09
~*~
HyeJin
En verdad necesitaba con urgencia un baño como el que estaba recibiendo ahora. La Reina KyungSoon me ha ofrecido a sus empleadas para atenderme mejor en mi estadía en el castillo, ellas me prepararon platillos y un baño refrescante con sales naturales que los habitantes de este reino fabrican desde años atrás. No lo puedo negar, en verdad lo necesitaba.
Cuando salgo de tomar el baño me coloco algo cómodo para descansar en la habitación cedida y decorada a mi gusto. Me recuesto en la suavidad de la seda sobre la cama y mi rostro se siente en paz al sentir lo cómodo de las almohadas. Pero mis ojos se abren al recordar a un hombre de rasgos peculiares en mi Reino, uno cuyo cabello es tan brillante como la plata natural de las minas, los ojos como los cuarzos de las cuevas de Niza, y la piel tan limpia y pura como la cerámica fina de los jarrones de mi madre. Es tan único que me deja en las nubes cada pensamiento sobre él.
No dudo en recordar los momentos más vergonzosos de mi vida, que a pesar de sentirme incómoda lo hice para tenerlo más cerca. Pero. ¿Cómo pude actuar de manera tan liberal con un simple Guerrero?
Un simple y extrañamente guapo Guerrero. Eso contesta mi mente al pensar en sus anchos hombros y sus largas piernas. ¿De verdad podría yo pensar así? ¿Cuando desarrollé ese tipo de mentalidad? No. Yo no soy así.
— Que bueno que esté descansando, no es bueno que ande despierta tan tarde. — la reina traspasa la puerta con un caminar lento que pondría a muchos a sus pies. Con su rigidez y sensatez.— Hay muchas cosas por hacer mañana y requiero de su compañía en un evento que se celebrará en el pueblo mañana por la mañana. — habla suavemente que me hace sentir escuchar a la seda misma.
— Muchas gracias Su Majestad por ofrecerme estos tratos respetuosos y atentos. — inclino mi cabeza en agradecimiento y ella estira solo un poco, muy poco, sus labios para forzar una pequeña pero significativa sonrisa.
Y de pronto su mirada brillante se encuentra con la mía dudosa por seguir aun así, pensando en el Caballero Jeon.
— Ha sido un placer HyeJin. — dice mi nombre con una fluidez tan suave que me hace sentir pequeña ante su figura en un vestido vino.— En algún momento iba a pasar... todos sabíamos que en algún momento necesitarías asilo lejos del reino. — nos miramos fijamente y alza un poco la barbilla para dictar.— Deberíamos prepararnos mejor, lo que se viene será peor que lo que ocurrió en tu reino.
De inmediato se gira en sus talones y camina hacia la puerta con la misma lentitud que cuando llegó. Pero mi terquedad me hizo levantar la mano y llamar suavemente a Su Majestad.
— Disculpe Su Majestad. — llamo y la veo girarse cuando ya está en el marco de la puerta.— ¿Puedo saber si Jungkook está descansando? — ella me ve extrañada y de inmediato me corrijo.— Digo, él debe estar incluso más cansado que yo... lo merece.
Entonces su postura cambia a una más relajada cuando escucha el nombre de el extrañamente guapo chico. Suelta su respiración contenida y continúa.
— Le he ofrecido un poco de té antes de que vaya a dormir. — menciona mirando el suelo y luego mis ojos.— está algo estresado y cansado, pero en un momento irá a dormir. — asiento tranquila y ella parpadea lentamente antes de volver a preguntarle.— disculpa que lo diga, pero las princesas nunca se preocuparían tanto por un Caballero. ¿Hay algo que no sé, HyeJin?
La observo con la boca abierta mientras sigo digiriendo esa pregunta con doble intención. ¿A qué se debe ese interrogatorio de la Reina?
Así que con suavidad y el respeto que se merece me levanto y me acerco hasta estar frente a ella con nuestros rostros neutros.
— Hay algo que yo conozco porque mis padres me lo enseñaron, algo que se llama 'agradecimiento' Su Majestad... — comienzo con seriedad.— ese Guerrero salvó mi vida en varias ocasiones. Me cuidó, me protegió y me ayudó en el bosque de camino a aquí. Así que si pregunto es porque siento un muy fuerte agradecimiento hacia su persona.
Ver la reacción de ella es algo magistral, sus ojos abiertos en grande mientras intenta no parecer sorprendida por mi arrebato defensor. Ella saca un poco más el pecho y me mira desde una pose que muestra superioridad.
— ¿Qué son esas actitudes, Alteza? No son propias de un miembro de la realeza. — me dice con ironía y yo entrecierro los ojos. Esta mujer no me genera confianza.
De pronto ya no me siento tan valiente y segura como hace segundos atrás, mis ojos parpadean y mi pecho se agita un poco por los nervios que me produce su mirada intensa.
— Estoy cansada, solo necesito dormir un poco. — contesto variando mi mirada y ella sonríe un tanto imperceptible.
— La dejaré descansar Su Alteza. — me inclino en una reverencia y ella se gira en sus talones para caminar alejándose de mi.
La sigo con la mirada en todo el trayecto del pasillo hasta la esquina donde le tocó cruzar. Miro hacia el suelo pensativa y de inmediato me llega a la mente el beso entre Jungkook y yo.
— Sí, solamente agradecimiento. — susurro para mi misma y luego sonrío sonrojada por el recuerdo.
~*~
Jungkook.
Ajusto el cinturón en mi abdomen y suspiro al guardar la espada en su lugar a la izquierda de mi cadera. Estando listo salgo de la habitación que me concedió la Reina, algo que era el cuádruple de lo que es el tamaño de mi casa. No me quiero imaginar el de HyeJin.
Camino por el pasillo para ir directamente hacia el mismo pasillo que la princesa. Necesito resguardarla día y noche. Pero extrañamente me encuentro con la reina a mitad del pasillo. Hago una reverencia y ella me sonríe cálidamente.
— Su Majestad. — saludo y ella me contesta con una sonrisa.
— ¿Qué estás haciendo aquí, Jungkook? Se supone que deberías estar descansando del largo trayecto. — me reprende con suavidad e informalidad y sus ojos tanto claros como oscuros me observan con interés.
— Discúlpeme Su Majestad. Pero mi princesa está bajo mi resguardo y no puedo abandonar mi puesto. — contesto cortés y ella asiente entendiendo.
— Bajo mi castillo no le pasará nada Jungkook, ten por seguro que está protegida. — me asegura con una sonrisa y suavidad en su voz extrañamente agradable.
Nunca nadie se había portado así conmigo. ¿Así se siente que te traten bien?
— Perfecto Su Majestad. Pero esperaré a que el peligro pase completamente. — respondo seguro y ella vuelve a asentir.
— Nadie te va a asegurar que los peligros pasarán. Ella siempre va a estar en peligro Jungkook. — camina a hacia mí y luego pasa a un lado para seguir su camino.
Pero tan solo unos pocos segundos después de que comenzara a caminar yo tomo valentía y la detengo con mi voz.
— Hasta ese día estaré yo protegiéndola de todo lo malo. Y daría mi vida si fuese necesario. — contesto firme. No se volvió a escuchar su voz y me extrañé, así que giré a verla y nuestras miradas se encontraron. Dándome ella una mirada extraña, incómoda y escrutadora.
— Admiro tu lealtad. — no digo nada y ella prosigue.— Sólo espero, que en verdad, sea sólo eso.
Eso me dejó pensando por un momento luego de que ella se marchara, y presiento que así va a ser toda la noche.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro