27
MJ SEGUÍA PARLOTEANDO SOBRE LO BUENA AMIGA QUE LAWAN SE HABÍA VUELTO E INCLUSO, que le estaba ayudando a conquistar a un bar tender de carácter irritable, sin embargo, Mayra seguía en silencio mientras su mente estaba en otro lugar, con un nudo en la garganta y el pecho le apretaba, como si su cuerpo decidiera seder nuevamente ante el dolor muscular de esta tarde.
—¿May-May, me estás escuchando?—pasó una mano frente a sus ojos.
—Lo siento, me distraje...
—¿En qué pensabas tanto?
—En nada realmente, solo... repite lo que estabas diciendo—carraspeó acomodándose en su lugar.
Soltó una risita— bueno, te comentaba que Lawan y yo nos hicimos amigos, nos conocimos por coincidencia en un bar hace unas semanas—comentó— y que estoy ayudándole a conquistar al bar tender con el que se supone que es "su amigo"
—¿Qué?—exclamó confundida— ¿cómo... qué?
—Nadie puede ocupar tu lugar en mi corazón, May-May—exclamó, comiendo un sándwich— además...
—¿Además qué?—jadeó sus palabras, sintiéndose extraña.
Había sufrido por nada, más bien, su mente le había hecho interpretar cosas que no son...
—Bueno, nunca me dejaste explicarte esa noche, olía a ella porque me hizo probarme un montón de ropa que ella hace para dársela a él—se sinceró— y bueno, es asombrosa porque realmente hace buena ropa
—No tienes que darme explicaciones, MJ—negó con su cabeza, echándose más comida a sus mejillas para mantenerse ocupada en otra cosa.
—Solo... quería dejar en claro de que no quiero retirarme de la batalla, Mayra—exclamó, sacando una leche de fresa para ponerle una pajita y dársela a ella, quién la tomó para tomar un poco— se que no eres un premio, pero puedo ser mejor que Kavin
Y su corazón se detuvo por un segundo y con ello se atoro, golpeando su pecho para dejar pasar bien la comida bajo la preocupada mirada de MJ.
—¿estás bien?, ¿puedes respirar?, ¿debo hacer la maniobra de-
Y Mayra logró tragar, soltando un jadeo desesperado en busca de aire, secando sus lágrimas que habían logrado salir en el momento de angustia.
—No vuelvas a hacer eso cuando esté comiendo, casi me matas—le apuntó, sintiendo las mejillas hirviendo.
—Lo siento, pero... espera un momento, ¿a qué te referías en ese momento con "darte una oportunidad"?—alzó una ceja.
Lo escuchó reír— bueno, decidí darme la oportunidad de pedirle algo para ti, solo que estaba tan emocionado que lo olvidé
—Mmm... no te creo nada—bebió de su cajita de leche, fingiendo mirar sus uñas como si fuera lo más interesante.
—No porque Kavin y yo tengamos un pasado largo de corazones rotos, signifique que seamos iguales—se excusó, sintiéndose ofendido.
—¿No?, ¿y en qué se diferencian?
—En que yo hago las cosas bien—tomó la bolsa para dejarla a sus espaldas, acercándose lentamente a su rostro bajo la poca iluminación de las farolas— que me gusta disfrutar de las cosas y sobre todo, me enfoco solo en una persona...
Y conectó sus labios con los de la fémina, saboreando la leche de fresas con el contraste de la crema junto al jugo de las frutillas, su lengua acariciaba los labios esperando acceso, el cual Mayra decidió dejarse llevar, sintiendo como MJ tomaba sus manos para colocarlas tras su cuello para luego, tomarla de la cintura y acercarla a él, sentándola frente a él, dejando sus piernas sobre las suyas.
Dos mejores amigos, dos mujeriegos con diferentes personalidades y sobre todo, dos corazones enamorados de la misma persona, una castaña de ojos tristes y sonrisa brillante, tan radiante como el sol.
LAS COSAS HABÍAN CAMBIADO DESDE AQUELLA NOCHE CON MJ EN LA PLAZA, siendo la primera que arreglaron las farolas y la otra, que MJ y Kavin decidieron escribirle el mismo día, misma hora y diferentes invitaciones.
—Esto tiene que ser un mal chiste—suspiró cepillando sus dientes, ignorando las notificaciones.
Aún recordaba aquella vez que vio esa novela coreana en la televisión del cual no recordaba el nombre, diciendo "ojalá que dos millonarios guapos peleen por mi", pero tenía diez años y ni siquiera tenía la noción de lo irritante que eso podía llegar a ser.
Se había besado con ambos y había tenido también buenos momentos, pero realmente no sabía que hacer... definitivamente lo que mejor sabía hacer: correr.
Y bueno, aquel sábado estaba soleado y el clima era agradable, por lo que salir para comprar algo de ropa como "terapia emocional" sonaba buena idea. Por lo que, decidió vestirse como algún idol para pasar desapercibido en la sociedad, usando ropa deportiva y una gorra en tonalidades negras.
Respondió de manera vaga a ambos chicos que no quería salir ese día mientras se encaminaba con su pequeño bolso de Kuromi hacía el bus, buscando otro centro comercial para no toparse a ninguno de los dos.
—Bien... hoy es día de Mayra—se habló bajito.
Se había descuidado un poco de manera emocional y se debía unas disculpas, por lo que, darse pequeños gustos nuevamente le parecía buena idea.
EL BUBBLE TEA EN SU MANO LE AYUDABA A PODEE CONCENTRARSE EN LAS COMPRAS Y EN VER CADA VITRINA, más que nada para ver que podía comprar y si le era de su gusto.
Entro y salió de tiendas con las manos vacías, sin gustarle nada, por lo qué, decidía beber de su té con leche y tapioca para suprimir sus pucheritos, sintiendo como le quitaban la gorra y decidió voltear, viendo dos manos masculinas y dos mangas —una gabardina y una chaqueta de cuero—, sosteniendo su gorra.
Ambos chicos se miraron mal, como si aquella mirada fuera una declaración de guerra acompañada con un claro mensaje: que gane el mejor.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro