07
KAVIN HABÍA LOGRADO CONDUCIR HASTA UN LUGAR DESOLADO DE LA CIUDAD mientras que veía de reojo a la menor removerse incomoda en el asiento, comiendo como un hámster aquel sándwich de crema y manchando sus comisuras y labios.
—¿Puedes quedarte quieta?—pidió, estacionando el auto y voltear a verla.
—En mi defensa, tu auto me hace doler las pompis—justificó, haciéndolo sonreír de lado.
¿Cómo se suponía que iba a romperle el corazón a alguien que dice "pompis"?, era sumamente ridículo.
—¿Qué?—trató de hacerse el desentendido.
—Eso, es muy incómodo y déjame decirte que he estado sentado en cosas mucho más incómodas que esta cosa que vale más que mi vida entera—justificó, mordiendo nuevamente el sándwich.
Kavin iba a protestar hasta que sus ojos se desviaron a los belfos manchados de crema y jugo de las fresas, provocando que relamiera sus labios para soportar su impulso de besarlos.... Porque eso estaba mal, demasiado mal.
—¿Bueno, vas a llevarme a casa o vas a secuestrarme?—preguntó, ahora ella relamiendo sus labios para limpiar la crema, para luego mirarlo— para saber si debo llamar a la policía y denunciarte por secuestro a menores, viejo verde
—Te he dicho que tengo 18 años—reclamó, agradecido de que ella le haya detenido de hacer cualquier cosa tonta— es más, voy a mostrarte mi cédula de identidad—sacó su billetera Gucci para sacar la tarjeta y dársela.
—Uuuy que miedo—y la chica la tomó, aguantando la risa al ver la fotografía— vaya, yo pensaba que la mía era horrible, pero veo que esto es lo que realmente se le llama cat-fish, y eso es un delito amigo mío
—La fecha Mayra, la fecha—recalcó, frunciendo el ceño exasperado.
Estaba lidiando con una patada en el trasero y eso lo sabía, ¿acaso Thyme le habían querido joder de esa manera a propósito?, no le sorprendía en lo absoluto, pero realmente Srisawat le estaba sacando de sus casillas demasiado rápido.
—Oh... bueno, solo quería asegurarme de que esto no sea falso, Kevin—dijo obvia mientras rodaba los ojos, devolviéndole luego el carnet de identidad.
—Kavin, con "a"—corrigió.
Y suspiró, realmente le sorprendía lo versátil de la personalidad de la fémina y lo muy rápido que había agarrado confianza... eso significaba que era un gran paso para su objetivo y al mismo tiempo, para cavar su propia tumba.
—Bien, Kavin—asintió, extendiéndole la mitad del pan lleno de mordidas— ¿quieres?, usualmente no suelo compartir mi comida
Y para salvarse, acercó su rostro al sandwich, mordiéndolo y a su vez, aprovechó de rozar con sus labios los dedos de la chica, sin despegar la mirada de ella, si iban a jugar algo, él debía ser más astuto.
—Eso fue asqueroso—reconoció, alejando la mirada a otro lado, agradeciendo la poca luz que le permitía ocultar su sonrojo frente al más alto.
—Oh vamos... se que te gusto—tomó las muñecas ajenas para terminar el pan, bajo la atenta mirada de la fémina.
Apenas él de gafas había terminado, la pelinegra alejó sus manos para limpiar la crema con sus labios para olvidarse de lo que había pasado, provocando a Kavin reprimir una sonrisa por el beso indirecto que ella le había dado.
—Waoh... no sabía que te gustaba seducir a menores en tu auto, Kevin—Mayra buscaba una manera de poder escapar de los nervios— ¿crees que a la policía le guste tener a alguien cómo tú tras las rejas?, porque me se la patente, es J8K...
—No suelo seducir a menores ni a subir a cualquier chica en mi auto—le cortó, tapando la boca de la fémina— además, dudo que la policía quiera mi cabeza en sus asuntos
Balbuceó contra la palma masculina, disfrutando secretamente lo suave que era a comparación de las suyas, sus manos eran ásperas debido a los múltiples trabajos a los que eran sometidas... quizás esa era una razón por la cual no salía con nadie, se había descuidado demasiado para siquiera poder invitar a alguien a salir.
—¿Qué?—le quitó la mano— repite lo que habías dicho
—Decía que quiero irme, realmente me duele el trasero con estos asientos...—negó con su cabeza.
—¿Dónde vives?—Miró la pantalla del auto, notando con la luz brillante el rostro de la más baja, viendo que era un emoji en vida, nunca en su vida había visto a alguien emocionarse demasiado por ver eso— ¿Mayra... qué
—¿En qué año vives?—dijo confundida— ¿los autos pueden tener pantallas?—llevó una mano a sus labios curiosa— ¿puedes ver el futuro con eso?
—¿Es en serio...?, Mayra ...—buscó las palabras para explicarle que los autos en hoy en día las tenían.
Y ella explotó en risas, dejándolo anonadado ante aquella rápida acción, disfrutando en silencio aquella melodiosa risa.
—Es broma, o sea, si me sorprendí porque es mi primera vez en un deportivo y con pantalla, pero... realmente no puede ser en serio que me hayas creído eso—negó con la cabeza— se nota que las mujeres te hacen tonto, Kevin
—Kavin—volvió a corregir, analizando aquellas palabras por unos segundos, sintiéndose nuevamente indignado— bueno, ¿vas a poner tu dirección o vamos a hablar de mi vida amorosa?
—Ni muerta te dejó mi dirección—negó, tecleando una dirección en la pantalla— desde ese lugar caminaré
—Es tarde—dijo preocupado— ¿en serio no quieres qué vaya a dejarte?
—Nop—negó con su cabeza— estoy bien así
LA NOCHE HABÍA SIDO ALGO DIFERENTE PARA KAVIN en todo aspecto, al parecer Srisawat había entrado con fuerza a su vida, haciéndolo experimentar otras emociones y situaciones fuera de la sensualidad, coquetería y algo más allá del libido, y eso, realmente le provocaba escalofríos con solo pensarlo... seguramente lo que estaba haciendo estaba mal y eso era una clara advertencia, pero tampoco podía rendirse ante Thyme tan rápido.
—Llegamos—pronunció esas palabras, estacionando frente a una plaza pésimamente iluminada por faroles que parpadeaban o algunos ni siquiera estaban alumbrando.
Se había sorprendido un poco sobre el lugar en donde Somchai vivía junto a la más pequeña, es decir, tenía una beca pero tampoco se esperaba que no tuviera demasiado dinero como para si quiera comprarle una mochila nueva a su hermana menor.
—Mayra—pronunció el nombre de la fémina y no obtuvo respuestas, haciéndolo voltear.
Y ahí estaba ella, durmiendo en aquel asiento con el cuello demasiado inclinado hacia el lado izquierdo, babeando un poco y con el cabello sobre el rostro... pero de todas maneras, seguía viéndose encantadora, y con el dolor de su no tan sensible corazón, la despertó.
—Mayra llegamos—comentó sacudiéndola con suavidad.
—Gracias Kevin—dijo para soltar el cinturón somnolienta y abrir la puerta— hasta nunca
Esas fueron las últimas palabras pronunciadas por ella en esa fría noche, dejándolo solo en su auto junto a la bolsa que ella había olvidado.
—Kavin—repitió nuevamente la corrección, tomando la bolsa entre sus manos, descubriendo un par de los mismos sandwiches de crema y fresas.
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