39
MAYRA HABÍA SIDO DADA DE ALTA AQUEL DOMINGO EN LA MAÑANA LLEVANDO SOLO UNA VENDA BAJO EL PANTALÓN DEPORTIVO gris.
—¿A dónde quieres ir a desayunar?—preguntó curioso, llevando el bolso en un hombro junto a una bolsa con pomadas— ¿quieres algo dulce, salado... americano o tradicional?
—Mmmm... ¿tu que quieres?, ¿salado?, se que lo dulce no es lo tuyo...
—Mayra, no estábamos hablando de lo que me guste a mí, sino, a ti—le abrazó por los hombros con su brazo libre— ¿qué quieres tú?, yo invito
—Mmm... ¿dulce?—preguntó alzando una ceja, caminado a su lado de esa manera— nada excesivo
—Bien... ¿algo americano, entonces?, conozco un lugar muy bue-
—Donas y café esta bien para mí —decidió sonreír— ya sabes, el Dunkin es delicioso y los desayunos son geniales
—Bien, al centro comercial entonces... —suspiró, rendido.
Pero tampoco se quejaba, Mayra era demasiado sencilla que realmente le causaba un poco de ternura... quizás porque usualmente solía hacer su cuenta bancaría llorar con desayunos carísimos y para nada llenadores.
UNA CAJA DE DOCE DONAS ESTABA SOBRE LA MESITA JUNTO A DOS CAFÉS CON LECHE CALIENTE, acompañando a una conversación bastante sencilla.
—¿Qué harás el próximo fin de semana?
—No lo se—comentó revisando su teléfono— trabajar probablemente, me llegó un correo electrónico con una buena oferta y no planeó rechazarla
—Oh... quería invitarte a una fiesta—hizo una mueca— ya sabes, si vamos a intentar algo, pensé que podías ir conmigo...
—Lo siento, Kavin... pero realmente necesito trabajar y pagar cuentas—hizo una mueca— he dejado de asistir a mis trabajos y ya siento mi tarjeta llorar por comprar un sándwich —suspiró.
Y se comió una dona glaseada, reprimiendo una mueca de molestia. Aveces realmente encontraba injusto que Mayra tuviera que sobrevivir para comprarse algo y él, lamentablemente no podía hacer mucho, sobre todo porque ella era tan orgullosa que no aceptaba nada.
—¿Y el día siguiente de ese?
—¿Por qué estás tan desesperado?
—Mayra...—suspiró frustrado, comiendo de su dona.
—Lo siento, pero no se para que preguntas si sabes que vas a hacer algo de todos modos—bebió del café.
Y era cierto. De cualquier manera, él conseguiría ir hacía ella y terminarían saliendo a algún lado después de su trabajo o incluso, sin este.
—¿Nunca has interactuado con hombres, May-May?
—Con viejos ricachones nunca
—¿Vas a llamarme señor de nuevo?—aguanto la risa, haciéndose el indignado.
—Bueno, técnicamente me compras cosas a cambio de mi tiempo... suena como un sugar daddy para mi
—¡Shiaaa!—jadeó avergonzado— ¿en serio piensas que yo... por dios, Mayra
—Oh vamos, como si no lo pensaste antes... de todas maneras, siempre dices—carraspeó, tomando una servilleta, usando una voz grave— soy Kavin y respiro dinero, compra lo que quieras y yo te lo doy, chiquita... guiño guiño
—Definitivamente yo no hago eso ni hablo así...—se quejó, ofendido.
—Kavin... si lo haces —aguantó la risa.
—No lo hago, solo tengo un corazón muy grande y me gusta complacer a las mujeres con mis medios..
—¿Y los sugar daddys no hacen eso?—alzó una ceja.
—Mayra, me ofende muchísimo que pienses eso de mí...—se sinceró.
—Mmm..—tomó una dona con chispas de colores con chocolate— ¿Y crees que un besito lo solucione?
—¿Qué?—quedó sorprendido, sintiendo luego un beso en su mejilla, haciéndole sonreír como un bobo.
—¿Ya no estas molesto conmigo, anciano?
—¿Cuánto dinero quieres?
—No seas bobo—explotó en risas.
Se quedó callada cuando escuchó murmullos en otra mesa, desviando la mirada hasta ella para notar chicas sacándole fotos a Kavin y decir algunas cosas, desde "Oh por dios, Kavin es más guapo en persona" hasta "No sabía que Kavin tenía una hermana pequeña".
—Tienes fans—apuntó a una mesa, graciosa mientras comía su dona.
—Bueno... creo que es una lástima, mi única fan que me importa eres tú—se sinceró.
Explotó en risas— no seas ridículo, Kavin
—Bueno, querer que mi novia—recalcó aquellas palabras, haciendo a las chicas de la mesa lejana quejarse y suspirar— sea mi fan, no es algo imposible ni ridículo
—Tu eres mi fan, amigo—recalcó la última palabra, juguetona.
—Bien jugado, mocosa
Y ambos rieron. Su coqueteo era de esa manera, juguetón e inocente... porque al fin y al cabo, era natural y nervioso, digno de adolescentes.
—¿Qué opinas sobre ir a un acuario como la primera cita?
—¿Acuario?, me encantaría ir...—asintió emocionada, tomando luego del café — ¿y la segunda?
—Menos mal yo era el que quería ir rápido y no tu—dijo sarcástico.
—Sabes algo, olvídalo... ya no quiero nada—se cruzó de brazos, fingiendo estar molesta, aguantando la risa.
—Pensaba en ir a un zoológico o quizás el parque de diversiones...—comentó, acercando su silla a su lado— ¿te enojaste?, no te enojes conmigo...—besó su mejilla— Mayyyyy~ —y la besó de nuevo— no voy a detenerme hasta que digas algo
—Yaaaaah~—chilló— ambas ideas son perfectas
—Lo se, pero tampoco quiero decirte cada una porque son sorpresa...—se encogió de hombros, acostando su cabeza en el hombro de la chica.
—¿Y por qué no?, ¿tu mente de playboy no te permite decirme?
—Andas muy pasivo-agresiva hoy, May... ¿te hice algo mal?
—Quizás sea el hambre—justificó, comiendo de su dona— ¿y no haremos algo luego?
—¿Qué tienes pensado hacer?
—Bueno.. limpiar y ordenar mi casa, ¿y tú?
—¿Puedo ayudarte?
—¿Sabes cómo funciona una aspiradora?
—Seré millonario pero soy un ser humano funcional, Mayra
—Oh bueno... realmente odio usar la aspiradora y supuse que tu usas esas que atropellan a la gente y que chocan con todo
—Bien, vamos antes de que se nos haga más tarde..—besó su frente.
Y quizás, Kavin simplemente decidió ayudarla para simplemente cumplir su capricho de "cosas de familia" que quería experimentar... sin saber si en un futuro podría concretar... después de todo, la vida da muchas vueltas y nada es tan perfecto como parece, ¿verdad?.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro