KAVIN ESTABA DESESPERADO, INCLUSO, LLEVABA UN PAR DE DÍAS EN DONDE NI SIQUIERA PUDO CONCILIAR muy bien el sueño, estar incomunicado luego de casi 72 horas de Mayra le dolía... amarla dolía tanto, que prefería su desprecio que a no verla.

—¿En serio no vas a dejarme verla?, ¿no qué te había gustado?

—Es muy buena para ti—la mayor bebió de su taza de té— quizás no tiene el dinero... es decir, yo tampoco lo tenía, pero no, olvídalo

—Pero mamá...—aquellas palabras dolieron a la ser pronunciadas.

—No me vengas a hablar de "mamá", cuando ni siquiera respetas a las mujeres, Kavin

—Tu ni siquiera me respetaste a mí... ¡me abandonaste!

—¡Tu padre estaba engañándome!

—¡No justifica!

—¡¿Crees que iba a dejarme ir si te llevaba conmigo?!

Y se quedó en silencio. Realmente no podía comprenderlo.

—Voy a ir a verla—notificó, poniéndose de pie.

—Ni se te ocurra dar un maldito paso más—amenazó.

—Haz lo que quieras... en serio, me da igual—metió las manos a sus bolsillos de los pantalones— envíame a Norteamerica o lo que sea, pero yo voy a solucionar esto

—Te recomiendo que nos dejes actuar a nosotras, ustedes no hicieron nada util... bueno, no es que lo hagan tampoco, de todas maneras, eres igual a tu padre...

Y reprimió sus labios en una línea recta. Sintió impotencia y ganas de llorar, él nunca iba a ser como su progenitor... ¿verdad?

—No voy a aceptar que me trates de esa manera

—No es mentira de todos modos, en dos semanas ya vas a estar tras una mujer nueva, no jodas Kavin...

—¿Tan mala imagen tienes de mi?

—No es la imagen que yo tengo de ti, es la maldita imagen de playboy que has creado para ti solito—respondió— no me sorprendería si ella dejara de quererte.

La mayor simplemente se levantó y abandonó aquel gran salón, dejándolo solo. Hace años no iba a la mansión de su familia y todo era un maldito desastre.

SOMCHAI HABÍA SALIDO A HACER COMPRAS MIENTRAS QUE MAYRA ESTABA ORDENANDO UN POCO luego de haber hecho la limpieza del año cazando arañas, cuando sintió un bullicio fuera.

—¿De nuevo están peleando los vecinos por qué alguien se robó la manguera?—suspiró, corriendo hasta la puerta y la abrió— oigan, yo robe la mangu....

—¡Mayra, cariño!—la madre de Kavin agitó su mano— ¿nos dejas pasar?

Notó como cuatro mujeres estaban una al lado de la otra, cada una con ropa más carísima que la del lado. Estaba desconfiada, ¿acaso venían a cobrarle por el escándalo de la fiesta?.

—Am... si—caminó para abrir la reja y dejarlas pasar, notando que llevaban maletines, carteras y bolsas.

—¿Podemos entrar?—la madre de MJ preguntó mirándola con una sonrisa leve.

—Adelante, siéntanse cómodas...

Y entraron en fila, siendo Mayra la última, cerrando la reja y luego la puerta de entrada. Las mujeres se habían repartido entre sillones y otras observando las fotos familiares o, las medallas y premios de patinaje de la castaña.

—¿Te gusta patinar, Mayra?—la madre de Annong ahora habló— yo cuando era pequeña lo hacía, me gustaba mucho...

—Bueno, es solo un hobby... planeo dejarlo

—No, no lo hagas—negó la mujer— yo hice eso y mírame ahora...

Premio o castigo, fue lo que Srisawat pensó al respecto. Si, quizás la mujer era una de las magnates de Tailandia, pero no era feliz... pero tenía dinero.

—¿Qué país te gusta, Mayra?—la madre de Thyme preguntó, siendo la más seria de todas— ¿qué opinas de irte a Köcher?

—No lo sé y no, estoy bien en la escuela en la que estoy..

—No estaba preguntando si querías o no

—No seas tan dura con ella, es solo una niña...

—¿Dinero?

—No gracias... realmente estoy bien como estoy—Mayra negó con la cabeza.

—No lo entiendo, cualquier persona en su sano juicio aceptaría lo que ofrecemos... incluso, te trajimos uniformes, zapatos y todo...

—Bueno, porque yo soy humana señora... tengo un orgullo que proteger—se encogió de hombros— no diré nada si así lo quiere, incluso, si como castigo por golpearlos debo limpiar su casa todo un año con un cepillo de dientes, lo haré... pero no me pida aceptarle dinero y una transferencia a una escuela que yo no merezco

Las 4 mayores sonrieron, sin embargo, la madre de Thyme no estaba satisfecha.

—¿Qué es lo que más anhelas en esta vida?

—No puede dármelo

—Todo puedes conseguirlo con dinero, si quieres una casa, te la regalo, ¿una isla?, te la regalo... ¿ser parte de los viajeros a Marte?, te lo doy—se cruzó de brazos— ¿un marido?, te lo consigo en menos de dos minutos, ¿ser patinadora profesional?, te financió todo

—De todas maneras, no puede darme lo que quiero

—¿Qué es lo que quieres, Mayra?

—Ser feliz.

SOMCHAI MIRÓ LAS BOLSAS DEL UNIFORME DE KÖCHER SOBRE LA MESITA DE CENTRO, notando como su hermana estaba fregando con violencia un paño con tierra.

—¿Podrías relajarte y explicarme que paso?

—¡Esas viejas...—suspiró— ¡¿Crees que pueden comprar mi orgullo para tapar la mierda que sus hijos hicieron?!

—Bueno... técnicamente a mi si me compraron—se encogió de hombros.

Le miró con una ceja en alto, seria.

—Lo que quiero decir es que... Köcher te da buenas oportunidades

—No me importa, no voy a ir a meterme a un nido de serpientes por querer obtener "mejores oportunidades", no cuando los cuatro imbéciles andan reinando con una pésima imitación de "Simon dice"

—¿Simón dice.. es por las tarjetas?, si te la ponen yo realmente estoy dispuesto a...

—Cállate y guarda las compras—soltó molesta, volviendo a fregar los paños.

Mayra estaba molesta, odiaba que los ricos siempre solucionaran todo con sus manipulaciones económicas, como si las vidas no valieran más que un maletín lleno de billetes verdes... cuando valían más que eso.

—¿En serio te dejaste comprar?

—De alguna manera tenía que volver sin que Thyme quisiera echarme—sonrió ladino.

—¿Qué demonios estás diciendo?

—Mantén a tus amigos cerca y a tus enemigos más cerca, Mayra.

Somchai no era tonto, solo un poco imbécil en el ámbito de hermandad... pero, realmente iba a quedarse de brazos cruzados cuando el grupo de las 4 florecitas estaban tras su hermana, él no lo creía.