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~*~
HyeJin
No pasó mucho cuando ya estábamos vestidos con ropa de pueblerinos, tuvimos que hacer un montón de cosas para obtenerlas, cosas que voy a omitir. Ahora estábamos saliendo a escondidas del castillo, y cuando lo logramos nos sonreímos victoriosos.
- Veo que su rebeldía ayudó mucho, Alteza. Sólo espero que el Rey no me lleve a la horca. - comenta seriamente, luego me mira y yo le sonrío burlona.
- ¿Recuerdas a KyungSoon decir que yo aquí no era princesa? - él asiente y sabe de antemano a qué me refiero.- pues usemos eso a nuestro favor. - me encojo de hombros y él no deja de mirarme fijamente.- Esto no es Niza, es Vabsavai. Aquí no hay guerreros con tu uniforme, no soy una Princesa, simplemente somos dos pueblerinos. - me miro las prendas y él ve las suyas, luego sin poder aguantar nos reímos un poco.
Avanzamos por el pequeño sendero en el bosque, ese que da hacia una pequeña entrada de madera que indicaba exactamente el nombre del pueblo 'Li-Han'. Caminamos hacia una vendedora de artesanía, ella posee unas bellas cerámicas; pero lo que mas captó mi atención fueron unas manualidades, accesorios hechos con cabello de caballos, otros con erraduras, y muchos con cascos de vacas. Sonrío con tantos detalles y luego dirijo mi mirada hacia los jóvenes pueblerinos que bailan al ritmo de una música con tambores.
Miro hacia atrás y veo a JungKook hablando sonriente con la vendedora de artesanía. Ella también lo ve con normalidad, a pesar de sus ojos grises y piel muy pálida, aquí todos son de piel trigueña y ojos aceitunas - a excepción de unos cuantos - que bailan a un ritmo muy divertido. Entonces luego siento un tirón de mi brazo y me asusto, pero capto de inmediato a un joven de ojos verdes y cabello rubio igual que el mío, que me lleva al centro de todos esos jóvenes bailarines. Me río un poco, divertida con los movimientos que ellos tienen en sincronía. Aprendo unos pasos y pronto me veo enfrascada en una divertida rueda simultánea de movimientos con los pies y brazos en jarra, es muy alegre y divertido.
Entre risas logro ver la mirada gris de JungKook a lo lejos, parece divertido en verme disfrutar un poco de mi juventud. Cómo desearía ser una simple chica pueblerina que pueda bailar con tranquilidad como estos jóvenes.
Al finalizar la música todos los bailarines aplauden felicitando el baile de cada uno. Nos dispersamos y yo camino hacia JungKook con una sonrisa que él imita de inmediato. Escucho detrás de mí el sonido de muchos caballos juntos, entonces la mirada de JungKook cambia a una asustada, no espera mucho para venir él hacia mí y tirarme del brazo, me toma luego de la muñeca y me tira del agarre hacia un lugar donde nos podamos esconder. Tras el trote logramos quedar escondidos detrás de una cabaña de madera y techo de paja, JungKook aprisiona mi cuerpo a la pared y me oculta con su cuerpo, asoma un poco la cabeza y su rostro se vuelve angustiado.
- Hay que salir de aquí, Alteza. - susurra cerca de mi rostro, y por una leve luz puedo ver sus ojos grises mirarme fijamente. Mi respiración se vuelve agitada por el momento que acabamos de pasar, y su respiración cerca de mi rostro no me ayuda a calmar la mía.
Me mira todo el rostro y mis manos en mi pecho van al suyo para sostenerme, puedo sentir su respiración agitada y su corazón ir a mil, tal vez el correr y el susto nos dejó sin poder calmarnos. Remojo mis labios resecos y él traga fuerte. Entonces por primera vez lo veo a él tomar la iniciativa y acercarse a mi hasta que sus labios tocan los míos en un roce tan íntimo y tan suave que me hace querer más. Pero él se separa, casi de inmediato, como si el beso sólo lo quisiera para calmar sus ansias y después se hubiese arrepentido. Me ve con sus ojos grises y suelta un suspiro fuerte.
- Hay que irnos, Alteza. - susurra y toma mi muñeca. Me lleva colina arriba y logramos escondernos detrás de los gigantescos árboles.
Cuando me siento cansada me intento detener, pero él sigue tirando del agarre. Y cómo venganza yo me remuevo en el agarre y me suelto, entonces él me ve y frunce el ceño cuando me pongo a su lado y tomo directamente su mano, sintiendo así esa fuerte y extraña corriente eléctrica entre ambos. Él mira el agarre y luego a mí.
- Así está mejor. - susurro y lo veo, él está serio, muy serio. Pero su mano se mueve y por un momento pienso que se va a soltar. No lo hace; en cambio entrelaza nuestros dedos y me ve con un brillo en sus ojos.
- Yo creo que así está mejor, HyeJin. - me susurra. Mi mirada se ilumina y le sonrío amplio. Se acerca rápidamente y me da un beso un poco más largo que el anterior.
- Mucho mejor. - respondo. Él me sonríe suavemente y vuelve a caminar, uniéndome yo a su paso.
Llegamos a un río con un pequeño puente, JungKook cruza primero para cerciorarse de su seguridad, luego vuelve por mí y toma mi mano nuevamente para ayudarme a cruzar. Esto no es el camino hacia el castillo, estoy confundida.
- JungKook ¿A dónde vamos? - llamo y pregunto confundida. Él voltea a verme y apunta hacia una cueva en una montaña.
- Vamos a esa cueva, los lobos la utilizan solo en luna llena, por hoy estamos a salvo. - me dice con tranquilidad y por primera vez siendo decisión suya no me habla con honoríficos.
- ¿Pero por qué? - pregunto sin entender.
- Esos que llegaron en el pueblo son quienes nos buscan, no podemos volver hasta que se den cuenta que no estamos allí, no se atreverán a venir a la cueva. - me asegura y por la misma extraña razón sé que estoy segura con él.
Caminamos un buen rato hasta estar en la entrada de la cueva oscura. Tengo miedo. Aprieto la mano de JungKook.
- No se preocupe, no iremos adentro porque no traemos abrigo ni iluminación. - habla al verme temerosa.- estaremos aquí porque se puede ver la salida del reino, en ambas partes. - apunta con su dedo las dos salidas y me sorprendo con la gran vista que desde aquí se puede apreciar.- vigilaré para captar cuando se vayan y así poder volver al castillo.
Asiento más tranquila y me dispongo a mirar alrededor del lugar. Lo único que se ve en el oscuro territorio son las luces del castillo y del pueblo del que acabamos de huir, es algo extraño, todos son un grupo dividido del resto, es como si el castillo tuviera leyes y el pueblo otras, como si fueran lugares totalmente distintos.
- Siéntese allí, no quiero que este cansada cuando nos toque irnos. - me sonríe un poco y su cabello se mueve con el viento. Camino hasta la piedra que él me indica y me siento, sintiendo mis pies descansar de la caminata y subida hasta aquí; de modo que sólo me dedico a observarlo por momentos, deleitándome con la vista que tengo desde este ángulo.
Él está observando a distancia las dos salidas del reino Vabsavai, vigilando que el peligro esté lejos.
•••
Abro los ojos lentamente. Tengo frío, por lo que suelto un jadeo. JungKook se acerca rápidamente cuando me ve temblar, me pregunta si me siento bien, si no estoy enferma. Niego con mi cabeza - medio dormida - a sus constantes preguntas. Creo que al sentarme en la roca me quedé dormida cuando me recosté sobre la fría pared de roca de la cueva.
- Los guardias del reino enemigo se han ido. - asiento muda, aún ida por no tomar un equilibrio luego de despertar.- podemos regresar. - asiento nuevamente.- diga algo, me está preocupando.
Sin pensar sonrío un poco por su mirada gris y preocupada, y porque olvidó la informalidad entre nosotros, él cambia la preocupación por una mueca de confusión.
- Estoy bien. - asiento.- gracias por preocuparte. - le sonrío cuando lo veo muy cerca de mí.
- Bien. - parece aliviado cuando se aleja de mi. Yo relamo mis labios cuando el recuerdo de nuestro beso en la cabaña me hace sentir nuevamente el sabor de los suyos.
- JungKook... - llamo cuando se levanta, a punto de decir cualquier tontería, pero cuando me mira con esa mirada perlada me siento pequeña, y así decido mejor quedarme callada.- No... Nada.
Él parece arrepentido por algo que no sé, pero me siento de pronto apenada frente a él, como si él fuera el príncipe y no yo.
- Podemos irnos Su Alteza. - murmura ronco y me extiende su mano, asiento y acepto su ayuda para levantarme.
No decimos más nada cuando salimos de la cueva y bajamos por la colina, llegamos al bosque oscuro y caminamos por los lugares con plantas frondosas. De momentos JungKook usa su espada para cortar ramas a nuestro paso y así aligerar mi camino por el vestido ligero que uso. Y cuando estamos a punto de llegar al pueblo yo lo detengo con mi mano en su brazo.
- ¿Ocurre algo Su Alteza? - pregunta cuando está frente a mí. Y la oscuridad del bosque solo hace que todo en él resalte.
- Sólo... - me acerco a él y quedo muy cerca de su cuerpo, teniendo que alzar un poco mi cabeza para poder verlo a los ojos fijamente.- quisiera estar contigo a solas un rato antes de volver al infinito castillo donde no hay privacidad alguna. - digo por fin lo que tanto he querido decirle.
- Princesa HyeJin. - Susurra con sorpresa y yo lo miro triste.
- ¿Por qué cuando estamos a solas me tratas como una princesa, y cuando te lo ordeno como una simple chica? - le pregunto con mis ojos de víctima. Si ya había comenzado a hablar será mejor que siga. Subo mis manos a sus hombros y observo todo su rostro.- yo quiero que alguien como tú simplemente me vea como Park HyeJin y no 'Princesa HyeJin' - niego con la cabeza mientras hablo y él se mantiene firme con su mirada neutra pero indagatoria sobre mí.
- Mientras usted sea parte de la realeza siempre va a ser mí princesa HyeJin. - sonríe un poco sin dejar de mirar mis ojos, y eso me gusta.- no puedo desobedecer ninguna orden de tí, y no sólo porque seas una princesa... - niega con la cabeza y baja la mirada a mis labios para volver a conectarla con mis ojos.- sino porque simplemente no me veo capaz de desobedecerle... Su Alteza.
Sonrío esta vez más amplio y mis manos suben de sus hombros a sus mejillas, las acaricio con mis pulgares y luego lo acerco a mí para besar suavemente sus labios fríos. Sigo sin entender por qué es tan frío a veces, en sentido literal, parece que estuviese en un lugar nevado. Me separo un poco y sonrío cuando veo sus ojos observar mis labios, los vuelvo a unir y esta vez la danza es un poco más rítmica, con más confianza y seguridad en ella que me hace suspirar. Siento su agarre en mi cintura y sus ganas de querer acercarme; aunque no lo hace por respeto. Decido acercarme a él y se obliga a abrazarme a su cuerpo.
- ¿Por qué yo? - me susurra con sus ojos aún cerrados mientras que sigue con el beso. Tras unos segundos se separa y me ve fijamente.- ¿Por qué debo ser yo quien despierte en tí eso que sientes?
Yo lo miro y suspiro suave mientras acaricio su nuca con mis dedos.
- No lo sé... Supongo que no soy yo quien decide quien me interesa. - contesto en el mismo tono. Él por primera vez me sonríe tan amplio que me hace sonreír a mí.
Por unos segundos nos miramos con nuestras sonrisas amplias hasta que él se lanza a mis labios como si tuviera ganas de ellos desde un principio. Me empuja suavemente y mi espalda choca con la corteza de un árbol, él continúa besando mis labios hasta que tuvo que detenerse juntando nuestras frentes, siendo así este el beso más largo que hemos compartido.
- Hay que volver. - susurra en mis labios, apretando los suyos con las ganas reprimidas. Lo veo con mis ojos brillantes y suspiro sin más que aceptar mediante un asentimiento.
- De acuerdo. - digo sin querer que se separe de mi. Él lo hace y me toma la mano, guiando nuestros pasos hacia el pueblo.
Al llegar al pueblo seguimos el camino separados, cada uno en sus posiciones, sin mostrar nada que pudiera decir lo que hemos hecho a escondidas. Al llegar al castillo caminamos por donde habíamos salido, entrando hacia el interior con lentitud y sin que nadie se de cuenta. Llegamos a los pasillos mientras él resguarda mi paso, pero al llegar al gran salón nos encontramos con la Reina KyungSoon esperando con su rostro severo.
- ¿Dónde demonios estaban? - pregunta con severidad.- pensé que les había pasado algo bajo mi resguardo... - observa nuestras prendas y frunce el ceño. Pero su mirada se detiene en JungKook cuando yo agacho la cabeza; él permanece firme ante ella.- JungKook, no creí que fueses desobediente ante una orden de un superior. Me siento decepcionada. - habla con firmeza y decepción ante el más responsable y habilidoso caballero que he conocido.
- Mis disculpas, Majestad. - hace una reverencia con su cabeza.- pero jamás desobedecí una orden. Mi superior, el Rey Park me ordenó proteger a la Princesa HyeJin de los peligros que la asechan. Y por si no lo notó los guardias del Reino vecino han intervenido en su reino, buscando a mi princesa en todo el territorio, yo estoy decepcionado de la protección que ofreció para la sangre real de Niza. Si no hubiese resguardado a la princesa se la hubiesen llevado como presa al reino Urem. Yo hice lo que debía hacer. - se gira hacia mí y se vuelve firme aunque suave.- Sígame Su Alteza, debe de estar agotada.
Con una repentina alegría asiento y camino junto a él que me guía formalmente hacia mi habitación luego de pedir permiso a la reina quien asintió pensativa accediendo al permiso. Al llegar al pasillo de la habitación puedo notar que no hay nadie hasta que yo duerma. JungKook abre las puertas de la habitación tenue, yo entro en ella y me giro hacia él, hace una reverencia para pedir permiso para irse y antes de acceder espero a que se incorpore, y cuando lo hace me acerco a él rápidamente y me lanzo a su cuerpo, rodeando su cuello con mis brazos para besarlo suavemente.
- Alteza, tenga cuidado. - susurra separándose unos centímetros de mis labios sin soltarme del agarre.- Estamos en el castillo, no nos metamos en problemas. - dice suavemente y asiento satisfecha mientras me separo de él. Pero él me sonríe cuando me ve feliz, relame sus labios y mira hacia la puerta, me ve nuevamente y se acerca para darme un corto beso.- que pases buenas noches, HyeJin. - me susurra en los labios y luego sonríe para salir de allí rápidamente.
Sonrío como una niña feliz y con mis dedos toco mis labios, sintiendo aún el sabor de los suyos.
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