EL VIENTO CÁLIDO Y SUAVE MECÍA PEQUEÑOS mechones castaños rebeldes de Mayra, dándole un aspecto angelical y dulce, como si fuera sacada de una pintura de algún sueño de algún pintor, haciendo que Kavin memorizara cada detalle.

—¿Entonces, qué teníamos que hablar?—preguntó ella, acomodando con cuidado cabello tras su espalda.

—Eso puede esperar—comentó el de gafas— ¿y tu?, ¿es muy importante?

—Para nada—negó con su cabeza— eso también puede esperar.

Ambos negaban llegar a la conversación a sabiendas de las respuestas, incluso, parecía mejor mentirse y simular que todo saldría de manera idílica.

—¿Sabías que las mariposas no pueden verse y son bonitas?—preguntó Kavin mirando como una monarca revoloteaba a su alrededor— ¿es curioso, no?

—Son bonitas por sus colores vivos y fuertes, a comparación de las polillas, que en tonalidades cafés son preciosas pero la gente no lo nota—comentó moviendo su mano de manera inconsistente, provocando que esta se detuviera sobre su dedo— ¿y sabías qué también, cuando hacen eso, me está probando?

—No son carnívoras.

—Lo son en parte, pero de igual manera, son bonitas y llamativas—agregó la castaña— sin embargo, el aleteo de una de ellas en un campo de lavandas puede provocar un huracán al otro lado del mundo.

—¿Te refieres al efecto mariposa?—alzó una ceja el más alto.

Algo sorprendente y que adoraba Kavin sobre Srisawat, era lo inteligente que era ella y como hablaba, la manera de expresar sus palabras de manera calmada y su voz hacía que creyeras todo lo que salía de sus labios, incluso, no le importaba si en algún punto lo maldecía... lo agradecería.

—Si, pero realmente puedo creerlo—movió su dedo y la mariposa decidió volver a volar sin antes revolotear frente a ambos un poco más— digo, hasta el ser más inofensivo puede ser completamente mortal.

—Yo también lo creo, aunque, no se que tan inofensiva sea una mariposa... quién sabe, quizás ella sea la jefa de una mafia de mariposas que asesinan polillas y no lo sabremos—Mayra soltó una carcajada frente a la broma del chico— ¿qué?, no conocemos cómo funcionan los insectos.

—Eso es ridículo.

—No lo es, ten en cuenta que cuando dos grupos de hormigas de la misma especie pero de diferentes hormigueros se pelean e incluso, si no las matan, las esclavizan—se justificó— no sería sorprendente que dentro de las mariposas existieran las mafias de monarcas y así.

Ambos se miraron por unos segundos, explotando en risas debido a la tontería que soltaban ambos, era algo tan especial y tan único..., porque congeniaban tan bien y sobre todo, sus conversaciones eran tan banales como profundas que sería una pena que eso terminara, pero como cada cosa, todo tenia fecha de expiración, como si se tratara de una bomba relojera.

—Bueno, basándonos en esa teoría, hay avispas que podrían ocasionar un apocalipsis zombie debido a que inyectan una especie de veneno a unos insectos para que cuiden sus huevos—alzó una ceja Mayra— y aún no ha sucedido.

—Eso es lo que piensas tu, quién sabe si ya van por el decimoquinto apocalipsis y nosotros apenas nos enteramos y decimos "aaaws que linda es la naturaleza"—se encogió de hombros.

—Bueno... hay cosas de la naturaleza que si son lindas—se defendió— pero no diría que toda, pero, solo se que ella es sabía.

—Es tan sabia, que aprendió a crear hermosas mariposas monarcas entre tantas polillas—sonrió mirándola— y también, creo hermosas cosas para tentar a los humanos, claro ejemplo, tú.

—No seas ridículo—rodó los ojos con las mejillas levemente rosadas— no negaré que soy bonita pero diría que también hay otras mujeres más lindas.

—No me refiero de físico, Mayra.

—Eso es demasiado hipócrita de tu parte, digo, tu no saldrías con una chica fea—se encogió de hombros— a menos que te pagarán.

—No digas tonterías, muchas de las chicas con las que he salido son... "bonitas", pero realmente no son muy inteligentes—se encogió de hombros— me gustan las chicas hermosas y bonitas, inteligentes... si se llaman Mayra, mejor.

—Hmmm... —comenzó a sacar cosas de la canasta— se ven deliciosas estás cosas.

Kavin miró el cielo, suspirando con pesadez mientras que hacía una cuenta mental regresiva, sabía que su desconfianza ante sus constantes piropos y pequeñas escenas junto a la apuesta —a la que había renunciado en el último momento— la hacía confundir, sobre todo las citas y eso le jugaba muchísimo en contra. Claro que temía entregar su corazón, tenía miedo de amar y que ella lo dejará, que jugará de la misma manera y volviera a ser vulnerable... pero sabía que él era propenso a hacer aquello y no Mayra, por lo que, peor lo hacía sentir.

—Se que todo lo que hice cuando Thyme me hizo... la apuesta del auto, estuvo mal, me refiero a aceptarla porque, todas mis acciones fueron honestas—tomó una de sus manos para llamar su atención, haciendo contacto visual— se que te he generado un daño, jugué contigo cuando lo que menos quería era hacerlo. Comprendo que pienses que estas citas te ayudarán en algo, pero no lo harán... solo nos hará perder el tiempo en jugueteos de niños, dónde saldremos, reiremos y luego, evitarás a toda costa mis piropos y tendré que hacerme el tonto para no alterarme—suspiró, rodando los ojos con desagrado— pero... creo que si no vas a creerme, creo que...

—¿Es mejor dejarlo?—alzó una ceja la chica, quitando su mano— lo siento, pero me parece demasiado... hipócrita de tu parte exigirme ser imparcial cuando tu mismo provocaste esto, de hecho, me ahorraste lo que quería comentarte, creo que estaría mejor si dejábamos las citas.

—No me refería a eso—se acomodó en su lugar— solo que con las citas no llegaremos a ningún lado y está realmente estresándome, y aunque quieras negarlo, esto te está dañando.

—No lo hace.

—No puedes mentirle a un corazón roto, May-May.

Lamento la demora ): pero realmente no he estado muy bien emocionalmente y sabiendo que este fic estoy por terminarlo, estoy triste ):, junten pañuelos.