Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Aceptación

Sus brazos me sujetan con fuerza mientras corre esquivando los árboles y piedras a su paso. Puedo escuchar su respiración agitada, pero me sorprende la fuerza que posee como para permanecer de pie aun con todas sus heridas y el peso que carga. Las cosas comienzan a perderse en la oscuridad que nos rodea, por lo que me es más difícil distinguir a mi alrededor las cosas que vamos dejando atrás.

Decide tomar un descanso, escondiéndonos en lo que parece ser tronco seco, mis manos pueden sentir el musgo bajo mis palmas. Su cuerpo descansa un momento entre jadeos que le devuelven el aliento tras la olímpica carrera que había emprendido conmigo en su pecho. Se toma el tiempo de asegurarse que me encuentro bien, pero apenas toca mi tobillo, hago un gesto de dolor.

– No te preocupes, no es nada grave amor. – busca calmarme.

– Demian, no podemos seguir huyendo. Debes entregarte. – le suplico tomando su mano.

– No hace falta. Yo puedo cargarte hasta perderlos de vista y ya después encontraremos otra manera de salir de aquí. – niega con la cabeza rotundamente.

– Escúchame, esos policías tienen armas. No dudarán en dispararte.

– Cielo, tengo todo bajo control.

– Demian...

– No voy a dejar que te alejen de mí. – se queja furioso, tomándome de los hombros con fuerza. – No permitiré que nos separen.

A lo lejos se escuchan nuevamente como se mueven acercándose cada vez más. Demian sin esperar a nada, me toma de nuevo en sus brazos y comienza a correr, ahora todo es mucho más oscuro por lo que no veo nada y puedo sentir la duda en él. Tampoco distingue el camino, pero él no va a aceptarlo por ningún motivo.

Escucho unos disparos y uno de ellos se impacta en el brazo de Demian, sacando de su garganta un ronco quejido de dolor. Avanza unos cuantos pasos más y siento como su cuerpo pierde pisada. Rodamos por el suelo bajando lo que parece ser una colina inclinada, me toma entre sus brazos protegiéndome en la caída.

Caigo sobre su pecho, donde él ha amortiguado el golpe. Busco rápidamente su herida, la cual ha traspasado su hombro lastimado ya de por si anteriormente por Leo. Abre su chaqueta negra para mirar la herida y hace presión con una de sus manos.

– Tenemos que seguir caminando. Los perderemos más adelante. Saldremos por la carretera, robaré algún auto y huiremos. – me susurra levantándose.

Permanezco en el suelo, aturdida y cansada. Niego efusivamente, estoy al borde del llanto para cuando escucho nuevamente otro par de disparos. Sé que están demasiado cerca y eso me recuerda la realidad en la que me encuentro. Demian se desespera por mi falta de concentración, intenta incluso tomarme nuevamente en brazos pero se lo impido.

– Fernanda, tenemos que irnos. – me pide, jalando con cuidado mi mano.

– Por favor termina con esto Demian. Hay que entregarnos. – tomo su mano y la acerco a mi mejilla. – Por favor detente.

– Pero cielo, entiende. No puedo permitir que nos separen. – luce desesperado. Sus ojos me ruegan que me mueva, pero no lo hago.

Lo veo jalar su cabello desesperado con la otra mano y hacer un gesto de dolor. Está debatiéndose entre lo que debe hacer, puedo notarlo. Al ver mis lágrimas, se desploma frente a mí. Sus mejillas se mojan de igual manera.

Su largo cabello cae sobre su frente al momento en que se inclina a mí para besar mi frente de manera protectora. Sus manos ahora descansan sobre mis muslos, su rostro se esconde en mi cuello e inhala mi aroma a profundidad. Acaricio con cuidado su brazo intentando calmarlo, le quito el arma de las manos y la coloco a un lado.

– Por favor no me dejes ahora. – susurra débilmente. – Quédate conmigo Fernanda.

– Estoy aquí, tranquilo. – Le susurró acariciándole a modo de calmarlo.

– Podemos morir juntos justo ahora. – se separa un poco para mirarme a los ojos y tomar el arma. Escuchamos a alguien acercándose atrás de nosotros y él dispara en otra dirección para despistarlos. Lo veo asustada y él insiste con la mirada. – ¿Te quedarías conmigo? ¿Lo harías?

Estoy por contestarle cuando un disparo romper con el silencio y Demian mira hacia su pecho donde una mancha oscura se expande conforme pasan los segundos. Retrocede un poco, acostándose a como puede en el suelo, quejándose levemente por el dolor y yo solo puedo llorar aun más alterada que antes.

–¡NO! – grito desesperada, arrojándome sobre él para cubrirlo. – Demian, no. Aguanta. Dios no...

Mis manos intentan hacer presión sobre su pecho pero la sangre empapa rápidamente mis manos. Demian toma mis manos sobre su pecho y sonríe mirándome fijamente a los ojos. Su rostro luce cansado y puedo ver como oculta el dolor que debe estar sintiendo en estos momentos. Tomo el arma, pensando en la posibilidad de morir junto a él en este momento, pero no soy capaz de hacerlo.

– Mi amor, mírame. – pide en voz baja, buscando con exigencia mis ojos, retira el arma de mis manos y sonríe. – No podría morir en paz si te obligo a que mueras aquí. Te amo más que a nada. Te amo aunque no sea conmigo. Perdóname.

– Demian aguanta un poco más, no digas nada. Ellos te llevaran a un hospital. – trato de concentrarme en ver a mi alrededor a alguien y visualizo a lo lejos a los policías acercándose con cuidado. – ¡Auxilio!

– Fer, tengo que preguntarte algo. – susurra Demian tomando de las mejillas para obligarme a mirarlo.

Sus ojos brillan aun con la poca luz, tienen ese brillo que suele presentarse cuando me mira y eso solo me hace derramar más lágrimas. Sus manos acarician mi piel en círculos y siendo como las vendas que lleva en las manos están húmedas por su sangre. Le observo fijamente, luce encantador aun con las cortadas y heridas que lleva en el rostro, sus labios se acercan a los míos con necesidad urgente pero antes de sentirlo, se detiene a contemplarme con detenimiento.

– ¿Puedes mentirme una última vez? – pide con una tierna sonrisa. – Dime que me amas, que lo logré.

No puedo creer lo que me dice, esta vez las palabras salen por sí solas de mi boca mientras busco con insistencia sus ojos oscuros. Sujeto con delicadeza su nuca y acabo con la distancia que nos separaba para besarle, busco calmar sus miedos y los míos con ese acto tan nuestro. Desearía que aquello fuera una mentira, pero ya no lo era. Era inevitable ocultar lo que había nacido en mi interior sin siquiera esperarlo o creerlo posible. Le quería.

– Te amo. – susurré pegando su frente con la mía, derramando lágrimas sin parar. – Te amo, Demian.

La sonrisa se congeló en su rostro mientras me miraba con aquella ternura inhumana. Su felicidad quedó grabada en aquel último beso, en sus manos sujetando las mías, pero sobre todo en mí. Estaba aturdida y cansada, pero ahora un vacío se apoderaba del dolor intenso en mi pecho. Se veía tan tranquilo en mis brazos, era como si se hubiera quedado mirándome como solía hacerlo antes de que todo el caos se desatara. Con mi mano temblorosa y llena de sangre, cerré sus ojos para verlo dormir.

Los policías se acercaron rodeándome y me pidieron levantar las manos, lo cual hice lentamente. Me alejaron de su cuerpo inerte en el suelo, rodeado por las hojas secas de los árboles, luciendo como una estatua perfecta y hermosa. Me ayudaron a ponerme de pie, dándose cuenta de que me había fracturado el tobillo. Ya parecían saberlo todo, pues no me cuestionaron ni mucho menos dijeron palabra alguna. Todo había terminado al fin.

...

Demian había cometido múltiples crímenes que lo llevaron a esto, estaba consciente de la gravedad de cada uno de ellos y sabía que al final no terminaría bien. Aun así, cuando terminé de dar mi declaración, sonreí con tristeza al imaginar los planes que él tenía para ambos una vez que huyéramos.

Lloré una vez más cuando después de un largo silencio, miré a la policía que escribía mi declaración. Parecía confundida por mi comportamiento e incluso percibí que me culpaba por lo sucedido. Ya no importaba lo que pensaran los demás, no quería ni deseaba mentir al respecto para hacerme quedar bien.

– Entonces no era tu novio ni nada por el estilo. – me interrogaba al final el detective sujetando con cansancio su cabeza.

– No. Antes del secuestro no lo conocía. – expliqué una vez más. – Al final de todo me di cuenta de que había comenzado a quererlo sin darme cuenta. Consiguió su propósito, él solo deseaba que yo lo quisiera.

– No te preocupes, te brindaremos ayuda psicológica. Sabemos que debió ser horrible para ti. – siguen hablando de otras cosas, pero mi cabeza se ha perdido en la última idea que formulé.

Quería a Demian.

Lo había logrado después de todo. ¿Cómo podría ahora vivir con este dolor? Sentía que me habían arrebatado todo y sabía que algo estaba mal conmigo por sentirme así. No era mi culpa nada de lo que había sucedido, pero era inevitable no quererlo después de todo lo que había hecho por mí. Me dolía horriblemente imaginar todo lo que había prometido que haríamos los dos en un futuro.

Observé el anillo que me habíadado, estando aun en mi mano y besé mis nudillos recordando como él solía hacerlo.Suspiré sabiendo que este dolor permanecería en mí durante mucho tiempo. Deberíaseguir viviendo con su recuerdo y con el traumático tiempo que pasamos juntos. Recordandoque existió una persona que me amó más que a su propia vida y ahora ya noestaba.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro