Capítulo Dieciocho
—Wonwoo no ha venido —mencionó Vernon con preocupación, mientras camina por el pasillo junto al nuevo empleado de tiempo completo.
—Hyung me preocupa, me gustaría saber cómo está —fruncio sus labios con tristeza Dino mientras sostiene unos papeles. —¿Ha hablado con sus amigos?
—Ninguno sabe nada, ni siquiera sabían de su ataque de pánico de hace algunos días. Osea saben menos que nosotros —le respondió. Lleva días buscando contactarlo más no recibe respuesta, y es igual a los mejores amigos de éste del Departamento de Diseño. Le preocupa, sabe que algo le debe estar sucediendo pero no sabe qué es.
De pronto, al final del pasillo, se aparece el Supervisor General caminando con normalidad. El menor de todos se detuvo abruptamente al chocar miradas con el mayor a metros de distancia de él.
—H-Hyung, me tengo que ir. O-Olvidé algo —apresuró a decir de manera atropellada. Se gira sobre sus talones y camina dando pasos rápidos.
Su reacción no pasó desapercibido por Seokmin, quien se apresuró a llegar a él.
—Pasante Lee, detente ahí —le ordenó alto y claro.
Pero no fue obedecido.
Y de pronto, ambos empezaron a correr.
Dino llega en frente de las puertas del ascensor cerrado y presiona miles de veces el botón, pero al sentir que tardaba más que una tortuga en cruzar la calle decidió por abrir la puerta que lleva a las escaleras de emergencia y correr hacia abajo.
—¡Lee Chan! —vociferó con molestia el mayor una vez azotó la puerta y empezó a bajar.
—¡No me siga! —gritó de un modo desesperado y de un momento a otro, sintió como su pie se dobló y cayó por las escaleras rodando hasta abajo.
—¡Chan, ¿Estás bien?! —Seokmin apresuró a llegar al menor con preocupación, arrodillandose ante él.
Dino en cambio, repelo el contacto y pegó su espalda en contra de la pared mientras soba sus brazos adoloridos. Sus ojitos se llenan de lágrimas mientras muerde su labio inferior.
—¡Por esa razón le dije que no me siguiera! —exclamó de pronto, abrumado por todo.
En cambio, el Supervisor le mira perplejo sin entender —¿Qué fue lo que te hice para que quisieras evitarme? ¡Llevas una semana! Pensé que era mi imaginación pero realmente lo estás haciendo.
—Es que...
—Dímelo sin miedo de una vez para entender.
Tomó una bocanada de aire y decidió soltarlo.
—S-Siempre que estoy con usted me pasan cosas malas. Primero se me cayó el café encima de usted, luego un balde de pintura casi me rompe la cabeza, quedamos encerrados en un ascensor, y por si fuera poco también quedamos encerrados en un almacén toda la noche sin tener la oportunidad de comunicarnos con el exterior, en el viaje por alguna razón ¡Me ahogue! ¡Yo sé nadar, Supervisor y un así me ahogue! Y para colmo, ahora me caí de las escaleras —arrojó todo lo que tenía acumulado en su corazón al mayor. —Llegué a la conclusión de que mi mala suerte se dispara junto a usted, por eso, lo mejor es mantener distancia.
—¿Tu enserio crees en esas cosas? Son solo supersticiones. Tu mala suerte se debe a que eres despistado nada más.
Dino se sintió ofendido al escucharlo reírse, ¿Se está riendo de él? Se cruza de brazos indignado.
—Es real, eso existe.
—Pensé que sucedía algo más importante —se levanta mientras palmea sus pantalones. —¿Puedes levantarme?
—Claro que si —contestó cortante. Intentó hacerlo solo pero terminó cayendo. El pie que se le dobló, siente haberse hecho una herida profunda, tal vez tiene un esguince o se le desgarro un ligamento.
Seokmin suelta un suspiro y le da la espalda al menor para agacharse. —Te llevaré, sube.
El corazón del menor latió de sobremanera al ver su acción. Sacudió su cabeza cuando sintió sus mejillas calentarse. Lentamente se acercó a la espalda del mayor y rodeó su cuello con sus brazos, dejando que aquellas manos se posen en sus piernas, rozando sus muslos.
Se sintió raro pero no mal. Ser llevado y de alguna manera, cuidado.
—Oh, ya no soy pasante, soy empleado de tiempo completo, debe llamarme Administrador Lee —le explicó con orgullo.
El mayor ríe levemente y asiente —Que bueno, lo felicito, Administrador Lee.
Por alguna razón, hoy el supervisor está de muy buen humor para reír. Aquello confundió mucho más al nuevo empleado, pero en vez de molestarle, pareció sentirse a gusto de conocer un poco más sus demás facetas.
.
—Toma —Mingyu le extiende al menor una taza de café.
Wonwoo sentado en el sofá, lo toma con nerviosismo y bebe un poco para dejarlo en la mesa de enfrente. Kim se acomodó justo a su lado teniendo en frente su abogado de confianza.
—¿Entonces que debemos hacer? —le preguntó el moreno preocupado e interesado.
La esposa de Wonwoo acusó con todo tipo de acusaciones al menor, incluyendo la infidelidad, chantaje, abusos y manipulación. Incluso apuestan que inventara muchas cosas más en el juzgado y eso es algo de lo que tienen que estar preparados. Aún así, las pruebas y testigos de ellas son muy pocos por no decir nulos. Es que literalmente no tiene nada con que atacar a Wonwoo, pero no por ello deben bajar la guardia, puede inventarse pruebas.
Se ve que lo que ella busca, no es solo mandarlo a la cárcel. Quiere quedarse con todo lo que Wonwoo trabajo tan duro para conseguir su casa, los autos, todo el dinero, su hijo y además que le pagué una fianza y mensualidad.
—El punto es demostrar que todas sus acusaciones son erróneas y la verdadera agresora es ella —inició el abogado teniendo carpetas y hojas delante de si, llevando e investigando el caso —Para ello, lo primero y principal que necesitamos son testigos. Amigos, familias y demás.
—Pero mis amigos no saben nada, ¿Cómo...? —Wonwoo cuestiona sin entender.
—Ellos hablarán como conocidos tuyos sobre tu comportamiento, también la empresa en la que trabaja debería hacer una carta de reconocimiento como buen trabajador excepcional. Debes sumar puntos como buen cuidadano para hacer que empiecen a dudar. Luego vendrían las pruebas, el Sr. Kim tiene unas fotografías guardadas de usted de hace meses en donde muestran todas sus heridas.
—¿Fotografías? —mira al mayor con confusion.
—Cuando dijiste que eran prestamistas. Sabía que podríamos a llegar a necesitar pruebas, quise prevenir, el Doctor también dará un testimonio.
—Y al final, deberá venir el hijo, lo que diga será muy importante, valdrá mucho más y podrá cambiar toda la situación a favor de alguien. Eso deben tenerlo en cuenta —aviso el abogado —¿Estas seguro que tu hijo te elegirá?
Wonwoo se ve inseguro.
Lo piensa y piensa. ¿Sooyoung lo elegirá a él delante del tribunal? ¿Será que su madre está aprovechando este tiempo para manipular al menor a su favor?
—No lo sé —contestó con sinceridad.
Si bien, el pequeño a veces tiene mucho miedo de su madre y disfruta más del tiempo de calidad con él. Sooyoung ama su madre y desea tener su atención y cariño, solo por ello es muy capaz de elegirla a ella. Es un simple niño de cuatro años que no entiende la gravedad de la situación de sus palabras.
No quiere depender de las palabras de su pequeño para sobrevivir, pero es tristemente así. Pero si decide a su madre, lo aceptará sin más.
—¿Tus padres pueden ir a testificar? ¿O tienes algún hermano que pueda hacerlo?
Ante la pregunta del señor, el azabache negó —N-No soy cercano a mi familia —reveló con un agrio sabor en la boca.
—¿Por qué?
—Simplemente es así. ¿Es tan necesario decirle esto a alguien? ¿Necesitamos testigos?
Mingyu le mira con tristeza —Necesitas testigos, si no es tu familia deben ser tus amigos. Debes contarselos para que ellos te apoyen delante del juez, ¿Lo entiendes?
Lo entiende pero a su vez, no quiere entenderlo.
¿Con qué cara le contara la verdad a sus amigos?
La semana ha pasado tan rápido lleno de papeles, problemas y más papeles. Mingyu lo ha estado ayudando recolectando pruebas y su abogado de confianza encargándose de todo. Le dicen que todo estará bien, ojalá sea así.
Y ahora, un nuevo lunes ha llegado y con ello, nuevos enfrentamientos. Necesita testigos de su buen comportamiento, quiera o no debe contarles la verdad a sus amigos.
Esperando la hora del receso. Wonwoo invitó a sus amigos a unirse a él. Actualmente se haya sentado en una mesa, visiblemente nervioso. Jeonghan, Jun y Minghao se sientan a su alrededor, preocupados por la actitud del azabache. Esta raro desde hace días y es tan notorio.
—¿Qué es lo que ha pasado que no has venido en toda una semana? —Jeonghan cuestiona con suavidad, preocupado pero no queriendo atocigarlo.
Jeon toma una bocanada de aire y con el guión grabado en su mente, decidió decirlo tal cual como practicó con anterioridad —N-Necesito contarles algo —por más difícil que sea, todo lo hace pensando en la felicidad y el futuro de su pequeño —Llevo años recibiendo abusos y maltratos de parte de Minji. Lo que sucede en mi casa e-es como el infierno...
—¿De qué estás hablando? —el semblante del rubio cae por completo.
El pelirrojo frunce el ceño y su pareja golpea la mesa. —¡Lo sabía! Siempre pensé que algo no andaba bien. Esa mujer nunca me agradó —exclamó de inmediato Jun.
Minghao pellizca a su novio —Cálmate, Jun. Deja que Wonwoo se explique bien.
—Nunca quise decir nada porque siempre he sido un incompetente, no sé hacer nada, hago todo mal. Siempre me regaña por ser una basura, me lo merezco, lo merezco y más pero... —su voz se rompió ligeramente sintiendo como su pecho arde de dolor al decir en alto todas las crudas verdades de su persona —Me demandó. Q-Quiere quitarme a mi hijo, m-mi dinero, m-mi vida. Q-Quiere que vaya a la cárcel... —lágrimas se deslizan por sus mejillas sin su consentimiento, bajando la cabeza avergonzado de todos sus complejidades y problemas. Pasa sus temblorosas manos por sus mejillas limpiando las lágrimas.
—¿C-Cómo? —Jeonghan le mira perplejo.
—Dime que es una broma —el chino pelirrojo parece no querer creerlo.
Wonwoo desliza la carpeta que había traído a sus amigos. De inmediato el rubio la toma y la abre viendo unos papeles que claramente ponen de víctima a Minji y de agresor a Wonwoo.
—¿Cómo es posible? ¿Cómo es que pasó todo esto? —le cuestiona estupefacto. Sintiendo pena, culpa y pesar. ¿Cómo nunca pudo darse cuenta antes? ¿Cómo es que Wonwoo ha estado atravesando por tanto en frente de sus narices y nunca se enteraron?
—¡Qué descarada! ¿Quién se piensa que es? —Jun se ve tan furioso que parece ser capaz de irse en ese mismo instante a la casa en donde se encuentra dicha mujer para golpearla.
—Es una perra —pronuncia Minghao mientras sigue leyendo cada palabra en donde se explica más a profundidad lo que "sufrió" la víctima —¿Manipulación? ¿Abuso físico? ¿Chantaje? Esa perra está inventando mucho. Es imposible que tú hagas algo así.
—Perra es poco, es una puta arrastrada —corrigió Jeonghan furioso —Incluso pone infidelidad, ¡Nuestro Woonie nunca haría algo así! Tenemos que ir, no, debemos ir quieras o no, tenemos que acompañarte y desenmascarar a esa puta.
—Debemos hacerle saber a todos que es una perra mentirosa —asintió Jun.
El azabache traga fuertemente el nudo de su garganta y asiente mientras muerde su labio inferior. —G-Gracias...
Se encuentra en una situación desgarradora en donde su futuro pende de un delicado hilo. Aunque está agradecido por el apoyo de sus amigos, se siente abrumado por la culpa y la miseria. Si hubiera sido bueno en primer lugar, si hubiera sido mejor. Si tan solo... No fuera el mismo, todo habría sido diferente. Está tan acostumbrado a hacer las cosas mal, a no ser suficiente que cuando en realidad hace algo bueno, siente aún así que es malo.
Su esposa si bien, es desagradable, también la comprende. ¿Quién querría estar con alguien tan patético?
Si pudiese llegar a un acuerdo con ella, claro que lo haría. No quiere llegar a tales extremos pero solo gracias al amor que tiene por su hijo es que es impulsado a seguir adelante y luchar a pesar de sus sentimientos encontrados. Su lucha interna refleja la complejidad de sus emociones en esta difícil situación.
Le duele aún más recibir todo el apoyo y comprensión de sus amigos, quienes están confiando plenamente en él y sus palabras. ¿Cómo puede merecerlos? ¿Cómo es que son tan buenos? ¿Cómo es que Mingyu lo apoya tanto en todo lo que necesita?
Pensar en todas aquellas personas, vuelve a confundirlo aún más poniendo en encrucijada a su lastimado corazón. Ya que, si es tan inservible y patético ¿Por qué hay tantas personas que lo valoran y lo cuidan?
¿Es porque tiene suerte o porque en realidad, se lo merece?
Se levantó de la mesa y dio una reverencia de noventa grados hacia sus amigos. —Necesito su ayuda. No quiero perder a mi hijo. Por favor, cuidenme.
Jeonghan conmovido se levantó y poniendo sus delicadas manos en los hombros ajenos lo levantó para luego abrazarle. —Cuenta con nosotros, Wonwoo. Siempre estaremos aquí para ti. Confiamos en ti.
Tiene tan buenos amigos...
Luego, Jeonghan fue a servirse más comida sintiendose inexplicable en su interior. Abrumado y preocupado. ¿Esa mujer recibirá su merecido castigo? No está seguro. La justicia ha estado muy cuestionable en aquel último tiempo.
—¿Te sientes bien? —una voz a su espalda lo sobresalta haciendo que se gire para encontrar el atractivo rostro del Director Hong. Al verlo detenerse justo a su lado, asiente ligeramente para desviar la mirada al frente.
Sigue abrumado por lo que escuchó veinte minutos atrás, claro que no está bien.
—Me dijeron que fuiste a la estación de policía a causar un alboroto —le comentó sl mayor, quien le mira herido.
—¿Cómo? ¿Alboroto? ¿Yo? Sólo fui a exigir nuestros básicos derechos de ciudadanos.
Jeonghan suelta una ligera risa —Déjalo así, lo que pasó pasó.
—Solamente le dieron un año de cárcel al que puso esa maldita cámara y a tu ex que se intentó pasarse de listo menos que eso, claro que estoy enojado, es injusto.
Cuando pronunció aquello, el rubio se alarmó mirando a los lados con preocupación esperando que nadie haya escuchado —No vuelvas a mencionar esto aquí —le susurro con cierto tono de pedido, rogándole con sus simples y tiernos ojos —No le cuentes a nadie sobre este caso, por favor, te lo pido.
Ante la tierna expresión del rubio es imposible negarse, es tan hermoso y dulce pero... Se siente preocupado y confundido. Le ha ocultado a todos sobre los problemas que ha estado atravesando aquel último tiempo, fingiendo una sonrisa pacífica aún cuando tuvo que enfrentar en la corte a un maldito acosador.
Es digno de admirar, Jeonghan es realmente muy fuerte y cada día le sorprende más su lealtad y solidaridad. Es hermoso como ninguno.
—Esta bien —respondió bajo en un tono simple. Colocando las manos en los bolsillos de su pantalón mira al rubio darle la espalda para caminar con su elegancia característica hasta la mesa de sus amigos.
A donde sea que vaya, vista lo que vista y haga lo que haga, Jeonghan seguirá brillando más hermoso que una estrella a sus ojos.
—Podemos hacerlo —le dijo Kim mientras arregla la corbata al menor, buscando transmitirle toda la calma y confianza necesaria.
Pero Wonwoo está todo menos bien. El momento más importante y cruel de su vida que decidirá por completo su estabilidad, futuro y felicidad. Luchar es algo que nunca ha hecho, ni siquiera cuando su familia lo...
Wonwoo no sabe cómo luchar, nunca en su vida se ha atrevido llegar a tanto. Siempre ha sido débil, dócil y suave. Dejándose llevar por las palabras crueles de los demás, creyéndose todo lo que sueltan. Es más fácil dejar que las personas hagan y digan lo que quiera, es más fácil creerles aunque muy por dentro de él sepa que no es verdad.
Pero bueno, ahí está él. Entrando a una sala de juicio en donde la mirada temeraria del juez le causó tanto miedo que retrocedió de manera inconsciente. Su espalda chocó con algo duro y se giró encontrándose con la dulce mirada de su jefe.
—No estás solo, recuérdalo —y no lo decía solo por él, también por sus amigos quienes están sentados en el lado de espectadores enviándoles miradas de consuelo y apoyo. En aquel último tiempo se ha quedado en casa de sus amigos, a veces de Jeonghan, aveces de la pareja o a veces en un hotel. Cada uno le ha dado la mano y le ha apoyado a su manera no abandonado su lado.
«No estoy solo» se repitió a si mismo intentando transmitirse determinación y fuerza.
Caminó junto al abogado y se sentó a su lado.
Mingyu se acomodó junto a sus amigos.
Segundos después el sonido de los tacones chocando contra el frío piso de cerámica llamó su atención, reconoció aquel sonido y se giró de inmediato.
Desde hace un mes que no la ve, un mes que fue echado cruelmente de su hogar. No la ha visto y menos a su hijo, a quien le prohibió ver. Alta, esbelta y delgada, caminando con un tintineo de caderas sensual tan característico de ella. Una mujer impotente y audaz, sin miedo a nada. Detrás de ella sus padres hicieron aparición, aquellos suegros que lleva medio año que no ve. Tembló cuando recibió sus miradas llenas de odio y no solo de él, si no de la mejor amiga.
Se preguntó qué daño les hizo para recibir tanto rencor.
De pronto el sonido de un bebé llenó de calidez a su corazón, de inmediato dio la espalda conformándose con la simple melodía de la voz de su pequeño tesoro. Controla de manera injusta sus impulsos de ir corriendo para abrazarlo y llevárselo de ahí. ¿Es muy tarde para escapar?
—Que inicie la sesión —habló el juez más el sonido que rebotó en toda la habitación de su martillo.
El día del juicio final había empezado.
El abogado de su esposa se levantó e inició dando los hechos y la razón de la demandante.
—Mi cliente es una mujer trabajadora y leal que ha sufrido mucho por culpa de un marido abusador, infiel y manipulador, el cual no ha elaborado bien su trabajo como hombre de la casa. Se le acusa de "Abuso Doméstico" y "Maltrato Psicológico" y por lo tanto la víctima exige además del divorcio, la completa custodia de su hijo y compensación monetaria. Aquí en esta carpeta se demuestran las pruebas del delito —el señor señaló el objeto de su mano el cual hay una copia con los jueces, los cuales abrieron y empezaron a ojear. —Una fotografía de las marcas del Sr. Jeon que demuestran haber pasado la noche con otra mujer. También los resultados médicos sobre la salud mental deteriorada de mi clienta, la cual demuestra poseer depresión, ansiedad y constante pánico ante la vida diaria. Un recipe médico de haber visitado el hospital en varias ocasiones con moretones y heridas, que son un claro signo de abuso doméstico.
Con cada "revelación" Wonwoo queda aún más perplejo y confundido. ¿Cuándo hizo todo? ¿Cuándo fue que la atormentó al punto de causarle depresión y ansiedad? ¿Cuándo fue que la empujó además del empujón?
Se siente tan confundido y consternado que terminó mareándose. El sentimiento se abrumacion empezó a carcomer su corazón.
—Además de esto, contamos con diversos testigos que quieren testificar.
—Dejen pasar a los testigos —permitió el Juez.
La madre es la primera que se levantó y avanzó, siendo el centro de atención de todos al detenerse en frente de una tabla con micrófono.
El dolor y la tristeza son notorios, incluso las ojeras. —Soy la madre de Bae Minji, m-mi pobre hija que tuvo que vivir por años con un abusador... —las lágrimas no tardaron en deslizarse por sus mejillas, saca un pañuelo y seca su rostro con delicadeza.
«Es realmente una buena actriz» pensó Mingyu con desagrado.
«¿Yo la lastimé?» pensó Wonwoo consternado. Sintiendo que hay algo de lo que se perdió por completo. ¿Seguro que están hablando de él? ¿De verdad lo están acusando a él?
—P-Pensamos que era un buen joven pero e-era muy m-malo con mi hija, cuando ella me lo contaba no le creía hasta q-que vi una vez como la trató... —tuvo una pausa dramática. —Y-Yo fui a visitarlos y ella nos hizo la cena, se esforzó mucho y decoró la mesa. Cuando llegó su esposo, l-la comida estaba un poco salada y azotó todo... Lo destruyó todo delante de mí, Señor Juez. ¡No puede dejar pasar esto!
Wonwoo escuchó atentamente aquel relato con confusión. Frunció el ceño e intentó recordar. Siempre ha sido fiel y respetuoso a sus suegros y su esposa, nunca sería capaz de hacer algo así. De pronto, de entre sus más oscuros recuerdos que había decidido enterrar en lo más profundo de su corazón, lo recordó. Si, recordó aquel día.
Aquel día en donde él invitó a su suegra a cenar, cocinó un rico estofado de pollo del cual era una receta que recientemente se había aprendido y quería alimentar a sus seres queridos para demostrarles su amor. Minji llegó después y ambas mujeres al probar unos pocos bocados azotaron todo y lo acusaron. Se sintió tan avergonzado y arrepentido por su error, creyó que lo había hecho bien.
Por culpa de eso, durmió en el auto. Fue la tercera vez que ella lo echó de la casa en medio de la noche como si fuese un maldito perro.
Pero si es sincero, a día de hoy aquel recuerdo le hace sentirse arrepentido más por el hecho de no haber sentido ningún error al probar su comida. Sus pensamientos más salvajes le dijeron que simplemente se inventó algo para desquitarse con él y echarlo. Pero su corazón leal se regañó a si mismo por pensar de aquella manera tan ilógica.
—Yo le confíe la mano de mi hija, le di a mi hija —inició el padre de familia mostrando un profundo desprecio y decepción en su lamentable rostro viejo —todo para que la maltrate, nunca fue verdaderamente bueno con ella, solo se casó porque es linda, joven e ingenua. Ella siguió con el matrimonio aunque le haya dicho que no confío en él. Me obligué a depositarle mi confianza ¿Para que me salga con esto? Sólo porque es atractivo y tiene dinero, pensamos que sería bueno para nuestra hija pero, no es así. Un día simplemente la golpeó delante mío y para compensarnos, nos compró un auto nuevo. ¿El amor se compra con dinero? ¿El perdón se compra?
Wonwoo le miró perplejo, sintiéndose profundamente decepcionado y triste al escuchar aquel relato. ¿Por qué hablan del día en donde Minji le golpeó delante de sus padres de esa forma? ¡Ella fue quien lo maltrato y le insulto por nunca "ser bueno"! Se sintió tan avergonzado delante de las miradas despectivas de sus suegros que les compró un vehículo moderno de último momento. Pensó que así, sería amado, sería valorado.
Pero quien lo diría, al parecer nadie piensa como él.
Es obvio, ni siquiera sus propios padres lo quieren entonces ¿Por qué depositó su confianza en personas desconocidas?
¿Por qué deseó tanto ser aceptado y querido por sus suegros?
Le están apuñalando en sus propias narices, una y otra vez sin piedad ni remordimiento.
«¿Qué hice para que me odiaran tanto?
¿Qué les hice?» un agrio sabor en la boca llena de agonía su corazón, pesando cada vez más al darse cuenta que nunca fue amado y nunca lo será.
—Ese tipo es un abusador, enfrente mío la abofeteó solo porque estaba usando una falda muy corta. Incluso en mis narices le ha gritado porque no quiere que trabaje, llamándola de inservible por ser mujer y que solo debe quedarse en casa. ¡Había pensado tan bien de él solo porque es lindo! Pero es cruel con sus palabras, rebajandola una y otra vez sin piedad —relataba la amiga de ella sonando tan convincente aunque fueran mentiras.
«¿Quién era que rebajaba a quien?»
—La llama basura de mierda delante mío.
No, ese es su apodo.
De pronto, algo dentro de su pecho explotó de manera inexplicable. Cada palabra que es escuchada se fue clavando una tras otra en su corazón, llenándolo y lastimandolo. Fue aceptando una a una en silencio, escuchando atentamente aquellas palabras que no ha hecho más que acumularlo de sentimientos abrumados que desean salir.
Y esta vez, recordando cada puta vez que fue insultado e infravalorado por ella, un fuego fragante incendió su corazón, llenando de cenizas cualquier sentimiento de piedad por quien alguna vez fue su mujer.
Se levantó de pronto y golpeó fuertemente la mesa delante de si lleno de rabia y agonía. Sus ojos rojos a punto de estallar de lágrimas.
—¿¡Por qué mienten!? —bramó de pronto, delante de todos. Perdiendo la poca cordura que le quedaba —¿¡Qué les hice para que me hicieran esto!? —un grito desgarrador lleno de impotencia. Las lágrimas se desbordaron sin evitarlo, rompiéndose delante de todos —¡Yo soy la basura, siempre fuí tratado como una! ¡Luché y me esforcé porque me amaran! ¿¡Por qué me hacen esto!? ¿¡P-Por qué no dejan de culparme!?
—Acusado, sientese ahora —ordenó el juez.
—Papi... —la voz dulce e ingenua de su hijo, quien le mira con confusión sentado en las piernas de su abuela. Intentó zafarse de su agarre pero fue agarrado con fuerza.
—Minji —la llamó, sintiendo el sabor amargo al pronunciar aquel nombre. Busca su mirada, una que no encuentra. Tal vez un poco de compasión o pena, pero nada, no vio nada —D-Dime... ¿Q-Qué h-hice para que m-me odiaras tanto? ¿Q-Qué h-hice para que me trataras p-peor que la b-basura?
—¿Puedes dejar de mentir? —cuestionó ella con rudeza, mientras a la vez le mira a los ojos —¡Siempre fuiste tú y solo tú! ¡Como una tonta esperaba más de ti, esperaba que cambiarás pero nunca lo hiciste! ¡Me hiciste caer llenándome de misera después de nuestro matrimonio! Si hubiera una forma de detener el tiempo, claramente nunca me habría casado contigo.
—¿P-Por qué? —habló en un hilo de voz inestable y lastimero, viéndose tan débil y abrumado delante de todos como si él fuese la verdadera víctima. Su semblante tan lleno de dolor y su sola mirada trasmitiendo más de mil palabras confundió a los presentes.
Minji se mordió el labio inferior recelosa y llenándose con un poco de miedo. No puede dejar que él le gané. Tiene que vencer a toda costa y lo hará con la última carta maestra que dejó para el final.
Como dicen, es la más dulce y ácida cereza del pastel.
—Si hubiera sabido que intentaste asesinar a tu propio padre, créeme que nunca te hubiera enviado ni una sola mirada —espetó cada palabra de forma cruel y dura, revelando un hecho que dejó pasmados a todos.
Wonwoo la miró desconcertado por algunos segundos hasta que lo captó. De un momento a otro, su mirada pasó a una llena de terror puro. Los latidos de su corazón se detuvieron en ese instante. Sus manos sudaron y dejó de sentir su cuerpo.
Los recuerdos inundaron su mente de manera caótica destruyendo cualquier estabilidad que hubiese tenido. Gritos, lágrimas, regaños y la mirada de sus padres llena de decepción dirigida hacia él.
Por alguna razón, sus ojos buscaron unos específicos, unos negros y puros, los cuales encontró en un instante logrando ver su ceño fruncido.
No pensó que Minji lo supiera. Pensó que había enterrado muy bien su pasado al punto de desaparecer de la faz de la tierra aquel fatídico recuerdo.
Wonwoo, con vergüenza bajó la mirada, no atreviéndose a mirar absolutamente a nadie una vez su más grande secreto fue revelado delante de todos.
—Lo que mi acusada dice es verdad —dijo aquel abogado sacando una carpeta para extenderselo al Juez quien lo abrió con confusión —Hace siete años el Señor Jeon Jung Hyun, el dueño de la Corporación Pledis y toda las sedes de Farmacia por todo el país fue llevado de urgencias por envenenamiento planificado. Dicho caso llegó a nuestros tribunales pero no se pudo terminar debido a que se descubrió que su segundo hijo, Jeon Wonwoo fue el culpable. Su padre retiró la demanda siendo incapaz de mandar a su hijo a la cárcel y desde ese momento, fue desheredado y echado de la familia. En la carpeta está todo sobre aquel caso, la Corporación compró el silencio y nada nunca salió por los noticieros.
Wonwoo cerró los ojos y se dejó caer en la silla mientras un silencio sepulcral inunda entre aquellas asfixiantes cuatros paredes.
Es el fin.
El fin total.
Alguien con antecedentes criminales haga lo que haga, no logrará salirse de esta.
Minji lo hizo, logró destruir cada célula de su cuerpo al punto de dejarlo sin nada a la deriva.
Ni antes, ni ahora ha sido capaz de luchar.
¿Wonwoo será capaz de demostrar su inocencia?
¿Qué verdaderamente sucedió con su familia?
¿Mingyu le creerá y le ayudará?
¿El romance florecerá aún más en las oficinas de Hybe?
Para su consuelo pronto el romance tomará protagonismo luego de tanto drama 😔
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