en su cuerpo, delicadamente acariciaba la curvatura de su cintura.
Era la primera vez que sentía tantos deseos de estar vivo, no quería despertar y seguir su rutina, por primera vez desde que conoció a Eve todo su sistema perfecto se desmoronó: empezó a llegar tarde o a dejar de dormir a la hora.
Todo tenía una razón emocionalmente...
— Eve... esto es raro... — susurro mientras se apartaba nervioso.
— Silencio... — Eve le ordenó con ternura besándolo mientras se dejaba llevar por la pasión. Una mala decisión que no parecía ser tan mala después de todo.
— ¿ y ahora que haremos? Pregunto William confundido apartándose.
— Conocernos más, ver si funcionamos, solo si tu quieres...— le contestó Eve mientras acariciaba su cabello y su mano bajaba hacía su barbilla con cariño.
— Si quiero... No había querido nada en mi vida hasta que llegaste tú... Te quiero y prometo hacerte feliz y ver esa hermosa sonrisa cada día, siento que esa frase tiene sentido.
— ¿Qué frase? Pregunto confundida.
— Oscula, non oculi, sunt in amore duces.
— ¿Ah?
— Los besos, no los ojos, son los que nos guían en el amor... — dijo sonriendo y la volvió a rodear con sus brazos para seguir besándola.
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