Capítulo Doce
—Buenos días —saludó cortés y retrocede un poco mientras ella se va adentrando con lentitud.
A simple vista se nota que trabaja con algo que tiene que ver con el entretenimiento, siendo una modelo viste bastante bien.
Ella frunce el ceño al no ver a nadie en la habitación y luego dirige su vista en el contrario, a quien no le había prestado mucha atención en el principio pero ahora sí. Alto, mucho más alto que su mediocre esposo. De tez morena pero aún así, con un atractivo rostro digno de una celebridad.
De pronto, se le hizo familiar. Cree haberlo visto.
—Eres compañero de trabajo de Wonwoo, ¿No?
—Si, vine a darle un regalo por el accidente de su hijo. Le deseo una pronta recuperación —le extiende la bolsa.
Ella baja la mirada al objeto y asiente. Tomó la bolsa rozando bastante contra los dedos ajenos. Mingyu lo sintió más como una caricia y cuando menos se dió cuenta, ella parecía estarlo mirando con un brillo singular.
Sacudió su mente de aquellos pensamientos, los cuales considera un poco locos. Es imposible que...
—Creo que te ví hace dos años en el cumpleaños de mi pequeño.
—Oh si, pero en ese momento debido a la multitud no pude presentarme correctamente. Soy Kim Mingyu.
—Un placer, Bae Minji —extiende su palma al aire.
Kim respetuoso la estrecho y nuevamente siente una extraña caricia en el dorso de la mano. Corta el contacto de imprevisto.
—¿Y Wonwoo dónde está?
—Supongo que debe de estar con Sooyoung en sus revisiones, también acabo de llegar —dicho esto caminó hacia el mueble y se sentó. —Sientate, debe venir pronto.
—Estoy bien aquí —asintió no moviéndose de su puesto, pero pensando solo un poco más negó —Debo irme, estoy ocupado.
No es capaz de ver a Jeon junto a su esposa, sigue siendo doloroso.
Se giró sobre sus talones dándole la espalda a aquella mujer decidido a marcharse.
—Espere —llamó ella levantándose y se apresura a llegar a él. Tomando del brazo al más alto hace que se gire hacia si y "tropezó" accidentalmente terminando entre sus brazos.
Mingyu como caballero la tomó de los hombros.
—¿Estás bien? —estuvo por alejarla cuando escuchan un sonido en la entrada haciendo que se giren.
Kim se encontró con los ojitos de Lee mirándolo con sorpresa. Se aleja de la mujer al instante.
—Lo siento, se tropezó —apresuró a decir sintiendo culpabilidad en su pecho. No quiere que Wonwoo lo vea como una amenaza o desconfíe de él. Le costó demasiado ganarse su confianza.
—Oh... Está bien —asintió y sigue rodando la silla corrediza con su hijo sentado mientras juega distraído con el celular de su padre. —Soo, saluda a mamá.
El menor despegó la vista del celular y ve a aquella mujer. —Mamá, t-te extrañe —soltó con inocencia, sonriendo grandemente.
—Yo también, mi niño —ella le corresponde el gesto mientras desordena los cabellos del menor.
—Vinimos de una revisión.
—Oh, ¿Y cómo está mi pequeñín? —ella jala tiernamente las mejillas del menor.
—¡Muy bien!
—¿Tuviste miedo?
—¡Nada!
Ella se ríe y rápidamente lo toma en brazos. —Woah, mi Younggie es fuerte. Te extrañe mucho ayer —con ternura le besó la mejilla y se lo lleva a la cama.
Wonwoo actuó rápido al tomar la bolsa de suero antes de que el menor se alejase lo suficiente y la aguja se suelte. Ella dejó al menor recostado en la cama mientras Jeon arregla el suero en el bastón de al lado.
El padre se dió cuenta de la gran felicidad del menor al ver a su madre. Tan genuino y feliz por la atención que recibe. Miró a su esposa con cierto arrepentimiento.
Cuando despertó aquella mañana no pudo con la culpa y le envió la dirección con el número de habitación incluído. No pensó que ella vendría tan rápido.
A fin de cuentas, es su madre. La que más lo quiere en todo el mundo.
Sintiéndose un estorbo, se sentó en el mueble sin decir palabra pero nunca borrando su sonrisa.
«Sería tan lindo que siempre nos sonrías así» pensó mientras veía lo lindo que se iluminaba el rostro de la mujer al jugar con su hijo.
—El Tío Mingyu te trajo dulces y juguetes —dice ella con su suave voz aguda tomando la bolsa y sacando todo el contenido junto a su eufórico hijo.
—¡Woah, woah!
—Di gracias.
—Grac..ias Tío Mingu.
El mayor se sintió enternecido ante el genuino agradecimiento del menor.
—Gracias a ti por ser tan valiente.
—Papá y Mamá tienen que hablar de algo importante, juega con el Tío, ¿Si?
Mingyu confundido los miro pero termino acercándose al menor para sentarse al borde de la cama.
Wonwoo se levantó y siguió a su esposa para afuera. —Volvemos enseguida —le dijo antes de cerrar la puerta.
Ella se alejó bastante cruzando hasta por otro pasillo y su esposo la siguió callado, aunque mostrando su nerviosismo por el movimiento de su cuerpo.
Minji se detuvo y se giró sobre sus talones para encararlo.
—Ayer estaba en una sesión de fotos para una importante marca, trabaje todo el día —explicó ella con seriedad. —¿Quién diría que serías tan malo y rencoroso con la propia madre de tu hijo?
—Lo lamento pero llamé demasiadas veces a ti a y tus padres.
—¿Y por qué llamas a mis padres sin mi permiso? —su pregunta lo descolocó un poco pero no debió sorprenderse tanto, no es la primera vez que ella le dice aquello mismo.
—Llevamos cuatro años casados, es como si fueran mis padres también —soltó con honestidad. Así es como él cree que debe de ser, ¿No? Sus familias se unen y se vuelven una para los dos.
—¿Seguro que es así? —Minji lo empuja bruscamente mirándolo como si el fuese inferior a ella —¿No será que quieres conseguir unos nuevos porque los tuyos te abandonaron?
Sus crueles palabras fueron como dagas para su corazón. La miró perplejo. —Eso no es así, yo...
Ella solo suelta una risa de burla con un toque de malicia —¿Cuándo vas a admitir que realmente fuiste abandonado? No te quieren, nadie te ama. Debes estar agradecido que alguien como yo te esté soportando todos los malditos días —nuevamente lo empuja una y otra vez, furiosa —No tienes derecho a hablarme de la forma en la que lo hiciste ayer. ¿Crees qué te lo dejaré pasar? ¿Te sientes muy hombre por hacerlo? ¿Quieres hacerme quedar mal delante de la gente cuando tú eres el único que es estúpido?
Baja la vista sintiendo dolor en su corazón. Sus manos toman la tela inferior de su camisa con fuerza, sintiéndose impotente, incapaz. Las lágrimas se acumulan en sus ojos y sin poder evitarlo, se deslizan de manera silenciosa por sus mejillas.
Sus padres.
Desde hace unos años no los ha visto.
—Ash... Lo único que sabes es llorar. Piérdete y no vuelvas hasta que cambies esa expresión —dicho esto, se gira sobre sus talones y vuelve a la habitación de su hijo mirando con un brillo especial a aquel algo sujeto atractivo.
Mingyu al percatarse de la nueva presencia, se gira y se encuentra con aquella mujer, la cual sacó su celular y se lo extendió al mayor.
—¿Puedes darme tu número?
—¿Mi número?
—Al parecer eres más cercano a Wonwoo de lo que pensaba, sus amigos son mis amigos —dijo más una cordial sonrisa.
Kim vacila en su interior. —¿Él está de acuerdo?
—Si, lo está.
Mingyu negó —Lo siento, aún así no puedo.
—¿Y eso por qué? —lo mira con cierto deje de indignación.
—Soy su jefe y en realidad, no somos cercanos. Solo estoy siendo amable con mi empleado —fue lo único que soltó, serio y directo.
—¿No te parece eso mejor aún? —una media sonrisa un tanto sugerente confundió a Mingyu. Ella al final, sacó de su cartera un lapicero y escribió su número en una servilleta para meterlo en el bolsillo del saco sin permiso.
Kim frunce el ceño sin entender.
En eso, se adentró Wonwoo con un ánimo bajo bastante notorio. Minji caminó en dirección de la puerta, deteniéndose justo en frente de su esposo.
—Tengo una reunión, me voy antes —dicho esto, se retiró.
Su tono de voz frío fue notado por el moreno, quien simplemente los miró con cierta confusión. Si es sincero, desde que los vio juntos, notó una extraña lejanía. La forma en que se miran, el como ambos parecen rehuir del contacto del otro, el como Wonwoo simplemente desvío la mirada hacia abajo cuando su esposa le dirigió la palabra. Es raro, bastante raro.
Wonwoo carraspea un poco y mira a su jefe un tanto apenado. —N-No tenías que venir, te estoy dando muchas molestias...
—Tranquilo, no tengo nada que hacer además, Sooyounggie ya quiere a este tío, ¿Verdad? —se giró en dirección del pequeñín quien come y se empalaga la boca de chocolate.
—¡Si! —asiente eufórico.
—Oh no, ¿Lo quieres más que a Tío Hannie? —cuestionó Wonwoo juguetón, sonriendo y olvidando todo el mal rato de antes.
Hoshi al escucharlo, pareció pensárselo. —Los dos.
—¿Los dos?
—Cuando veas Hannie, ¿Serás capaz de decirle lo mismo en su cara?
A Vernon le ha tocado en aquel día hacer el trabajo de Wonwoo, lo suyo por suerte no es mucho por lo que pudo ser capaz de terminar ambos. Su buen humor nunca desapareció, estando atento a cada notificación en su celular desde la última hora se la paso ilusionadose un poco, solo un poco.
Al terminar, se despidió de sus compañeros y de su jefe. Mientras baja por el ascensor envió un mensaje a la persona con la cual estaría reuniondose en ese momento.
Yugye💖
Ya salí del trabajo,
iré al lugar de reunión.
Guardo su celular y se montó en su vehículo. Condujo hasta un parque, estacionó y se sentó en una banca, esperando.
Esperando.
Y esperando.
Estoy aquí, ¿Cuándo llegas?
Nada.
Lo llamó pero no fue contestado.
«¿Le habrá pasado algo?» pensó con preocupación mientras mira como poco a poco, el sol termino desapareciendo por completo para dejar una noche oscura iluminada con faroles.
De pronto, recibió una llamada.
Contesto rápido.
—Hola, Yugyeom. ¿Cuándo puedes llegar?
—No podré ir.
Vernon mira la hora de su reloj. Una hora, una hora lleva esperándole en medio de la calle.
—¿Sucedió algo?
—Iré a beber por trabajo, es importante.
—Oh... Pudiste haberme dicho así tal vez yo no hubiera...
No lo dejo culminar —¿Ahora te vas a quejar conmigo?
—Oh, no, solo decía que podrías tal vez... —no fue capaz de continuar al notar el fastidio del chico que le gusta y del cual está saliendo para en un futuro no muy cercano, oficializar su relación. Se encogió y se sintió un poco chiquito —Lo siento.
—Está bien, está bien —le resto importancia —¿Me pasas dinero?
—¿Dinero?
—Si, para la reunión. Estaré con mis compañeros y prometí que pagaría esta vez. ¿Sabes lo importante que es la imagen delante de los jefes, no?
Vernon asiente comprensivo. —Está bien, ¿Cuánto necesitas?
—¿Cuánto puedes pasarme?
—Lo que quieras, solo dime.
—Sabía que podía confiar en ti.
Se sintió satisfecho cuando recibió tal halago. La confianza en una relación es lo que más le da importancia, que se apoye en él y pueda brindar toda su ayuda posible lo hace sentirse satisfecho, solo de esta forma es capaz de conseguir el amor.
Sin pensarlo ni flaquear pasó trescientos dólares.
Y sonrió cuando recibió un corazón de mensaje como respuesta.
Se levantó y se montó en su vehículo para volver a casa.
Un departamento en una residencia bastante bonita, en un lugar pacífico y tranquilo.
Subió por el ascensor a su piso y al llegar, mientras abre la puerta de su casa. La puerta de su vecino fue abierta.
Boo Seungkwan le sonrió amable.
—Buenas noches.
—Buenas noches, vecino —Vernon le respondió y así, cada uno siguió su camino.
Lleva una relación cordial y respetuosa con su vecino profesor universitario.
—Como que se volverá costumbre venir todos los días aquí —murmuró Jeonghan luego de salir de la estación de policía, por detrás de él lo sigue una alta cabellera castaña.
—Verás que todo va a mejorar, los arrestarán a todos —Joshua apresuró a decir.
El rubio con las manos en los bolsillos de su chaqueta se encoge de hombros y suspira con cierto desgano. —Lo que pasó, pasó.
—¿Piensas de esta forma tan pesimista? —el mayor se detuvo en frente del contrario, deteniéndolo.
—¿Crees tanto en la justicia? Los mismos policías parecían estar juzgandome como si fuera mi culpa, tal vez lo es...
—No lo es, realmente no lo es —insistió.
Anoche, no dejó a Jeonghan dormir en su nuevo apartamento, lo llevo al suyo. Fue al trabajo dejándolo descansar y mientras volvía recibió un mensaje que se encontraba en la estación de policía. Corrió hasta llegar, hablaron un poco de la situación y les dijeron que pronto harán el juicio, las pruebas están apareciendo una por una.
En eso, el sonido del celular del rubio interrumpe la conversación.
Lo saco y vio el apodo del pelirrojo escrito en la llamada "The8". En todo el día no le ha contestado como es debido.
Soltó un suspiro y decidió esta vez hacerlo.
—¿Qué son estas horas de contestar, Han? ¿Qué paso? —la voz preocupada y un poco molesta de su amigo. —Te desapareciste todo el día y el único que sabía algo era nuestro jefe, ¿Desde cuándo lo llamas a él y no a nosotros?
—Larga historia —rodo los ojos con fastidio. —Solo estoy enfermo, pero mañana volveré a la oficina, estoy mejor.
—¿En serio? ¿Solo eso?
—Solo eso.
—Esta bien, supongo que me precipite un poco debido a la situación del hijo de Wonwoo y...
—¿Qué le pasó a Hoshi? —cuestionó de pronto, recordando al lindo y bello niño de apariencia de un bebé tigre.
—Tuvo un accidente y están en el hospital, justo Jun y yo salimos de visitarlo.
—Envíame la locación, iré a verlo.
—Ok.
—¿Quién es Hoshi? —preguntó Joshua curioso una vez la llamada finalizó.
—¿Necesito comprarle dulces o juguetes? —pensó Jeonghan distraído. Busca en el celular ideas para regalos infantiles. —Mm... Creo que este estará bien.
Estuvo por irse pero Hong lo tomó del brazo. —¿A dónde vas?
—Mi sobrino tuvo un accidente, iré a visitarlo.
—Te acompaño.
—Pensé que de verdad era tu sobrino —soltó mientras una de sus manos sostiene una caja de chocolates y la otra una bolsa con un gigante peluche de tigre, mientras mira anonadado la situación.
Jeonghan abrazando y jugando felizmente con aquel crío, sonriendo como nunca lo ha hecho en esta última semana. Al final, no pudo evitar contagiarse de su linda y bella sonrisa angelical, verlo feliz como si nada hubiera sucedido, le da calidez a su corazón.
—No tenías que traer tanto —Wonwoo consternado miró todo lo que Joshua tenía en mano.
—El juguete se lo compre yo, los chocolates son de parte del Jefe Hong —Jeonghan explicó, sentado al borde de la cama. —¿Quieres ver tu pequeño juguete? —le preguntó con dulzura a lo que el menor asintió.
—¡Si, si!
Han se levantó y agarró el gran peluche el cual es dos o tres veces más grande del tamaño del niño y se lo puso enfrente.
—¡Woah! ¡Woah! ¡Woah! —grita con emoción, sorprendido mientras se lanza al peluche para sentir el dulce pelaje abrazarlo.
Han ríe con dulzura. —¿Te gusta?
—¡Tío Hannie es el mejor! —alza sus brazitos con emoción.
El rubio lleno de ternura lo abrazo y le dio muchos besitos en todo el rostro.
Wonwoo solo ríe «Eso no es lo que decías en la mañana»
Sin evitarlo, recordó a Mingyu. Su bondad, amabilidad y caballerosidad. Tiene todo lo que necesita un hombre para ser perfecto, tal vez, demasiado perfecto para ser verdad.
—¿Y cuándo será dado de alta?
—Mañana —contestó Jeon. —Pero tomará un descanso de algunos días en casa, no volverá al preescolar y ya hablé con el Director Operativo sobre recibir libre estos días para acompañar a mi hijo.
—Ultimamente andas muy cercano al director Operativo —las palabras de doble sentido de Han lo aterrorizó.
—Solo somos buenos compañeros —fue lo único que puso contestar apresurado.
¿Por qué se puso tan nervioso?
¿Por qué su corazón late tan apresurado?
Toma silenciosas bocanadas de aire buscando relajar su alborotado interior.
—Hoy haré galletas y se los llevaré mañana, ¿Si?
—¿Galletas? ¡Si! —Hoshi exclama con emoción al escucharlo. Ama las galletas de su Tío Hannie.
Ver a aquel dulce y pequeño terrón de azúcar mejoró su ánimo significativamente. En la noche se distrajó haciendo galletas en su nuevo departamento.
Joshua como si fuese algo más que su amigo, lo siguió con su vehículo y esperó a que entrara al edificio, incluso le escribió un mensaje preguntándole si todo está bien. Su atención hacia él, lo hace sentirse un poco raro pero por alguna razón, cómodo.
Siente que hay alguien a su lado en esta situación difícil, velando por su seguridad y estando atento a él.
Es realmente una buena persona y está profundamente arrepentido de haberlo insultado tanto en el trabajo, aunque sabe que una vez que vuelva, hay una gran posibilidad de que lo haga de nuevo, dependiendo si sigue sobreexplotandolo y sacándole de quicio.
Arreglo unas cajas de lindos estampados y lleno varias. Una para Minghao y Jun, otra para Wonwoo y su familia, una para Seungcheol y la última la dejó para Joshua, expresándole de esta manera su agradecimiento aunque sabe que le debe mucho y que con esto, aún no es suficiente para pagarle los grandes favores que le dio sin pedir nada a cambio.
Cuando la mañana siguiente llegó, Minghao lo abrazó, casi ahorcandolo. Ríe y simplemente le resta importancia a la situación.
—Me alegro que vengas hoy.
—Exagerado, ni así te preocupas por mí —ante las palabras de Jun, recibe una maldición de su novio.
—¿Llegó el Jefe?
—Si, está en su oficina.
—Vuelvo en un segundo —dejó a la pareja que pareció un poco curiosa por su actitud. Tocó la puerta y paso.
—Bienos días, Lee —le saludó de manera cordial Hong, esbozando una sonrisa cálida que hizo latir de forma extraña su corazón. Lo ve sentado en su escritorio delante de la pantalla de una laptop que ignoró para mirarlo a él.
—Buenos días —agitó su cabeza y simplemente caminó hasta llegar al escritorio. Dejo la cajita encima de la mesa. —Hice galletas y le traje un poco.
—Por primera vez me haces de tus famosas galletas.
Jeonghan sintió como si estuviese lanzándole una punta —Claro que no, ya las has probado antes.
—Como soborno o amenaza —arrojó dejando estupefacto al menor quien estuvo por negarlo pero terminó callandose al darse cuenta que, efectivamente, es verdad.
—Te estoy agradeciendo —dice entre dientes —No me hagas sentir tan mal por mis acciones pasadas, Director.
Joshua ríe —Esta bien, lo acepto —tomó el objeto y lo deslizó hacia su lado para abrirlo —Me parece raro que no le hayas hecho una para el Director Financiero.
—¿Quién dijo que no? —hasta la pregunta ofende, pensó —Aquí está —alzo la bolsa con la última cajita. Preparada con todo su amor para Choi Seungcheol.
La sonrisa de Hong tembló. —Oh... ¿Se lo vas a dar?
—Claro, para que aprecie mis artes culinarias y se dé cuenta de lo que hacen mis bellas manos —soltó mientras imagina la reacción de Seungcheol al recibir la caja. ¿Será que se está excediendo al imaginarlo besarle en la frente con calidez y luego preguntarle si está libre esa misma noche?
—El otro día andabas llorando porque nunca te amaría como lo amas a él —Joshua le recordó de manera un poco dura, ya no sonríe.
—Estaba en mi momento dramático, todos pasan por eso. Necesito tener confianza, ¿Cómo no puedo tener confianza con este rostro lindo que tengo? Puedo hacerlo —aprieta su puño como transmitiéndose a si mismo fuerza —Soy lindo, sé cocinar, soy amable, soy muy lindo, muy bueno en mi trabajo, hago galletas deliciosas y soy lindo. Mm... ¿Qué mas?
Joshua bufa.
—¿Por que te pones así? Debemos tener confianza, me prometí anoche tenerla. Tendré confianza en mi amor y usted con el suyo, ¿No le parece lo mejor?
Joshua niega para si mismo.
«El que lo haya ayudado tanto no significa nada.
El agradecimiento es diferente al amor.
Jeonghan me quiere, está agradecido conmigo pero hasta ahí.
No sucederá nada más entre nosotros.
Nunca pasará»
—Esta bien —a pesar de que asintió, sabe que es una completa mentira.
¿Cómo le irá la relación de Vernon? ¿Llegará a algún lado?
¿Jeonghan se dará cuenta de los sentimientos de su jefe?
¿Qué hay oculto en la familia de Wonwoo que no se sabe?
¿Mingyu logrará desenmascarar a Minji?
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