LA NOCHE ESTABA ESTRELLADA Y LA LUNA LLENA BRILLABAN con todo su esplendor, MJ conducía a una rapidez razonable mientras que la más baja se aferraba a su cintura como si su vida dependiera de ello, haciéndole sonreír por la ternura.

Se detuvo luego frente a una reja oxidada y suspiró al notar que la puerta de la entrada de la casa estaba sujetada con un hilo y un clavo, y por primera vez una diferencia de clases le había impactado demasiado... lamentaba profundamente que la chica viviera en esas condiciones y que aún sonriera con esos ojitos preciosos y brillantes como faroles.

—¿Vas a seguir abrazarme así?—preguntó el chico, aguantando la risa para distraerse de sus pensamientos — ya llegamos, hace rato realmente...

Mayra se soltó y bajó de la motocicleta de un salto, agarrándose del pantalón para que no se le cayera, escondiendo la vergüenza en su rostro que era bastante notable.

—Gracias Mary Jane—sonrió juguetona bajo el casco.

—¿Mary Jane?

—Te llamas MJ, puede ser también Michelle Jones—dijo mientras se quitaba el casco de manera juguetona.

—¿Esa es tu manera de coquetear?, ¿llamándome como las posibles novias de Peter Parker, bunny-bon?—alzó una ceja gracioso, inclinándose un poco hacía ella, coqueteando discretamente.

Sus mejillas se tiñeron de un rojo intenso, y para aliviar la tensión, le golpeó al más alto con el casco en el estómago, haciéndolo expulsar el aire y abrazar el objeto para evitar doblarse por completo.

—Solo estaba bromeando, ta-tampoco es para que te lo tomarás de esa manera—refunfuñó.

—Bien... nos estamos viendo, Mayra—le sonrió ladino, soportando el dolor del casco— entra, apenas estes dentro me iré

—Esta bien...—asintió.

Y le hizo caso, la fémina caminaba con cuidado, evitando que el gran excedente del pantalón tocará el suelo y abrió la reja para pasar y luego, la cerró.

Agitó su mano para luego entrar a su casa, corriendo la cortina para verlo irse cumpliendo su palabra.

MAYRA AÚN NO CONCILIABA EL SUEÑO Y PRECISAMENTE fue porque el pantalón se había ensuciado con lo que sea que haya tenido contacto la tela gris, por lo que, con el jabón para ropa y sus manos ya irritadas se encontraba limpiándolo.

—Malditos ricos...—gimió cansada, tirando su cabello para atrás como pudo— estoy segura que este pantalón vale lo que cuesta... bua, da igual, no podría pagarlo ni aunque trabajará toda mi vida

Y se rindió cuando la tela comenzó a desteñirse y las manchas se había hecho más visibles.

—¿Qué marca se supone que es?

Habló, secando sus mano en su ropa para luego poder analizar las etiquetas, notando las instrucciones de lavado —lo cual, había respetado hasta cierto punto— y luego, vio una el nombre de la marca que ni siquiera conocía, pero sabía que lo repondría... quizás no el mismo, pero haría el intento.

LOS OJOS DE MAYRA SE SENTÍAN PESADOS y no era por las capas de diferentes máscaras de pestañas, sino, por el maldito pantalón se buzo que al final terminó estropeando y tuvo que pelear contra la computadora para que funcionara y buscar alguna tienda de "alto rango" deportiva, haciéndola sacar cuentas y terminando en que compraría algo 3B: bueno, bonito y barato.... O bueno, quizás no taaaan barato, pero su mejor opción fue Adidas en alguna versión limitada para "gente que quiere verse con dinero pero que en realidad solo quieren darse un gustito".

—¡Srisawat, salga cinco minutos de mi clase y luego vuela!—La maestra de química habló fuerte, haciéndola despertar de golpe.

—Esta bien.

Y se levantó, saliendo de aquel salón de clases para dirigirse a los baños y entrar al de chicas, mojando su rostro y tomando algo de agua.

—Yo se qué pedí hace 10 años de deseo de cumpleaños tener un novio, pero son cosas de niños universo... tampoco pensé que seria tan complicado conocer chicos—murmuró mirándose al espejo— digo, soy bonita y me esfuerzo y tengo buenas notas, pero no...

—¿De qué hablas?—una voz femenina en un cubículo de baño sonó asustándola.

—D-de una novela de internet que leí en la biblioteca—se excusó.

—¿Si?, ¿cuál?—preguntó curiosa la contraria— ¿si sabes que hablar sola atrae fantasmas, no, Mayra?

—¿Eres un fantasma?—se palideció un segundo, para luego sonreír como una niña pequeña— si me das los números de la lotería yo te ayudo a irte al otro lado, ya sabes, la luz

—Mayra, soy la mejor amiga de la hermana de Kumon

—Aaaa, el libro era crepúsculo—comentó incómoda, saliendo del baño.

EL CENTRO COMERCIAL ESTABA LLENO, pero eso no iba a impedir que Mayra pudiera comprar el pantalón de buso ni un bubble tea, por lo que, se acercó a una pantalla para táctil y buscar la tienda.

—¿Cómo demonios es que deba llegar hasta ahí?—su ceño se había fruncido mientras que veía la pantalla y su alrededor.

—Esta fuera de servicio—un guardia le comentó al notar que estaba teniendo problemas— ¿qué tienda buscas, niñita?

Infló sus mejillas, para voltear  y carraspear.

—Busco Adidas...

—Segundo piso—y antes de que le diera más información, dio las gracias y se alejó.

Realmente le gustaba explorar y conocer, por lo que se encamino en aquel gran centro comercial lleno de personas desconocidas y luego de unos 15 minutos de caminar y ver otras tiendas, llegó a a Adidas.

—Buenas tardes—saludo a una vendedora— en internet vi una colección limitada y quería comprar parte de ella

—Claro, ¿me das el talle y los colores?

—Es para hombre, talla L y en gris—sonrió— ya sabe, hoy a los chicos les gusta usar todo suelto...

—Tienes razón, ¿es para tu novio?—preguntó curiosa la mayor, yendo con Mayra a sus espaldas a buscar la colección— hay una promoción que viene la tenida completa más unas zapatillas

—No no, no es mi novio...—negó con la cabeza, ante la idea — realmente no puedo comprar las zapatillas porque no se la talla, yo solo estoy haciendo un presente...

—Puedes comprar para ti si quieres—comentó— no es necesario que sea de la misma talla—comentó la chica sacando un bolso grande y bonito gris con el logo donde venía la ropa— trae algunos obsequios dentro, como calcetines y cosas, por eso es costoso todo

—Oh bueno—asintió ante la información— ¿te puedo comprar unas zapatillas talle 42?

—Claro, ¿cuáles?

—Las más blancas, deportivas y bonitas que tengas... y no me las muestres, es una sorpresa para mi hermano y para mi

—Me parece bien—sonrió la vendedora, yendo a bodega a buscar una caja negra notándose algo demasiado elegante dentro— es de la misma colección

Y pagó, pidiendo papel de regalo para ambas cosas por separado, y ahora se dirigía al puesto de bubble tea en el primer piso, dispuesta a comprarse algo, cuando una voz chillona sonó fuerte a sus espaldas, haciéndola voltear.

—¿En serio debemos venir aquí?—una chica chillaba harta— todo esta muy lleno, Kavin~

—Yo te dije que debían venir y tú Katerina quisiste venir—Kavin se defendió, enfocando luego la vista con la de Mayra— además, mi novia esta esperándome...

—¿Quién?, sabes que esas mentiras no te las creo

Y Mayra volteó, alejándose de manera discreta, esperando a que no la usaran de excusa.

—May-May, ¿te hice esperar mucho...?

—Mierda...—chilló para si misma.