35
LA NOCHE Y PARTE DE LA NOCHE HABÍAN ESTADO HABLANDO Y VIENDO LA TELEVISIÓN, donde capítulos del show de Hello Kitty se veía en uno de los canales para niños, haciendo bufar al chico cuando la atención de ella se iba a la televisión, la cual miraba gustosa a la gatita blanca y a sus amigos.
—¿Quieres desayunar algo en especial?—preguntó, llamando su atención— la comida del hospital no es muy buena y...
—Tranquilo, cualquier cosa esta bien, no estoy en la posición de pedir mucho más...—confesó.
—¿Por qué te conformas con nada?
—Porque no me gusta molestar—y le sonrió.
Aunque realmente se debía a otra cosa. Se levantó besándole la frente para ir a conseguir algo decente y delicioso para ella, odiaba profundamente que Mayra simplemente pensara en el resto cuando todo el mundo le había dado la espalda, incluso en su familia y se notaba.
MAYRA COMÍA LOS MUFFINS CON CHISPAS DE CHOCOLATE MIENTRAS UNA DE LAS ENFERMERAS CAMBIABA EL SUERO Y OTRAS BOLSAS QUE NO ENTENDÍA, le mataba verla ahí, recostada y tan tranquila cuando su cuerpo trataba de pelear con la cantidad de toxinas que aún se movían por su sangre con libertad, incluso, su pierna estaba igual de horrible que la noche anterior, pero estaba de su tono natural y tan alegre como siempre.
—¿Sabes por qué Hello Kitty no tiene boca?—le habló, llamando su atención.
—No, ¿por qué?
—No lo sé, siempre me lo pregunte... quizás porque ponerle una boca rompería con su estética
Y asintió, mirando como de reojo, la misma enfermera inyectaba algo con una jeringa en el catéter.
—¿Y sabes si alguien de tu familia vendrá a verte?—preguntó.
—No lo sé, mi teléfono quedo en la cabaña y bueno... tampoco es que este mucho en los registros del hospital
—¿Por qué?
—Trataba de no enfermarme y no perder el ritmo de mis estudios—comentó tranquila— de cualquier manera, dudo que mi tía o mi hermano vengan...
—Ire a buscar nuestras cosas y vuelvo, ¿si?—le besó la sien, haciéndola reír.
—No es necesario vuelvas, puedo sola
Y la chica que estaba de tercera rueda, sonrió llena de amor. Nunca había visto —de todas las parejas que había presenciado hasta ahora— una relación tan tierna como esa.
—Deberías hacerle caso a tu novio—comentó, guiñándole un ojo a ella.
—Pe-pero nosotros n-
—Hasta ella me apoya—le sacó la lengua como un niño— muchas gracias, no deje que se mueva
KAVIN ESTABA TERMINANDO DE GUARDAR LAS COSAS DE MAYRA EN EL BOLSO, GUARDANDO SU TELÉFONO en el bolsillo de su chaqueta.
—¿Cómo está?—MJ preguntó asomándose por el marco de la puerta.
—Viva—respondió.
—Pero Ren dijo que...
—Ren nunca fue mordido por una serpiente ni esos arbustos le han rozado—gruñó— ¿acaso no te das cuenta de que nunca en nuestra maldita vida siquiera hemos acampado?
—No tienes porque atacarme, yo no te hice nada—se defendió.
—Pero apoyaste a Ren cuando ni conocimientos tiene—se colgó el bolso y la pequeña cartera al hombro— si tanto te gusta, pudiste haber actuado o pudiste haber ido conmigo al hospital
—¿Acaso estás compitiendo por eso?
—No, solo simplemente estoy diciendo que si tanto te importará, hubieras movido tu trasero—se aproximó para irse— pero realmente eres un imbécil que le gusta su atención
—A fin de cuentas, no somos tan diferentes, Kavin—le recalcó.
—No, estás equivocado, a mi si me gusta, incluso, estaba dispuesto a envenenarme yo también si era necesario—admitió.
—No cantes victoria tan rápido
—¡Thyme, puedes meterte tu maldita apuesta por el trasero!—gritó, sin recibir respuesta, aún sabiendo que le había escuchado.
Y salió, golpeándole con el hombro para salir de la gran cabaña, mirando a lo lejos como Kath y Ren se daban besos y reían sentados en un tronco.
MAYRA MIRABA ABURRIDA LA TELEVISIÓN, NADA LE ENTRETENÍA, TENER QUE ESTAR a contra de su voluntad acostada le inquietaba, sobre todo porque las enfermeras le habían dicho que Kavin había pedido que ella no saldría de ese hospital hasta que este curada, lo cual era complicado si no se sabía la serpiente y el arbusto, la gran mayoría compartían síntomas y venenos, pero nada que definiera todo. Claramente no moriría, ya no lo hizo y sería difícil, pero la idea de quedar con secuelas sobre todo en su pierna no era atractiva.
Estando sola se permitió abrir su gran mochila de sentimientos y problemas, donde solo se podía dejar fluir como se sentía. Su mente solo divagaba entre muchas cosas que había acumulado para simplemente analizarlas, llegando a la conclusión de que su vida definitivamente era una tragedia, sacada de un cliché adolescente.
—Realmente es terrible
—¿Qué es terrible?—preguntó Kavin entrando luego de tocar.
—Pensé que no vendrías
—Dije que vendría después de ir por las cosas—le extendió su teléfono.
—¿Y te bañaste si quiera?—alzó una ceja, graciosa.
—¿Me dices que apesto?
—No, solo pregunte si te bañaste
—Agradece que te hago compañía
—¿Y lo harás?
—Hasta te daré de comer—sonrió encantador— dormiremos aquí e incluso, vamos a hacer cosas juntos
—¿Y a ti que te pico?—preguntó ella alzando una ceja, haciéndole reír.
"Cupido" fue lo que pensó, estando sobre la nube nueve.
DÍAS PASABAN DONDE CADA VEZ SE HACÍAN MÁS CERCANOS, E INCLUSO, KAVIN LE ARREGLABA LAS UÑAS O LE HACÍA peinados para hacerla sentir bonita luego de que ella reclamará que ella se sentía un poco mal por estar con aquellas batas de hospital y él pudiera vestir a su antojo.
Las uñas de la castaña estaban de diferentes colores y diseños que había sacado de Pinterest, haciendo a todo el personal médico femenino suspirar por lo adorable y perfecto que era Kavin con Mayra, deseando un novio así.
—¿Te gustan?—preguntó levantando el pincel del barniz de uñas, dejándola ver el diseño.
La vio sonreír en grande con ojos brillantes, admirándolas con cariño y emoción.
—Me encantan, nunca me había hecho las uñas... —habló emocionada.
—¿Ni siquiera tú..
—Me refiero a que, fuera de utilizar el mismo esmalte rosa o negro que tengo que tengo en casa, nunca nadie me las había hecho... gracias Kavin
Y la chica le besó la mejilla, haciéndole suspirar y latir el corazón con fuerza. Kavin le habían entregado a Mayra muchas primeras veces, tantas que le eran difíciles de analizar una a una, pero no importaba, le agradaba mostrarle el mundo de colores cuando el de ambos eran matices de gris... porque aveces, un par de colores apagados pueden generar una hermosa paleta de nuevos colores con un poco de luz.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro