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TODOS COMÍAN LA SOPA DE TOMATE CON LOS CRUTONES EN SILENCIO, DISFRUTANDO DEL DELICIOSO sabor de las especias junto al tomate.
—¿Dónde aprendiste a hacer esto?—Ren le preguntó curioso— es como de restaurante
—¿Verdad que sí?—Katherina agregó— hace una hora olía delicioso, sin olvidarnos de la tarta de fresas que estaba enfriándose
—Bueno, desde que tengo memoria he estado aprendiendo a hacer recetas—admitió mientras que se encogía de hombros— solo es cuestión de poner un poco de corazón y probar nuevas mezclas o cambiar recetas
—Por eso Mayra es asombrosa—Kavin reconoció— siempre sabe cosas, es una enciclopedia con patas
—Muchas gracias—sonrió tímida— pero solo es crema de tomate, no es nada elaborado...
No estaba acostumbrada a ser el centro de atención ni mucho menos recibir muchos halagos, quizás vivir a la sombra de Somchai y tener que oír a los adultos decir "pues es tu deber ser sobresaliente" cuando felicitaban a su hermano le había dejado la secuela de una especie del síndrome del impostor, donde sus logros los minimizaba a algo que debía hacer y si llegaban muchas celebraciones, sentía que no eran suyas y que se llevaba un crédito que no era suyo... era sumamente molesto aveces.
—Te digo que he hecho y no me queda así de deliciosa— la chica junto a Ren sonrió— debes enseñarme como hacerla, porque siento que si me das la receta sin mostrarme bien va a quedarme como siempre
—Ya ya, no la abrumen—MJ intervino, sonriéndole suave.
MAYRA ESTABA EN SU HABITACIÓN MIENTRAS QUE BUSCABA ALGO PARA PODER AMARRARSE EL CABELLO debido a que le estaba molestando.
—¿Qué buscas?—Escuchó una voz masculina que la hizo voltear.
—Quiero amarrarme el cabello y perdí mi liga—respondió— ¿no tienes alguna?, ¿crees que MJ pueda prestarme una?
Kavin negó, sacando de su bolsillo una y moverla con una sonrisa amplia.
—No voy a mentir, siempre espere el momento para poder tomarte el cabello—comentó indicándole una silla— siéntate, yo lo haré por ti
Y obedeció, con las mejillas rojas mientras que el castaño se aproximaba hasta ella y pasar sus dedos con delicadeza por su cabello, peinando y desatando nudos con suavidad.
—¿Quieres ir al lago más tarde?, ¿caminar?—preguntó comenzando a armar una coleta alta, despeinada y perfecta para luego amarrarla, para luego rodearla y quedar a su lado y se inclinó, quitando cabellos para darle un toque más chick al peinado.
—El lago estará bien para mí—sonrió.
EL AGUA ESTABA TIBIA Y LAS RISAS SE PODÍAN OÍR DESDE LEJOS, MÁS ALLÁ DE QUE estuvieran casi todos dentro del agua jugando, Mayra estaba dudosa de siquiera entrar.
—¿Te da miedo el agua?—preguntó Thyme a sus espaldas, metiendo los pies junto a ella.
Se alejó un par de pies a la derecha, notando como el contrario se acercaba — ¿podrías darme mi espacio?
—¿Y qué tal si te ahogas?, una niñita como tú debería tener cuidado
—No soy una niñita—comenzó a caminar de espaldas de manera lenta, mirándolo atenta— y no le tengo miedo al agua
—¿No?, ¿y que es eso que esta en tu pie?—apuntó y la chica saltó como un gato y dando un grito, aferrándose a él.
Y comenzó a reírse, la chica era demasiado ingenua como para siquiera desconfiar de algo tan simple como sus palabras.
—¿Quieres que te defienda de las algas, Mayr?—soltó juguetón, haciéndola soltarse y golpearle el brazo.
—Eres un...
—¡Mayra!—escuchó como Kavin gritó su nombre ante de abrazarla por la espalda y mojarla completamente, mirando desde su lugar a Thyme— ven al agua conmigo...—su voz y su mirada mostraban diferentes cosas.
El lider de los F4 simplemente rodó los ojos y paso por el lado de ambos, yendo hacía lo no tan profundo para simplemente tratar de canalizar su rabia de esa forma, mientras que el de gafas —que no las tenía puestas en ese momento— simplemente trataba de proteger a la castaña.
—¿Puedes prometerme una cosa, preciosa?—le escuchó hablar y volteó, asintiendo como una niña pequeña— se que yo y Thyme somos amigos, los mejores incluso... pero no te quedes sola con él, ¿si?
—¿Por qué?
—Porque realmente es muy desagradable y suele ser muy bruto con las chicas—respondió, besándole la frente— no va a hacerte daño, pero si va a molestarte
—Tampoco me agrada mucho para siquiera entablar una conversación—justificó, ignorando lo cálido del beso que le había dado.
—¿Sabes nadar, May-May?—alzó una ceja.
—Casi como un pez, ¿por qué?
Y la abrazó, tomándola de forma nupcial e ir dónde los demás, soltándola luego en el agua preocupándose que no fuera muy profundo debido a la diferencias de alturas, notando como el cuerpo de ella se había adherido al suyo como una lapa, haciéndole reír.
—Bueno, no me sueltes si no quieres...—sonrió socarrón, mirándola a los ojos.
Kavin se había dado cuenta en ese momento que estaba completamente rendido ante la chica frente a él y sobre todo, porque no quería a nadie más que no fuera ella.
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