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Capítulo Diecisiete







Wonwoo se encuentra sentado en su escritorio, luciendo cansado y agotado. Con grandes bolsas negras adornando debajo de sus ojos y su visible bajo ánimo ha sido notorio para todos.

Sin entablar conversación con nadie y sin sonreír amablemente a los demás como de costumbre, Wonwoo simplemente se sumerge en la miseria de sus pensamientos y pesares abrumado por el mañana.

Sus compañeros están visiblemente preocupados por su aparente estado de salud y bienestar. No es el Wonwoo que conocen, algo lo ha estado molestando desde ayer y se nota. No está bien, no lo está.

—Wonwoo-hyung, ¿está bien? Has estado muy callado hoy, ¿te sientes mal? —le preguntó su querido colega Vernon, aquel dulce extranjero ojimiel asomándose a su escritorio con preocupación.

Wonwoo levanta la mirada lentamente, su rostro pálido reflejando su agotamiento.

—Estoy bien.

—¿Seguro? No lo pareces.

—S-Solo... no he dormido bien estos días.

—¿Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea, verdad? —ante las genuinas y amables palabras del menor, Jeon asintió con los labios cellados levantando ligeramente sus comisuras hacia arriba, forzandose a esbozar una sonrisa.

—Lo sé.

—Ten lo en cuenta, no solo lo digo por decir. Es la verdad.

Vernon es simplemente un buen hombre. Tan dulce como la miel por dentro y por fuera.

El Pasante estando a unos metros de distancia esperando que las impresiones salgan de la máquina, envía un fugaz vistazo al azabache. Recordar lo de ayer le causa un mal sabor en la boca.

Una vez había recogido aquellos papeles, estaba tan nervioso que no sabía qué hacer. Lo guardó en la carpeta y quiso seguir al Director Mingyu quien se había llevado a Jeon, para al final terminar revelando torpemente lo que tenía entre sus manos. Kim le prohibió hablar de ello y él simplemente lo juro.

Se siente confundido y preocupado, para él Wonwoo no es esa clase de persona. Es un Hyung cálido, dulce y amable. La persona que más lo ha guiado y cuidado en todos sus meses de pasante. No sabe qué pensar y en realidad, no quiere sacar conclusiones apresuradas, decidió solo esperar y que su mismo superior aclare la verdad.

Wonwoo toma una carpeta y se levantó para salir de la oficina, recibiendo algunas miradas de preocupación. Camina por el pasillo algo ido. Su mirada vacía y su expresión lamentable. Da pasos lentos dejándose llevar por el aire mismo. No tiene fuerzas, su estómago ruge y siente que pronto caerá de nuevo.

Y lo hizo, cayó.

Sus piernas perdieron la fuerza y cuando creyó que caería duramente contra el suelo, unos brazos fuertes llegaron a su rescate para abrazarlo con fuerza.

Se ruboriza cuando su rostro roza con el cuello de aquel alto moreno, no hace falta preguntar quién es puesto a que reconoce el aroma de su perfume embriagador y prominente. Sólo alguien como Mingyu olería así.
Cerró los ojos y apoyó su cabeza en el hombro ajeno sintiendo como aquellas grandes manos rodean su espalda, una adueñandose de su cintura y la otra propiciandole caricias como si lo estuviese consolando.

Quiere llorar. Quiere hacerlo otra vez.

Ya ha sido suficiente con lo mucho que lloró anoche. Durmió incómodamente en su vehículo aparcado en un estacionamiento libre. Así pasó la noche, en la incomodidad y la soledad imaginando lo bonita que sería la vida con su familia de tres si en un principio se hubiera comportado como el hombre de familia que debe ser.

Se siente tan malditamente inservible. Una basura, realmente es una basura.

—Está bien, todo estará bien —le consola con delicadeza y dulzura en un tono bajo y grave, rozando sus labios con la oreja del menor.

Una lágrima traicionera se desliza por las mejillas demacradas del menor quien no contesta y simplemente traga el nudo de su garganta.

—Pide una baja esta semana por salud, yo mismo la voy a procesar. Necesitas descansar y ordenarte a ti mismo —dice el mayor con suavidad, recibiendo un simple asentimiento de cabeza.

La calidez que emana el cuerpo de Kim es tan placentera para Wonwoo quien tiene ganas de fundirse y quedarse ahí para siempre. Sentir su apoyo y protección. Sentir que no está solo, que no es un inservible como cree que es.

Pero esta mal aferrarse a su jefe de esta manera. No es nadie de él y no gana nada ayudándolo.

Sólo es una carga, un estorbo para su vida.

Mordiéndose el interior de su labio decide que es hora de separarse. Con dificultad y sintiendo la necesidad de llenar el vacío de su corazón con los brazos de su jefe se separó. Lentamente se alejó cabizbajo, pasando sus manos temblorosas por su rostro.

Mingyu se inclina ligeramente hacia adelante para que su rostro quede a la altura del menor y deja posar cada mano en los hombros ajenos. Mirando cara a cara al azabache, quien baja la vista no atreviéndose a mirarlo a los ojos —Ve a casa y duerme, ¿Si?

Wonwoo asiente ligeramente. «¿A casa? Ya no hay una para mi»


En eso Mingyu se da cuenta —¿Sigues durmiendo en casa con esa mujer?

—Anoche dormí en el aut... —en ese instante, se detuvo abruptamente al darse cuenta de lo estaba por revelar, cerró la boca de inmediato y se alejó del tacto del mayor al sentir su mirada perpleja.

—¿Auto? ¿Dijiste que dormiste en el auto? —la furia se notó en su tono de voz.

Wonwoo duda un poco antes de hablar —No quiero ser una molestia para nadie, Director Kim.

Mingyu se muestra aún más preocupado por la situación de Wonwoo, quien es tal leal incapaz de lastimar a una mosca. En ese momento decide tomar acción.

—Wonwoo, no puedes dormir en tu auto. Ven a mi casa. Tengo espacio de sobra. Te aseguro que estarás cómodo.

—¿Qué? C-Claro que no, no, no, y-yo no po...

—¿Y qué te dije sobre dejar de llamarme Director Kim? Llámame Hyung, eso soy para ti ahora.

Wonwoo se ruboriza ante la mirada insistente de su jefe. Aún así negó, pero por alguna razón siente que Míngyu insistirá tanto que no podrá escaparse.















Wonwoo se encuentra sentado en el sofá de Mingyu, pareciendo un tanto incómodo, a su lado está su maleta con sus cosas. Mira los alrededores de la sala, es un apartamento moderno y sofisticado. Tiene algunos vagos recuerdos ya que hace algunos meses estuvo en la misma, siendo salvado por Mingyu.

Siempre es salvado por él y no lo entiende. No entiende porqué sigue brindándole una mano cuando debería dejar de hacerlo

De pronto una notificación de mensaje en su teléfono suena y lo revisa. Es un mensaje de su esposa solicitando dinero por su hijo. Suelta un suspiro cansador y decide enviárselo. Entra al banco y empieza a realizar la transferencia.

Su hijo volvió hoy y no ha podido ir a verlo. Ella es su madre, ella está en la casa y no él, ella es quien lo recibió y es quien se está quedando con el pequeño. Espera que siendo amable no le impida ver a su hijo.

Mingyu viene saliendo del pasillo pasando las manos una encima de otra un poco nervioso —Listo, ya tu habitación está lista para que... —en ese momento se dio cuenta que no estaba siendo escuchado. Caminó hacia el menor y asomó su vista ligeramente por el celular. —¿Qué haces?

—Le envío dinero a mi esposa —soltó con honestidad.

Kim le mira perplejo y hasta molesto. —
¿Por qué le estás enviando dinero a tu esposa después de todo lo que ha pasado?

Wonwoo baja la mirada, mostrando su vulnerabilidad. — Porque soy el hombre, Hyung. Es mi deber proveer para mi familia, sin importar las circunstancias. Quiero asegurarme de que estén bien, aunque yo no pueda estar con ellos.

Mingyu se queda en silencio por un momento, asimilando la respuesta de Wonwoo. Luego lo mira con comprensión y empatía mientras se sienta a su lado.

—Wonwoo, eres un hombre honorable y bueno. Siempre lo has sido.

Wonwoo levanta la mirada, encontrando consuelo en las palabras de Mingyu. Llegándole en el fondo de su corazón, es la primera vez que escucha de alguien decirle que es "un buen hombre".  Sólo con Mingyu suceden cosas que nunca han sucedido y escucha palabras que estremecen su corazón de sobremanera.

—G-Gracias —agradece tímido.

—Pero espero que esta vez empieces a ser egoísta, debes serlo —la voz seria de Mingyu al decirle aquella oración lo dejó sin palabras. —Dime la verdad, ¿Seguro que la maltrataste física y psicológicamente?

Wonwoo negó de inmediato —Yo nunca, nunca sería capaz de dañarla. De verdad yo... —en ese momento recordó aquel último suceso —Pero yo la empuje —reveló en un tono de voz agrio hacia sí mismo. Mira sus manos con rabia. —Y la lastimé.

—¿Por qué lo hiciste?

Jeon no habló.

—Wonwoo tienes que decirme la verdad, si no lo haces perderás a tu hijo.

—Ella es la madre, siempre las madres se queda con sus hijos sin importar qué.

—¿Entonces no lucharás por él? —le miró perplejo. El menor simplemente negó, rindiéndose antes de siquiera empezar la batalla —¿Y eso es lo mejor para Sooyoung? Dímelo tu mismo, ¿Realmente con ella encontrará la felicidad? ¿Con quién tu hijo es más feliz? ¿Con quién no tiene miedo? Si es junto a su madre, lo dejaremos así pero si es junto a ti, lucha por él.

Las palabras del Director lo hicieron recordar no uno sino miles de eventos anteriores, son tantos que no le cabe la cabeza.

¿Minjee de verdad ama a su hijo tanto como él?
¿Ella será capaz de cuidarle del mal?
¿Nunca dejará que se lastime?
¿Lo protegerá sin importar las circunstancias?

No.

Es cruel y egoísta pensar de aquella manera. Pero es a lo que su mente llegó en conclusión. Su corazón débil y sensible le dice que es mentira, que ella es buena pero su fría cabeza le dice que no cambiará y llevará a la miseria a su hijo si se lo queda.

Pero Mingyu le dijo que está bien ser egoísta, le dijo que lo sea.

—Sooyoung quiere mucho a su madre pero... Ella no parece sentir lo mismo —reveló cabizbajo.

—Eso es —Mingyu sonrió sintiéndose orgulloso —Luchemos por tu hijo.

Pero Wonwoo empezó a llorar —E-Ese d-día ella se enteró... —sus palabras dejaron en confusión al mayor, levantó la mirada y lo vio a los ojos —vio el chupetón...

En ese momento toda felicidad de Mingyu se esfumó por completo, llenándose de culpa y odio. Si ella usa eso en contra de Wonwoo en el tribunal, esta claro que no le dejaran a su hijo.

—Se molestó pero... ¿Por qué se molestó si siempre me lo ha hecho con otros hombres? —se atrevió a relevar sintiendo un peso menos en sus hombros. Ella es la infiel, ella empezó —Ella me golpeó, m-me insulto... E-Ella s-siempre m-me g-golpea...

Mingyu lo mira perplejo ante tal declaración y en ese momento, en su mente pasó aquel lejano escenario hace algunos meses.

—No eran prestamistas, era tu esposa.

Wonwoo con sus ojitos brillantes y lamentables, sollozando de manera inestable asintió —L-Lo siento...




















Felicidades, has sido contratado como empleado de tiempo completo. Esta es tu última paga como pasante y a partir de mañana vienes como un empleado fijo”

Dino mira con emoción el cheque que le dieron, alzandolo en el aire y mirando los números anotados. Le pagaron más de lo que deberían, dándole un bono especial.

Se siente feliz y satisfecho consigo mismo. Se esforzó tanto los últimos meses hasta el cansancio ya que mientras trabajaba realizaba su Tesis de Grado, la cual ya está terminada. En unas semanas es su presentación. Su vida laboral e incluso social, siente que van muy bien. Nunca se había sentido tan satisfecho consigo mismo.

Pero cuando llegó a casa,la felicidad fue opacada por la insertidumbre. Guardó el cheque entre las carpetas de su maletín y tomando bocanadas de aire entró a su hogar.

Quiere comprarse ropa nueva. Cambiar su viejo celular por uno nuevo o al menos servible, ir a sentarse en el lindo Café que siempre ve a través de la ventana del autobús antes de llegar al trabajo. Simplemente quiere disfrutar la vida. ¿Esta siendo egoísta por no querer darle su dinero a su familia? ¿Esta siendo malo por querer usarlo para él?

Cuando entró, escuchó como la cocina está movida. Con timidez se asomó y vio a su Abuela junto a su tía terminando de poner la mesa con todos sus familiares sentados.

—Estoy de vuelta —avisó un poco tímido.

Nadie le respondió. Les dio la espalda dispuesto a ir a su habitación y esconder su dinero cuando la voz de su tía lo interrumpió.

—Escuché que hoy es el último día de su pasantía, el pobre debe estar triste por haber sido echado —arrojó con malicia dando por hecho lo sucedido.

—Es normal, la vida laboral es difícil, las personas normales pocas veces logran quedarse a trabajar al terminar la pasantía y menos en una empresa tan grande —soltó con amabilidad fingida el esposo de ella.

—Lo aceptaron solo porque no tiene una madre, hicieron un poco de caridad y ya está, las grandes corporaciones lo hacen por imagen —asumió obvia su abuela.

Dino tensa su mandíbula con rabia. ¿Por qué siempre dicen eso de él? ¡Por culpa de ellos creía que era un bueno para nada pero todas las personas ven su potencial menos ellos, su familia!

—Fui contratado —sus palabras acabaron con la sonrisa de los mayores quienes lo miraron con sorpresa. —A partir de mañana soy empleado de tiempo completo. Tratenme como tal, soy parte del Equipo Financiero de la Corporación Hybe.

—¿¡Cómo te atreves a fanfarronear delante de nosotros!? —vociferó la autoritaria voz de su padre, lanzando con fuerza los palillos hacia algún punto. Sus ojos oscuros y llenos de furia se dirigen en el menor. —¿Realmente crees que te aceptaron por ser talentoso? ¡Eres un bueno para nada al igual que tu madre!

Chan se llenó de cólera y respondió —¡Usted está celoso porque desde el principio mi madre era mejor que usted!

—¿¡Cómo te atreves maldito estúpido!?

—¡Tu madre es una buena para nada que murió por estúpida! ¡Desde el principio tenía que haberte abortado pero no quiso y llenó de problemas a nuestra familia!

—¡Es una puta arrastrada que intentó aprovecharse de tu padre! ¡Debes ser más agradecido con nosotros por haberte criado todos estos años!

Ante gritos y exclamos, el hombre de familia se levanta y con odio hirviendo su sangre se sacó su cinturón y se aproximó al menor quien retrocedió con miedo.

—¡No soy un niño, ya no soy un niño! —grita harto con lágrimas turbulentas empezando a caer de sus ojos. Se gira sobre sus talones e intentó correr pero su padre es más rápido y termina tumbandolo bruscamente contra el suelo.

—¡Para que aprendas a respetar a tus mayores! —y ante este grito lanzó el primer azote al cuerpo del menor.

El joven intentó esconderse en posición de feto, ocultando su cabeza contra sus rodillas y rodeándose con sus brazos mientras recibe dolorosos golpes que queman peor que el fuego, sintiendo el calor hirviente con cada trazo rojo que es marcado en su piel.




«Déjame, déjame por favor»




—¡Eres un inservible, no sabes hacer nada, no puedes hacer nada! ¡Yo soy mejor que tú, soy tu padre! ¡Maldito engreído que se cree mejor que yo porque solo porque una puta empresa estúpida lo aceptó! ¡Sólo quieren más exclavos, no te creas mucho!

Celos. Su sangre hierve de celos por su propio hijo quien es mil veces mejor que él.

No pensó que liándose con aquella mujer en su época de universidad le traería desgracia a su vida, abandonando sus estudios para trabajar y trabajar como un burro, todo para que la estúpida terminará con él por supuestamente su maltrato e infidelidades. Su partida fue lo mejor para su vida.

Buscando mejores oportunidades laborales, lo único que logró fue hundirse cada vez más en un abismo de deudas y pérdidas.

¿Y quién diría que llegaría el día en donde la policía tocaría su puerta para avisarle la muerte de aquella mujer?

Se hizo cargo de ese maldito niño que ni siquiera quería en primer lugar perdiendo y malgastando dinero en él. Un odio y rencor cada vez más grande fue generándose en su corazón, odiando cada vez más a aquel pequeño sobresaliente en la escuela como nunca él había logrado ser.

Lo peor es que es la viva imagen de su difunta madre, delicado e inteligente como ella. Con sus dulces facciones y belleza. Lo odia, lo odia muchísimo.

—¡D-Déjame, d-déjame, p-por favor! —pide entre sollozos el menor, adolorido y con su lamentable corazón cansado de aquella vida.

Su interesada tía se acercó y tomó el maletín que dejó caer a un lado para abrirlo. Dino al ver aquel suceso, intentó levantarse y arrebatarselo —¡No, eso es mío!

—No seas egoísta con las personas que te criaron —arrojó con molestia y cuando se encontró con aquel cheque, sus ojos brillaron —Con que querías quedarte con todo, maldito bribón. Sigue golpeándolo por egoísta, ¡Yo fui la que te llevaba a la escuela de pequeño!

¿Llevar a la escuela? ¿O quiere decir abandonarlo todos los días a mitad de camino sin importar si se perdiera o no?

A sido olvidado y abandonado durante años por aquellas personas que dicen ser su "familia".

Nunca comió bien a su lado, nunca le prestaron atención a nada. Aún cuando tuvieran el dinero para comprarle sus útiles escolares de suerte le traían un lápiz y un cuaderno. Acostumbró a pedir prestado en la escuela, siendo tachado como un "pobre aprovechado" causando que no muchos quieran juntarse con él. Siendo repelido y repudiado tanto en casa como afuera de ésta, Chan definitivamente siente que no está siendo egoísta ya que ellos lo empezaron.

Cuando era pequeño lloraba y suplicaba por recibir una migaja de su amor, recibiendo solo innumerables maltratos. Creció toda su adolescencia con baja autoestima y deseo de ser amado.

Pero en la universidad, cuando empezó a pasar tiempo con un montón de personas diferentes, su mente fue abriéndose.

Él se sanó a si mismo. Llenó el amor de su corazón con su propio amor ya que supo que nunca lo recibiría de parte de los Lee por más siglos que espere.

Y ahora quiere escapar, quiere correr pero ¿A dónde?















Luego de la llamada de su novio, Vernon se vistió y arregló de la forma más rápida y pulcra posible. Vistiendo unos pantalones de tela negro, una camisa de color azul cielo y un saco largo hasta las rodillas del mismo color que la parte inferior. Arreglando su cabellera con cuidado, sonrió al espejo antes de salir de casa.

Su corazón emocionado e ilusionado, deseando ver a Yugyeom.

Llegó hacia el lugar citado, siendo un restaurante de comida coreana casual lleno de muchas personas bebiendo a tales horas de la noche.

Pasa entre los borrachos mientras saca su celular, estuvo a punto de llamarle cuando lo vió.

—Vernon, ven aquí —aquel azabache le hizo un ademán de manos para que se acercara a la mesa, una mesa llena de personas desconocidas.

El extranjero miró con confusión la escena ya que pensó que serían solo ellos dos. Un poco tímido se acercó y se acomodó justo al lado de su novio, quien bebe de una botella de soju.

—Buenas noches, soy Vernon —se presentó un poco cohibido a los presentes.

Son cinco personas y todas se ven cercana a su edad, jóvenes espontáneos y relajados con ropas sueltas y cómodas, algo diferente a él.

—Relájate, no seas tan serio —animó Jugyeom a lo que asintió.

—Míralo, incluso se vistió así —rió uno.

—¿Es este tu novio? Es muy diferente de lo que acostumbras a escoger.

—Parece un niño de mami.

—¿Dijiste que trabaja en una empresa de renombre?

—Si, trabaja en la Corporación Hybe, ¿Verdad cariño? —acerca al castaño hacia sí dándole un leve apretón en su hombro.

—Si, soy parte del Equipo Financiero.

—¡Oh! ¡Todo un cerebrito!

—Debe estar forrado de dinero.

—Te toca pagar esta cena, ¿Oíste?

—¿Ah? ¿Qué? —mira con confusión a su novio, el cual simplemente se encogió de hombros desinteresado.

—Una cena no te volverá pobre.

—Oh... Uhm... Esta bien —sonríe y asiente aunque ciertamente se siente algo incómodo.

Todos gritaron y exclamaron con emoción ante sus palabras. Y en ese momento, empezaron a pedir mucha más comida y bebida.

A Vernon no le molesta en absoluto pagar, es solo una cena insignificante. Pero ciertamente se sintió fuera de lugar, es una persona más recatada y respetuosa rodeado de gente completamente contraria a él. De un principio supo que la combinación de ambos podría chocar por lo que decidió simplemente dejarse llevar un poco. Yugyeom siempre dice que es muy serio y cuidadoso. Quiere agradarle más acompañándolo en sus gustos y compañía aunque no sean de su agrado.

Quiere estar ahí para él y tener su confianza. Quiere simplemente tener una amena relación saludable.

Pero por más que se obligó a sentirse cómodo, no pudo. Quiso creer que él está exagerando aún cuando sintió que querían aprovecharse de su dinero.








¿Wonwoo podrá ganar la custodia de su hijo?
¿En el proceso florecerá aún más su relación con su jefe?
¿Se aclarará sus sentimientos?
¿Dino podrá escapar de su entorno familiar?
¿Vernon estará exagerando o tiene razón?






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