Amores tóxicos y otros complementos

Le conociste en un cumpleaños. No querías saber de relaciones, pero el hizo acelerar tu corazón como nunca y a pesar de negarlo no podías ocultarlo. Y, paso, ambos iniciaron una relación.

Lindo, cariñoso, detallista. Era lo que siempre habías deseado. Y estaba feliz, feliz por ti. Lo querías tanto que me dejaste de lado, tu principal motivo era él, te movías por amor.

Pero el príncipe azul que habías soñado toda la vida empezó a descolorarse, empezó a ser agresivo, ya no era cariñoso. No te llamaba, no te escribía, ya no se preocupaba. Pero tu amor no te permitía verlo. Empezó con pequeños insultos hacia tu conocimiento y capacidades. Empezaron los celos y las peleas, de las cuales la culpable eras siempre tú y por el amor que sentías, eras tú quien pedía perdón, una y mil veces.

Llegaron los insultos hacia mí, y ver como te desmoronabas era lo peor.

Sus golpes empezaron a ser mas fuertes, sus palabras más duras y nuestro carácter más débil.

Teníamos miedo, ambas, ambas no sabíamos que hacer.

Sus celos, sus mentiras, sus golpes, todo empezaba a afectar nuestro entorno.

Dejaste de comer, de salir, de sonreír. Tenias miedo de todo y más de él. Ya no lo veías con amor, lo veías con temor. Tus manos temblaban cuando estabas ceca de él y no era de emoción, era la ansiedad que te carcomía.

Bajaste de peso, se notaban tus ojeras, los golpes los tapabas con ropa ancha y maquillaje. Te alejaste de tus amigas y amigos.

Él derramo la copa.

Te obligo a lo que no querías, abuso de ti.

Te maltrato física y psicológicamente.

Abuso de tu pureza, de tu amor, de tu dulzura.

Abuso de ti, pequeña e indefensa.

Y llorando entre sabanas, golpeada y sola, lo decidiste.

Él tenia que irse de tu vida y el miedo tendría que irse con él.

Ya no estabas dispuesta a aguantar y tomaste la decisión de denunciar, con miedo, con inseguridad, con temor a ser juzgada.

Pero te admiro porque lo hiciste.

Él fue detenido y juzgado y al parecer ya había hecho daño antes.

Tus amigas estuvieron ahí, tu familia te apoyo y lo que dijeron afuera te dejo de importar.

Tu odio hacia mi seguía, pero habías decidido acabar tu amor por él y eso recompensaba todo tu odio, porque al hacerlo significaba que me querías un poco.

Amores que viene con toda la fuerza de un huracán, dejan huella de destrucción y odio a su aparición.